El debate sobre el aborto parece nunca terminarse, y ha resurgido dentro de la región latinoamericana tras haber sido aprobado en Argentina, pasados dos años de su primer intento fallido.
La profesora de historia e investigadora para Fundación Libre, Mamela Fiallo Flor, expresó su repudio a la aprobación del aborto en el país sudamericano al mismo tiempo que declaró ser una defensora férrea de la vida, “desde mi filosofía libertaria defiendo la vida, propiedad y libertad y debería ser obvio, entre quienes estemos de este lado del espectro político, no querer que el estado sea quien determine desde y hasta cuando tiene valor la vida; y mucho menos que subsidie matar a seres humanos indefensos.”
Fiallo destacó la contradicción que esta política genera, al asegurar que es una injusticia que obliga a acabar con vidas de inocentes a quienes están llamados a salvarlas, “revierte tanto el sistema jurídico como médico: condena a pena de muerte al inocente y convierte al médico en un carnicero.”
Para la profesora no existe ningún argumento con un asidero lógico que permita defender esta postura que los grupos feministas han justificado con el eslogan: ‘mi cuerpo, mi decisión’, “desde una perspectiva biológica el cuerpo humano tiene un corazón; el corazón humano late entre el día 16 y 21 mientras que el ciclo menstrual tiene 28 días,” agregó, “cuando una mujer detecta el embarazo, ya late un corazón con pulso propio dentro de su cuerpo. Si uno pone fin a los latidos de un cuerpo ajeno lo está matando, y no se trata de tu cuerpo sino de otro.”
Con respecto a la aplicación del aborto en los casos especiales, Fiallo se mostró escéptica, desmontando cada uno de los escenarios en donde muchos individuos lo justificarían.
En relación a las malformaciones con las que podría venir un niño, la activista dijo, “si estás a favor de la vida, no puedes jerarquizar cuales tienen valor y cuáles no. Desde los principios libertarios está el principio de no agresión; solo aplicar la legítima defensa en caso de un ataque.” añadió, “los nazis, para justificar la eutanasia y la eugenesia, decían ‘vida indigna de ser vivida’ ¿Quién es juez para determinar qué vida tiene valor?”
Del mismo modo, Fiallo afirmó no ver con buenos ojos esta práctica, incluso si la vida de la madre está en riesgo, asegurando que se deben buscar otras soluciones, “matar a una criatura no salva tu vida. Sí hay casos de mujeres con una enfermedad grave, tienen que postergar el tratamiento.”
Además, la profesora destacó que el aborto, en los casos de violación hacia la mujer, no tienen justificación debido a la víctima en esta práctica, “estás condenando a pena de muerte a un inocente por el crimen de un delincuente,” criticó fuertemente a los promotores de esta política, “en lugar de usar la medicina para salvar vidas, estamos usando la medicina para aniquilar.”
Fiallo aprovechó la oportunidad para recordar los datos que en los medios de comunicación son ignorados, “un estudio de la universidad de Stanford que plantea que el 93% de las mujeres que abortaron después de una violación, se arrepintieron porque pasaron de ser la agredida a la agresora,” continuó, “tomemos en consideración que la práctica sucede en la misma zona del abuso, entonces agregar violencia en una zona ya violentada no resuelve el problema.”
A juicio de la activista, se deben buscar alternativas que no acaben con la vida de un inocente, “hay que fomentar la adopción desde la gestación,” también, enfatizó el rol que el estado cumple para entorpecer las soluciones reales que pudieran evitar el aborto en la mayoría de los casos, “hay que acortar impuestos. La mayor causa de abortos es por situaciones económicas, porque no pueden sostener ese hijo. Hay que dejar de entorpecer, abaratar los costos de vida, ayudar desde la gestación y desde la adopción y mejorar los estándares de vida de políticas en servicio de la familia.”
Fiallo denunció que existe una agenda globalista que promueve el aborto como un método de manipulación de los ciudadanos, y que se busca el control de la población, “es más fácil controlar a una población más pequeña. La ONU está ofreciendo a los países que legalicen el aborto. La agenda 2030 requiere el control de población.”
Además, la profesora puntualiza que no es la única agenda que están tratando de promover los enemigos de la libertad, sino que se utilizan otras banderas de manera paralela, “va de la mano con la agenda ambientalista. El pañuelo es verde precisamente porque, por el bien del planeta, deben reducir la población humana. Esto viene con un cambio mental, el humano es el problema, no la solución.”
Fiallo finalizó recordando que los países de izquierda totalitaria, y no los países que gozan de libertad, son los principales promotores de esta práctica, y ella no cree que es una coincidencia, “no es una política de libertad,” agregó, “se plantea que los países libres son los que fomentan esta agenda, pero la realidad es que fue la Unión Soviética el primer estado en legalizar esta práctica y en América, Cuba comunista.”