Por Ricardo Guanipa d’ Erizans
Henrique Capriles fue electo como gobernador del estado Miranda en 2008; siendo su antecesor Diosdado Cabello, quien saqueo, literalmente, la gobernación antes de abandonar la sede oficial.
Diosdado no solo desapareció inmuebles propiedad de la nación, también arrasó con las cuentas bancarias y, con eso, “compró mobiliario de oficina con sobreprecio de un millón 126 mil 247 bolívares dos días antes de que Henrique Capriles asumiera la Gobernación”, según reportó el 24 de agosto de 2013 en su pagina web Reportero24.
La página de noticias también destacó que “En los documentos engavetados en la Contraloría se precisa que luego de haber perdido las elecciones, Cabello autorizó el gasto de al menos ocho millones 540 mil 820 bolívares que, para la época, con la tasa de cambio a 2,15 bolívares por dólar, equivalían a tres millones 972 mil 474 dólares” fin de la cita.
A partir de ese momento Capriles asumió la gobernación y al igual que la Contraloría enterró los documentos que incriminaban al ahora fugitivo de la justicia de Estados Unidos Diosdado Cabello, acusado de introducir toneladas de cocaína en territorio estadounidense. Por esa razón, el departamento de justicia norteamericano ofrece 10 millones de dólares de recompensa para quien o quienes ayuden a capturar al exgobernador del estado Miranda.
No obstante, desde el 24 de noviembre de 2008, Henrique Capriles haciendo justicia por su propia mano decidió exculpar a Diosdado Cabello y su banda gubernamental de todos los delitos de corrupción ocurridos en su desastrosa gestión como gobernador de Miranda, simplemente, ocultando o desapareciendo la evidencia que incriminaban al temido y sanguinario Cabello. Amor con amor se paga.
Ese pacto entre Cabello y Capriles selló los lazos de amistad entre ambos y a partir de ese momento el hombre de confianza de Julio Borges se convertiría en el tipo de confianza de Diosdado.
El presidente del PSUV sabe como deslingarse de su relación personal con Capriles a quien lo llama Chatarrita y ordena que le pateen, literalmente, el trasero en sus actos de campaña electoral para distanciar cualquier sospecha sobre la relación que mantienen ambos.
Ese tipo de practica es de vieja data, Julio Borges se prestó deliberadamente a un acto tan humillante como las patadas al trasero de Capriles propinadas por unas damas socialistas. Pero lo de Julio Borges fue peor, me refiero cuando era Presidente del Congreso de Venezuela, dio llamar al Parlamento, Asamblea —ese nombre tercermundista resuena en mi cerebro—, quien fue sacado literalmente a empujones de una oficina del Parlamento por un oficial de medio rango de la Guardia Nacional. El teatro victimizaba a Borges y también despejaba la duda que era y sigue siendo un topo del chavismo y el régimen cubano dentro de la oposición desprestigiada y corrupta de Venezuela.
Sinceramente, yo no se quién es más sinvergüenz, si Capriles, Borges, El Conde del Guácharo o Rosales, lo que si no tengo dudas es que los cuatro están conectados al materno cordón umbilical del abdomen de Diosdado Cabello.
Pero, por si fuera poco, el alacrán de Primero Justicia José Brito le esta inyectando una dosis de veneno a las golpeadas primarias electorales promoviendo junto a Maduro inhabilitar a la candidata Maria Corina Machado al mejor estilo de Daniel Ortega en Nicaragua, la inhabilitan, la encarcelan y después de las elecciones la expulsan del país.
(Aprovecho la oportunidad para desear Feliz Día del Periodista a todos los colegas.)