Corea del Norte calificó este lunes los recientes ejercicios de Corea del Sur y EE UU de «intolerables e imperdonables», y aseguró que si siguen con este tipo de acciones su ejército responderá de manera «más rigurosa y sin piedad».
En un texto del Estado Mayor norcoreano publicado por la agencia estatal KCNA se tildó además a estas grandes maniobras aéreas de los aliados, llamadas Vigilant storm, de «provocación abierta dirigida a incrementar deliberadamente la tensión en la región» y se detallaron una serie de operaciones militares realizadas entre los días 2 y 5.
Entre ellas, Pionyang dice haber lanzado el 2 de noviembre cuatro misiles balísticos tácticos cargados con ojivas de dispersión y ojivas antibunker a una isla deshabitada del mar Amarillo y después 23 misiles tierra-aire para ensayar la destrucción de «objetivos aéreos a diferentes altitudes y distancias».
Uno de los misiles lanzados el miércoles aterrizó cerca de aguas territoriales surcoreanas, algo que nunca había sucedido y que llevó a Seúl a responder lanzando bombas de precisión en dirección a las cercanías del litoral del país vecino.
El régimen asegura que, en respuesta, lanzó desde su costa noreste otros dos misiles estratégicos de crucero que recorrieron unos 590 kilómetros y se estrellaron en aguas a unos 80 kilómetros de la ciudad surcoreana de Ulsan (costa sureste).
El texto de KCNA asegura también que el 3 de noviembre el ejército norteño llevó a cabo un «importante lanzamiento de prueba de un misil balístico para «para verificar la fiabilidad del movimiento de una ojiva funcional especial a la hora de paralizar el sistema de comando de operaciones del enemigo».
Esto hace referencia al lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) que activó las alertas antiaéreas en Japón y que tanto Seúl como Tokio creen que falló en pleno vuelo.
En ese sentido, KCNA publicó una foto del lanzamiento de lo que parece ser un misil Hwasong-15 modificado, el ICBM de mayor rango potencial que Pionyang haya probado con éxito hasta la fecha. La tensión en la península está alcanzando cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.