De Derecha Diario
Las medidas tienen como objetivo promover el gasto público en la infraestructura de ferrocarriles y combatir el cambio climático. “Nada contamina más que un viaje en avión”, señaló.
En un nuevo capítulo de la agenda ecologista-radical en Francia, el presidente Emmanuel Macron anunció que el Presupuesto 2024 incluirá fuertes aumentos impositivos sobre los viajes en avión en todo el país.
El último recargo fiscal aplicado sobre este sector se llevó a cabo en 2005, conocido como el “impuesto Chirac” en alusión al ex presidente que lo introdujo, imponiendo un sobrecosto de 3 euros por viaje para la clase económica y 18 euros para los vuelos de primera clase. Las nuevas tarifas para el año 2024 aún no están definidas oficialmente, pero buscarán elevar considerablemente este impuesto para desalentar activamente los viajes en avión.
Los recursos utilizados por las medidas fiscales serán destinados a financiar el aumento del gasto público en obras de infraestructura vinculadas al sector ferroviario y a la promoción verde, según confirmó el ministro de Transporte francés, Clément Beaune.
Esto se suma a un arsenal de medidas subsidiarias para fomentar el viaje en ferrocarril de manera artificial, que según el gobierno de Macron, contamina menos que el avión. “Nada contamina más que el avión“, señaló el ministro Beaune.
Hace solo tres meses, Macron decidió firmar por decreto la prohibición de todos los vuelos nacionales de cabotaje que pudieran ser reemplazados por viajes en tren de menos de 2 horas y 30 minutos.
La prohibición anuló una gran cantidad de operaciones hasta hace muy poco tiempo resultaban comunes, como por ejemplo los vuelos que salían del Aeropuerto de París-Orly con destino a ciudades como Burdeos, Nantes o Lyon. Todo esto quedó completamente obliterado por las recientes regulaciones.
La intención manifiesta del Gobierno es distorsionar deliberadamente los incentivos de uso. Como los vuelos en avión son más accesibles y rápidos que los viajes de tren en términos de tiempo y calidad, los franceses han dejado de usar el tren y cada vez optan más por el avión. Con diferentes medidas, desde el Estado, el presidente de izquierda busca cambiar las preferencias de la gente.
En última instancia, los perjudicados por la intervención serán los consumidores, que se verán forzados a escoger opciones de menor calidad y más costosas que antes.
Para esto se decidió a su vez instrumentar subsidios para conseguir boletos de tren más baratos para determinados grupos de la población, como ancianos, discapacitados y las clases más bajas, a través de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, que retiene el monopolio legal en todo el país.
El presidente Macron también se mostró muy favorable a dos iniciativas impositivas planteadas por la Comisión Europea: un aumento generalizado de los impuestos sobre los combustibles, y un nuevo impuesto sobre el transporte marítimo con escala internacional.