Jose Antonio Colina: «No he recogido dinero para financiar un ejército libertador»

En el contacto semanal a través de su canal de YouTube, José Antoniio Colina, presidente de Veppex ratifica que la salida debe ser de fuerza y financiada por los propios venezolanos, ya que la comunidad internacional no lo va hacer.

Manifiesta que aunque ha planteado la idea y ha realizado un censo de los militares en el exilio, no ha recogido dinero para financiar un ejército libertador, porque constituye un delito hacerlo desde los Estados Unidos. Se debe hacer, pero desde fuera del territorio norteamericano. Aquí el video.

Joven Alcalde, pero igual de inepto

Se trata de Ander Charles, quien es el Alcalde del Municio Valdez del estado Sucre y pertenece a la juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Durante su gestión ha permitido que el narcotrafico se apodere del municipio y arrolle a los pobladores a tal punto que buscan de manera desesperada salir en botes peñeros para tratar de llegar a Trinidad y Tobago, donde son maltratados y arrojados nuevamente al mar, lo cual ha causado decenas de fallecidos. El caso más reciente, el naufragio de guiria donde ya 33 personas han muerto.

Este joven delincuente del PSUV ha utilizado los naufragios para realizar proselitismo politico y por ello es rechazado por la población.

El pueblo de Guiria está claro quienes son los responsables de la tragedia

El naufragio de Guiria que ya tiene 33 fallecidos ha generado un despertar en la población del estado Sucre que protesta y exige se deje en libertad a las personas inocentes que tienen encarceladas y castiguen a los verdaderos responsables.

De hecho arremeten contra la revilucion y contra el alcalde de la entidad Ander Charles de ser los responsables de que la gente tengan que intentar encontrar en otros países lo que no pueden en su geografía. Hacen un llamado a seguir en la protesta. Aquí el video.

EL USO DE LA FUERZA PÚBLICA DENTRO DE VENEZUELA ES UNA DECISIÓN INTERNA Y AUTÓNOMA DEL JEFE DE ESTADO.

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Tanta discusión de nuestra representación diplomática en el exterior a los efectos de lograr apoyo con el uso de la fuerza para el cese de la usurpación del Poder Público en Venezuela, cuando en realidad éste no es un asunto del Derecho Internacional sino del fiel cumplimiento del ordenamiento Constitucional vigente en el País; es decir, que el problema no es externó sino interno.
Sin embargo, considerando las circunstancias desfavorables de la situación que actualmente enfrentamos, es evidente la urgencia de la materialización de una verdadera solidaridad y apoyo concreto por parte de nuestros Países vecinos, porque aun estando éstos afectados el problema sigue siendo de orden interno en Venezuela, agravado por no tener la requerida capacidad de respuesta con suficiente fuerza pública legitima debidamente preparada y dispuesta a proceder mediante una Orden ejecutiva del Jefe del Estado, para hacer efectiva una ejecución forzosa con suficiente fuerza y autonomía, enfrentando definitivamente las fuerzas subversivas armadas que mantienen bajo su poder las armas de la Nación e impiden la restitución del orden interno quebrantado. Ya que es sólo después de que el Jefe del Estado haya recurrido a lo que Constitucionalmente le corresponde hacer y haya sido materialmente imposible restituir de esta forma el orden quebrantado, es cuando quedaría demostrado que la situación en realidad representa un serio peligro y amenaza para nuestros vecinos y Países aliados de la Región o para la paz mundial, lo suficientemente grave como para constituir un problema que debe ser solucionado con el Derecho Internacional; razón por la cual hasta tanto el Jefe del Estado, ante esta adversidad, no haya cumplido con los imperativos Constitucionales para hacer efectiva por decisión autónoma la restitución del orden interno quebrantado o que habiendo cumplido con lo que impone la Constitución y haya fracasado, no aparecerán las condiciones para justificar que se haga efectiva una intervencion multilateral.
En este sentido por ahora sólo le corresponde al Presidente Encargado de la Presidencia de la Republica asumir el cumplimiento de sus obligaciones y atribuciones, tomando las iniciativas y decisiones pertinentes para hacer efectiva la defensa de la Republica, procurando garantizar el disfrute de los derechos y libertades de los venezolanos y venezolanas, restituyendo el orden interno, además de reafirmar la Soberanía de la Nación sobre su territorio (Arts. 3, 20, 232, 236 y 323 de CRBV).
A estos efectos se viene observando que después de la consulta popular, no sólo se ha reafirmado el rechazo del pueblo contra el régimen usurpador, sino que también ha resurgido el interés por continuar insistiendo en la gestión diplomática ante la comunidad internacional, que si bien admite considerar el uso de la fuerza aún se mantiene enfocada en la aplicación gradual de todas las opciones pacíficas, que además de que no aplican para neutralizar fuerzas subversivas armadas y reforzadas con las mismas armas sustraídas a la Republica, también prolongan la angustia de todo el pueblo, sin que aún se mencione por alguna parte la conveniencia e intención de agotar lo antes posible las alternativas autónomas que tiene la Republica de actuar internamente contra las fuerzas subversivas armadas en estricto apego a su propio orden Constitucional.
Desde esta perspectiva y considerando nuestra adhesión al orden Constitucional vigente, como pueblo estamos obligados a ser más coherentes y activos en procurar solidaridad por parte de nuestros más cercanos aliados, en el sentido de favorecer la posibilidad de obtener de ellos la necesaria cooperación, en términos de ayuda militar humanitaria, como refuerzo a un componente residual que estaría disponible para hacer efectivo el ejercicio de la Soberanía Nacional, mediante la ejecución forzosa de una orden ejecutiva que, por no disponer de las armas orgánicas de la Nación para ejecutarla, se convertiría en una decisión conjunta del Jefe del Estado con uno o más Mandatarios de los Estados que pudieran colaborar de modo autónomo a partir de la celebración de los respectivos acuerdos para cooperar en hacer efectivo el inmediato cese de la usurpación del Poder Público en Venezuela. Decisión ésta, que preferiblemente se adoptaría en el seno del Consejo de Defensa de la Nación (Arts. 232, 236 y 323 de CRBV), actuando según el correspondiente “concepto estratégico”, para luego proceder con firme determinación como una natural respuesta de la Nación soberana que teniendo en peligro su propia existencia procede a defenderse, para lo cual la Republica con su pueblo ya debería estar suficientemente movilizada y preparada.
La mencionada fuerza pública a ser utilizada, sería una fuerza legítima, organizada e inteligentemente conducida para alcanzar objetivos precisos y bien definidos. Ésto para hacer prevalecer el Bien contra las fuerzas del Mal. Porque nos estaríamos enfrentando a una agresión desproporcionada, cruel y directa, que incluye el exterminio de vidas humanas que persiste con fuerte determinación, sin que de nuestra parte exista o haya existido provocación u otros motivos justificados para que seamos atacados de la manera tan cruel como actualmente ocurre, por lo que desde el principio ya procedía de nuestra parte la legítima defensa, y ahora, como respuesta instintiva seria contra natura seguir esperando más tiempo, aunque en atención a la gravedad e implicaciones propias de la situación a enfrentar, sería justo y necesario una actuación autónoma y expedita mejor pensada con ayuda garantizada mediante acuerdos bilaterales con los Países vecinos más afectados..
Es por ello que se insiste en que ocurra la debida rectificación y reorientación de la actuación del Jefe de Estado para asegurar su permanencia en el cargo, hasta que se realicen elecciones presidenciales libres, seguras y transparentes, y “tome posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta”, según el imperativo establecido en el artículo 233 de la vigente Constitución. Porque con el favor de Dios y la activación de la voluntad suprema de todo el pueblo, si se puede. Y por eso debemos insistir en este sentido, para que todo el pueblo adquiera conciencia de la magnitud y naturaleza de esta situación, de una manera que proporcione todo su apoyo al Jefe del Estado y haga sentir su permanente repudio contra las fuerzas disruptivas que aún se mantienen activas actuando sin contemplación contra la humanidad de las personas, desmantelando la institucionalidad democrática e impidiendo la recuperación de la Paz.

Abogado Leopoldo Saavedra

Ex-Fiscal del Ministerio Público.

Diplomacia cómplice

Detrás de la definición de diplomacia,
“Conjunto de personas e instituciones que se ocupan en un Estado de los intereses y las relaciones con los demás Estados”, se esconden la complicidad, la indolencia y el olvido de algunos quienes ocupan cargos con la responsabilidad de velar por el cumplimiento de instrumentos jurídicos en defensa de pueblos o sociedades oprimidas. Cuales son sus verdaderos intereses?.

La diplomacia es un lerdo comodín reservado a los organismos internacionales y a personas que tratan además de las negociaciones que se llevan a cabo entre los Estados hechos graves donde se destruyen familias y se pierden vidas humanas.

La muerte en un naufragio de venezolanos que buscaban libertad, respeto a sus derechos y una mejor calidad de vida a quienes Trinidad y Tobago les negó ayuda, situación que pasa en Venezuela y en otras partes del mundo, es un vivo ejemplo de la “eficacia” de la diplomacia, solo tiene que ocurrir un hecho que sacuda al mundo para que se activen los micrófonos y se llenen hojas de papel condenando el hecho pero no se toman acciones en contra de los responsables de lo ocurrido.

Las únicas acciones que se toman son las de los familiares para reclamar, enterrar a sus deudos y llorarlos en silencio ante la indiferencia y connivencia de quienes deciden tratar el suceso con diplomacia, para respetar a los Estados porque son soberanos.

La diplomacia sin compromiso representa una patente de corso para bandas criminales, asesinos y violadores de derechos humanos que actúan impunemente ante los ojos del mundo mientras son los señores de traje y corbata quienes echan mano de esa diplomacia.

Son muy cómodos los asientos en las oficinas de los organismos internacionales y abultados los salarios de quienes tienen la responsabilidad de ir más allá de la condena en los micrófonos, la falta de acción se debe a que obviamente no los toca la desgracia que ocurre a miles de kilómetros de sus oficinas tampoco son sus familias las que sufren hambre, abusos,escasez y muerte.

La diplomacia es un traje a la medida para quienes el micrófono, el papel y la verborrea son las herramientas que les permiten justificar un salario. Para la diplomacia no importa el tiempo y las consecuencias para resolver la desgracia que aqueja a seres humanos, lo importante es, cumplir los pasos.

La diplomacia es una señora elegante que busca estar bien con Dios y con el diablo, pero generalmente beneficia al diablo.

. Cnel (GN) Antonio Semprún