Caracas. – El jefe de la Narcotiranía en Venezuela, Nicolás Maduro, admitió esta semana, que el plan iniciado por Tareck El Aissami, a quien nombró como supuesto ministro de petróleo, para recuperar a PDVSA, no funcionó para nada.
Aunque no nombró al político chavista de origen sirio, en uno de sus recientes discursos, terminó admitiendo que las ganancias por el crudo venezolano, no llegan ni al 10% del ingreso regular. Es decir, no le queda más remedio al narco tirano, que admitir el fracaso total de El Aissami al frente de la principal estatal petrolera del país.
El dirigente del PSUV fue nombrado como ministro en 2020, y para inicios de este año, tanto él como Maduro se habían trazado la meta de aumentar la producción de crudo a 1 millón de barriles.
La realidad es que la producción es menos de la mitad de esa meta, y «Súper Bigote» -como se ha hecho apodar Maduro últimamente- no tiene más remedio que reconocer la derrota.
«Este año por ingreso petrolero apenas estamos obteniendo 3.500 millones de dólares aproximadamente. No llega al 10 % de lo que era el ingreso petrolero normal del país. Venezuela tenía como ingreso 56000 millones de dólares solo por petróleo anual», aseguró.
Sin embargo, en su alocución, el jefe del régimen atribuyó la caída en la producción, y el pésimo funcionamiento de PDVSA, a las sanciones impuestas por Estados Unidos.
También culpó a la pandemia y a la crisis mundial, cuando en el fondo -y así lo percibió la opinión pública venezolana- sabe que la responsabilidad del chasco es de El Aissami.