El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ha invocado este miércoles la ‘muerte cruzada’, una fórmula constitucional que implica la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria tanto de elecciones legislativas como presidenciales, argumentando que hay una «grave crisis política» derivada del juicio político contra él.
Menos de 24 horas después del arranque de este juicio político, Lasso ha firmado un decreto con el que ya había amenazado previamente y que obliga al Consejo Nacional Electoral (CNE) a fijar la fecha de nuevas elecciones en los próximos siete días.
Con esto, los ecuatorianos estarán llamados de nuevo a las urnas en un plazo máximo de tres meses para designar diputados y presidente para el periodo que resta de sus respectivos mandatos, hasta 2025.
Lasso ha afirmado que ser presidente implica «tomar las decisiones adecuadas y necesarias que cada momento histórico demanda».
«Hoy es un día en el que tengo una obligación de dar una respuesta a la crisis política que tiene entrampado Ecuador», ha declarado en un discurso a la nación acompañado de miembros de su gabinete.
El mandatario considera que el Parlamento, dominado por la oposición, «tiene como proyecto político la desestabilización del Gobierno, de la democracia y del Estado».
A día de hoy, ha apuntado, «no es posible avanzar» en Ecuador por la actividad de una Asamblea que no lleva a cabo tareas de «fiscalización» sino que se limita a la «obstrucción».