De Derecha Diario
El autor y referente de la derecha expuso por primera vez en su carrera en el Congreso de la República Argentina, donde habló junto a las autoridades de La Libertad Avanza sobre cómo combatir la influencia extranjera en el lobby a los diputados y senadores.
Este martes se realizó en la Cámara de Diputados un evento organizado por Global Center for Human Rights titulado “La influencia de los Organismos Internacionales en la soberanía de los Estados”, en la que tuvo como figura central al autor y referente de la derecha argentina, Agustín Laje.
En el encuentro, Laje buscó exponer, ante funcionarios y representantes del Congreso argentino, cómo los organismos internacionales vulneran la soberanía de los Estados tratando de imponer una agenda progresista contraria a lo pactado entre las naciones.
En detalle, se explicó los mecanismos que emplean, en general ONGs y fundaciones extranjeras, para ejercer presión sobre los legisladores y lograr que se aprueben leyes que no son en el interés de los argentinos.
El evento, que se realizó en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, contó con la participación del presidente de la Cámara de Diputados, Martin Menem, quien destacó la importancia de promover la defensa de la legislación nacional en el ámbito internacional, respetando siempre la idiosincrasia de cada país.
Por su parte, Laje realizó un recorrido histórico y filosófico sobre el surgimiento del Estado moderno, el concepto de soberanía, la globalización y el globalismo. Para quien es considerado uno de los referentes intelectuales de Javier Milei y de La Libertad Avanza, la soberanía de los estados “está siendo transferida, está siendo succionada por organizaciones que no tienen base territorial, que no tienen demos, o sea, no tienen pueblo, son apátridas”.
El conferencista, que ya expuso sobre este tema en la mayoría de los palacios legislativos de los países latinoamericanos, sostuvo que actualmente los derechos humanos son “progresivos” y tienen por fundamento una ideología política, afirmando que “hoy cualquier cosa es un derecho humano”, y poniendo como ejemplo la educación sexual en las escuelas.
Según el politólogo, “cada vez que ellos dicen que algo es un derecho humano lo que están diciendo es que ya no tenemos que legislar eso en ninguna nación” porque ya lo han decidido ellos, y continuó diciendo que lo que estos organismos piden a los países es “adecuar legislativamente o a través de fallos la interpretación que hace un equipo de expertos, comités, comisiones, etc”.
Frente a este tema, Laje alertó: “Esto es gravísimo. Porque el Estado entonces se convierte en, exactamente, lo que los argentinos han votado para que no sea” y agregó: “Hoy ser libertario es estar por fuera del 95% de las definiciones de derechos humanos que esta gente da”.
Antes de finalizar, el politólogo advirtió sobre los conflictos de interés que enfrenta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte IDH a partir del financiamiento condicionado que recibe, hecho denunciado por Global Center for Human Rights a través del informe «Balance del financiamiento de la CIDH y la Corte Interamericana 2009-2021. Opacidades e influencias en una financiación condicionada».
Durante el evento, la vicepresidente de Global Center for Human Rights, Neydy Casillas; señaló las atribuciones y límites de los organismos internacionales, y su impacto a nivel legislativo. La especialista advirtió además sobre el papel de la representación argentina actual en la ONU y la OEA donde, aún bajo la nueva administración del presidente Javier Milei, está votando a favor del aborto y de una educación sexual de los niños inspirada en la ideología de género.
Casillas invitó a los legisladores argentinos a “combatir el autoritarismo de estos burócratas que nadie eligió y que están robando el poder a los legisladores, que sí fueron legítimamente elegidos por el pueblo”.
En el panel final, el procurador general del Tesoro de la Nación, Rodolfo Barra, llamó a no dejarse confundir por estos órganos: “Tanto Naciones Unidas como la OEA, tienen la competencia creada establecida en la Convención. Más allá, no pasan, no pueden pasar”.
Por su parte, Sebastián Schuff, presidente de Global Center for Human Rights, sostuvo que tener una economía floreciente no basta: “Si no enfrentas el tema cultural, todo se cae e incluso, se resiente lo económico”.
Además, instó a los legisladores a ser los “guardianes de la idiosincrasia de nuestro pueblo” y culminó pidiendo “que las leyes que rijan a los argentinos se tienen que hacer en este Palacio y no en ninguna oscura sala de negociaciones de organismos sin rostro y sin alma”.
El cierre del encuentro estuvo a cargo del Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Nicolás Mayoraz, que contó que recibió una carta “muy amable, pero muy firme a la vez” del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que deslizaba sutilmente que veían aspectos que eran contrarios a la Carta de Naciones Unidas en la Ley de Bases que impulsaba el gobierno argentino.
El diputado explicó al público asistente que de esta forma pudo constatar cómo “se meten con la soberanía de los Estados y se meten con el derecho de los pueblos a dictar sus propias leyes”, y que por supuesto, fue desestimada.
Asistieron también al evento: el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala; los senadores Ezequiel Atauche, Vilma Facunda Bedia y Andrea Marcela Cristina; los diputados Santiago Santurio, Benedit Beltrán, María Fernanda Araujo, Facundo Correa Llano; el Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina, Pablo de la Torre, y su subsecretaria, Ana Belén Marmora; el Secretario de Culto, Francisco Sánchez, y el Director Nacional de Culto Católico, Agustín Caulo; entre otros.
También se hicieron presentes representantes de organizaciones civiles como Frente Joven, Fundación Concordia, Sembrar Valores, Unidad Provida y Argentinos por la Educación.