El tirador que mató a dos niños e hirió al menos a 17 personas este miércoles frente a un instituto católico de Mineápolis, Minnesota, EE. UU., mientras se impartían clases, fue identificado como Westman, quien aparentemente cambió su nombre Robert por Robin en 2020 y se percibió como una mujer, según informa New York Post.
Westman abrió fuego a través de las vidrieras de la Iglesia Católica de la Anunciación durante una misa con un público numeroso, alrededor de las 8:30 de la mañana —hora local— del miércoles.
Tras matar a dos niños y herir a más de una docena de personas, murió en el lugar de los hechos por una herida de bala autoinfligida, según informes. Más tarde, las autoridades locales informaron que el tirador ya no representaba una amenaza a la comunidad.
Según NYP, el joven expresó una profunda admiración por los autores de tiroteos masivos. Además, reveló un video que fue publicado por el sospechoso horas antes de la tragedia, que muestra las frases alarmantes «maten a Donald Trump» y tenía escrito en los cargadores de armas una dedicación: «para los niños».
Cabe señalar que la madre de Westman era empleada de la escuela donde ocurrió el crimen, y llegó a ocupar el cargo de secretaria de la institución durante 5 años hasta su jubilación en 2021, según informa el medio.
El FBI afirma que el tiroteo en Mineápolis está siendo investigado como terrorismo interno y crimen de odio contra los católicos. El director del organismo, Kash Patel, escribió en sus redes sociales que dos de las víctimas mortales son de 8 y de 10 años, y 14 niños y tres adultos resultaron heridos. También confirmó que el tirador nació varón.
Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., también comunicó que Westman era transgénero, «un hombre de 23 años». «Este monstruo desquiciado atacó a nuestros más vulnerables: niños pequeños que rezaban en su primera misa matutina del año escolar», escribió. «Este nivel de violencia es inconcebible», criticó.
Cabe destacar que, tras el ataque, comenzaron a aparecer las primeras reacciones a la noticia que causó conmoción entre la población. La congresista republicana Marjorie Taylor Greene denunció en sus redes sociales «la disforia de género es una enfermedad mental» y los niños están usados por la multimillonaria industria médica y farmacéutica.
«¡El Congreso debe aprobar mi proyecto de ley, la Ley de Protección de la Inocencia Infantil, para tipificar como delito grave realizar cirugías de cambio de sexo y cualquier tipo de medicación a menores!», insistió.
«Si [las personas con la disforia de género] están dispuestos a destruirse a sí mismos y [a destruir] cómo Dios los creó, entonces están dispuestos a destruir a otros, y lo vimos hoy», concluyó.
