Caracas. – Un total de 233 pacientes murieron en los hospitales venezolanos, entre 2019 y 2021, debido a las fallas con el suministro de energía eléctrica, registradas durante esos tres últimos años.
La cifra fue revelada por un estudio realizado por la Encuesta Nacional de Hospitales (EHN), equipo coordinado por la ONG Médicos por la Salud, y dedicado a estudiar el funcionamiento de los centros asistenciales en el país.
Según el informe, el número de fallecidos se corresponde con el aumento de la crisis eléctrica en los hospitales. Mientras que en 2019, el promedio de horas sin luz en los nosocomios era de 4 horas, ya para 2021 había incrementado a 7.
En este sentido, la encuesta revela que el número de muertes por cortes eléctricos fue aumentando de manera proporcional. En 2019 murieron 17 pacientes, mientras que en 2020 el número de hospitalizados fallecidos fue de 75. Para 2021 la cantidad aumentó, alarmantemente, a 141 decesos.
El estudio alerta que los hospitales deben estar óptimos, desde el punto de vista del equipamiento, ya que la fallas en ese sentido, pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte en cuestión de segundos.
«Para que un hospital, en cualquier país del mundo pueda ofrecer un servicio de calidad a sus pacientes, debe tenerlo todo disponible para ellos pues los retrasos de incluso segundos en la atención pueden ser vitales para los pacientes», señala al respecto.
Por ello, asevera el papel fundamente que jugaron los cortes eléctricos en estos 233 decesos registrados. «Pacientes que fallecieron porque necesitaban ventilación mecánica o tenían que entrar a quirófano de emergencia y no pudieron trasladarlos dentro del hospital porque no había ascensor para hacerlo», denunció el EHN en su reciente boletín.
Igualmente, indicó que las averías de energía eléctrica contribuyeron a empeorar más la situación de la pandemia en el país, ya que muchos hospitalizados por el Covid-19 dependían del suministro de oxígeno por bombonas, y estas al no contar con el suministro, dejaban a las víctimas en total indefensión ante los desmanes del virus en sus pulmones.
