Caracas. – Una disparidad de visiones entre el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, y el enviado especial, Richard Grenell, impidió que se concretara un canje de presos entre ese país y el narcorégimen chavista.
El plan, que no se concretó, estimaba rescatar a los estadounidenses secuestrados por la tiranía chavista a cambio de los 250 venezolanos detenidos en El Salvador.
Según The New York Times, Rubio supervisaba de cerca el acuerdo, y estaba a punto de dar su aprobación, pero Grenell seguía su propia agenda al respecto, haciendo ofrecimientos al sistema criminal chavista, que este aceptó por considerarlos más atractivos, pero que no estaban contemplados por Rubio.
El medio estadounidense explicó, que el acuerdo se truncó, en parte, porque el enviado especial de Trump a Venezuela, Richard Grenell, impulsaba un trato distinto: liberar a los estadounidenses a cambio de permitir a Chevron seguir operando en Venezuela, fuente clave de ingresos para el gobierno de Maduro.
Ambos canales de la Casa Blanca realizaron comunicaciones con el mismo interlocutor de la tiranía: Jorge Rodríguez. No obstante, la falta de coordinación entre el Departamento de Estado y el equipo de Grenell habría generado confusión en la cúpula de Maduro, que terminó sin saber con quién hablaba realmente la Casa Blanca.
El plan de Rubio y John McNamara, encargado de negocios en Bogotá que supervisa los asuntos venezolanos, contemplaba enviar un avión venezolano a El Salvador para recoger a los migrantes, mientras que EE. UU. enviaría un vuelo a Caracas para repatriar a 11 ciudadanos estadounidenses y liberar a unos 80 presos políticos venezolanos.
Sin embargo, de manera simultánea, Grenell ofrecía al narcochavismo un alivio de las sanciones petroleras, lo que hubiera permitido a Chevron exportar crudo venezolano a cambio de la liberación de los estadounidenses. Según Grenell, la propuesta habría sido discutida directamente con Trump y este la habría apoyado, aunque en realidad no contaba con una aprobación formal.
Mientras Rubio y otros republicanos cubano-americanos han apoyado tradicionalmente un enfoque de sanciones y aislamiento hacia Venezuela, Grenell ha mostrado mayor disposición a negociar con la tiranía de Maduro.
También, fuentes de la Casa Blanca aseguraron a The New York Times, que por los momentos no está previsto aliviar sanciones al narcorégimen chavista, ni reactivarle la licencia a Chevron para que opere en Venezuela.
A pesar de las discrepancias, la Casa Blanca aseguró que no hay divisiones ni pugnas internas, y que el presidente Donald Trump sigue teniendo un solo equipo, además de ser él quien tomará las decisiones finales.


