De Derecha Diario
Así lo confirmó el relevamiento oficial del INDEC. Pese a todos los congelamientos, la inflación de septiembre fue incluso más alta que la de octubre. Los precios ya acumularon un aumento del 103,2% en lo que va del año 2023.
La economía de Massa se derrumba en tiempo récord, pese a todas las medidas y los controles que adoptó el kirchnerismo. El candidato Sergio Massa llegará a las urnas con el país al borde de la hiperinflación y el nivel de actividad sufriendo 13 meses de recesión. El panorama es incluso más adverso de lo que estaba previsto.
El INDEC confirmó oficialmente que los precios minoristas se dispararon un 12,7% solamente en septiembre. El supuesto “sendero bajista” de la inflación, un hecho que señalaba vagamente el viceministro Gabriel Rubinstein, resultó ser una farsa más del oficialismo cuando la realidad marca otra cosa: los precios suben a un ritmo cada vez más alto, y no se registraban dos meses consecutivos con inflación mensual de más de 10% desde la última hiperinflación.
El IPC acumuló una suba del 103,2% en los primeros 9 meses del año 2023. La tasa de inflación interanual se disparó hasta el 138,3% en comparación con el mismo período del año anterior, lo cual es evidencia de la situación de descontrol y pánico a la que se ve sometido el país con la gestión de Massa.
Cabe señalar que todo lo que ocurrió en el mes de septiembre se produjo en un contexto en donde el tipo de cambio oficial permaneció congelado, las tarifas de los servicios públicos no aumentaron, las pautas de Precios Justos se fijaron en el 5% mensual, y los combustibles también fueron congelados tras una suba inicial del 12,5% en agosto. Y aún así, la inflación mensual siguió aumentando.
El poder adquisitivo del peso se derrite todos los días. Los precios de la indumentaria se dispararon un 15,7% en septiembre, los servicios de recreación y cultura subieron un 15,1%, los alimentos y bebidas no alcohólicas se dispararon un 14,3% en 30 días, y las tarifas de hoteles y restaurantes aumentaron un 13,2% respectivamente. Todos estos rubros subieron por encima de la variación del IPC general.
Los servicios asociados a la salud se dispararon un 9% a nivel nacional en el mismo período. Si bien el Gobierno decretó el congelamiento de las cuotas de medicina prepagada, esto solo entró en vigencia a partir del mes de octubre. Por su parte, en educación el aumento mensual llegó al 8,1%, y las tarifas del transporte aumentaron un 10,8%.
Los precios regulados por el Gobierno marcaron un aumento mensual del 8,3%, los bienes con tendencia estacional se dispararon un 14,3%, y el IPC núcleo (que excluye el efecto de bienes y servicios especialmente volátiles) aumentó un 13,4% e incluso superó al promedio general.
Y si bien la tasa de inflación interanual de septiembre promedió el 138% a nivel nacional, en algunos rubros superó cómodamente este umbral. La inflación en hoteles y restaurantes llegó al 161,6%, en el rubro de los alimentos superó el 150%, y en salud alcanzó el 139%.
La Secretaría de Política Económica fue protagonista de un verdadero papelón histórico, al publicar cifras de dudosa calidad que no se corresponden con la metodología del INDEC, y que dieron a entender una supuesta “baja” de la inflación que jamás se materializó en la realidad.