El presidente socialista apuntó contra el sector más dinámico y significativo de la economía, provocando la rápida vuelta de la volatilidad en los mercados. Las declaraciones espantan a los inversores y la bolsa retrocedió un 0,73% solo en el día miércoles.
El presidente de la izquierda colombiana, Gustavo Petro, volvió a emprender un discurso en contra del principal sector productivo del país. Como parte de la conferencia anual del Foro Económico Mundial en Davos, el Gobierno socialista dejó en claro que emprenderá una política energética radical y poco convencional para facilitar la “descarbonización”.
La ministra de Energía y Minas, Irene Vélez, anunció sin empacho que el Gobierno prohibirá cualquier tipo de concesión de nuevos contratos de petróleo y gas, aunque no se verán afectados los contratos y las extracciones que ya se encuentran en curso. Petro ratificó los dichos de su Ministra, y habló de un “capitalismo descarbonizado”.
Las medidas presentadas por el Gobierno de Petro son abiertamente extremistas incluso con los parámetros de las economías desarrolladas, las cuales están mucho mejor preparadas que Colombia para afrontar la llamada “transición energética” ya que sus exportaciones son cuantiosamente más diversas que las de este último país.
Los anuncios de Vélez prometen tener un impacto nocivo en la economía de Colombia. Las exportaciones de bienes y servicios del país representan cerca del 16% del PBI, y el 42% de las mismas son explicadas exclusivamente por petróleo crudo, el 14,5% por el carbón mineral, y el 7,3% por el refinado de petróleo. La reticencia a nuevos contratos pone en jaque al 64% de todo el saldo exportador anual.
En nombre de la lucha contra el cambio climático, la economía colombiana podría sufrir el mayor revés exportador de su historia. La contracción de las exportaciones limita el crecimiento económico, pero también el consumo y la demanda interna ya que exportar menos también implica importar menos, y en el contexto de un tipo de cambio más elevado que reflejaría la mayor escasez de divisas.
Los mercados rápidamente recobraron posiciones bajistas frente a los estrafalarios anuncios del oficialismo. El índice bursátil COLCAP registró una caída del 0,73% inmediatamente después de los anuncios de Vélez y Petro, en vista al recorte de expectativas para el valor de los activos en el largo plazo.
Las empresas energéticas fueron las más golpeadas por el shock bursátil. Canacol Energy Ltd cedió un 3,69% en la jornada del miércoles, Mineros SA se desplomó un 5,68% y los títulos del Banco De Bogotá SA se derrumbaron hasta un 6,18% en el día.
El valor del dólar no se vio afectado por los anuncios, ya que este mercado es mucho más volátil y responde a shocks de muy corto plazo, cuando la prohibición de nuevos contratos de petróleo y gas tendrán consecuencias que serán percibidas solamente en los próximos años.
La firma JP Morgan alertó por las irresponsables declaraciones del presidente Petro como la principal causa de inestabilidad y desconfianza en los mercados. El banco internacional mostró preocupación por la velocidad de la transición energética de Colombia, que no solo no se ajusta a las capacidades de su economía sino que obedece a un concepto de fundamentalismo ecológico muy poco ortodoxo.
“La difícil situación macroeconómica de Colombia la hace vulnerable a los temores de errores de política, especialmente en un momento de crecientes riesgos globales y grandes necesidades de financiamiento externo de Colombia. Creemos que esto justifica volver a entrar en algunas posiciones bajistas”, explicaron los economistas de JP Morgan.
También apuntó contra la irresponsable reforma tributaria que se pretende llevar a cabo en el país. Se promete alcanzar una meta de nueva recaudación por un valor de 1,7% del PBI, pero en lugar de utilizar este excedente para ordenar las cuentas fiscales, toda la recaudación se destinará a fondear una fuerte expansión del gasto público.
La falta de un sendero claro de ordenamiento fiscal provoca un mayor desanclaje de las expectativas inflacionarias, y mayor volatilidad en el mercado cambiario, que a los ojos de los analistas de JP Morgan constituye el principal problema de la macroeconomía colombiana.