El presidente de EE. UU., Joe Biden, ha subrayado que «es momento de que las partes se pongan de acuerdo» para pactar un alto el fuego en la Franja de Gaza que permita a su vez la liberación de los rehenes que aún siguen en manos de las milicias palestinas, en un contexto de especial tensión en Líbano, donde el mandatario norteamericano teme una «guerra a gran escala».
Biden ha apelado a una rebaja de las tensiones en Oriente Próximo durante su discurso en la Asamblea General de la ONU, un foro desde el que se ha querido mostrar optimista, señalando que, pese a todo, «sigue siendo posible una solución diplomática» que permita poner fin al «infierno» que viven tanto los familiares de los rehenes como los «civiles inocentes» gazatíes.
Cabe señalar que EE. UU. ejerce de mediador en el conflicto junto a Qatar y Egipto, pero por ahora las sucesivas rondas de negociaciones se han saldado sin resultados tangibles. Los combates siguen y la preocupación se ha trasladado en estos últimos días a un nuevo frente en el Líbano.
Biden ha acusado a Hezbolá de comenzar a lanzar proyectiles sobre Israel hace casi un año «sin provocación» alguna, como gesto de solidaridad hacia la población palestina, en un marco donde los ataques israelíes contra cientos de dispositivos de comunicación de Hezbolá y la ola de bombardeos de estos últimos dos días han elevado la tensión a una nueva cota.
«Una guerra a gran escala no beneficia a nadie», ha advertido el presidente estadounidense.
En este marco, ha vuelto a plantear sus críticas a la violencia ejercida sobre los palestinos en Cisjordania y ha llamado a trabajar para lograr una solución de dos Estados, en la que Israel pueda «normalizar» las relaciones con los países vecinos y los palestinos puedan disponer de un territorio propio en el que vivir «en paz y seguridad».