Los Estados miembros de la Unión Europea acordaron el miércoles «alentar firmemente» un requisito que obligaría a todos los viajeros procedentes de China, independientemente de su nacionalidad, a presentar un resultado negativo en la prueba del COVID-19, a medida que aumenta el número de infecciones en el país asiático.
La prueba del coronavirus debería realizarse como máximo 48 horas antes de embarcar en el vuelo. La decisión, que no es jurídicamente vinculante, fue tomada por la Respuesta Política Integrada a las Crisis (IPCR) de la UE, organismo que ayuda a coordinar la gestión de crisis entre los 27 Estados miembros.
La IPCR también acordó que los pasajeros de los vuelos con origen o destino en China deberán llevar mascarillas médicas o respiradores, además de otras medidas higiénicas que puedan imponer las autoridades nacionales.
Se insta a los Estados miembros a realizar «pruebas aleatorias» a los pasajeros procedentes de China y a vigilar las aguas residuales de los aviones en busca de pistas sobre cualquier sustancia potencialmente peligrosa. Las recomendaciones entrarán en vigor a partir del lunes.