El Gobierno argentino ha aprobado por decreto la eliminación de los programas científicos «que no aporten al crecimiento del país» y redirigir estos recursos hacia sectores prioritarios como agroindustria, energía, minería, economía del conocimiento e innovación en salud.
La Resolución 2025/10 establece la «eliminación de los gastos innecesarios, inconvenientes o no urgentes» y redirigirlos hacia «áreas estratégicas». En concreto enumera 70 programas con un coste total de 1.867.449.931 pesos —alrededor de USD$ 1,74 millones—.
El último informe del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI), la inversión del Estado en ciencia y tecnología cayó un 32,90% en 2024. Con estos recortes, la inversión en ciencia cae hasta el 0,208% del PIB argentino.
Es necesario recordar que este centro gastaba millones de dolares en estudios que tienen que ver con el ala del feminismo, que compete a los estudios de genero, entre otras cosas, y el cambio climatico, cosa que en su momento criticó el gobierno de Javier Milei y otros personajes destacables del país.
Con las medidas tomadas hasta el momento, el presupuesto destinado del CONICET, principal organismo de ciencia y tecnología del país, descendió un 20%. También se han recortado gastos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (29%) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA, 23,60%). Asimismo, la inversión del Estado en Educación cayó un 43,80% en 2024 y las universidades públicas perdieron un 25% de su presupuesto en términos reales. Todo ello con el fin de optimizar el uso de los recursos del Estado e incentivar una administración privada de cada una de las instituciones.