Una conversación que se hizo viral en redes sociales fue la del magnate Elon Musk que sostuvo con el director del programa mundial de alimentación, David Beasley, pues este último había asegurado que solo con un 2% de su riqueza serían capaces de acabar con el hambre mundial.
Musk humilló a Beasley pues lo único que le pidió para vender todas sus acciones de Tesla fue una contabilidad pública, ante lo cual el empleado de la ONU se rehusó.
Por este motivo, ha sido catalogado como borrego de la semana pues fue incapaz de sostener sus declaraciones públicas y no pudo mostrar pruebas de como su organismo gastaría esos recursos de llegar a obtenerlos.