Se trata del dirigente del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien pese a haber sido una figura de referencia, tras haber sido un aparente «preso político» del régimen, está señalado de ser el protagonista de graves hechos de corrupción dentro de la «oposición».
El fundador de la tolda naranja ocupó la silla de la Alcaldía del municipio Chacao (Miranda), entre los años 2000 y 2008, y tras estar encarcelado entre 2014 y 2017, logró fugarse en 2019 de la medida de casa por cárcel que había recibido, durante un presunto alzamiento militar ocurrido en abril de ese año.
Se conoció luego, que López adelantó las acciones por temor a quedar sin protagonismo político, lo cual terminó frustrando los planes de esa asonada.
Después, se conoció su implicación en los casos de corrupción ocurridos en la empresa Monómeros, la cual manejaba el gabinete de Juan Guaidó con instrucciones de López.
Uno de los casos que resultó un escándalo, implica a su madre, Antonieta Mendoza de López, a quien le asignaron un pago mensual de 70.000 dólares, por prestar aparentemente asesorías comunicacionales.
También, López ha sido criticado por los puentes que ha tendido su partido, con sectores del llamado chavismo «disidente», lo cual ha sido visto con recelo por los venezolanos.
De hecho, la tolda naranja ha sufrido ya varias renuncias masivas de sus militantes. Esto, principalmente por el descontento con el manejo a «dedo» que se hace en el partido, y también por las acusaciones de malversación de recursos que abundan en su seno.