El efecto Betancourt: 90 años después

Por  @carrascolince

de @OrdenVzla

Rómulo Betancourt es venerado en los altares de Acción Democrática, pero la opinión pública desconoce su relación, con el desastre actual de Venezuela. La efectiva propaganda del partido blanco ha borrado una línea de tiempo, que comenzó con la publicación del Plan de Barranquilla en marzo de 1931; creando un inconsciente colectivo en la historia contemporánea.                                                                                            

Se trata del proyecto marxista para nuestro país, escrito por el futuro cofundador del Partido Comunista Costarricense, junto a otros 11 políticos; donde destaca Raúl Leoni, sucesor de Betancourt en la presidencia. Con este manifiesto, la izquierda venezolana entró en el escenario de poder, que anteriormente estuvo controlado por el Ejército y sus facciones conservadoras, liberales y nacionalistas, según la época.                      

Con una arrogancia histórica, el bachiller Betancourt ofende a estadistas como José Antonio Páez, a quien califica de “traidor a los ideales de su clase y conculcador sistemático de la libertad económica de los hombres, con los cuales había luchado por la conquista de la libertad política”; para aliarse según él, “con una burguesía rural de cepa latifundista”, después de caída la Gran Colombia en 1830.                                                                  

De igual manera, el fundador de Acción Democrática rechazó el Decreto de Instrucción Pública del ilustre abogado Antonio Guzmán Blanco, por el supuesto fracaso en la educación popular; así como el Código del Trabajo de 1928 durante el gobierno de Gómez, precursor del derecho laboral venezolano, por su “reaccionaria contextura fascista”.                                                                                                                    

Lo que hizo Betancourt fue usar el discurso del materialismo histórico y la lucha de clases marxista, para darle una visión negativa a nuestro pasado (técnica de propaganda de los adecos), sin reconocer las políticas de Estado positivas, como la autonomía nacional de Venezuela (Páez), la primera etapa de modernización (Guzmán Blanco) y el pago de la deuda externa (Gómez).                                                   

Betancourt utilizó el mismo relato, aplicado hoy por el chavismo, para justificar los cambios radicales que según él, necesitaba Venezuela y los cuales serán citados en este artículo, mediante el uso de guiones, para destacar la lógica de la izquierda criolla y sus vínculos:  

– El capitalismo imperialista necesita apoyar y sostener en el gobierno de los pueblos donde hace inversiones, a hombres sin escrúpulos ni noción de defensa nacional, para asegurarle el máximum de rendimiento a sus trusts y carteles inversionistas.

– Inmediata expedición de decretos protegiendo a las clases productoras de la tiranía capitalista.

– Protección efectiva para el proletariado urbano, mejorando y elevando su standard de vida; un pedazo de tierra, sin capataces y sin amos, para el campesino desposeído por la voracidad de los terratenientes.

– Confiscación de los bienes de Gómez, sus familiares y servidores; y comienzo inmediato de su explotación por el pueblo y no por jefes revolucionarios triunfantes.

– Control por el Estado o el Municipio de las industrias que por su carácter, constituyen monopolios de servicios públicos.

Bajo esta visión de izquierda, Betancourt argumentaría después en su libro Venezuela, política y petróleo de 1956, el rechazo a la política de concesiones de Gómez y Pérez Jiménez, sin reconocer dos logros importantes como el pago de la deuda externa (1930) y la segunda etapa de modernización, con grandes obras públicas (1948-1958).                                                                                                                                                 

Pero además, su defensa del monopolio del Estado y la creación de la OPEP, ocasionaron que Venezuela perdiera el liderazgo de exportación mundial (1928-1970), la caída permanente de su producción y la entrega del mercado a los sauditas; quienes hoy aplastaron a PDVSA con una diferencia abismal: 9.054.000 BPD versus 487.000 BPD.                                                                                                                                    

En este sentido, es importante hacer un análisis de fondo sobre los resultados, más allá de la discusión superficial entre democracia (bueno) y dictadura (malo).  De igual manera, no se puede olvidar que la segunda etapa de la deuda externa fue iniciada por Betancourt en 1959 y al presente asciende a una obligación de 175.000 millones de dólares.  

Luego de la muerte de Gómez, se produjo una rivalidad entre los 3 bandos que se disputaban el poder; ante la ausencia de un liderazgo que pudiera reemplazar a la autoridad más fuerte de nuestra historia republicana: generales del gomecismo o la llamada guardia vieja (I), partidos políticos (II) y una generación joven de militares (III), de donde nació el Nuevo Ideal Nacional.                                                                                 

Para enfrentar esta lucha, con un cálculo electoral, Betancourt se puso el traje de reformista como buen socialdemócrata, con el objetivo de tratar de “borrar su pasado marxista”. En el contexto de la Guerra Fría, se alineó con Estados Unidos (Kennedy) para extraditar a Pérez Jiménez y mantener buenas relaciones petroleras con la “tiranía capitalista”.                                                                                                                                   

Vistos como traidores, Betancourt y Leoni generaron las divisiones internas de Acción Democrática, con el nacimiento de organizaciones como el MIR (1960), MEP (1967) y Liga Socialista (1969); que tenían acercamientos con el MAS (división del Partido Comunista de Venezuela en 1971).                                                                                           

No es una casualidad que los padres de Maduro y Jorge Rodríguez hayan comenzado su militancia política en Acción Democrática, para luego migrar hacia estos movimientos de extrema izquierda; que actualmente controlan el poder bajo el nombre del PSUV.  Pero volviendo al Plan de Barranquilla y con el discurso de la dictadura del proletariado, Betancourt propuso un cambio violento para nuestro país:

– Nuestra revolución debe ser social y no meramente política. Liquidar a Gómez y con él al gomecismo, vale decir, al régimen latifundista-caudillista, entraña la necesidad de destruir en sus fundamentos económicos y sociales.

– Coexistiendo con la tarea concreta de acopiar elementos de todo orden para la lucha armada, debe desarrollarse activamente otra de análisis de los factores políticos, sociales y económicos, que permitieron el arraigo y duración prolongada del orden de cosas que se pretende destruir. Si no se cumple esta tarea, el triunfo de la revolución, o de la acción cualquiera que termine con el régimen de Gómez, nos hallaría profesando la tesis simplista y anti sociológica de que la “zamarrería” y la “ausencia de fronteras morales” en aquél, explican y justifican el cuarto siglo de rehabilitación. En consecuencia, se caería también el error de suponer que con la simple renovación de la superestructura política, estaba asegurado para Venezuela un ciclo de vida patriarcal.    

– Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija un gobierno provisional.

– Los que suscriben este plan se comprometen a luchar por las reivindicaciones en él sustentadas y a ingresar como militantes activos en el partido político, que se organizará dentro del país sobre sus bases.

¡Todo por Venezuela y su mejor destino!

¡Venezuela quiere ORDEN!

ORDEN carga contra Vente Venezuela: “estirpe de traidores y serpientes”

El Movimiento Nacionalista ORDEN se suma a las agrupaciones políticas que han criticado al partido liderado por la activista María Corina Machado, Vente Venezuela, tras haberse hecho pública su postura en apoyo al estatuto de continuidad de la Asamblea Nacional presidida por el diputado de Vargas, Juan Guaidó.

ORDEN catalogó de “espectáculo” la vocería crítica de Machado en contra de Guaidó a mediados de años, al mismo tiempo que se refirió a su partido como “escoria” y “estirpe de serpientes y traidores”.

Por su parte, un miembro de la organización, Luis Estrada, aseguró que esta posición no debería ser sorpresa para ningún ciudadano al mismo tiempo que afirmo que la exdiputada Machado forma parte del status quo de las élites políticas venezolana, “María Corina y su partido siempre fueron del Establishment político socialista que convivió con el chavismo.”

Estrada recordó el activismo de Machado en Súmate y la responsabilizó de haberle dado información al régimen sobre los firmantes para el revocatorio a inicio de los 2000, “recordemos su empresa Sumate y que fue ella la verdadera creadora de la lista Tascon, quien vendio esas firmas al chavismo.”

Respuesta a «El revisionismo histórico contra la democracia»

El señor Alejandro Armas, columnista de runrunes.es en su artículo “El revisionismo histórico” publicado el 23 de octubre, expone falacias contra el Movimiento Nacionalista ORDEN y contra todo aquel que se identifique con el Nuevo Ideal Nacional. Abre su escrito con un intento de elegancia intelectual en el que pretende edulcorar las descalificaciones típicas de un socialdemócrata en Venezuela cuando no encuentra argumentos sólidos para sostener que los cuarenta años de su “magnifica, benevolente y superior socialdemocracia” son los responsables de la llegada de la tiranía chavista.

Este señor nos señala difamatoriamente  de psicópatas por estar fascinados por el centro de reclusión Guasina. En primer lugar, jamás el Movimiento Nacionalista ORDEN ha hecho declaración por el estilo ni manifestado tal agrado, en segundo lugar el 17 de diciembre de 1952 fue clausurado el penal Guasina. ¡Si! El mismo Pérez Jiménez dio instrucciones para que se cerrara y pusieran en libertad a todos los detenidos políticos. Afortunadamente para este caballero (doy un trato muy elevado), en Venezuela por el momento no hay instituciones ni Estado de Derecho, porque de lo contrario procederíamos a una demanda por difamación.

Por otra parte, presume de una intelectualidad de la cual carece al hacer analogías entre jerarcas del Nazismo alemán y jerarcas del Nuevo Ideal Nacional. La visceralidad de este señor lo lleva a estandarizar dos sistemas completamente diferentes desde cualquier perspectiva, pues es más que sabidas las características del nacionalsocialismo y de sus consecuencias incomparables. Al mismo tiempo, en medio de su visceralidad, nos llama “admiradores de Pérez Jiménez” con cierto aire despectivo, por una parte no nos ofende con eso y por otra parte más que el personalismo, hemos reivindicado la visión de país del Nuevo Ideal Nacional como Bandera Política para el desarrollo y el engrandecimiento de la Nación. Sin embargo, no daré mayor explicación en este particular porque todos aquellos que han leído nuestro ideario y nuestras propuestas saben perfectamente nuestra base.

El artículo expresa que somos una amenaza para Venezuela, continuando así las difamaciones. Amenaza para el país es la izquierda, el marxismo, la progresía, la socialdemocracia, el chavismo y la “oposición”; nosotros somos una alternativa para Venezuela frente a las verdaderas amenazas de los reductos socialdemócratas que se empeñan en imponer el socialismo e inundar a la Nación de vicios, ocios, aberraciones y corrupciones de toda índole. El “fenómeno de los nuevos admiradores de Pérez Jiménez” como lo define el señor Armas, aumenta porque ya muchos venezolanos no se comen el cuento  de lo maravillosa que es la socialdemocracia, esa misma socialdemocracia que prometió que después de Pérez Jiménez Venezuela iba a estar mucho mejor, esa misma socialdemocracia que engendró al régimen chavista y convive con él. La socialdemocracia de las mil promesas en campaña electoral y del millón de engaños es la que “desea suplantar al chavismo”. Ya no se comen el cuento que siempre les han vendido y en consecuencia acuden a la historia, contrastan, analizan, cuestionan y ya están empezando a exigir. Si, exigen un cambio en la forma y en el fondo y así paso a paso aumentan quienes despiertan, contrastan y demandan. Esto es el resultado del arduo trabajo que durante más de 8 años ha hecho el Movimiento Nacionalista ORDEN en orientar a la población con un lenguaje sencillo, claro y llano, al punto que comprendieran a cabalidad los fundamentos que impulsan al Movimiento y asumieran estas Banderas como propias, porque es una manifestación de los requerimientos del Pueblo al entender el largo engaño y la vil traición de los abanderados de la socialdemocracia, porque este impulso trasciende a una simple reivindicación reaccionaria y momentánea. De este modo, desde las fibras de la población se ha logrado internalizar la magnitud del ultraje a Venezuela que ha tomado cuerpo con los cambios de persona o alternabilidad de toldas con el mismo paraguas ideológico: El socialismo.

Según este artículo “el revisionismo” del cual nos señala pretende denigrar el período democrático comparándonos y/o asemejándonos con el chavismo. En primer lugar nada se está denigrando, solo se expone la realidad caracterizada con una creciente corrupción, clientelismo y nepotismo que la misma democracia brotó de sus entrañas; y si algún régimen hay que comparar con el chavismo es la socialdemocracia que se instauró desde 1958 y que tanto ensalza este palangrista de la MUD, pues en corrupción y desfalco a la Nación los chavistas aprendieron y superaron a sus maestros antecesores; o ¿Es que se va a olvidar los casos de los jeeps, Van Dame, Recadi, Colitas aéreas de PDVSA y muchas otras más?

En otro ORDEN de ideas, no hemos magnificado las obras del período del Nuevo Ideal Nacional, a través del tiempo ellas hablan por sí solas. Ahora bien, por lógica, y no es necesario ser  “periodista” ni tener “maestría en Ciencias Políticas” para entender que en 40 años se pueden construir más obras que en los 5 años que este señor denomina perejimenizmo. Tal vez lo que si le cueste entender a este “magister” es que la corrupción presente en esas obras de los 40 años entre otras cosas justificó desgraciadamente el advenimiento del chavismo.

Bien tiene razón en manifestar que los ranchos datan mucho antes de la socialdemocracia, y es que un país netamente rural con la explosión desarrollista que vivió Venezuela durante la primera mitad del siglo XX, se experimentó una gran migración del campo a la ciudad, y en efecto para 1950 habían 40.000 ranchos aproximadamente en la ciudad capital y para 1957 quedaban cerca de 8.000 ranchos según Blanco Muñoz en Habla el General. Si bien es cierto los ranchos no los produjo la socialdemocracia porque indiscutiblemente era una problemática presente desde principios de siglo XX, también es cierto que los gobiernos socialdemócratas utilizaron las barriadas como plataformas electorales, es decir, generarían esperanzas de una vida digna y mejor con promesas incumplidas al mismo tiempo de multiplicar la pobreza para asegurar votos con las mismas promesas, en otras palabras, un circulo vicioso que le abriría las puertas y le abonaría el terreno al socialismo revolucionario.

El afán de este Pelandusca de la MUD de exaltar la socialdemocracia tiene como objeto hacer la plataforma mediática cómoda para que vuelvan los mismos de siempre a turnarse para desangrar a Venezuela. Así mismo, a la luz de los acontecimientos, la socialdemocracia ha demostrado ser una estafa y los socialdemócratas unos manipuladores, mentirosos, traficantes de esperanzas y vividores de la calamidad de los venezolanos; vividores que engañan y prometen, vividores que roban igual o más que el chavismo. El punto fundamental no es exponer “cuan bonita” es la socialdemocracia en sus cimientos teóricos, lo realmente importante son los resultados que arroje en la realidad, que infelizmente para Venezuela no han sido los mejores; a menos que, congraciado con los que le pagan para que defienda lo indefendible, justifique la corrupción de otrora porque fue en socialdemocracia así como la actual corrupción azul que se equipara a la roja con escandalosos casos como el desfalco de la ayuda humanitaria, el caso de Monomeros, Odebrech, Citgo, Dervick, ONG´S, licitaciones y más casos, que por cierto están involucrados absolutamente todos los socialdemócratas “opositores” y evaden las acusaciones.

Lo referente a los DDHH no podía faltar para detractar el período del Nuevo Ideal Nacional y por la ausencia real de la “larga lista de desaparecidos y muertos” que figuran en la novela televisiva Estefanía no pude desprenderse del nombre de Leonardo Ruiz Pineda. ¿Será que por exigir pruebas de esos señalamientos nos llama peyorativamente revisionistas? ¡Posiblemente!

Este señor habla de términos morales. Para él no es moral rebelarse a un gobierno electo, no importa si roba, auspicia la pobreza, persigue, encarcela, tortura, desaparece o mata; al fin y al cabo fue electo por el Pueblo. ¡Claro! Para el palangrista si es moral que la corrupción y la tiranía devoren al país, porque es expresión del Pueblo en las urnas y rebelarse atenta contra la estabilidad de la socialdemocracia. ¡Cómicos los términos morales de este sujeto! Bajo esta lógica no es moral rebelarse al régimen chavista porque fue electo por el Pueblo en las urnas en 1998, el cual tiene origen golpista el 4 de febrero de 1992. No es moral rebelarse al régimen que fue “electo” en las urnas con sobrados márgenes de fraudes avalados por la “oposición” que lo legitima cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo. Aquí se encuentra la contradicción existencial de los “términos morales” de este señor que antepone la socialdemocracia electa ante el derecho natural a rebelarse contra cualquier tiranía para lograr la Libertad y restablecer la República y pone en evidencia que está al servicio de la camarilla que coopera con el chavismo. Entonces es de entender la razón por la cual estos socialdemócratas han echado por tierra toda posibilidad de rebelión como la de Oscar Pérez, el Capitán Caguaripano y demás oficiales patriotas que han intentado liberar a la Nación. Todo cobra sentido en la moralidad de los defensores de la socialdemocracia.

No me detendré en el juicio político a Pérez Jiménez, donde no se le comprueban los delitos que le imputaron porque mágicamente no presentaron las evidencias de violación de DDHH ni de malversación. Pero si alguna semejanza se puede encontrar con el chavismo es justamente en el período de los 40 años de la socialdemocracia, que inhabilitó políticamente al Ex Presidente Pérez Jiménez luego de obtener 499.000 votos en las urnas por el circuito de Caracas para el escaño de senador, gracias a una enmienda constitucional, desconociendo irónicamente la decisión de casi medio millón de personas que se expresó en las urnas. Y así aprendió el chavismo a fabricar leyes a su conveniente medida.

Finalmente, una figura remilgada que nos descalifica producto de su efervescencia catamenial y nos amenaza con guerra señalándonos de revisionistas con demás descalificativos, no va a mermar nuestra convicción ni bajar la voluntad de levantar nuestras Banderas Políticas. Que siga nadando en su hueca petulancia, que mientras más alarde hace de “defender un mínimo de verdad objetiva ajena al relativismo” más se ahoga en la contradicción de tolerar la corrupción y las mentiras de sus amos socialdemócratas. Que llame o despotrique como quiera al período andino, la justificación del mismo no es la reacción momentánea, es una respuesta a la barbarie heredada y al atraso de más de un siglo,  la cual bajo la mirada de pensadores venezolanos con el positivismo se intentó poner un incipiente orden para neutralizar el caos, organizar la casa y establecer un destino compartido.

Venezuela Quiere ORDEN

Venezuela Ante TODO

Por @NelsonRZVen

de @OrdenVzla

ORDEN califica de “gamelote” reconocimiento internacional de Juan Guaidó

A través de sus redes sociales, el Movimiento Nacionalista ORDEN, calificó el reconocimiento internacional de Juan Guaidó como presidente interino de “gamelote”.

El Movimiento Nacionalista argumentó que absolutamente todos los países que reconocen a Juan Guaidó, a excepción de los Estados Unidos, mantienen a las embajadas del régimen de Nicolás Maduro acreditadas en su territorio.

Cabe destacar que el pasaporte venezolano que las naciones reconocen, es el emitido por la tiranía de Venezuela, pues desde el interinato no se creó ninguna institución paralela que se avocara a esta necesidad de los venezolanos.