Skip to content
Smart#Werable
Smart#Werable
El Estado prohíbe la exportación del arte en Venezuela

El estado venezolano asesina el arte en mi país

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp

Por Roymer Rivas, Coordinador Local de Estudiantes por la Libertad Venezuela.

Todo socialismo se caracteriza por condicionar o limitar el usufructo del trabajo ajeno. De hecho, esto responde a la esencia del sistema en sí mismo, que no es más que condicionar la conducta humana para enmarcarlos en la cosmovisión de quienes ostentan el poder, atentando contra la libertad y la propiedad privada de cada individuo.

Una manifestación clara de este hecho es que, en mi país, después de estar pasando por la peor crisis política, económica, social y cultural de nuestra historia, en magnitud, profundidad y duración, que ha limitado al venezolano a vivir el día a día pensando en su supervivencia, limitándolo de gozar del fruto de su trabajo en distintas áreas, ahora se pretenda extender ese control sobre la producción artística de miles de artistas venezolanos modernos.

A lo largo de la historia, el lenguaje artístico ha fungido como medio de expresión creativo de las capacidades, sentimientos y pensamientos del ser humano sobre su percepción de la realidad, transmite un mensaje desde la visión del artista. Dicho de otro modo, el arte no es una actividad superflua, sino que es un impulso vital que sirve de instrumento para conocer la realidad a través de la producción del artista; en palabras de Ayn Rand, el arte “es la recreación selectiva de la realidad según los juicios de valor metafísicos del artista”. Por tanto, una producción artística, como todo producto que surja del trabajo y esfuerzo del individuo, es propiedad de quien lo creó, de nadie más. En consecuencia, es el artista quien decide qué hacer con su arte, incluyendo ceder la propiedad de su producción a otra persona o institución voluntariamente o a cambio de algo.

Ahora, como toda acción humana, alrededor de estas manifestaciones de la creatividad humana se ha creado un mercado en el que se oferta y demanda arte, el mercado del arte; un mercado que genera millones de dólares en ganancias en todo el mundo. Venezuela no es la excepción, pues, a pesar de que el arte y la cultura se han instrumentalizado políticamente, sobre todo desde 1998 con la llegada de Chávez al poder, y las instituciones estatales dedicadas a estas áreas están deterioradas, la actividad económica independiente ha cobrado vida en los últimos años.

Después del gran peso que tenía el Estado en el arte y la cultura y su declive, el mercado del arte venezolano había tomado cierta autonomía y se permitió crecer; antes y durante de la pandemia, muchos artistas independientes se las arreglaron para dar a conocer su arte a nivel nacional e internacional, aprovechándose, por ejemplo, de los montajes en los espacios expositivos de galerías que sirvieron como ventana para que artistas emergentes presentaran su trabajo por primera vez, sin requerir de grandes espacios expositivos. Además, a causa de la migración, el arte venezolano, tanto de producción antigua como moderna, ha llegado a las galerías y coleccionistas venezolanos y de otras nacionalidades que residen en otros países y están interesados en ello. Este escenario permitió a los artistas venezolanos poder vivir de la venta de su arte a nivel nacional e internacional.

Sin embargo, como medida de control estatal sobre ese mercado, a mediados del año pasado se comenzó a solicitar a los artistas que deseaban exportar sus producciones artísticas una serie de requisitos impuestos por el Instituto de Patrimonio Cultural, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, para poder llevar a cabo dicha exportación —si bien es cierto que desde años anteriores se prohibía sacar del país ciertas expresiones artísticas, fue el año pasado cuando se oficializó—. En este marco, algunas fuentes afirman que el instituto de patrimonio cobra hasta 60$ por sacar el permiso de exportación por medios informales, ya que por los medios formales se tardan hasta 20 días en responder o, incluso, nunca responden —dejando a la deriva al artista con necesidad de internacionalizar su arte—.

Ahora bien, esta medida se llevo a cabo para supuestamente “evitar el contrabando de arte” en el país, ya que se considera “patrimonio cultural”, pero estas declaraciones fueron y siguen siendo ambiguas, dado que no se especifica qué tipo de arte encaja en esa categoría, dando paso para que absolutamente todas las producciones artísticas sean encapsuladas en la premisa y controladas por el Estado. Dicho de otro modo, esto sirvió para que el Estado tenga el control sobre todas y cada una de las producciones artísticas, antiguas y modernas, que se realicen dentro del Venezuela. A pesar de ello, algunos se las arreglaban para conseguir los permisos, tanto por medios formales como informales, y poder comerciar sus producciones artísticas fuera del país.

No obstante, el día de ayer la agencia de envíos DHL Express informó que habían recibido “instrucciones desde la Gerencia de Aduana Principal Aérea de Maiquetía” de prohibir la exportación “vía servicio courier de los siguientes artículos: lienzos, obras de artes, pinturas en cualquiera de sus manifestaciones aun cuando dispongan del permiso otorgado por el instituto de Patrimonio Cultural”. Hasta el momento, se desconoce el motivo de la prohibición y el alcance del mismo, pues, no se sabe si solo aplica a las empresas de servicio Courier o si se extenderá a todas las demás que realizan este servicio por vía marítima. En todo caso, aún si no se extiende a las demás, esta medida es una limitante para los artistas venezolanos.

Una vez más queda manifiesto el carácter arbitrario del régimen socialista que ostenta el poder en Venezuela, limitando al talento venezolano, que produce sus obras por su propio trabajo y esfuerzo, gran parte sin ayuda alguna del Estado, del usufructo de su trabajo. Es un ataque claro y directo contra la propiedad privada del artista, pues, le prohíben vender o regalar a quien él desee lo que le pertenece. Con esto, el arte venezolano queda sujeto cuasi completamente a las directrices del gobierno de Nicolas Maduro.

Más allá del ataque a la propiedad privada de los artistas, esto también constituye un ataque contra la libre expresión del ser humano y contra el medio de vida de muchos creadores venezolanos, quienes quedan sin poder vender su arte en el exterior o sin saber qué medios tomar para poder hacer lo propio —dado que ahora, aparentemente, no pueden exportarlo—. Al margen de lo que la constitución sin autoridad que ellos dicen defender estipula en sus artículos 57, 98, 99, 100, 101 y 309, en donde se establece que se puede hacer difusión nacional e internacional de cualquier forma de expresión del pensamiento, ideas u opiniones de una persona, incluyendo la artística, sin ningún tipo de censura, hoy se limita al artista decidir qué hacer sobre su arte.

Hasta el momento, Venezuela se encontraba entre los 5 países de Latinoamérica que más exportaban arte al mundo. Hoy, eso murió. Puedo decir que se asesinó la manifestación artística del talento venezolano al mundo.

¿Te gustó este artículo? 
¡Compartelo!
Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp

John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law
  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

John R. De la Vega, P.A.

Immigration Law

John De la Vega es un abogado venezolano-americano que ha ayudado mucho a la comunidad venezolana e hispana en sus procesos migratorios en los Estados Unidos.

  • Asilo
  • Representaciones en la corte de inmigración
  • Peticiones familiares
Lee estos artículos 
¡Recomendados!
Otros temas 
Importantes

Suscríbete a

Contra Poder 3.0

Recibe todas las noticias, artículos, información sobre política, enchufados y más, suscribiéndote con tu email.