Narcotiranía acusa a Guyana de pedir bases del Comando Sur en el Esequibo

Caracas. – El narcorégimen dirigido por Nicolás Maduro acusó este miércoles al presidente guyanés, Irfaan Ali, de haber dado «luz verde» a Estados Unidos para instalar bases militares en Guyana a través del Comando Sur.

En un comunicado, divulgado por la cancillería, el régimen denunció que el presidente Irfaan Ali «de manera irresponsable ha dado luz verde a la presencia del Comando Sur de los Estados Unidos en el territorio de la Guayana Esequiba, sobre el cual Guyana mantiene una ocupación de facto».

«Venezuela denuncia ante la comunidad internacional, y especialmente ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la actitud imprudente de Guyana, que actuando bajo el mandato de la transnacional estadounidense Exxon Mobil, está abriendo la posibilidad de instalación de bases militares a una potencia imperial», señaló el texto.

Igualmente, la cancillería chavista advirtió que tiene previsto denunciar las pretensiones de Ali, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas “para que tome las medidas apropiadas”.

El hecho es que el presidente guyanés consideró una «amenaza directa» el anuncio realizado por Maduro, sobre crear una provincia venezolana en el Esequibo, y la decisión de que PDVSA entregue licencias para la explotación de petróleo, gas y minerales en esta región.

Jorge Rodríguez llamó «arrastrado y esclavo» a vicepresidente de Guyana

Caracas. – El jefe del parlamento chavista, Jorge Rodríguez, calificó este viernes de «arrastrado y esclavo» al vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, por sus declaraciones sobre suspender el referendo consultivo.

En una concentración desde el estado Trujillo, Rodríguez dijo que el dirigente político guyanés está “arrodillado” a la empresa estadounidense ExxonMobil, con el único propósito de quedarse con el territorio que históricamente le pertenece a Venezuela.

«Andan asustados con el referendo, fueron hasta a una corte extranjera para pedir que esa corte suspendiera el referendo», dijo.

Igualmente, arremetió contra los políticos opositores que se han opuesto al referendo sobre el Esequibo, tildándolos de traidores.

«Hay que ser muy miserable, hay que ser muy bajo, hay que ser muy vende patria y basura para ponerse a apoyar desde Venezuela a la ExxonMobil, para ponerse a apoyar desde Venezuela que nos roben a Guayana Esequiba, para ponerse a apoyar y a publicar cosas apoyando a ese esclavo que es vicepresidente de Guyana, hay que ser bien miserable», señaló.

Cabe señalar que Rodríguez profirió los insultos luego que el vicepresidente Jagdeo replicara las declaraciones de la dirigente de Vente Venezuela, María Corina Machado, acerca de la suspensión del referéndum del #3Dic sobre el Esequibo.

Cabello: «la disputa por el Esequibo no es contra Guyana sino contra ExxonMobil»

Caracas. – Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV, aseguró este viernes que la disputa por el Esequibo no es contra Guyana, sino contra la ExxonMobil, empresa que, a su juicio, es la que en realidad tomas las decisiones en el vecino país.

«ExxonMobil representa los intereses del imperialismo y son quienes gobiernan Guyana en este momento», afirmó desde un acto político que lideró en Falcón. De hecho, aseveró que el próximo 3 de diciembre se votará entre Venezuela y la ExxonMobil.

«Los enemigos de los pueblos quieren robarse un territorio que es de Venezuela. Guyana ocupa de facto un territorio que pertenece a Venezuela», manifestó el jerarca chavista.

Igualmente, afirmó que detrás de las intenciones de Guyana sobre el Esequibo no solo se encuentra la ExxonMobil, sino también los gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos.

El Esequibo ¿Qué perdemos?

Por Leroy Garrett.

Mientras los venezolanos asumamos nuestros problemas como internos, en vez de entrar en el cuadrante de una lucha de liberación nacional en contra de un invasor, no habrán salidas ni reales ni hipotéticas que valgan.

Esta nota no se va a desgastar en el tránsito de estaciones dolientes que han sido nuestras reclamaciones territoriales sobre el Esequibo, no vienen de la derrota ante Albión ante el Laudo de Paris, vienen de antes inclusive desde la conquista, puesto que el territorio fue apetito dentro de la expansión territorial holandesa en el caribe durante el final de los 1500’s, luego se reafirman como parte de la Capitanía General de Venezuela durante el reino de Carlos III, y en lo concerniente a la toma a la fuerza del Reino Unido, con todo y las reclamaciones de Bolívar —y sucesores— ante el evento, nada podía imponer el deudor de dinero y pertrechos a Inglaterra, además de haber recibido en adición una formidable fuerza militar expedicionaria, curtida en las guerras napoleónicas, que triunfa en Carabobo y rinde al resto de las ex colonias del Sur, a las aspiraciones Mirandinas retocadas y ahora buscadas por Bolívar.

No, no fueron los lanceros de Páez quienes hicieron el prodigio de Carabobo, sino el valor, mística y mérito de los húsares de su Majestad Británica.

El Esequibo fue la prenda ejecutada por los británicos para cobrarse los intereses de la deuda que luego compulsivamente se le cobra a Castro, no permitiendo la primera administración Roosevelt el desembarco material de las potencias europeas en 1902, pero si el embargo de nuestras aduanas, hasta que Gómez paga todo lo adeudado por virtud de la aparición del petróleo —sí, siempre el petróleo—.

Caldera, ese líder democratacristiano cuya inveterada conducta gatopardiana tanto daño hizo a los venezolanos del siglo XX y XXI, acuerda durante su primer gobierno un “diferimiento razonable” del acuerdo de Ginebra, y con ello prácticamente suspender la reclamación en pro de un acuerdo que nunca se logró y, por el contrario, ha venido agregando presión diplomática y frustraciones a las partes en más de medio siglo.

Pero, de vuelta al presente ¿Qué está ocurriendo?

Desde la década de los 2010s, ExxonMobil, la más grande compañía petrolera privada del mundo, sí, esa que fue expulsada por los delirios cardenistas de Chávez una década atrás (2000) comienza una agresiva campaña exploradora en las aguas territoriales del Esequibo y ha conseguido una cantidad de reservas que harían del potencial económico de Guyana algo solo comparable con las reservas más grande el mundo —es decir nosotros—, y eso despierta la avaricia de la Habana y sus secuaces chavistas; recordemos que la dictadura Castrista es versada en el juego geopolítico, estuvo en el centro de la crisis de los misiles en los 60’s, participo en las guerras tribales africanas de los 70s y 80s e inclusive hoy manda jóvenes a morir en Ucrania para complacer a su aliado Putin.

Desde entonces, los 2010s y en adelante, la Venezuela castro-chavista ha venido patrullando el mar territorial, ha venido sobrevolando asentamientos guyaneses en el Esequibo, arrestando pescadores en las aguas que reclamamos e incrementando el nivel de presencia militar a niveles prebélicos en la zona.

La Habana y el chavismo saben por lo que pasa actualmente en el mundo, específicamente en Europa Oriental (Ucrania-Rusia) y El Medio Oriente (Israel-Hamas), entienden que el salvo conducto para mantener al chavismo en el poder es la tenencia de reservas, las que pretende Guyana dentro del Esequibo aseguran aún más dinero y poder. Es cierto, Chávez dio reconocimiento y rompió el código diplomático bilateral o Status Quo en las comunicaciones y relaciones mantenidas con Guyana desde Ginebra, ¿pero eso que le importa a la Cuba CastroStanlinista y sus procónsules venezolanos?

Ahora con el fenómeno María Corina en la calle y los acuerdos de levantar las sanciones que no serán cumplidos y no reclamados por Occidente, por virtud a la inmunidad de facto consagrada en el cheque en blanco a Chevron, entre otras concesiones a ser otorgadas a la franco-malasia Maurel & Prom y otras por venir, garantizan estabilidad, negocios y protección que nada pasara al poder cubano-chavista en Venezuela más allá del reclamo de micrófono. María Corina llegara al final, pero no cambiara su situación habida desde el principio.

¿Buscará el chavismo una salida tipo las Malvinas? Es improbable, Cuba ha tenido excelentes relaciones con Guyana, y una repartición de ganancias, con o sin posesión territorial, es esperada.

Un gobierno en el exilio, con el patriotismo y disciplina esperada cambiaria el destino de un país subordinado a los más oscuros intereses del mundo, una fórmula de autocomposición interna, omitiendo la influencia cubana, y simplemente asegurada con un hipotético aluvión de votos opositores, no vence al fraude, y no garantiza una transmisión pacifica en el poder. Es tiempo de actuar.  

Cancillería chavista denuncia presencia militar de EE. UU. y Guyana en el Esequibo

Caracas. – La Cancillería del narcorégimen advirtió y rechazó este miércoles, la presencia militar de Estados Unidos y de Guyana en la zona del Esequibo, territorio sobre el cual gira una disputa actualmente con Venezuela.

El canciller chavista Yván Gil envió un mensaje a través de sus redes sociales, en el cual alertó de un presunto aumento de presencia militar de ambas naciones en esa zona.

Según Gil, el supuesto pretexto argumentado por estadounidenses y guyaneses sería la necesidad de proteger empresas energéticas de EE. UU. en ese territorio.

«Venezuela rechaza de manera contundente el anuncio conjunto realizado por la República Cooperativa de Guyana y el Gobierno de los EE. UU., que dan cuenta de un aumento de la presencia militar en la región con el objeto de proteger a empresas energéticas estadounidenses, lo que se convierte en la mayor amenaza a la estabilidad del Caribe y América Latina», escribió el alto funcionario de la Narcotiranía.

Csbe destacar que Gil es uno de los personajes que actualmente se encuentra en la sede de la Corte Penal Internacional (CPI) intentando argumentar las razones por las cuales la tiranía madurista no ha llevado a cabo investigaciones sobre los crímenes de lesa humanidad que ha ordenado.

Ecarri pide a Fiscalía chavista investigar al presidente de Guyana

Caracas. – Que el Ministerio Público del chavismo inicie una investigación penal contra el presidente de Guyana, Irfaan Ali, solicitó este jueves el dirigente del partido Alianza del Lápiz, Antonio Ecarri.

En declaraciones ofrecidas a los medios desde la sede de la Fiscalía, Ecarri indicó que Tarek William Saab, fiscal del narcorégimen, debería llevar a cabo una averiguación contra el mandatario por la explotación y exploración «ilegal e irrita» de minerales e hidrocarburos en territorio venezolano.

“Si nosotros dejamos que esto pase por algún tipo de mezquindad interna, mañana nos quitan el Lago de Maracaibo y no pasa nada”, advirtió.

En este sentido, Ecarri introdujo una demanda contra el presidente de Guyana este jueves, explicando que la medida no sería solo contra Irfaan Ali, sino también contra las empresas que hayan suscrito estos contratos contra los intereses de Venezuela, violando la soberanía del país.

Igualmente, dijo estar de acuerdo con el referéndum sobre El Esequibo, propuesto por el narcorégimen de Nicolás Maduro, para el próximo 3 de diciembre.

No, el Esequibo no es de Venezuela

Por Roymer Rivas, escritor y teórico del Creativismo Filosófico.

Últimamente he visto cómo muchos venezolanos se manifiestan a favor de “defender la soberanía de Venezuela” en lo que al territorio de la Guayana Esequiba —o el Esequibo— respecta. De hecho, ya desde que estamos en el colegio nos inculcan ese “sentimiento nacional”, “patriótico”, de que el Esequibo es una zona en reclamación que le pertenece legítimamente a Venezuela. Empero, considero que esto es un error y que toda esta disputa territorial constituye en sí misma una prueba de lo mal que se conciben o aplican los principios del Derecho —hoy en manos de los Estados del mundo— a la hora de solucionar conflictos —que a veces surgen por el mismo motivo—, y de lo mal que concebimos hoy el modo en cómo debe organizarse la sociedad en general. Todo mal.

Muchas veces nos enfrascamos en solucionar problemas desde la legalidad, sobre todo si la misma nos beneficia, y no reparamos en preguntar si dicha legalidad es legitima per sé o, para este tipo de casos, más aun en el contexto histórico en donde surge —que si bien puede ser legitimo o no, visto desde un foco moral abstracto, la visión carece de sentido al momento de analizar los hechos según como se desarrollaron en el tiempo e hizo configurar todo el orden que hoy nos rige—. Por ello, considero que es necesario ampliar el panorama, sin caer en victimismos y dicotomías absurdas del tipo “buenos o malos; colonizadores y conquistados; etc.”, o en falacias ad misericordiam que aludan a un irrelevante patriotismo o sentimiento nacional, para poder analizar las cosas con mayor objetividad.

Con esto en mente, en este texto explicaré por qué carece de sentido pelear por el territorio de la Guayana Esequiba y, en consecuencia, lo más sensato sería —a efectos formales— firmar un papel que elimine toda disputa sobre el tema y reconozca el territorio como de la República Cooperativa de Guyana o simplemente hacer como que la disputa no existe y dejar que Guyana siga ejerciendo soberanía en la zona —que es lo que ha ocurrido fácticamente en la mayor parte de tiempo de la disputa, vale destacar—. No obstante, para llegar a tales conjeturas es necesario comprender ciertas cosas que esbozaré en adelante. Pero antes de ello, quiero aclarar que entiendo perfectamente que estas afirmaciones podrían causar polémica, pues va en contra de lo comúnmente aceptado en Venezuela, pero que la mayoría crea que estoy equivocado no es argumento suficiente para invalidar lo que aquí expresaré; ergo, a todo aquel que piense distinto lo invito a argumentar con lógica, solidez y en un marco de respeto, el por qué considera que estoy equivocado —si bien, estimo que no la tendrá fácil en la medida en que ir contra los argumentos que desarrollaré constituiría aceptar una contradicción en la defensa del Esequibo como territorio venezolano—. Sin más, comencemos.

1. Fijación de fronteras de los territorios en la época de la Venezuela Española

Es necesario tener presente que todos los territorios medianamente delimitados desde la llegada de los europeos a América fueron ganados a punta de bayoneta. Si bien es cierto que algunos tratados establecieron y/o reconocieron las fronteras territoriales repartidas entre ingleses, españoles, portugueses, neerlandeses, entre otros, esto no elimina el hecho que dichas fronteras se ganaron por imposición y despojo a los nativos americanos. Los años siguientes a la llegada a las costas venezolanas en 1498, los españoles comienzan expediciones para conocer y establecerse en el territorio, pero, en paralelo, neerlandeses, ingleses, franceses y otros van haciendo lo propio en otros lares. Si bien, antes de hablar sobre el “derecho” de los límites fronterizos en la época, considero necesario relatar algunas cosas.

1.1. Las expediciones españolas —y otras— por el Orinoco

Varias de estas expediciones españolas fueron dirigidas hacia el Orinoco con el fin de hacerse con el terreno —llevado además por la idea del “Dorado”, el reino de oro—, pero la mayoría fracasaron en el intento; en 1531 llega Diego de Ordaz acompañado de mil hombres, 400 de ellos veteranos, con el objetivo de explorar estas tierras habitadas por distintas tribus nativas, la mayoría belicosas, pero la expedición salió mal por todos lados, dadas las dificultades de atravesar las tierras, la oposición de algunos nativos, las enfermedades, y lo único que logró fue la molestia —y la muerte— de quienes le acompañaban y los nativos que habitaban en la zona[1]. Tan mal le fue a Ordaz que las expediciones por el Orinoco quedaron muy desacreditadas, “retrayéndose la gente española de ir tan lejos a arrostrar peligros ciertos por muy dudosos beneficios”[2]. Luego de las expediciones de Ordaz, le siguieron otras entre 1533 y 1535, pero no corrieron con mejor suerte que Ordaz en cuanto a las dificultades que se les presentaron, aunque sí lograron llegar un poco más lejos a través del Orinoco.

En este escenario, habiendo fracasado en su búsqueda de riquezas minerales, pero encontrando magnifica esas tierras, entienden que no lograrán nada con las armas y optan por evangelizar. Así, para 1576 se establecen colonias de misioneros “en toda parte donde pudo abrirse un camino el valor y la constancia del apostolado religioso” en las zonas del Orinoco. Sin embargo, el resultado de todo esfuerzo también fue el fracaso, puesto que los holandeses de Esequibo y zonas aledañas invadieron y expulsaron a los jesuitas de Guayana para el año 1579, llevando a que los españoles desistieran en su misión y dejaran esas tierras[3]. Doce años después de estos hechos es que nuevamente algunos españoles se animan a recorrer el Orinoco, después de fundar San José de Aruña en Trinidad, y establecer una población al este de la embocadura del río Caroní.

No obstante, aunque estas expediciones dieron a conocer tierras y abrió pasó para establecer ciudades, todavía para 1595 —y los años que le siguieron— los españoles habían sufrido pérdidas y enfrentado a muchas calamidades en la búsqueda del Dorado por Guayana —una búsqueda codiciosa que fue compartida también por extranjeros de otras nacionalidades[4]—. Para el año 1603, españoles y británicos se encontraban en paz, pero ese estado no fue aprovechado por los españoles para adentrarse en las zonas de Guayana —incluyendo el Esequibo— y, según nos cuenta Baralt, siquiera “perfeccionaron gran cosa el establecimiento ya fundado”[5]. Los españoles tuvieron que esperar hasta 1687 cuando los evangelizadores deciden llevar nuevamente el mensaje a los nativos del Orinoco, pero, después de muchas dificultades, es en 1725 cuando logran establecerse firmemente[6].

Pasado el tiempo, en 1756 se crea una comisión encargada de fijar “los límites de las posesiones españolas de Guayana”[7] trayendo consigo, además, la ganadería a ese territorio. Empero, estos esfuerzos fueron para el interior de Guayana, no para la zona del Esequibo, donde no había asentamientos españoles —o por lo menos no importantes—.

1.2. Entra Gran Bretaña oficialmente en el conflicto por el Esequibo

Por otra parte, es necesario mencionar que para el año 1616 los holandeses se asientan en el Fuerte Kykoveral cerca del Río Esequibo, desde donde administraron la colonia Esequibo de la Guyana Neerlandesa entre 1616 y 1739[8]. Además, ya para 1648 España había cedido el margen de la derecha del río Esequibo a los Países Bajos —dado que reconoció la independencia de las Provincias Unidas de los Países Bajos[9]—, por lo que la Guyana Española pasa a ser la “Guyana Holandesa”. Empero, una vez se crea la Capitanía General de Venezuela y se establece el río Esequibo como la frontera oriental entre España y Holanda —Países Bajos—, resalta el hecho de que la posesión del Esequibo por parte de España sería solo de iure —es decir, de derecho, de reconocimiento jurídico, legalmente—, puesto que no se había colonizado el territorio totalmente —siquiera una buena parte de ella—; en contraste, Países Bajos poseería el territorio de facto —es decir, de hecho—, pues sí administraban buena parte del terreno.

Es por este motivo que en 1791, ante las pretensiones holandesas de quedar en la zona y adjudicársela como suya, España firma con ésta un tratado de extradición, que abarca el establecimiento de relaciones jurídicas y de intercambio de presos, “en el cual España reconoce “como holandesas” las colonias del Esequibo, Demerara, Berbice y Surinam”, que se encuentran al este del río Esequibo[10] —una estrategia que pretendió salvar la posesión de iure de la zona oeste, sin cambiar nada más—. No obstante, todos estos territorios pasarían a las manos de los británicos en 1814 cuando Países Bajos los vende, conformando un total de 20.000 km2, dándole a Gran Bretaña presencia legal —de iure— en la zona[11]; si bien, esta extensión territorial es mucho menor que la zona en conflicto actual, lo que muestra la expansión territorial que tuvieron los británicos —antes, durante y— después de este hecho. Es desde este momento que Gran Bretaña se hace participe oficial del conflicto por el Esequibo.

1.3 Avance de Gran Bretaña en el Esequibo

En este escenario, para el año 1796 España e Inglaterra entran en guerra, llevando a la pérdida fáctica de Trinidad en 1797 con la llegada de flotas inglesas a la isla y cediendo la misma al firmar en el tratado de Amiens que dio fin a la guerra en 1802[12]. Durante este tiempo, los británicos no hicieron más que fortalecerse mientras, en contraste, comenzaba a profundizarse la decadencia de España; y, en el tema que nos compete —el Esequibo—, la situación descrita anteriormente no había cambiado por el lado de España, mientras que los ingleses si habían avanzado un poco más. De hecho, la paz entre ingleses y españoles duró poco, dado que es interrumpida en 1804 —una época donde Gran Bretaña ya la había declarado la guerra a Francia en 1803, en un contexto de alta influencia napoleónica en Europa; de hecho, para 1806, Holanda pasa a ser un Estado satélite de Francia con Luis Napoleón, hermano de Napoleón Bonaparte, siendo nombrado Rey de la zona, viéndose los reyes holandeses en la necesidad de refugiarse en Gran Bretaña[13]—. En este contexto de guerra, Francisco de Miranda aprovecha para seguir solicitando ayuda a los ingleses con el fin de liberar América de España, pero solo logró recibir la garantía de que no permitirían que franceses y españoles se dirigieran a América para impedir su empresa[14]. Comienza así oficialmente las crónicas de la muerte del reino de España en nuestras tierras y una mayor injerencia de británica en zonas cercanas a —y más delante dentro de— Venezuela.

Ya pasado unos años, en 1822 —cumplido el trato entre británicos y holandeses de 1814—, Venezuela, que forma parte de la Gran Colombia y está enfocada en las guerras independentistas, de la cual saldría muy pobre, comienza a protestar por las continuas invasiones de colonos ingleses en territorio venezolano. Para 1823, José Rafael Revenga, en ese entonces Ministro de Colombia en Londres, por órdenes de Simón Bolívar denuncia que los británicos “tienen usurpada una gran porción de tierra que, según los últimos tratados entre España y Holanda, nos pertenece”, pidiendo que se retiraran de la zona[15]. Estos reclamos se extendieron por los años, mientras solo se obtenía como respuesta la omisión de los británicos.

Así, para 1831 se constituye la “Guayana Británica”, por orden del Rey Guillermo IV del Reino Unido, y se comienza a profundizar el avance y establecimiento de colonos británicos al oeste del río Esequibo, aventajándose por la despoblación y de la precaria situación de Venezuela, quien se acababa de separar de la Gran Colombia y comienza apenas a institucionalizarse como país independiente. Cabe destacar, además, que para entonces el Reino Unido ya se estaba consolidando como la potencia hegemónica mundial, por lo que prácticamente podía hacer lo que quisiera sin oposición alguna.

1.4 El conflicto por el Esequibo se intensifica y Venezuela tiene todas las de perder

En el año 1835, un explorador alemán, de nombre Robert Hermann Schomburgk, ofrece sus servicios al gobierno británico para fijar las fronteras de la colonia y, una vez inspeccionada, fija una extensión de 4290 km2, pero cuatro años más tarde, en 1839, el mismo personaje vuelve a trazar frontera, pero ahora con 141.930 km2. Si bien, mientras por un lado Venezuela protestaba, “Gran Bretaña reconoció el trabajo de Schomburk como una actividad preliminar y sujeta a futuras discusiones”[16]. En este sentido, el 28 de noviembre de 1840 Venezuela recibe una notificación del gobierno británico indicando que Schomburgk había recibido la tarea de delimitar las fronteras de la colonia en el Esequibo, a lo que Venezuela responde que “nada podía hacerse hasta que no se concluyera un tratado de límites”[17].

A pesar de ello, en 1841 Venezuela comienza a protestar por lo que considera es suyo, desembocando en 1843 con una respuesta, de bastante peso para cómo se desarrollaron los hechos en la época, del Secretario Principal de Estado y Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Lord Aberdeen, quien alegó, entre otras cosas, “que Venezuela no tenía asentamientos en la región en disputa”[18]. Para julio 1844, Alejo Fortique, para entonces Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, quien había elevado su voz protesta contra el avance británico, “propuso las bases para un arreglo en el cual estableció la “Línea Histórica” que determina el Río Esequibo como límite natural” —fundamentándose en los territorios de la Capitanía General y en el principio recogido en el uti possidetis iure o “posesión de y/o por derecho”—, pero la única respuesta y garantía que recibió era que a Venezuela “no le sería despojado la Boca del Río Orinoco”[19] —constituyendo así un presagio de lo que ocurriría en 1899—.

Llegado el 26 enero 1887, el ministro de Relaciones Exteriores, Diego Bautista Urbaneja, dirige una nota al ministro inglés, Saint John, señalando las infracciones cometidas por Gran Bretaña al usurpar territorio que consideraban “legítimamente venezolano”, agregando también que el presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco, había ordenado evacuar dicho territorio indebidamente ocupado desde las bocas del Orinoco hasta el Pomarón, amenazando con romper relaciones diplomáticas si no se daba el caso. Ante la omisión de Gran Bretaña, Antonio Guzmán Blanco cumple su palabra y rompe relaciones diplomáticas el 20 de febrero del mismo año, pero el gobierno británico ignora esto por completo y al año siguiente —1888— se expanden más e incluso se adjudican 203.310 km2 del territorio.

Dado todo el conflicto, y después de muchas protestas por parte de Venezuela, en 1897 se firma junto a Reino Unido el Tratado Arbitral de Washington D. C., por el cual las partes se comprometían a resolver el problema limítrofe mediante un arbitraje internacional, desembocando en Laudo Arbitral de Paris de 1899, el cual termino dictando un fallo a favor de Reino Unido; el mismo estaba conformado por 5 representantes: 2 de Reino Unido, 2 estadounidenses y 1 un ruso que fue elegido por los 4 que conformaron el arbitraje; si bien es cierto que Venezuela debía que estar representada por ciudadanos venezolanos, Reino Unido exigió que no fuera así, por lo que quedó en manos estadounidenses el destino del Esequibo, a Venezuela no le quedo de otra que aceptar, pues no tenía la fortaleza para oponerse al imperio Británico y temía perder incluso más terreno. Así, el 3 de octubre de 1899, despues de 6 dias de sesiones, a pesar de que se contaba con un plazo de 2 meses, por decisión unánime se falló a favor de Reino Unido.

Los días que siguieron al Laudo de Paris estuvieron acompañados de protestas por la decisión tomada, no obstante, Venezuela solo protesta por el resultado final del arbitraje sin denunciarlo oficialmente por los temores antes descritos[20]. Después del Laudo, se forma una comisión Mixta de Fronteras británico-venezolanas entre 1900 y 1905 para demarcar definitivamente de los límites entre Venezuela y la colonia de Guayana Británica, firmándose en el año 1907. Tras los hechos de 1964, en el año 1966 la ONU admite la demanda y se reconoce la contención venezolana a nivel internacional, lo que conllevó a la firma del Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero, en el que Reino Unido y Guyana reconocen las reclamaciones de Venezuela y establecen que deben mediar para fijar límites —sin reconocer explícitamente que “el Esequibo es de Venezuela”—.

1.5 Conclusiones parciales

En suma, el panorama es claro: los gobernadores de facto del Esequibo fueron durante mucho tiempo los holandeses e ingleses, siendo estos últimos quienes se adentrarían en el territorio casi por completo. Por su parte, los establecimientos españoles en la zona brillaban por su ausencia y, de hecho, ya se podían ver vestigios de la decadencia que le acaecería al Imperio Español en los años siguientes a 1800. En adición, Venezuela, aunque heredó sus territorios delineados por el Imperio Español, mucho menos se preocupó por ocupar lo que en principio le pertenecía, y una vez comenzaron a arrebatárselo no contaba con la fuerza suficiente para sostenerlo —en un siglo donde es la fuerza lo que cuenta; los territorios de absolutamente todos las colonias de América fueron ganados por la fuerza; si un nativo venezolano hubiese reclamado un territorio como suyo a España, en el mejor de los casos sería simplemente ignorado, en el peor caería muerto por la fuerza—.

De todo el breve relato contado hasta el momento, se infiera también que el derecho sobre territorio con más peso en la época era, en definitiva, el uti possidetis de facto, al que aludía Gran Bretaña, y no el uti possidetis iure, al que aludía Venezuela. Profundicemos un poco más en esto.

2. Iure versus Facto en contextos de invasiones: el Esequibo no es de Venezuela

Como mencioné antes, el uti possidetis iure hace referencia a aquello que se posee “de acuerdo al derecho”, un principio que sirvió para delimitar fronteras durante varios siglos, a través de tratados donde los Estados aceptaban los límites territoriales de otros. En el caso de América tras la separación de España, varios —entre ellos Simón Bolivar— apelaron a este principio para mantener los territorios que emergieron después de la llegada de los españoles. Sin embargo, otros Estados, como Brasil, delimitaron territorios bajo el principio uti possidetis de facto, que se basaba en la ocupación y efectivo control sobre el territorio que se adjudicaban como propio. Estas dos concepciones de establecer fronteras trajeron varios conflictos, pero si nos apegamos al contexto de la época, sobre todo hasta finales del siglo XIX, lo que tenía más peso era la posesión de facto y no por derecho.

De hecho, el siglo XIX es importante, porque hasta entonces los nuevos estados que surgieron y/o surgirían en América heredarían lo que España dejó y poseía efectivamente —teniendo o no títulos de derecho, lo cual incluía tratados internacionales de reconocimiento de territorios—, es decir, los territorios heredados efectivamente no eran aquellos que se poseyeran por derecho por descubrimiento o por firma de tratados, sino aquellos donde efectivamente ocupaban. De esto se infiere que, en la práctica, el papel no tenía mucho peso —no digo que no tenía ningún peso, digo que no era de mucho valor en comparación a la posesión efectiva del terreno—.

El Esequibo es una clara muestra de esto, de la primacía de la posesión de facto sobre el uti possidetis iure; suficiente con recordar la protesta de Alejo Fortique y la respuesta de Lord Aberdeen en el 1844 —ver sección anterior, párr. 1, 2—. El uti possidetis iure cobraría mayor relevancia durante el siglo XX, pero lamentablemente, nos guste o no, lo hizo demasiado tarde. Las mismas autoridades venezolanas aceptaron que no se podía hacer mucho en 1840, puesto que no se habían sentado a firmar tratados —uti possidetis iure—, y luego no hicieron más que apelar a una historia sacada de contexto para adjudicarse el Esequibo, aunque sin defenderlo efectivamente por miedo a la potencia del momento.

Además, si es el caso y el uti possidetis iure debe tener en ese contexto histórico mayor relevancia —que es de donde se apegan todos los que dicen que el Esequibo es “legítimamente de Venezuela”—, entonces debemos dividir todo el país en las difusas fronteras de las distintas tribus nativas que se encontraban en el territorio antes de la llegada de los españoles y, por tanto, Venezuela deja de existir tal y como la conocemos hoy; pero pedir eso es igual de absurdo que decir que el Esequibo es de Venezuela. Nos encontramos en una época de dominación y conquista, donde es la fuerza la que fija límites territoriales y, en algunos casos de respeto, son los tratados los que lo fijan —siempre y cuando sean respetados y el pueblo pueda defenderse de los invasores irrespetuosos, porque si no se da ese caso, de facto el terreno es de quien invade—; así se ganó el terreno España, luego lo heredó Venezuela y lo perdió por la misma razón.

3. Influencia, cultura y actualidad

A esto se suma el hecho de que, hoy por hoy, toda la población de la zona del Esequibo tiene muy pocos vínculos culturales con Venezuela —desde el idioma, que ya de por sí es mucho, hasta sus tradiciones y costumbres—, lo que da más fuerza al hecho de que España tuvo poca injerencia allí, mientras que los holandeses y los británicos sí. Carece de sentido adjudicarse un terreno como propio e ignorar a su vez a toda su población —aunque entiendo que a efectos geopolíticos y de recursos naturales, que es realmente por lo que se aviva el conflicto, eso importa poco—. Y para muestra, un botón: el 2 de enero del año 1969 se produce un movimiento separatista en Lethem, al sur de Guyana Esequiba, que controlado por las fuerzas de defensa de Guyana, en ese entonces, los rebeldes solicitaron ayuda al gobierno de Venezuela invocando su “nacionalidad venezolana”, pero Rafael Caldera, el entonces presidente, se abstuvo de apoyar el movimiento; lo único que hizo el gobierno venezolano fue dar la nacionalidad venezolana a quienes huyeron a territorio verdaderamente venezolano. Entonces, surgen las preguntas: (i) ¿Si el Esequibo es de Venezuela, por qué fácticamente se actúa como si no lo fuera? Y (ii) ¿Si el Esequibo es de Venezuela, por qué dar “nacionalidad venezolana” a personas que se supone “ya son venezolanos” por el mero hecho de que —supuestamente— el Esequibo es de Venezuela? Algunos podrían decir que era para evitar un conflicto bélico, lo cual es sensato, más teniendo en cuenta que Guyana acusó a Venezuela de alentar al movimiento separatista, pero lo cierto es que nunca hubo intención real en ejercer dominio sobre el territorio, ni por parte de España un por parte de Venezuela.

Por si fuera poco, el mismo Hugo Chávez, en su intento por ganarse el favor del continente, en el año 2004 flexibiliza la relación con Guyana y permite las operaciones de infraestructura y desarrollo del gobierno de Georgetown en el Esequibo, llegando incluso a afirmar que la reclamación de 1962, que lleva a la firma del Tratado de Ginebra en 1966, fue “orquestada desde Washington para presionar al gobierno izquierdista de Guyana”; en otras palabras, que el Esequibo nunca fue de Venezuela y, por tanto, nunca debió reclamar a la ONU por ello.

Lo que sucede realmente con la zona del Esequibo es que desde Venezuela se apela a sentimientos nacionales e históricos —totalmente descontextualizados— para decir “esto nos pertenece”, sin haberlo sido efectivamente y sin ser ahora realmente así, porque a nadie le gusta perder. Además de este sentimiento de perdedor, la lucha por un territorio que, de facto, históricamente y culturalmente nunca ha pertenecido al país, actualmente responde más a los hechos de que (i) se ha alimentado la idea —instrumentalizada políticamente— de que Venezuela ha sido víctima de ataques imperiales a lo largo de su existencia y (ii) que ahora se sabe que es rico en recursos naturales. Un absurdo total. Nos encontramos en un escenario de retórica política sin fundamento, apoyado o seguido por una masa que no se preocupa por comprender la historia tal y como se dio, independientemente de si comparten ideologías o no con el gobierno de turno, que no permite soltar y avanzar —que es lo que debe hacer Venezuela con el Esequibo—.

4. Algunas posibles objeciones a lo expresado

Quien haya llegado hasta aquí puede decir que estoy que por la fuerza se pueden ganar territorios, independientemente de su legitimidad, pero tomar tal postura es no comprender lo que desarrollo en el texto; no estoy diciendo que las acciones de Gran Bretaña en el Esequibo hayan sido legítimas y, por tanto, le pertenece —luego heredado a Guyana—, lo que estoy diciendo es que, en el contexto histórico donde se desarrollaron los hechos, Gran Bretaña tenía todas las de ganar, como fue el caso, no es legítimo, pero así fueron las cosas, tampoco fueron legitimas moralmente las acciones de España y aun así hoy se usan las fronteras heredadas del mismo para pelear por algo que Gran Bretaña se ganó de la misma manera. Esto no se trata de ver qué es legítimo o no, se trata de aceptar las cosas tal y como se dieron. He aquí precisamente la contradicción y doble moral de quienes defienden el Esequibo como de Venezuela: que se lucha por algo que otros ganaron de la misma manera en que España y Venezuela, tal y como se concibe en la actualidad, ganaron lo suyo.

También, otros puedes decir que con mi lógica podríamos defender lo que Rusia está haciendo con territorios de Ucrania, pero tal argumento no cabe en el debate; en principio, nos encontramos en diferentes momentos históricos y hoy si tiene más peso el uti possidetis iure que el de facto; en segundo lugar, si de legitimidad y moralidad hablamos, lo correcto sería que cada pueblo, sin importar lo grande o pequeño que sea, pueda establecer las normas por las que se regirá la comunidad o sociedad que en su territorio hacen vida, dando paso al derecho de secesión. Pero como ésta concepción moral no es la que hoy rige el mundo —eso es pedir mucho—, nos tenemos que aguantar con la espuria “legitimidad” de fronteras vinculadas al concepto de Estado-Nación, por lo que las acciones de Rusia son inmorales en la medida en que no respetó la soberanía de otra nación[21].

Otro argumento que pueden decir —aunque más que un argumento es una acusación— es que estoy siendo un apátrida y un traidor por no reconocer el Esequibo como de Venezuela; a estos les respondo: (i) mi patria es donde están mis pies y donde tengo vínculos culturales y emotivos, es de hecho ese el máximo significado del término “patria”, así que si a eso caemos, entonces es más apátrida aquel que quiere decir que es suya una cultura distinta y un terreno que muy probablemente jamás en su vida ha visitado, no conforme con eso, es también un ser con aires de conquistador que pretende criticar a otros conquistadores; y (ii) teniendo en cuenta el punto (i), entonces no solo no soy un traidor, sino que soy aún más nacionalista que aquellos que dicen serlo y pretenden luchar por algo que jamás fue de la nación.

5. Refutando algunas posturas comunes

Habiendo dicho lo anterior, quiero destacar algunos errores que cometen historiadores al momento de hablar sobre el tema en cuestión. Algunos afirman que la sentencia del Tribunal de Arbitraje reunido en París para definir la disputa sobre la frontera del Esequibo con Venezuela y Guayana está viciado de nulidad, y en efecto, visto tal y como se ven las cosas hoy, es así, pero ignora —me gustaría pensar que por emoción— que absolutamente todos los territorios de América se fijaron ilegítimamente, ergo, en última instancia, el territorio “legal” de la Capitanía General de Venezuela tiene el mismo grado de nulidad que el Laudo Arbitral de París.

Algunos, como Manuel Donís —doctor en Historia, profesor universitario e investigador del Instituto de Investigaciones Históricas P. Hermann González Oropeza, S. J. (IIH) de la UCAB—, llegan más allá y dicen que el Laudo de París es una “verdad procesal, pero no real”, dado que “Venezuela no ha aceptado de forma legítima y expresa, ni durante ni después, la ejecución del laudo”[22], pero tales afirmaciones no son del todo ciertas; es cierto que Venezuela protestó por el Laudo de París —de hecho, viene protestando desde 1822 por las continuas invasiones británicas—, pero también es cierto que, por un lado, esto es irrelevante para el contexto de la época y, por el otro, Venezuela nunca trascendió esas contadas protestas, nunca ejerció dominio en la zona y nunca se preocupó efectivamente por lo que sucedía en la zona.

Otros apuntan a que España siempre ejerció soberanía allí para despues sostener cómo el terreno es de Venezuela por herencia. En esta línea, el abogado Freddy Guriérrez Trejo publicó un artículo donde dice que, “antes de la guerra de independencia, España ejercía sus dominios sobre esos espacios que tiempo después estuvieron en controversia”, pasando a mencionar que “entre 1819, año de celebración del Congreso de Angostura, y la Constitución de 1821 en Villa de Rosario, que crea la Gran Colombia, se definió el espacio” del país fundamentado en la Capitanía General, algo que se sostiene en el uti possidetis iure que considera “incuestionable” y de “aceptación universal”[23], craso error. En primer lugar, ya vimos cómo hasta finales del siglo XIX el uti possidetis iure no era de aceptación universal y más bien quedaba solapado por el uti possidetis facto; en segundo lugar, si bien es cierto que en papel es incuestionable que el territorio se consideraba “de Venezuela”, es falso que España ejercía dominio efectivamente en la zona en reclamación del Esequibo y también es cuestionable que lo haya ocupado al mismo grado que lo hizo Gran Bretaña.

Pero, así como Venezuela ha establecido como suyo el Esequibo desde 1811, Gran Bretaña lo hizo —sea por omisión, o por ocupación de facto— en los años siguientes, especialmente desde 1831. Además, en la actualidad —y desde siempre con los holandeses y británicos— es Guyana, que desde 1980 establece la inclusión del territorio dentro de sus límites en la Constitución, quien administra como propio el Esequibo, sin importar los reclamos de Venezuela.

En este sentido, tengo que recordarle a estos historiadores y abogados que este tipo de conflictos históricos a veces no se resuelven solamente por lo que es considerado “legal” o “moral”, los mismos acontecimientos y la continua pelea por las dos concepciones del derecho para fijar fronteras oscurece el asunto. Empero, si ampliamos y vemos el panorama completo, se esclarece y pueden vislumbrarse caminos de solución del conflicto. Por todo lo expresado hasta ahora, indudablemente el Esequibo no puede ser considerado de Venezuela.

6. Conclusiones finales

En resumen, desde la llegada del Imperio Español a América, España se adjudicó el territorio del Esequibo sin que más tarde —jamás— se esforzara en explotar ni en establecer en el sitio, tal y como sí lo hizo con otras zonas de Venezuela; y esto en una época de imperios, dominio y conquista puede salir muy caro. Más adelante, cuando Venezuela se separa del imperio, las autoridades del país tampoco se preocuparon por establecerse en el lugar, pues se concentraron en librarse de España y, una vez constituida Venezuela como independiente en 1830, en institucionalizar la nueva nación; todo en una época donde el Imperio Británico crecía cada vez más y la posesión de facto importaba más que la de derecho. Si bien Venezuela protestó por lo que consideraba suyo, no pudo hacer mucho.

Además, dejando de lado el territorio como tal, hay que tener presente que el pueblo del Esequibo no comparte fuertes vínculos culturales con la población Venezolana, precisamente por la poca incidencia que tuvo España y luego la constituida Venezuela en el lugar, por tanto, adjudicarse el Esequibo como propio y pelear por él —si llega a darse el caso— atentaría contra la libre determinación de ese pueblo. La cosa sería distinta si se hiciera un referéndum en el que participaran absolutamente toda la población del Esequibo y se le preguntara si quieren formar parte de Venezuela o no —a lo que muy probablemente gane el “no”, porque a esa gente no le interesaría formar parte de un país sumergido en la peor crisis política, económica, social y, en suma, existencial de toda su historia, mucho menos bajo la dictadura de Nicolás Maduro—.

En este orden de ideas, destaca la idea de que la misma España y la misma Venezuela ganaron sus fronteras a punta de bayoneta, por lo que no se diferencian en nada a lo que hizo Gran Bretaña y, en última instancia, apegandonos a la ley de decencia elemental y, por tanto, la moralidad universal, todas las fronteras de hoy son “ilegitimas” por su origen de conquistas. Si hemos de juzgar el Esequibo como propio por que fue “arrebatado por los británicos”, también hemos de juzgar como “no propio” todas las fronteras de Venezuela que les fueron arrebatadas a los nativos. Pero como apelar a esto en el vacío es una estupidez —pues hay que desarrollar argumentos morales para fijar límites teritoriales partiendo del concepto de propiedad privada; que aquí no compete—, y dado que no se puede resarcir a los nativos fallecidos con el territorio que les fue arrebatado y que todos los protagonistas de los conflictos territoriales del siglo XIX están muertos, simplemente hemos de aceptar que Venezuela perdió el territorio, es lo más sensato.

Sin embargo, si alguien quiere realmente defender fronteras territoriales y estar en línea con su sentir nacionalista y/o patriótico, lo invito a que comience a exigir el derecho a secesión para que cada comunidad del país determine su futuro, en un contexto donde en “nuestro mismo territorio” un gobierno tiránico somete a toda una sociedad dentro de las fronteras que domina.

Venezuela no necesita el Esequibo, que desde hace mucho tiempo no le pertenece —nunca lo hizo de forma efectiva—, lo que necesita es salir de la crisis actual, re-institucionalizarse, y respetar la libertad de todos sus habitantes en busca del desarrollo; y eso no se logra en una pelea territorial sin sentido, sino enfocándonos en nuestras propias necesidades y ver como satisfacerlas, con trabajo, responsabilidad y respeto a todos los que nos rodean. Antes de pretender ejercer dominio sobre un territorio ajeno, Venezuela debería preocuparse por dominar bien el suyo.


[1] Esto lo menciona Rafael María Baralt en sus textos del siglo XIX. Al respecto, puede revisar: Rafael María Baralt. 2016. Resumen de la historia de Venezuela, Tomo I. publicado por Editorial UNERMB. Págs. 357-362. El autor relata cómo Diego de Ordaz se lo llevan preso a Santo Domingo después de su notable fracaso en la expedición y, aunque se libra, e incluso es incentivado a continuar, decide marcharse a España por su estado de Salud, muriendo envenenado en el camino.

[2] Ibídem., pág. 362.

[3] Ibídem., pág. 365.

[4] Ibídem., pág. 367, 368. Para estas fechas, la reina Isabel se encontraba en guerra con Felipe II, Francia y Países Bajos, pero no por ello desentendió las expediciones inglesas en la actual América. De hecho, la ciudad que habían fundado los españoles en Trinidad fue destruida por los británicos en 1595 y las expediciones británicas continuaron por el Orinoco, pero ya para 1603 Gran Bretaña se encontraba en relativa paz con España, por lo que incluso fueron ejecutados aquellos que atacaron colonias españolas para la fecha (ver Ibídem., pág. 370). Es necesario mencionar que para 1595 los neerlandeses son “expulsados” del área por los españoles, firmando un acuerdo donde se establece la frontera oriental en el Río Esequibo. Si bien, la cosa no cambia: los españoles se enfocaron más en su búsqueda del Dorado y no se establecieron en las zonas del Esequibo —seguir leyendo el texto—.

[5] Ibídem., pág. 371.

[6] Ibídem., pág. 374.

[7] Ibídem., pág. 375.

[8] Para el año 1666 los holandeses son expulsados por los ingleses, empero, la administración de la zona sigue estando a manos neerlandesas. No fue sino hasta 1814 cuando los territorios holandeses pasan oficialmente a las manos de Gran Bretaña, desembocando en que en el año 1831 se constituyera la Guyana Británica, como veremos más adelante.

[9] María A. González P. 2015. La Guyana Esequiba: la pérdida del Esequibo venezolano a propósito del arbitraje del Laudo de Paris de 1899. Bogotá, Colombia. Tesis para obtener la Maestría en Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Javeriana. Pág. 17.

[10] Ibídem., pág. 18.

[11] Ibídem., págs. 11, 19.

[12] Rafael María Baralt. 2016. Resumen de la historia de Venezuela, Tomo II. publicado por Editorial UNERMB. Pág. 54. Cabe mencionar, como dato curioso, que fue precisamente la isla de Trinidad el lugar desde donde salió el arsenal para armar a los independentistas que terminaron por conseguir la separación de Venezuela del Imperio Español, orquestado en buena medida por Francisco de Miranda.

[13] Óp. Cit. La Guyana Esequiba: la pérdida del Esequibo venezolano a propósito del arbitraje del Laudo de Paris de 1899., pág. 17.

[14] Óp. Cit. Resumen de la historia de Venezuela, Tomo II, pág. 69.

[15] Óp. Cit. La Guyana Esequiba: la pérdida del Esequibo venezolano a propósito del arbitraje del Laudo de Paris de 1899., pág. 20.

[16] Ibídem., pág. 22.

[17] En Ibídem. Esto es importante, porque muestra cómo Venezuela misma pone en duda su “derecho” sobre el Esequibo, sea porque no administraba fácticamente la zona o porque temía a Gran Bretaña.

[18] Ibídem.

[19] Ibídem.

[20] No fue sino hasta mucho tiempo después, en 1962, cuando la denuncia de Venezuela se hace efectiva, dado que se descubrió en 1948 que los abogados estadounidenses que representaron a Venezuela en 1899 habían negociado en secreto con Gran Bretaña para despojar legalmente a Venezuela del Esequibo. Así, Marcos Falcón Briceño, canciller de Venezuela, acude a la ONU y denuncia ante el mundo que considera nula la decisión del Laudo Arbitral de París.

[21] Aquí habría que ver además si la población que habita en los territorios de ucrania anexados por Rusia quieren realmente formar parte de Rusia, porque si ese es el caso, se cae el discurso y argumento de legitimidad y moralidad de quienes sostienen que el territorio es de Ucrania, yendo en contra de la libre determinación de los pueblos que allí habitan. Pero eso es otra historia; solo menciono el caso a modo de ilustración del punto que he desarrollado.

[22] En Grace Lafontant. 2023. Historiador Manuel Donís: “El Esequibo es legítimamente venezolano”. Artículo publicado en El Ucabista. Puede acceder a través de: https://elucabista.com/2023/05/09/historiador-manuel-donis-el-esequibo-es-legitimamente-venezolano/ (Consultado el 11 de septiembre de 2023).

[23] Freddy Gutierrez Trejo. 2023. El Esequibo y el referéndum. Articulo publicado en el portal TalCual. Puede acceder a través de: https://talcualdigital.com/el-esequibo-y-el-referendum-por-freddy-gutierrez-trejo/ (Consultado el 12 de octubre de 2023).

Propuesta de Disobey para recuperar el Esequibo

Recientemente, a petición de Guayana, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se declaró competente para discutir a quien le pertenece el Esequibo, conflicto que lleva más de 100 años en disputa; lo que le ha colocado de nuevo en discusión ante la opinión pública.

La organización Disobey, expuso un plan para la recuperación de ese territorio en donde aseguran que no son necesarios más conflictos bélicos o de otro tipo que duren décadas y que hay vías alternativas en donde “todos salimos ganando.”

A continuación, los 7 puntos que presenta la organización:

1. Enfocarnos en desinfectar a Venezuela del socialismo.

2. Levantar la economía y convertirnos en potencia.

3. Generar la matriz de opinión entre los habitantes de dicho territorio de que siendo venezolanos serán mucho más ricos y prósperos.

4. Para que esta opinión cale entre los ciudadanos se pueden adquiror o fundar medios de comunicación en la zona.

5. Promover una especie de referendum para que los habitantes escojan haciendo uso de su libertad, ser ciudadanos venezolanos.

6. En la situación actual muchos se averguenzan de tener la nacionalidad venezolana. Por esto es fundamental convertirnos en un país desarrollado para tener algo que ofrecer.

7. Si los ciudadanos de la región deciden libremente ser venezolanos y anexarse oficialmente, no habrá veredicto de ninguna corte internacional que valga. La libertad de elegir está por encima de todo.

Antonio Semprum: «Padrino Lopez, es un servil y traidor a la patria»

El Coronel retirado de la GN en el exilio, Antonio Semprum, una vez conocida la decisión de que la Corte Internacional de Justicia puede actuar en el caso del laudo arbitral entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, calificó a Padrino Lopez de servil y traidor, ya que esta decisión que el Primer Ministro de Guyana celebra por considerarla una victoria, el regimen de Venezuela no hace nada y el Ministro de la defensa que esta llamado a cumplir su misión de proteger la soberanía el país, tampoco toma acción, demostrando su grado de ineptitud y cobardía.

VAMOS TODOS PAL ESEQUIBO

!!.
Por: Ricardo Koesling.


Desde hace varios años los venezolanos comenzaron a dejar LA TACITA DE PLATA que era nuestro país, unos por persecución política y la gran mayoría por desespero de buscar unas condiciones de vida diferentes a las que día a día van empeorando en el territorio patrio.
Pero la mala suerte que han corrido los millones de compatriotas que han logrado y siguen saliendo por nuestras fronteras, es el maltrato Físico y Psicológico que han recibido de COLOMBIANOS, BOLIVIANOS, PERUANOS Y CHILENOS que han sido tan graves como para denunciarlos por violación a los derechos humanos, niños y mujeres son los que han sufrido más de esos países que otrora los recibíamos con Amor, apoyo total o sea con los brazos abiertos, pero se cumplió aquello de que «ASÍ PAGA EL DIABLO A QUIEN LE SIRVE». Por eso quiero transmitir mi idea de que *EMIGREN AL ESEQUIBO, tierra virgen llena de riquezas, donde el oro se encuentra más fácil que *LAVAR POCETAS*, donde pueden dormir en cualquier ranchito que construyan y no en sucias habitaciones alquiladas, y de paso no los sacaría nadie de allí porque esa tierra es Venezolana, seria un regreso a la Venezuela de Antaño que miles de inmigrantes lograron construir un país como lo fue el nuestro… *INMIGRANTES VENEZOLANOS EN EL ESEQUIBO ESTA TU FUTURO!!!!*