La propuesta más conocida al momento de hablar sobre el ambientalismo es que el estado debe involucrarse más en la protección de este medio. La ambientalista y economista, Alejandra Ramos Jaime, difiere.
En el caso de los bosques, las cifras son mucho más alentadores cuando se encuentran en manos de entes privados, “Como propietario tienes el incentivo a cuidar del bosque en la medida de que quieres que su beneficio perdure y sea un negocio sostenible. A la vez, hace que el mismo propietario sea el que asuma los costos en caso de hacer un uso torpe de los recursos.” Esta realidad, también puede ser observada en Latinoamérica, “De las 9millones de hectáreas deforestadas en Perú, solo el 18% son en terreno privado.”
Ramos advierte que existen grupos que se han dejado influenciar por una falsa solución ante el problema ambiental, “lamentablemente muchos grupos ambientalistas no dejan de confiar en estas visiones estatistas y demandan que el estado sea el que administre estos recursos, a pesar de la evidencia que muestra que esto no es lo que funciona.”
Del mismo modo, la economista señala el rol de los incendios como parte del equilibrio en los bosques y asegura que en Estados Unidos se han sobre protegido lo cual está trayendo consecuencias notables, “los incendios son un recurso natural de los bosques. En Estados Unidos se están controlando tanto que se está generando madera vieja en ellos y hay más densidad de árboles. El fuego es mucho mayor y alcanza treinta metros cuando antes eran controlados y alcanzaban solo un metro.”
Ramos agrega que la privatización es una manera eficiente de alcanzar resultados más sanos en el ámbito ecológico; sin embargo, alerta sobre la manera de aplicar esta política, “una privatización no asegura un éxito porque lo que nos sucede mucho en los países de américa latina es que termina privatizándose para el amigo de la autoridad en turno. La privatización debe ser de forma transparente, con licitaciones y con un proyecto estructural que demuestre como va a ser administrado.”
A juicio de la ambientalista, no ha existido un estudio profundo y detallado sobre los problemas de la contaminación y las propuestas que realmente puedan solventar este tema, “lo que enfrentamos los ciudadanos es que vemos autoridades que están optando por políticas bastantes superficiales que prohíben, o subvencionan actividades o productos. Los gobiernos generan perdedores y ganadores.”
Así mismo, Ramos expresa que el ambientalismo ha sido utilizado como bandera por los políticos para imponer otro tipo de agendas, “muchos de estos temas ambientales son usados como herramientas políticas para pasar otros tipos de propuestas que nada tienen que ver con el nuevo ambiente. El “New Green Deal” incluye temas de justicia social”, agrega que se deben tomar en cuesta los costos y beneficios de cualquier posible solución si realmente el interés es solventar este problema, “esta visión de no importa el costo sino la buena intención es falsa. El costo nos da una buena visión de que es y que no es tan ambiental como pensamos.”
Ramos concluye que el estado debe jugar un rol menos intervencionista, pues se ha demostrado que la ciudadanía consigue alternativas sin necesidad que las autoridades intervengan de manera directa, “el forzar a utilizar nuevas fuentes de energías es una visión muy miope el pensar que el estado debe dirigir que energías debemos usar. Lo que hemos visto a lo largo de la historia es que es la innovación, la creatividad y la cooperación lo que ha ido moldeando este tipo de soluciones.”