Un contundente informe emitido por el Comité de Seguridad Nacional del Senado de EE. UU. ha responsabilizado a las agencias federales de salud por no advertir oportuna y adecuadamente a la población sobre los efectos secundarios potencialmente mortales de las vacunas de ARNm contra el COVID-19.
El documento pone especial énfasis en el riesgo de miocarditis en hombres jóvenes y sugiere que la administración del presidente Joe Biden pudo haber ocultado activamente estos riesgos.
El Dr. Jordan Vaughn, presidente de la Fundación de Investigación Microvascular, testificó en el Capitolio criticando la decisión de los funcionarios de salud pública en 2021 de no emitir una comunicación formal a través de la Red de Alerta de Salud, incluso cuando los mayores riesgos de la vacuna COVID-19 se hicieron evidentes.
Desde febrero de 2021, las autoridades sanitarias federales ya estaban recibiendo alertas sobre un «aumento considerable de casos de miocarditis» en jóvenes vacunados, intensificándose la preocupación tras un reporte del Ministerio de Salud de Israel sobre 40 casos similares.
A pesar de esta temprana conciencia, no fue sino hasta finales de junio de 2021 que se modificaron las etiquetas del fármaco de Pfizer para incluir la miocarditis como efecto adverso. El informe senatorial de 54 páginas afirma que «la administración Biden optó por no emitir durante meses una advertencia formal al público sobre las preocupaciones de seguridad, poniendo en peligro la salud de los jóvenes estadounidenses».
Durante el lapso en que las autoridades demoraron en actualizar las advertencias, e incluso posteriormente, diversos médicos y científicos que expresaron preocupación por los posibles vínculos entre la miocarditis y las vacunas ARNm fueron objeto de censura, silenciados o acusados de difundir «desinformación».
Casos como el de la Dra. Tracy Beth Hoeg, cuyo tuit sobre riesgos de miocarditis fue clasificado como «engañoso», y la suspensión de la cuenta de Twitter del cardiólogo Anish Koka por compartir investigaciones al respecto, ilustran estas represalias.
En lugar de una Alerta de Salud Pública formal y directa, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) optaron por publicar una nota en su sitio web el 28 de mayo de 2021. En dicha comunicación, reconocieron un «incremento en los casos de miocarditis y pericarditis» en Estados Unidos tras la aplicación de las vacunas de ARNm, pero, significativamente, continuaron recomendando la vacunación para personas a partir de los 12 años.
En este marco, el informe del Senado concluye planteando serias interrogantes sobre la transparencia y la celeridad de las agencias federales de salud en la comunicación de riesgos asociados a las vacunas.
Si bien los CDC han mantenido que la mayoría de quienes padecen estas reacciones secundarias suelen recuperar su salud con el tiempo, las conclusiones del comité subrayan una presunta falla en la protección de la salud pública al no informar de manera completa y temprana.