Trump teme que Biden pueda desatar la Tercera Guerra Mundial

El expresidente de EE. UU., Donald Trump, declaró este viernes que el actual presidente del país, Joe Biden, podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial debido a su incompetencia.

«Lo que pasa en Israel podría terminar en una guerra mundial. Tenemos a un presidente que no puede juntar dos frases. Tenemos a un presidente que no puede encontrar las escaleras para bajar del escenario. Tenemos un presidente que no sabe qué diablos está haciendo», manifestó Trump en una comparecencia junto al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en su residencia Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.

En este sentido, resaltó que los más de seis meses que faltan para los comicios generales parecen «una eternidad cuando la gente es incompetente».

Así, Trump calificó de «patética» la advertencia de Biden a Israel sobre un inminente ataque de Irán, al tiempo que apuntó que Teherán «no atacaría» al país hebreo si él fuera el actual inquilino de la Casa Blanca.

«Irán no estaba en posición de atacar. No tenían dinero. Estaban arruinados», señaló, agregando que ahora tiene en su poder «221.000 millones de dólares».

«Con todo lo que hemos hecho, con todos los combates, todas las muertes, miren lo que ha pasado», aseveró Trump, que dijo que EE. UU. pasa por un periodo «peligroso». «Y una gran razón por la que es peligroso es porque tenemos un presidente que es tremendamente incompetente», expresó.

El equipo de Trump exige que Biden se disculpe por faltar el respeto a la Pascua

El equipo de campaña del expresidente estadounidense Donald Trump exige que el actual mandatario y su rival en las presidenciales de noviembre, Joe Biden, se disculpe por declarar el Día de la Visibilidad Transgénero en el Domingo de Pascua que celebran los católicos y protestantes.

Cabe recordar que el Día de la Visibilidad Transexual se celebra el 31 de marzo de cada año desde 2009 con la intención de «concienciar sobre la discriminación a la que se enfrentan las personas trans».

Biden firmó su primera declaración para ese día en 2021 y desde entonces venía haciéndolo todos los años.

Sin embargo, este año, la celebración coincide con el Domingo de Pascua, que cae en una fecha distinta cada año.

La portavoz de campaña de Trump, Karoline Leavitt calificó de «atroz e insultante» que la Casa Blanca «declarara el Domingo de Pascua como ‘Día de Visibilidad Trans'» y que, además, «prohibiera a los niños presentar huevos con diseños religiosos para su Evento de Arte de Pascua».

«Tristemente, estos son solo otros dos ejemplos del asalto, que ya dura años, de la Administración Biden a la fe cristiana. Instamos a la fallida campaña de Joe Biden y a la Casa Blanca a pedir disculpas a los millones de católicos y cristianos en todo Estados Unidos que creen que el día de mañana es para una sola celebración: la resurrección de Jesucristo», afirmó la vocera.

Cabe destacar que estos comentarios responden a la difusión de un comunicado de la Casa Blanca emitido el viernes que llama a honrar el 31 de marzo «la extraordinaria valentía y contribución de los transgéneros estadounidenses» a la formación de una «Unión más perfecta donde todas las personas son creadas iguales y tratadas por igual a lo largo de su vida».

Simultáneamente, la Administración Biden ha prohibido que los hijos de miembros de la Guardia Nacional estadounidense presenten diseños religiosos de huevos de Pascua para el evento artístico de 2024 en la Casa Blanca, según un boletín divulgado recientemente por medios locales.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, comentó que «la Casa Blanca de Biden ha traicionado el principio central de la Pascua, que es la resurrección de Jesucristo».

«Prohibir la verdad y la tradición sagradas, y al mismo tiempo proclamar el Domingo de Pascua como el ‘Día Transgénero’, es indignante y aborrecible. El pueblo estadounidense está tomando nota», escribió el republicano en su cuenta de X.

Trump acude a un tribunal de Nueva York para defender un aplazamiento de un juicio

El expresidente Donald Trump ha acudido este lunes a un tribunal de Nueva York junto a sus abogados para defender un aplazamiento del juicio por el caso de presunto soborno a la exactriz de cine porno Stephanie Clifford, conocida como ‘Stormy Daniels’.

«Estos son casos amañados, todos coordinados por la Casa Blanca y el Departamento de Justicia con fines de interferencia electoral», ha indicado Trump horas antes de la audiencia en la red social Truth Social.

Allí, se ha defendido nuevamente que se trata de una «caza de brujas» liderada por la Administración Biden en su contra.

Cabe señalar que el juez estadounidense Juan Merchan, que lidera el caso, decidió a mediados de marzo programar el proceso para abril después de que la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, entregase a los abogados de Trump decenas de miles de folios relacionados con la investigación.

El magnate fue imputado por más de una treintena de cargos por el posible pago secreto de 130.000 dólares a Clifford para que guardase silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial que ambos habrían mantenido en el pasado y que Trump siempre ha negado.

Es necesario señalar que los pagos en sí no suponen una ilegalidad, pero sí la forma en que los habría efectuado Trump, con la mediación de su entonces abogado Michael Cohen, ya que ocultó los desembolsos a través del conglomerado empresarial liderado por el expresidente.

La audiencia se produce el mismo día en el que se cumple el plazo máximo por el cual el magnate puede cubrir la fianza requerida en el caso de fraude fiscal en Nueva York por inflar el valor de los activos de la Organización Trump.

El juez Arthur Engoron declaró culpable al expresidente por haber inflado el patrimonio neto personal de la Organización Trump en 3.600 millones de dólares entre 2011 y 2021. Dos de sus hijos, Donald Trump Jr. y Eric Trump, también fueron declarados culpables.

EE. UU.: Biden afirma que Trump quiere repetir el asalto al Capitolio

Según el actual presidente de EE. UU., Joe Biden, el expresidente estadounidense Donald Trump quiere que se repita el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, según lo afirmó el sábado al comentar las palabras de su rival político, quien había advertido que EE. UU. se enfrentará a un «baño de sangre» si no gana las elecciones en noviembre.

Cabe recordar que, en un mitin en el estado de Ohio el sábado, Trump dijo: «Ahora, si no salgo elegido, va a ser un baño de sangre. Eso va a ser lo de menos. Va a ser un baño de sangre para el país».

Al respecto, Biden escribió en su cuenta de X: «Está claro que este tipo quiere otro 6 de enero. Pero el pueblo estadounidense le va a propinar otra estrepitosa derrota electoral este noviembre».

Es necesario mencionar que Biden y Trump han logrado los delegados necesarios para su nominación en los partidos Demócrata y Republicano, respectivamente, preparando una revancha en las elecciones.

EE. UU.: Trump pide a la Justicia de Florida desestimar los cargos por extraer documentos clasificados

El equipo legal del expresidente de EE. UU. Donald Trump ha pedido este jueves durante una vista judicial en el estado de Florida que se retiren todos los cargos presentados contra por la gestión indebida de los cientos de documentos clasificados extraídos de la Casa Blanca.

Cabe recordar que en el pasado fueron hallados en su residencia de Mar-a-Lago varios documentos clasificados, tras abandonar el cargo.

Los abogados del expresidente han argumentado que estaba autorizado a guardar estos archivos, por lo que Trump ha vuelto a declararse inocente ante la jueza Aileen Cannon, que se encuentra al frente del caso por presunta violación de las leyes de Registros Presidenciales y Espionaje.

Según la ley estadounidense, aprobada después de que el expresidente Richard Nixon intentara destruir documentos de la Casa Blanca durante el escándalo Watergate, todos los documentos deben ser entregados a los Archivos Nacionales al final de cada mandato presidencial.

El fiscal Jay Bratt ha señalado que el caso de Trump es «único» y que «ningún otro presidente se ha enfrentado a cargos» por delitos similares.

En este sentido, agrega: «Incluso con otros presidentes, nunca se ha dado una situación remotamente similar a esta», según ha recogido la agencia estadounidense de noticias CNN.

Cabe destacar que tanto Trump como el fiscal especial Jack Smith tendrán la oportunidad de debatir si realmente el expresidente podía conservar los documentos que quisiera en su residencia, dado que no contaba con restricciones de este tipo durante su Presidencia.

Joe Biden en plena campaña electoral hace el discurso más populista de su mandato

Por Juan Figueroa.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró este jueves en su discurso sobre el Estado de la Unión que «ahora nuestra economía es literalmente la envidia del mundo»

Como se esperaba, Biden hizo el discurso del Estado de la Unión más populista y demagógico de sus tres años de mandato, al asegurar que el país experimenta «la mayor recuperación económica de su historia» y que «ahora nuestra economía es literalmente la envidia del mundo», entre otras afirmaciones.

La aseveración no puede estar más lejos de la realidad económica que sufren los estadounidenses desde que Biden se instauró en el poder, pero muy a tono con un año electoral, y muy similar a las promesas inclumplidas que hizo en 2020.

El Presidente pareció estar más dentro de un guión teatral hollywoodense que hablándole al pueblo de EE. UU. Su presentación estuvo dirigida en todo momento a covencer a los votantes de su supuesto vigor físico y mental, y pasar un necesario examen público después de sus recientes y graves errores cognitivos, que saltaron todas las alarmas dentro y fuera de Washington.

En este marco, Biden evitó dar cifras de llegadas de inmigrantes, que ya superan los 9 millones, y mucho menos adentrarse en el escabroso tema de inmigración que puntea en todas las encuestas como la demanda más urgente de los estadounidenses. En cambio, lo que hizo fue desviar la atención hacia el expresidente Trump y hacia un proyecto de ley que aboga por el mismo desorden y descontrol en la frontera, de ahí el rechazo rotundo del presidente de la Cámara de Representante, Mike Johson, a discutir el plan.

«No demonizaré a los inmigrantes diciendo que están envenenando la sangre de nuestro país», señaló

También, instó a la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, a respaldar un proyecto de ley bipartidista destinado a «restringir» el flujo migratorio en la frontera con México, enfatizando la «aceleración» de las expulsiones y el «fortalecimiento» de los criterios para las entrevistas de asilo basadas en el miedo creíble. Esta postura subraya una vez más la reticencia de Biden a cerrar la frontera, a pesar de poseer la autoridad legal para hacerlo en aras de la seguridad nacional, y su tendencia a desviar la responsabilidad hacia los republicanos. Estos últimos defienden una inmigración ordenada y conforme a la ley y la Constitución, en contraste con la situación actual bajo la administración Biden, caracterizada por un desastre continuo en la frontera sur del país. Los costos directos e indirectos asociados a esta crisis ya han superado los 600.000 millones de dólares, impactando directamente en los bolsillos de los contribuyentes.

El discurso emitido desde el despacho oval no solo reflejó la encrucijada en la que se encuentra ante la marcada desaprobación hacia su gestión, la cual supera el 70% en encuestas que incluyen a votantes y jóvenes demócratas. Es evidente que Biden ahora buscará todos los recursos disponibles para intentar cambiar la opinión actualmente desfavorable entre los votantes.

Al afirmar: «Asumí el cargo decidido a ayudarnos a superar uno de los períodos más difíciles de la historia de nuestra nación», Biden intenta proyectar una imagen de liderazgo y resiliencia. Sin embargo, sus palabras chocan con la cruda realidad económica que enfrentan millones de estadounidenses, pues más del 64% de los consumidores luchan por llegar a fin de mes, con ingresos disminuidos en más del 30% debido a la peor inflación en casi cinco décadas. Estas cifras sumergen a los espectadores del discurso en un estupor ante las afirmaciones sobre una recuperación económica que parece distante y desconectada de sus realidades cotidianas.

Actualmente, los consumidores se enfrentan a precios que superan el doble de lo que pagaban durante los picos de la pandemia de COVID-19 en 2020, durante la administración del presidente Donald Trump, en un momento marcado por la recesión debido a la crisis sanitaria.

Desde su primer día en la Oficina Oval, el presidente Biden ha promulgado más de 74 órdenes ejecutivas en menos de dos semanas, desmantelando el progreso económico logrado durante el mandato de Donald Trump. Esta rápida acción ha sumergido a Estados Unidos en la peor inflación registrada en las últimas cinco décadas, alcanzando un alarmante 9.1%. Sin embargo, analistas independientes sugieren que esta cifra podría ser aún mayor, pintando un panorama económico sombrío para millones de estadounidenses.

Biden rompió todos los récords negativos

La administración de Joe Biden ha marcado un hito en los indicadores económicos de la nación, pero, lamentablemente, en una dirección negativa. A pesar de las bajas cifras de desempleo, atribuidas en gran medida a medidas implementadas durante la administración anterior y la respuesta a la pandemia de COVID-19, la economía estadounidense ha enfrentado una serie de desafíos significativos.

La escasez de mano de obra ha alcanzado proporciones alarmantes, con más de 11.9 millones de puestos de trabajo vacantes, lo que ha generado una crisis prolongada. Este fenómeno ha sido exacerbado por la disminución en las ventas de viviendas durante más de 14 meses consecutivos, así como por la persistente contracción en la actividad manufacturera y la crisis bancaria de 2023.

El déficit comercial ha alcanzado niveles récord, superando casi un billón de dólares en 2022, mientras que la deuda pública actual ha llegado a los 34 billones de dólares. La política antiindustria petrolera implementada por la administración Biden ha provocado aumentos significativos en los precios del combustible, lo que ha contribuido a una escalada generalizada en los precios y la inflación.

A pesar de que la pandemia estaba en declive al inicio de su mandato y la economía estaba en proceso de recuperación, las decisiones políticas de Biden han tenido un impacto negativo, generando los mayores gastos federales en la historia del país, con excepción del año 2020 debido a la pandemia. Este retroceso económico intencionado ha llevado a una preocupante situación financiera para Estados Unidos.

Trump al frente de las encuestas

Desde el inicio de su intervención, Biden mantuvo un enfoque constante en criticar al expresidente Trump, lo cual no sorprendió dada su baja popularidad entre los estadounidenses y los resultados desfavorables en las encuestas. En este momento, Biden se enfrenta a una situación en la que tiene mucho que perder y pocas victorias que destacar durante sus tres años en el cargo, a excepción de las cifras de desempleo.

El expresidente Trump, quien ha sido el centro de atención en las elecciones primarias y ha asegurado su nominación republicana en el Supermartes, lidera en todas las encuestas nacionales con una ventaja de 6 a 8 puntos sobre Joe Biden. Además, Biden se encuentra bajo un escrutinio masivo debido a preocupaciones sobre su salud mental y física, exacerbadas por un informe del fiscal especial Robert Hur.

La investigación sobre documentos clasificados hallados en propiedades de Biden reveló que no pudo recordar la fecha en que fue vicepresidente durante la administración de Barack Obama ni la fecha de fallecimiento de su hijo en 2015. Estos episodios se suman a una serie de confusiones notables, incluyendo errores al nombrar a líderes mundiales y confusiones sobre sus propios familiares, que evidencian problemas cognitivos persistentes.

En otro punto de su discurso, Biden criticó los llamados a una revancha electoral de su contrincante seguro en noviembre, Donald J. Trump, al hablar de un futuro basado en los valores fundamentales de Estados Unidos, como la honestidad, decencia, dignidad e igualdad. Sin embargo, sus propios desafíos personales y políticos plantean interrogantes sobre su capacidad para liderar el país hacia ese futuro deseado.

Sobre la libertad y la democracia

El presidente, en un intento por movilizar al electorado, ha repetido en varias ocasiones que «la libertad y la democracia están bajo ataque» debido a la posible nominación de Trump, reflejando una atmósfera de constante tensión política en el país.

Es necesario recordar que, durante los últimos tres años, los estadounidenses han sido testigos de una serie de ataques a la democracia, la estabilidad nacional y el uso partidista del sistema judicial. Las acusaciones que enfrentan Trump y sus seguidores más cercanos son solo algunos ejemplos del grave deterioro institucional que se ha vivido. El caos en la frontera sur refleja el incumplimiento de las leyes migratorias y constitucionales, así como los esfuerzos para eliminar a Trump de las boletas electorales en estados controlados por la izquierda extrema.

En cuanto a la situación en Ucrania, Biden ha instado al Congreso a aprobar un paquete de ayuda adicional de más de 60.000 millones de dólares para enfrentar la agresión rusa. Sin embargo, los intentos anteriores no han logrado detener el avance del ejército ruso ni los bombardeos en Ucrania, planteando dudas sobre la efectividad de más asistencia.

A pesar del apoyo armamentístico brindado a Ucrania, la guerra continúa sin dar señales de una eventual victoria ucraniana sobre Rusia. En un intento de mostrar firmeza, Biden declaró: «Yo no me inclinaré» frente al presidente Putin. Sin embargo, su postura respecto a Israel ha sido ambigua, defendiéndolo y criticándolo simultáneamente en un intento por complacer a todas las partes involucradas; tan solo en su discurso, Biden pidió un alto el fuego de seis semanas entre Israel y Hamás, pero también criticó a Tel Aviv por el uso de la ayuda a Gaza como moneda de cambio, evidenciando la complejidad y la delicadeza de las relaciones internacionales en la actualidad.

Donald Trump es ahora una fuerza incontrolable

Por Juan Figueroa

Los demócratas apuestan a que Centroamérica finalmente rescatará a su hombre, pero eso parece una apuesta cada vez más imprudente

Aquí llega la narrativa de «Biden responde». El presidente Joe Biden pronunciaró su discurso sobre el Estado de la Unión y los partidarios demócratas se apresuraron a proclamar el inicio de su gran resurgimiento. Afirmaron que ya ha derrotado a Trump en el pasado y que acaba de demostrar que puede hacerlo nuevamente. Aunque pueda estar pasando por un momento difícil, no está fuera de la contienda. Es un luchador, un vencedor. Donald Trump debería sentir un profundo temor ante su determinación.

Si todo suena un tanto urgente, es porque lo es. El equipo de Biden ha mantenido durante mucho tiempo la convicción de que Donald Trump es lo suficientemente tóxico para la mayoría de los estadounidenses como para asegurar que su candidato, por más vulnerable y defectuoso que sea, obtenga un segundo mandato. Ahora que Trump ha asegurado la nominación republicana, la Operación Detener a Trump puede intensificarse aún más. Biden enfatizará la urgencia de salvar la democracia de lo que él llama «Donald el Dictador», destacando la importancia del «carácter» y la amenaza del «extremismo MAGA» para el sueño americano. Estas líneas de discurso le han funcionado en el pasado, tanto en 2020 como en las elecciones de medio término de 2022. La aversión hacia Trump y la fatiga ante su presencia continúan siendo fenómenos reales.

El desafío para Biden en 2024 radica en el hecho de que la fatiga hacia su liderazgo también está generalizada. La aprobación de su gestión como Comandante en Jefe ha caído significativamente, con menos del 40 por ciento de aprobación. Más del dos tercios de los votantes consideran que el país está en «el camino equivocado» bajo su liderazgo. Trump lidera en numerosas encuestas nacionales y en estados indecisos cruciales como Michigan, Georgia, Arizona, Nevada y Pensilvania. Además, las casas de apuestas, a menudo los indicadores más precisos de los resultados electorales, colocan a Trump como el favorito indiscutible para una nueva victoria. Lo que una vez parecía impensable, su retorno triunfal, ahora parece inevitable.

La agotadora «ley» contra Trump – las diversas acusaciones, los cargos penales, las demandas civiles infernales – parece estar cayendo a pedazos. El lunes, el día antes de que Trump noqueara a su última rival republicana Nikki Haley en las primarias, la Corte Suprema anuló por unanimidad la dudosa decisión del estado de Colorado de bloquear a Donald de la boleta electoral bajo la cláusula de «insurrección» de la 14a enmienda.

En las próximas semanas, el equipo legal de Trump se enfrentará al desafío de asegurar la inmunidad presidencial para su cliente frente a dos acusaciones federales presentadas por el abogado especial Jack Smith. Se anticipan discusiones exhaustivas sobre la autoridad y la interpretación constitucional de Estados Unidos. Sin embargo, parece improbable que los casos de «acaparamiento de documentos clasificados» o la «conspiración para defraudar a los Estados Unidos» relacionada con el 6 de enero se resuelvan antes de las elecciones de noviembre.

El único caso penal con posibilidades de alcanzar un veredicto antes de las elecciones es la acusación de «dinero en silencio» en Manhattan, considerado el caso más débil de todos. Aunque existe la posibilidad de que Donald Trump enfrente condenas, dada la naturaleza política de Nueva York, muchos estadounidenses podrían percibirlo como una maniobra partidista. A pesar de que esta narrativa pueda debilitar políticamente a Trump al resaltar su controvertido pasado, una parte considerable de la opinión pública podría verla como un intento partidista de desprestigio.

Durante mucho tiempo, los conservadores han argumentado que la persecución legal contra Donald Trump es una artimaña demócrata para neutralizar a un adversario políticamente influyente. Aunque este tipo de teorías conspirativas pueden parecer absurdas o delirantes, en el clima político polarizado de los Estados Unidos del siglo XXI, las percepciones paranoicas tienen una tendencia curiosa a resonar con cierta audiencia. Resulta intrigante que las acciones legales contra Trump hayan disminuido repentinamente justo cuando él emerge como el claro favorito en el ciclo de primarias republicanas.

Sin embargo, existe una certeza: los líderes demócratas de alto nivel están apostando a que, con la perspectiva de una revancha entre Trump y Biden en el horizonte, la atención de la nación se desviará hacia la posibilidad de un segundo mandato para Trump, alejándose del actual presidente. Pero las encuestas y las probabilidades indican que esta apuesta es extremadamente arriesgada.

EE. UU.: Justicia impone a Trump una multa de millones de dólares por fraude

El expresidente de EE. UU. Donald Trump ha sido condenado este viernes a pagar una multa de 454 millones de dólares por orden de un juez de Nueva York por un caso de supuesto fraude en la valoración de los activos de la Organización Trump, según ha informado CNN.

Esta sentencia, que ha sido dictada por el juez Arthur Engoron, se ha hecho pública este viernes, una semana después de que el exmandatario y dos de sus hijos, Donald Trump Jr. y Eric Trump, fueran declarados culpables por «fraude» en el caso civil presentado por la fiscal general de Nueva York, Letita James.

«Sentimiento de viernes: nadie está por encima de la ley», ha expresado James en su cuenta en la red social X, al conocer la decisión.

Desde el momento en que la Justicia notifique la decisión a Trump, el candidato republicano a las elecciones presidenciales dispondrá de 30 días para presentar apelaciones.

No obstante, durante ese tiempo tendrá que aportar —mediante bonos o en efectivo— los 355 millones de dólares que el tribunal ordenó originalmente a modo de fianza y otros 100 millones de dólares adicionales en concepto de intereses.

Por su parte, a cada uno de los hijos de Donald Trump se le ordenó devolver cuatro millones de dólares de las ganancias recibidas indebidamente como consecuencia del fraude.

Por último, recoge CNN, el juez también prohibió a los Trump ejercer cargos como funcionarios de entidades comerciales en Nueva York durante varios años. Trump ha dicho que apelará.

Milei pronunciará un discurso en un foro pro-Trump en EE. UU.

El presidente de Argentina, Javier Milei, viajará a Estados Unidos para asistir a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), un foro que reúne a políticos de derecha y partidarios de Donald Trump.

Este evento tendrá lugar en el centro de convenciones Gaylord National, cerca de Washington D. C., entre el 21 y el 24 de febrero.

Cabe señalar que la CPAC ha confirmado este viernes que Milei va a pronunciar un discurso, aunque por el momento se desconoce la fecha exacta en la que el mandatario argentino planea intervenir.

Además, la conferencia contará con la participación de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich.

«El presidente Milei está centrado en la lucha contra el socialismo y la corrupción en su nación. Transmitirá un fuerte mensaje a la comunidad hispana dentro de EE. UU. para proteger sus libertades y familias», adelantó CPAC en un comunicado.

El presidente de CPAC, Matt Schlapp, celebró la próxima visita del mandatario argentino, con las siguientes palabras:

«Creemos que ha captado el espíritu de aquellos que ven la traición de las élites globalistas. Los patriotas estadounidenses están alentando para que tenga éxito y también nos gusta la motosierra», declaró.

Por otro lado, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció el viernes que el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se reunirá con Milei en Buenos Aires durante su gira parcial por Sudamérica que se llevará a cabo entre el 20 y 23 de febrero.

Trump describe como «un cumplido» que Putin prefiera que Biden siga siendo presidente de EE. UU.

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ha afirmado que considera «un cumplido» que el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, afirmara que prefiere que Joe Biden siga en el cargo a su regreso a la Casa Blanca en las elecciones que tendrán lugar en noviembre de 2024.

«Putin me acaba de hacer un gran cumplido. Ha dicho que prefiere que Biden sea presidente», ha manifestado Trump durante un acto de campaña en Charleston. «Es un cumplido. La gente dice que es malo, pero es algo bueno», ha sostenido.

Así, ha recalcado que el presidente ruso «no es un fan» de su persona y ha argumentado que Putin quiere a Biden en la Casa Blanca dado que «entregaría todo, incluido Ucrania». «(Putin) va a conseguir su sueño de lograr Ucrania, a causa de Biden», ha dicho.

En este marco, ha señalado que «el único presidente de los últimos cinco que no dio nada a Rusia fue el presidente Donald J. Trump. No hace falta que lea la lista», ha señalado.

Antes, ya había asegurado que «detuvo» durante su mandato (2017-2021) la materialización del gasoducto Nord Stream 2 —objeto de un sabotaje en septiembre de 2022— y que «Biden lo aprobó nada más llegar al cargo».

Asimismo, ha hecho hincapié en que la guerra en Ucrania, desatada en febrero de 2022 por la orden de invasión dada por Putin, «nunca hubiera tenido lugar» con él en el poder en Estados Unidos.

«Bajo la Administración Trump volveremos a la paz a través de la fuerza», ha reseñado.

Es necesario recordar que esta mañana Putin aeguró que prefiere como presidente de Estados Unidos a Biden por ser «más experimentado y predecible».

«Es un político de la vieja guardia, pero trabajaremos con cualquier líder en el que confíe el pueblo estadounidense», zanjó.