Por Luis Palacios R., mpusico venezolano.
El 2025 inicia para Venezuela con la habitual crisis que todos padecemos, en el ámbito socio-político, económico, sanitario, educativo y por supuesto cultural. En esta oportunidad este escrito no busca “llover sobre lo mojado”, pero si denunciar incongruencias de las que nadie habla, aunque no sean prioridad en un país que tiene mucho más de qué ocuparse, pues durante más de dos décadas, fallecen venezolanos por falta de recursos, medicinas, sueldos dignos y una buena atención médica pública, por la que, se supone, todos pagamos cada vez más impuestos, cada vez más altos.
Tras 25 años bajo una misma línea política, la nación aun cuenta con instituciones educativas sin sede propia, en pésimas condiciones, sin recursos y al mismo nivel de desatención y destrucción que hospitales, centros de salud y atención médica. No hay envío de recursos, ni siquiera podemos decir que “insuficientes”, las denuncias son ignoradas o tomadas como un delito cuya pena merece la privación de libertad, como en el caso de médicos que han mencionado la falta de recursos para la óptima atención de sus pacientes y, desgraciadamente, no se puede hacer nada frente a tanta desidia.
En algunos centros educativos venezolanos, el Estado solo se limita a pagar sueldos paupérrimos, como es el caso de colegios, conservatorios y escuelas en Caracas, Miranda, Vargas, Carabobo, Aragua, Yaracuy, Lara, Trujillo, Mérida, Táchira, Barinas, Guárico, Apure, Cojedes, Nueva Esparta, Sucre, Monagas, Delta Amacuro, Amazonas, Bolívar, Falcón, Zulia, Anzoátegui y Portuguesa.
En muchas de estas instituciones no hay servicio eléctrico, no hay agua, no hay baños que puedan usar niños y adultos, ni siquiera personal de limpieza. Hemos visto en el pasado como directivos del Conservatorio de Música del Estado Aragua se hacen de un coleto para limpiar sus instalaciones, al igual que ha ocurrido y ocurre con docentes y personal en instituciones como la “Juan Manuel Olivares”, la “José Ángel Lamas”, la “Sebastián Echeverría Lozano”, la “Eneas Perdomo”, la “Blanca Estrella de Méscoli”, entre otras.
El maestro Vicente Emilio Sojo no hallaría ahora modo de lograr su cometido si sostuviese nuevamente una brocha para pintar las paredes de su amada escuela.
Muchos de estos históricos centros educativos musicales ni siquiera pueden contar con tener instrumentos en buen estado para la cabal formación de sus estudiantes y, en la mayoría de los casos, tampoco en mal estado; ni soñar con cumplir cabalmente con el pensum educativo que yace cual letra muerta en la gaceta oficial correspondiente.
En Venezuela existe una balanza en la que un millar de instituciones no perciben todo lo que deberían y unas pocas sí que reciben, incluso con la materialización de giras nacionales e internacionales en la que nuestros estandartes comparten con estrellas de fama internacional que desde hace décadas no visitan suelo venezolano.
“Dudamel y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar celebran el 50º aniversario de el sistema con una gira europea», es el título de nota de prensa publicada por la “Scherzo, revista de música clásica” el 10 de enero de 2025, la cual se reproduce textualmente:
“A lo largo del mes de enero, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la batuta de Gustavo Dudamel, recorrerá algunas de las principales salas de conciertos europeas para conmemorar el 50º aniversario de El Sistema, la institución venezolana que ha ofrecido formación musical gratuita a miles de jóvenes de entornos vulnerables, promoviendo su desarrollo personal y social.
La gira europea comenzará mañana, 11 de enero, en la Philharmonie de Paris y llevará a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar por Londres (15 y 16 de enero), Luxemburgo (18 y 19 de enero), Berlín (21 de enero), Múnich (22 de enero), Bruselas (23 de enero) y Madrid”.
Gustavo Dudamel y alrededor de 120 personas más viajarán subsidiados por los venezolanos a seis países distintos. Esto implica obviamente lo común, gastos de boletos de avión, transporte, hospedaje, refrigerios, honorarios y otros viáticos.
En Londres, una noche para dos adultos cuesta entre USD$ 170 y USD$ 400 según “las estrellas” del hotel que reciba a nuestros músicos; en Luxemburgo entre USD$ 80 y USD$ 400; el precio promedio de un hotel de 3 estrellas en Berlín es de aproximadamente USD$ 1.682 por noche y el más económico cuesta $280 por noche; así también en Alemania puede oscilar entre USD$ 310 y USD$ 400 solo la noche; en Bruselas el costo es parecido y en Madrid entre USD$ 150 y más. Todo ello según lo obtenido en una simple búsqueda en google que cualquier lector puede realizar y corroborar.
A vuelo de pájaro, podría decirse que el sistema necesitó sólo en términos de hospedaje, la cantidad de ciento cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de América (USD$ 150.000) si sólo quisieran quedarse una noche en cada uno de los lugares citados por Scherzo. A esto se debe sumar el costo de pasajes de avión desde Venezuela y vuelos internos en Europa, gastos de transporte —que no será precisamente público—, las comidas y demás necesarios en una gira internacional de representantes de Venezuela; programas de conciertos, logística, hidratación, personal técnico que apoye a la orquesta y al maestro Dudamel, etc.
Ahora bien, ¿Qué pasa con los honorarios de todos nuestros asiduos representantes? ¿Cuánto cobra Dudamel y cuánto le pagarán a los músicos y el equipo que les acompañe? ¿Recibirán un sueldo mensual de USD$ 40 igual que los docentes y directivos de nuestras instituciones musicales públicas? ¿Cobrarán lo mismo que cobran directores de bandas del Estado?
Scherzo también publicó que “La gira europea es el inicio de una serie de actividades conmemorativas que continuarán en Venezuela a partir del 12 de febrero, fecha de su fundación, con un evento especial en el Teatro Teresa Carreño de Caracas.”.
¿Cuánto dinero hay detrás de cada actividad conmemorativa? La mayoría de los conciertos realizados por El Sistema en Venezuela son gratuitos, lo que nos lleva a presumir que no existe la autogestión sino el subsidio del Estado que, a su vez, impone tributos a los venezolanos para beneficio de El Sistema y no de todas las instituciones educativas públicas, tan nuestras como El Sistema creado por Abreu, sin dejar de lado a los mismos núcleos de El Sistema que a lo largo y ancho del país no cuentan con recursos suficientes, al mismo nivel de otras instituciones.
Es cierto que se acostumbra la presencia de patrocinantes en las actividades de El Sistema, pero ¿cuánto del presupuesto es subsidiado indiscriminadamente por los venezolanos? ¿Existe algún organismo de contraloría que imparcial pueda constatarlo? Sabemos la respuesta.
“Los núcleos de El Sistema no tienen los mismos recursos con que cuenta Dudamel. Se enseña con las uñas, pero si tenemos que estar prestos para cualquier evento, record guiness o lo que se les ocurra para lavar su imagen, aunque no haya ni cómo devolver a los jóvenes de vuelta a sus casas”, comentó Carlos, docente en uno de ellos.
El Teatro Teresa Carreño recibirá a Dudamel a partir de febrero 2025, el mismo histórico templo del arte que hoy cobra entre USD$ 10.000 y USD$ 20.000 por concepto de alquiler de sus espacios, sea o no gratis la actividad deseada. ¿Puede pagar también el artista venezolano el alquiler de estas salas? ¿Cuántas veces se ha presentado la histórica y centenaria Escuela Superior de Música “José Ángel Lamas” en la Sala Rivas o en la Ríos Reyna ¿Pueden acceder a ello la “Juan Manuel Olivares” o la “Lino Gallardo”? ¿Pueden músicos del Conservatorio de Música del Estado Aragua pagar por ello?
Todos sabemos de instituciones que sí han podido lograrlo, como la Orquesta Sinfónica de Venezuela, la Schola Cantorum de Venezuela, la Camerata de Caracas, entre otras con “más suerte” y representación en el Teresa Carreño que las viejas escuelas, en donde, cabe resaltar, se formaron y laboraron quienes dirigen gran parte de estas insignes instituciones.
El crítico escritor Geoffrey Baker ha expuesto: “El Sistema es esencialmente una organización política… porque se dirige desde la oficina del presidente y su junta directiva incluye a políticos de alto perfil, incluido el hijo de Nicolás Maduro y Delcy Rodríguez”.
Rostros que se han visto reunidos con directivos de El Sistema, del Teatro Teresa Carreño y su compañía de ópera, entre otros. Son los mismos que hoy parecen querer dirigir los únicos grandes acontecimientos culturales capitalinos, como mencioné en mi artículo anterior “Nessun dorma Venezuela”; únicos eventos debido a la misma balanza que hoy no se equilibra para todos.
¿Cuántos de nuestros cantantes líricos en el exterior pueden acercarse a El Sistema o al Teatro Teresa Carreño para lograr conciertos o galas en Venezuela? ¿Cuántos de ellos cuentan con miles de dólares para lograrlo?
Tanto Abreu como sus herederos y legatarios morales afirmaron siempre que el objetivo de El Sistema es servir mediante la música a Venezuela y las comunidades. ¿Cuántos de ellos cuentan con El Sistema para ello? ¿Únicamente las comunidades de Berlín, Múnich, Luxemburgo y Madrid? ¿Están beneficiando a Venezuela con sus giras en medio de la cruenta crisis que padece?
“El que me ataca por denunciar ciertas verdades incómodas, también le está dando la espalda a los músicos y a los venezolanos que están hartos de ser utilizados por el régimen (…). Eso incluye a los músicos del Sistema en este artículo que también se unieron a la denuncia. Si no me van a escuchar a mí, escúchenlos a ellos”, expuso la pianista venezolana Gabriela Montero.
Es así que en nuestro país la cultura está en crisis y en manos de pocos, cuyos intereses se alinean a los de Maduro y su séquito, hasta que se compruebe lo contrario. Basta ver quiénes han acompañado a su “gestión” en sus momentos cumbres, los directores, orquestas y agrupaciones que estuvieron presentes, por ejemplo, para conmemorar la muerte de Hugo Chávez sin nunca denunciar todas estas aberraciones. ¿Recuerdan quienes dirigieron a Beethoven, Mozart y otros compositores para el fallecido militar?
“Nada de esto equivale a desconocer los logros de la obra de Abreu. (…) También se debe reconocer que algunos de los discípulos de El Sistema salieron de la pobreza gracias a la música. El ejemplo más notable lo encarna el contrabajista Edicson Ruiz, quien pasó de San Agustín, un barrio pobre y peligroso de Caracas, a los atriles de la Filarmónica de Berlín”, expresó Aquiles Esté para el New York Times, frente a sus denuncias por populismo y corrupción a manos de Abreu y El Sistema.
Es por ello que esta denuncia se constituye en protesta a la realidad venezolana, sin dejar de lado o hacernos ciegos a la crisis que, con características en constante cambio nunca positivo, agobia y tortura a todos los venezolanos de bien. Sirvan estas palabras a los efectos morales y humanos respectivos»,