Por Edgard Simón Rodríguez.
Me parece increíble que a estas alturas hayan venezolanos que se hacen llamar opositores, que no sólo sufran de tanta falta de memoria como para no poder recordar cómo estaba Venezuela antes de las primeras sanciones, sino que también aparte desconozcan las causas de la crisis y cómo las sanciones nada tienen que ver con los padecimientos del pueblo venezolano.
Lastimosamente en varias ocasiones me ha tocado ser profeta de hechos que no son los que precisamente deseo para mi país. Esta vez me anticipo a ver el golpe que se llevarán contra la pared de la cruda realidad, aquéllos que por ignorancia esperan una mejoría en Venezuela a raíz del levantamiento de sanciones. Lo que más impresiona es verlos opinar con tanta seguridad cuando ni se han leído las respectivas Resoluciones de la OFAC, ni el contenido de las sanciones impuestas por otros organismos como el TIAR desde la OEA, o las del Parlamento Europeo, o las denuncias hechas por los fiscales americanos contra los narco-funcionarios del Régimen.
Creen acaso que bajará la inflación en la economía venezolana por el levantamiento de las sanciones? Creen que mejorarán en términos reales las pensiones de nuestros ancianos? Creen que PDVSA volverá a producir 3 millones de barriles diarios? Creen que bajará la delincuencia y la corrupción en el país? Creen que habrán más medicinas y funcionarán los hospitales si quitan las sanciones? Creen que mejorará la calidad de vida del venezolano y su poder adquisitivo real? Creen que habrá mejoría en acceso a la gasolina y el gas, y en los servicios de luz eléctrica y agua potable? Más dinero para la organización criminal de Maduro si habrá, eso les aseguro.
Pero así son muchos venezolanos, temerarios para opinar de lo que no saben, y hasta te atacan por uno pedir que no se le levanten las sanciones al Régimen de Maduro. Jamás llegará ese dinero al pueblo, no pasó antes de las sanciones, no pasó durante las sanciones, tampoco pasará ahora ni luego.
Las sanciones no son un fin en sí mismo. Son un instrumento de presión y negociación. Sin eso, Maduro hará lo que le dé la gana y tendrá más dinero y respaldo político para mantenerse en el poder junto con sus cómplices del Cartel de los Soles.
Es una muestra de suma debilidad por parte de la actual administración en los Estados Unidos
el levantar algunas de las sanciones como condición de que el malandro de Miraflores se siente de nuevo en una mesa de negociación en México, que ya se sabe A Priori que lo beneficiará a él, más no a la verdadera oposición venezolana. Lugar idóneo para el Régimen ganar tiempo y manipular el tablero político con una oposición que no representa precisamente al grueso de la sociedad civil y que huele a cómplice del Régimen en su estrategia de lavado de imagen ante la Comunidad Internacional.
Maduro va con una 9 milímetros a la mesa de negociación en México, mientras que la oposición ahora se sienta en esa mesa con un cuchillo de plástico.