La misión de la OTAN en Kosovo (KFOR) ha confirmado que ha aumentado su presencia en el paso de Jarinje, fronterizo con Serbia, después de que un grupo de serbios se acercara para protestar contra la presencia de la Policía kosovar.
Los ciudadanos serbios pasaron una primera línea de seguridad pero fueron detenidos a 50 metros del puesto de control, según informa la radiotelevisión pública serbia RTS.
En respuesta a la posible presencia de «grupos criminales» entre los manifestantes, un portavoz de la KFOR ha confirmado al diario kosovar Koha el comienzo de una operación para reforzar efectivos en la zona.
“Es necesario que todas las personas que participen en la protesta eviten la violencia y expresen pacíficamente su opinión, evitando acciones desproporcionadas, actitudes agresivas y comportamientos que puedan ser malinterpretados o entendidos como provocación o violencia innecesaria”, dijo el portavoz.
Cabe mencionar que el estallido de tensión en Kosovo se debe a la detención de dos antiguos policías serbios acusados de haber atacado un local de la comisión electoral para impedir las elecciones municipales convocadas por Pristina para este mes, y a las que se opone la población serbia.
Los serbios aseguran que la acusación es infundada y busca intimidar a esa minoría, que asegura sentirse cada vez más discriminada.
Ante esto, el Gobierno kosovar ha aplazado las elecciones al 23 de abril para calmar las tensiones.
Todo esto se ha recrudecido hasta la petición formulada el viernes por Servia para que la OTAN permita el despliegue de las fuerzas de seguridad de Belgrado en Kosovo, una solicitud sin precedentes desde que terminó el conflicto en junio de 1999.