De Derecha Diario
El Gobierno brasileño incluyó a Petrobras en el Programa de Alianzas de Inversión (PPI), un paso necesario para que la empresa pueda ser privatizada.
Cumpliendo las promesas de la campaña electoral, Jair Bolsonaro formalizó las intenciones del Gobierno para privatizar Petrobras, que desde mediados de 2009 es la empresa estatal más grande de América Latina, superando incluso a Petróleos de Venezuela (PDVSA) y a Petróleos Mexicanos (PEMEX).
El Ministerio de Minas y Energía de Brasil confirmó que Petrobras será incluida dentro del Programa de Alianzas de Inversión (PPI). Este organismo nuclea y coordina las concesiones que realiza el Estado, así como la privatización parcial o total de empresas y activos propiedad del Estado.
La inscripción de Petrobras dentro del PPI es una condición indispensable para llevar a cabo su privatización en un futuro, y al entrar en este programa, equipos técnicos empezarán a analizar su privatización y se desarrollará un proyecto de ley para enviar al Congreso.
El Presidente brasileño se mostró ampliamente disconforme con la administración estatal de la empresa y su política tarifaria. Como ocurrió en muchos países de América Latina (incluyendo Argentina en la década de 1990), la privatización de los hidrocarburos podría ser una vía de escape para abaratar el costo percibido por el consumidor.
La privatización de Petrobras supone la segunda gran iniciativa para el mercado energético de Brasil, después de que el Gobierno alcanzara la privatización de “Petrobras Distribuidora” en 2021, para dar lugar a Vibra Energía SA. Esta empresa se encarga de la distribución y comercialización del combustible en Brasil, y es actualmente la más importante en el país en cuanto a volumen de transacciones.
A su vez, y por orden de magnitudes, la privatización de Petrobras sería la más importante en la historia de Brasil y solamente comparable con la venta de Eletrobras, un proceso que actualmente se está llevando a cabo por iniciativa del Presidente. La gigante eléctrica fue exitosamente vendida por 6.855 millones.
De ser efectivamente reelecto en un segundo mandato, Bolsonaro prometió profundizar la agenda de privatizaciones y concretar la venta de Petrobras. Aun así, para que el proceso tenga lugar será necesario el apoyo político en el Congreso.
El Misterio de Energía resaltó la importancia estratégica de la venta de la empresa, no solamente por su envergadura dentro de la economía, sino también por el contexto internacional favorable al alza del precio del combustible. Esto arroja oportunidades de inversión inéditas para adquirir la empresa petrolera, con una orientación exportadora.