Con mis corruptos no te metas

Por Osmel Brito-Bigott

Alrededor de la primera década de los 2000, en Venezuela se popularizó la frase «Con mis hijos no te metas» entre movimientos de padres. Esto fue como respuesta a una iniciativa del régimen socialista-chavista que pretendía modificar los contenidos escolares y los padres, temerosos de que adoctrinaran a sus hijos, organizaron continuadas protestas. Lo triste es que ya hacía años que el estado ya se había metido con sus hijos, pero eso es tema de otro artículo.

Lo que nos ocupa en este artículo es el nivel de complicidad del establishment global, incluidas de manera preferente a las empresas productoras de noticias, con la corrupción del partido demócrata y en especial la familia Biden.

Joe Biden es un político del establishment, del pantano, de la casta.  Luego de una carrera política en el estado de Delaware, fue electo al congreso por primera vez en 1973, es decir, hace más de 40 años.  Fue reelecto en seis ocasiones hasta 2008 cuando se presentó en la fórmula junto con Barack Obama, quien a la postre fue electo durante dos períodos, es decir, 8 años más.  La administración Obama fue una de las más nefastas, abusivas y corruptas de la historia, pero tuvo una muy buena prensa a favor.

Es bien conocido que durante la administración Obama, la familia Biden, y en especial su hijo Hunter, consiguió asesorías personales y para sus empresas en países de Europa oriental, en especial en Ucrania.  Igualmente es conocido el caso de que el vicepresidente Biden logro bloquear una investigación en Ucrania contra su hijo y sus empresas, hasta llegar al punto de lograr la destitución del fiscal que osó iniciar esta investigación, al cual se refirió despectivamente Joe Biden (como acostumbra a hacerlo) «son of a bitch».

Donald Trump hizo uso de su poder como presidente para solicitar al presidente de Ucrania información sobre  ese caso, que le hubiese servido en su campaña de reelección en contra de su rival.  Esa acción, quizás fuera de sus propias atribuciones, le costó a Trump un intento de impeachment por el poder legislativo, ese sitio donde mejor se refleja el pantano. Y que estaban haciendo los promotores del impeachment? pues defendiendo a su corrupto.

Joe Biden logra la nominación como candidato a la presidencia por el partido demócrata, era el «mejor» candidato que había logrado llegar al final. Su compañera de fórmula  a la postre terminó siendo la senadora Kamala Harris, una imposición de Barack Obama, otro ejemplo de corrupción y tráfico de influencias.

Durante la campaña, el New York Post reveló información de un computador portátil del hijo de José Biden, Hunter, que contenía detalles sobre casos se soborno y corrupción, en especial en Ucrania, en donde claramente estaba involucrado el candidato Biden, sin contar las numerosas fotos de Hunter drogado o con prostitutas jovencitas (lo que se llamaría en inglés, barely legal).  ¿Qué hizo el establishment mediático (incluida ahora la Big Tech)? Pues hizo uso muy claro de la frase que titula este artículo, «con mi corrupto no te metas». Silenciaron la noticia, sacaron de circulación los posts del New York Post que hacían referencia a la misma, sacaron a toda su artillería de fact checkers para decir que era falsa esta información.  Hoy, a más de 36 meses de la elección presidencial en USA, hasta medios de ese establishment como el New York Times, reconocen que es verdadero que se hay conseguido emails, fotos y evidencias en el portátil de Hunter Biden.

Hoy, en plena guerra entre Rusia y Ucrania, una guerra en donde el que pintan de malo (la Rusia de Putin) no es tan malo, y al que pintan de bueno (la Ucrania de Zelensky) no es tan bueno, sale a la luz pública evidencia de que, y contraviniendo leyes internacionales, los Estados Unidos han venido financiando laboratorios de producción de armas biológicas en Ucrania (algo denunciado ante la ONU y reconocido por Victoria Nolan en el Senado de USA). Por supuesto, esto ha sido negado por el hoy presidente Joe Biden, pero por más que se quiera ocultar, las evidencias son demasiado abrumadoras. Y quien aparece en esas evidencias, Hunter Biden y firmas americanas que han financiado laboratorios en Ucrania para el desarrollo de armas biológicas empleadas en ataques que produzcan epidemias y pandemias. Un verdadero crimen contra la humanidad.

Qué un personaje como Joe Biden haya llegado a la presidencia de los Estados Unidos dice mucho de la descomposición que viene sufriendo ese país.  Que todo el establishment político, económico y mediático haya hecho frente «con mi corrupto no te metas» dice mucho de la poca calidad moral de esos políticos y esos empresarios.  Que luego de las elecciones de medio término, en donde se espera que el partido republicano logre mayorías en la cámara de representantes y en el Senado, no se adelante un impeachment contra Biden, por corrupto, y contra Kamala Harris, por incompetente, dejaría muy mal parada a esa oposición.

Y finalmente Joe Biden está haciendo con su hijo Hunter como los padres venezolanos que relato al principio, defenderlo al grito de «con mi hijo no te metas», pero al costo de defender a un personaje oscuro, corrupto y moralmente depravado.

Amanecerá y veremos.

DeSantis arremete contra Joe Biden por negociar con Venezuela

Recientemente, se dio a conocer la noticia que los Estados Unidos estaría buscando mecanismos para comerciar nuevamente con Venezuela, específicamente en el tema petrolero, para dejar de importar desde Rusia debido al conflicto que existe con Ucrania.

Ante esto, el gobernador republicano por el estado de la Florida, Ron DeSantis, expresó su rotundo rechazo y argumentó que esta acción está errada y no se debería negociar con tiranos.

A través de sus redes sociales, DeSantis se distanció de la acción del gobierno federal, «Es errado que la administración Biden ruegue por petróleo a Venezuela y legitime al régimen comunista de Maduro en una visita oficial,» agregó, «Los Estados Unidos deberían hacer que Maduro rinda cuentas mientras incrementa su producción energética internamente para que no necesitemos depender de regímenes hostiles por energía.»

El gobierno de los Estados Unidos, en teoría, sigue considerando a la tiranía venezolana como ilegítima. Además, instituciones norteamericanas han colocado un precio a la captura de las cabecillas de dicho régimen, por lo cual es contradictorio asistir en una visita oficial para negociar con Nicolás Maduro.

Se burlan de CNN por asegurar que popularidad de Joe Biden mejoró tras postura frente a Rusia

La cadena de noticias CNN, aseguró que la popularidad del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, mejoró tras haber ofrecido su primer discurso del Estado de la Unión y por su posición ante Rusia a propósito de la arremetica bélica que inició contra Ucrania.

El estudio de opinión Marist fue el citado para esta aseveración; sin embargo, los internautas parecen no creerle a la reconocida plataforma, demostrando su escepticismo en redes sociales.

Presentamos algunas reacciones:

Las tres mentiras más destacadas de Joe Biden durante su discurso del Estado de la Unión

El pasado primero de marzo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ofreció a la nación su primer discurso del Estado de la Unión.

La plataforma Based Politics destacó algunas de las incoherencias y mentiras que desde esa alocución surgieron.

En primer lugar, se resalta lo falso alrededor de la afirmación acerca de lo grandiosos que fueron los cheques de estímulos ofrecidos por el gobierno federal como una medida para afrontar la crisis generada por las políticas de confinamientos.

“Una de las cosas que hice como presidente fue aprobar el Plan de Rescate para América,” dijo Biden, “La gente estaba en necesidad. Teníamos que actuar y lo hicimos. Pocas iniciativas legislativas han hecho más en un momento crítico de nuestra historia para sacarnos de la crisis. Alimentó nuestros esfuerzos para vacunar a la nación y combatir el COVID-19. Otorgó un alivio económico inmediato para millones de americanos.”

Según la Based Politics, esta aseveración es falsa desde varios ángulos. Primeramente, se asegura que poco o nada tuvo que ver el estímulo económico con la promoción de la vacunación o con enfrentarse al COVID-19 en general. Incluso, se destaca que, de acuerdo a PolitiFact, sólo un 1% de esos recursos fueron destinados a las vacunas, y menos del 10% estaba relacionado al coronavirus. La mayoría de este dinero se utilizó en planes sociales y programas gubernamentales.

Por otra parte, este proyecto de estímulos en vez de crear nuevos empleos como aseguró el mandatario, ralentizó dicho proceso.

En segundo lugar, se encuentra el tema de impuestos. De acuerdo a Biden, su gobierno no ha aumentado impuestos en las personas que no pertenecen a las clases más pudientes, “Bajo mi plan, nadie haciendo menos de $400.000 al año pagará ni un solo centavo adicional en nuevos impuestos. Nadie.”

La Plataforma de tendencia libertaria recordó que, desde la asunción como presidente de los Estados Unidos, Biden ha hecho varias propuestas en relación a este tema que sí incrementarían los impuestos en ciudadanos americanos que ganan menos de los $400mil mencionados por el mandatario.

Finalmente, Biden comentó que sus planes van a reducir el déficit fiscal, “Mi plan no sólo bajará el costo para que las familias tengan oportunidades reales, también bajará el déficit.”

Este último punto ha sido altamente criticado pues es improbable poder reducir el déficit fiscal aumentando el gasto público, y de acuerdo a un análisis realizado por la Wharton School of Business, el plan del presidente incrementaría la deuda nacional en un 2% en el largo plazo bajo condiciones ideales, y por un 25% en condiciones más realistas.

El índice de aprobación de Biden cae a su mínimo histórico

De Israel Noticias

El índice de aprobación neta del presidente Joe Biden ha caído a su nivel más bajo de la historia, tras una modesta subida en las encuestas del mes pasado.

A diez días de cumplir un año completo en el cargo, Biden tiene ahora una media de aprobación neta negativa de 12,5 puntos, según la media móvil de encuestas de RealClearPolitics, con un 42,1% de estadounidenses que aprueban su actuación como presidente, frente a un 54,6% que desaprueban su labor.

El anterior punto más bajo en el índice de aprobación de Biden se produjo el 18 de noviembre, cuando promedió un índice de aprobación neto de 12,2 puntos.

El índice de aprobación de Biden subió a mediados de diciembre, con un resultado neto negativo de 6,3 puntos, antes de descender a finales de mes.

A pesar de sus malos números en las encuestas, el índice de aprobación de Biden sigue siendo superior al de su predecesor en este mismo momento hace cuatro años.

En este momento de su presidencia, Donald Trump tenía un índice de aprobación neto medio de 16,7 puntos, con un índice de aprobación medio del 39,8%, frente a un índice de desaprobación del 56,5%.

Las dos últimas encuestas de seguimiento del índice de aprobación del trabajo de Biden le dan unos índices netos de -6 y -17 puntos respectivamente. Según el sondeo de Rasmussen, el 58% de los probables votantes desaprueban la actuación del presidente, frente al 41% que la aprueba. El sondeo de Reuters/Ipsos, que encuestó a 1.000 personas sin seleccionar a los votantes probables o registrados, reveló que el 45% aprobaba el trabajo de Biden, frente al 51% que lo desaprobaba.

Administración Biden altamente criticada por asegurar que han creado más empleos en la historia de Estados Unidos

Los usuarios de Twitter arremetieron contra la administración de Joe Biden debido a una publicación que se hizo desde la cuenta oficial de la Casa Blanca en la cual aseguran que este gobierno ha sido el que ha creado más empleos en la historia del país.

“Bajo el presidente Biden, la economía ha creado más trabajos por mes que bajo cualquier otro presidente – en la historia,” tuiteó la Casa Blanca el pasado viernes. El tweet además incluó un gráfico que muestra como Biden, supuestamente, creó 550.000 plazas de trabajo, según la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos.

Según la gráfica, bajo Trump se perdieron 50.000 trabajo; Obama ganó más de 100.000; Bush más de 50.000; Clinton entre 200-250.000; y H. W Bush 50.000; y Reagan 150.000 al mes.

Las respuestas no se hicieron esperar.

El congresista de Arizona, Andy Biggs, expresó: “Joe sabe bromear”.

“Vergonzoso,” publicó Noam Blum

“Me gusta imaginar al economista de la Casa Blanca que molestaron para crear esta gráfica, sabiendo que tan tonta es. Es muy divertida, para ser honesto,” dijo el miembro del Instituto Cato Scott Lincicome.

“La administración Biden cree que los americanos son estúpidos. La ola roja es inevitable,” escribió la ex candidata republicana al Congreso de Maryland Kimberly Klacik.

Glenn Kesler, del Washington Post, también criticó esta publicación y denunció su falsedad, “Hay un gran problema con este gráfico de manzanas y naranjas. Compara el crecimiento de empleos en términos de 4 y 8 años con sólo un año de Biden. Trump solía hacer lo mismo – hasta que su récord fue dañado por la pérdida de empleos en su último año. No cuentes tus pollos antes de nacer,” expresó.

Estados Unidos alcanza récord de contagios por COVID19 en un sólo día a nivel mundial

Los Estados Unidos ha alcanzado un nuevo récord a nivel mundial en relación a los contagios diarios por coronavirus, llegando el pasado lunes a un millón de contagiados.

Según la plataforma Bloomberg, la cifra de contagios más altas hasta los momentos la tenía los Estados Unidos desde hace pocos días; sin embargo, se llegó a 590mil casos; mientras que fuera del país, La India fue la nación con mas casos diagnosticados el 7 de mayo de 2021 alcanzando 414mil contagiados.

Sumado a eso, el reporte destaca que muchos de los casos ni siquiera están siendo contabilizados pues muchos ciudadanos estadounidenses están utilizando las pruebas de coronavirus caseras, las cuales no son reportadas al gobierno, por lo cual, la cifra real pudiera ser mucho mayor.

De acuerdo a la CDC, ha habido más muertos por COVID19 bajo esta administración que durante el gobierno pasado, a pesar que ya se cuenta con tres vacunas disponibles en todo el país y que e actual presidente, durante la campaña, se había comprometido a “acabar con el virus”.

La popularidad de Biden continúa en declive y la mayoría de los americanos rechaza su manejo de la pandemia.

iF Revista Libertaria cataloga a Joe Biden como peor persona del año

«Peor persona del año» fue el título que le otorgó la reconocida plataforma de opinión iF Revista Libertaria a la administración de los Estados Unidos dirigida por Joe Biden y Kamala Harris.

Como parte de las fiestas decembrinas, el medio se había comprometido a escoger en estas navidades a un individuo al cual dedicarle su portada debido a su pésimo desempeño; sin embargo, optaron por galardonar a las dos principales figuras del gobierno norteamericano.

Entre otras cosas, la revista argumenta que en los pocos meses de gestión, el ejecutivo nacional ha causado la inflación más alta de los últimos 39 años, una crisis migratoria sin precedentes, imposiciones autoritarias bajo la excusa de atacar la pandemia y una política exterior desastrosa.

Se tiene previsto que la revista le dedique su portada a la «mejor persona del año» antes que este finalice.

La lista de fracasos de Biden es larga y crece cada día

De Israel Noticias

Para muchos, la elección de Joe Biden representaba una vuelta a la normalidad, la moderación, la unidad y la competencia. Por desgracia, su presidencia solo ha dado paso a la hiperdivisión, la política inmoderada, la venalidad y la asombrosa incompetencia. La lista de fracasos de Biden es larga, y crece cada día. Pero aquí están los puntos más destacados de esa lista.

El primero, por supuesto, es la desastrosa retirada de Afganistán. Biden retiró nuestras tropas antes de sacar a nuestros civiles, titulares de tarjetas verdes y aliados, y luego tuvo que volver a enviar tropas para ayudarles a salir. Pero incluso entonces, Biden no consiguió sacar a todo el mundo, a pesar de haberlo prometido. Y además de dejar varada a la gente, la evacuación dejó en manos de los talibanes armas, vehículos y equipos por valor de miles de millones de dólares, abandonó una base estratégica en la lucha contra el terrorismo y permitió la liberación de terroristas duros encarcelados.

Otro desastre de Biden ocurrió en la frontera sur. El número de inmigrantes ilegales que entraron en el país este año, todo por la negativa de Biden a hacer cumplir nuestras leyes de inmigración, es impresionante. Esa cifra incluye a miles de los llamados solicitantes de amnistía, que generalmente son liberados en el país con la orden de que se presenten a una audiencia en un futuro lejano, una orden que a menudo se ignora. También incluye a personas no vacunadas o infectadas con COVID-19, así como a miembros de bandas, narcotraficantes, traficantes de sexo e incluso personas incluidas en listas de vigilancia por terrorismo. El deber principal del presidente es “velar por la fiel ejecución de las leyes”. Biden no lo ha hecho deliberadamente. Eso es un delito impepinable.

Junto a estos dos desastres está el de la inflación. Los precios están subiendo vertiginosamente, sin fin a la vista. Encima de lo que ya supone un cruel impuesto a los pobres y a los que tienen ingresos fijos, Biden quiere gastar billones más, lo que solo hará que la inflación sea aún peor. Además, la economía está sufriendo cuellos de botella en la cadena de suministro, con barcos que esperan semanas para llegar a los puertos, y una escasez de trabajadores y camioneros para ocuparse de ellos una vez que llegan.

Una de las principales causas de la actual inflación son los altos precios de la energía, producto de las políticas energéticas de Biden. Al asumir el cargo, Biden canceló inmediatamente el oleoducto Keystone XL, que habría dado empleo a unas 11.000 personas. El petróleo que habría llegado a través del oleoducto seguirá entrando, aunque por medios más costosos y contaminantes (camiones y ferrocarril). Al mismo tiempo, Biden dio su aprobación al oleoducto Nord Stream de Rusia a Alemania. Al mismo tiempo que restringía la producción nacional de petróleo y gas, lo que provocaba un aumento de los precios del gas y la calefacción, Biden pedía a la OPEP y a Rusia que suministraran más petróleo y gas para reducir esos precios.

Biden ha adoptado plenamente la política de identidad en la burocracia federal. Muchos de sus nombramientos han sido seleccionados en función de su raza, sexo, condición LGBT, etc., y no porque fueran las personas más cualificadas disponibles. Biden también ha restablecido la formación en teoría racial crítica para los empleados federales. De este modo, su administración refuerza, en lugar de refutar, las mentiras venenosas que ahora se extienden por nuestro sistema educativo y en el cuerpo político.

Otro fracaso de Biden ha sido su mala gestión de la pandemia del COVID-19. Biden heredó el enorme beneficio de las vacunas contra el coronavirus producidas por la Operación Warp Speed de la administración Trump. Su respuesta a la pandemia de COVID a partir de entonces se ha caracterizado por frecuentes retrocesos en sus políticas. El más reciente de ellos es la orden inconstitucional de los mandatos de vacunas, una medida que, anteriormente, el presidente dijo que nunca haría. Como resultado, el país se enfrenta a la dimisión y el despido de policías, bomberos, personal sanitario y de las fuerzas armadas. Peor aún es que, a pesar de la disponibilidad de las vacunas, han muerto más personas por COVID-19 durante la presidencia de Biden que durante la de Trump.

Biden ha politizado a fondo la aplicación de la ley federal. Su Departamento de Justicia no trata por igual a los delincuentes. Ha impuesto duros castigos y largas detenciones previas al juicio a los que el 6 de enero irrumpieron en el Capitolio, pocos de los cuales cometieron actos de violencia o destrucción de la propiedad. A lo sumo, eran culpables de allanamiento y obstrucción de un procedimiento gubernamental, delitos que han sido cometidos con frecuencia por grupos de izquierda (recordemos, por ejemplo, las audiencias de Kavanaugh). Contrasta el tratamiento de los acusados del 6 de enero con, por ejemplo, el tratamiento del DOJ a los alborotadores de Antifa y BLM que intentaron quemar un juzgado federal en Portland, un delito federal mucho más grave. Y ahora el DOJ ha dirigido su atención a los padres que se quejan de que las escuelas racializan y sexualizan a sus hijos.

El ejército ha sido igualmente politizado bajo la administración Biden. Su función es ser una amenaza letal para los adversarios extranjeros, no un partidismo político o un experimento social de ideas de woke. Pero los generales y almirantes a cargo saben que la administración Biden es esclava de la política de identidad; así que, para promover sus carreras, introducen conceptos woke en el ejército a expensas de su función básica. Y con respecto a esa función básica, Biden —a la vez que respalda importantes aumentos del gasto en muchos programas nacionales— ha dejado al ejército con un presupuesto reducido, en términos de poder adquisitivo. Al mismo tiempo, nuestros adversarios hacen sonar sus sables.

Por último, merece la pena comentar el carácter de Biden. Biden es propenso no solo a embellecer la verdad, sino a mentir descaradamente. Su campaña mintió sobre el portátil de su hijo Hunter, diciendo que los informes bien fundamentados sobre su contenido eran desinformación rusa. Mintió sobre los negocios de Hunter, incluido el posible tráfico de influencias, con los chinos. Mintió sobre lo que dijo Donald Trump en relación con las protestas de Charlottesville. Mintió sobre Kyle Rittenhouse, afirmando que el adolescente era un supremacista blanco incluso antes de que comenzara su juicio. A lo largo de su carrera política, ha plagiado y contado chorradas sobre cosas que se supone que ha hecho (pero que no ha hecho).

Biden no ha conseguido prácticamente ningún éxito como presidente. Pero, como atestigua la lista anterior, ha producido el valor de toda una vida de grandes fracasos en menos de un año.