El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha destacado la importancia de un «paraguas nuclear» estadounidense para Corea del Sur ante las amenazas de Pyongyang.
«Creo que es importante entender que lo que llamamos disuasión extendida (o paraguas nuclear), lo que significa que los aliados de la OTAN y también algunos socios, como Corea del Sur, no tienen sus propias armas nucleares pero están cubiertos por la disuasión nuclear que proporciona Estados Unidos», ha explicado en un evento en Seúl organizado por el Instituto Chey de Estudios Avanzados.
En este sentido, el jefe de la Alianza Atlántica ha reiterado que la organización «seguirá siendo una alianza nuclear», mientras sigan existiendo armas nucleares, asegurando que el mundo sería más peligroso si los aliados de la OTAN se deshacen de ellas ante las amenazas nucleares de Rusia, China y Corea del Norte.
«Entonces la disuasión nuclear todavía tiene una tarea extremadamente importante que cumplir», ha concluido, según declaraciones recogidas por la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Corea del Norte ha denunciado este lunes la visita a Corea del Sur del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y dijo que se trata de un «preludio a la confrontación y la guerra».
«De nada servirá que la OTAN, sinónimo de guerra y enfrentamiento, ponga sus botas militares sobre la región. Este viaje es un preludio del enfrentamiento y la guerra, ya que trae las nubes oscuras de una nueva Guerra Fría a la región de Asia-Pacífico», ha señalado el investigador norcoreano Kim Tong-myong, en un artículo publicado este lunes por la agencia estatal KCNA.
En el texto, Kim ha señalado que esta visita forma parte de los «persistentes intentos de la OTAN de ampliar su esfera de influencia» y ha apuntado a la cumbre de Madrid del pasado junio, en la que participaron Japón y Corea del Sur por primera vez, como un ejemplo de esto.
«La OTAN, que definió a Rusia como ‘la amenaza más grande y directa’ y a China como un ‘desafío sistemático’, ahora está extendiendo abiertamente su largo brazo hacia Corea del Sur y Japón. Su objetivo es bastante claro», ha añadido el investigador.
La respuesta de Pionyang se ha producido un día después de que Stoltenberg llegara a Seúl para una visita oficial de dos días y se reuniera el domingo con el canciller surcoreano, Park Jin-in, con el que condenó el apoyo armamentístico de Corea del Norte a Rusia.
«Creo que en un mundo más impredecible e incierto, es aún más importante que los países que creen en la libertad y la democracia en un orden internacional basado en reglas se mantengan unidos», ha dicho Stoltenberg este domingo.
Durante su estancia de dos días en Seúl, Stoltenberg se reunirá con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y otros miembros del gobierno del país, antes de viajar a Japón este lunes.
«Nuestra visita es una expresión de la gran importancia que le damos a la asociación entre Corea del Sur y la OTAN y hay muchas áreas en las que realmente creemos que una asociación aún más fuerte puede ser de beneficio mutuo», ha señalado Stoltenberg.
Corea del Norte redobla sus disparos de misiles. El presidente surcoreano Yoon amenaza con suspender el acuerdo militar intercoreano de Trump y sugiere que se reservan la capacidad de producir bombas atómicas.
En los comentarios de clausura de los informes de política del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Defensa Nacional el miércoles, el presidente de Corea del Sur no descartó la posibilidad de construir propias armas nucleares ante la amenaza norcoreana.
“Si el problema se vuelve más serio, la República de Corea puede desplegar armas nucleares tácticas o llegar a poseer sus propias armas nucleares. […] Si eso sucede, no tomará mucho tiempo, y con nuestra ciencia y tecnología, podríamos tenerlas a medida que pase el tiempo”, comunicó Yoon Suk-yeol, presidente de Corea del Sur.
A pesar que los comentarios son condicionales, es la primera vez que Yoon o cualquier presidente surcoreano menciona en un documento oficial el desarrollo o adquisición de armas nucleares por su cuenta propia. La promesa va en línea con lo su tono de campaña, donde prometió que no se doblegaría ante las amenazas del norte, lo cual lo llevó a ganar la presidencia el 10 de mayo del año pasado.
Cuando se pidió que aclarara los comentarios del mandatario, un funcionario presidencial dijo esa noche que deberían entenderse como Yoon declarando su “firme compromiso en medio de la creciente amenaza de las armas nucleares de Corea del Norte”.
Actualmente, solo 9 países tienen armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. De estos, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte se encuentran fuera del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Sin embargo, el jueves, un día después de que se informaran los comentarios del presidente Yoon, la oficina presidencial aclaró que Corea del Sur no tiene intención de construir armas nucleares. Esto era inevitable por la enorme relevancia que tendría en la política regional y mundial.
Una medida así podría desestabilizar todo el indo-pacífico, y desencadenar una respuesta feroz y poco inteligente del régimen comunista de Kim Jong-Un.
“No han habido cambios en la posición de Corea del Sur. El país no violará el Tratado de No Proliferación y seguirá trabajando junto con Estados Unidos para fortalecer la disuasión extendida contra el Norte” declaró Kim Tae-hyo, principal asesor adjunto de seguridad nacional de Yoon.
Previo a la declaración sobre las armas nucleares, el miércoles 4 de enero, el presidente de Corea del Sur había comunicado al jefe de espionaje de la nación que considere suspender el pacto militar intercoreano de 2018 si Corea del Norte viola su espacio aéreo nuevamente.
Este acuerdo, un enorme éxito de la gestión de Donald Trump y tirado por la borda en los días de la asunción de Biden, exige el cese de “todos los actos hostiles”, la creación de una zona de exclusión aérea alrededor de la frontera y la eliminación de minas terrestres ypuestos de guardia dentro de la Zona Desmilitarizada que ahora está fuertemente fortificada.
En esta misma línea, el martes 3 de enero, se había producido un altercado diplomático entre Corea del Sur y el gobierno de Joe Biden.
Yoon Suk-yeol afirmó ese día que Seúl y Washington estaban discutiendo ejercicios nucleares conjuntos. Sorpresivamente, el presidente norteamericano Joe Biden cuestionó inequívocamente respondiendo “no” cuando los periodistas le preguntaron si las partes planeaban realizar tales ejercicios.
Tras continuar durante horas cada país sosteniendo posiciones distintas, un funcionario estadounidense entrevistado por Reuters dijo que realizar ejercicios nucleares conjuntos sería muy difícil ya que Corea del Sur no es una potencia nuclear.
Lo único que quedó claro era que las dos partes están discutiendo “el proceso de intercambio de información, la planificación de contingencia y la realización de ejercicios de simulación”, lo que en otras palabras significa que nunca hablaron de ejercicios reales con activos nucleares.
Distintos medios atribuyeron esta confusión a dificultades de traducción y comprensión mutua; ambas partes parecen usar el término “ejercicios nucleares conjuntos” de manera diferente. Pero también se cree que pudo haber sido una operación de prensa, ya que todo lo que llegó al público fueron interpretaciones de los medios, y no una declaración oficial de las autoridades.
El Ejército de Corea del Sur ha denunciado este jueves que un dron norcoreano habría cruzado la zona de exclusión aérea en las proximidades de la oficina presidencial en Seúl.
Esto se suma a los hechos similares de la semana pasada, a saber, que penetraron cinco vehículos no tripulados en el espacio aéreo surcoreano.
Un funcionario ha explicado que las investigaciones han demostrado que el dron ingresó en una zona de exclusión aérea de 3,7 kilómetros de radio alrededor de la oficina de Yoon Suk Yeol, a pesar de la primer versión del Estado Mayor Conjunto que había negado que hubiese habido un ingreso en el espacio aéreo.
«Voló brevemente hacia el borde norte de la zona, pero no se acercó a las instalaciones de seguridad clave», ha declarado el funcionario, bajo condición de anonimato, a la agencia de noticias Yonhap.
El pasado 26 de diciembre, Seúl informó que varios drones norcoreanos habían atravesado la frontera y, como respuesta, desplego aviones y helicópteros para derribarlos; lo que sería el primer incidente de este tipo desde el año 2017.
El Ministerio de Defensa de Japón denunció en la mañana de este domingo la presencia de lo que se cree un dron militar no tripulado de China cercano a las islas japonesas de Okinawa y Miyakojima.
Según las autoridades niponas, la aeronave habría pasado entre las islas de Okinawa y Miyakojima —cerca de Taiwán—, habría ingresado en el Océano Pacífico y habría regresado al Mar de China Oriental.
El vehículo aéreo, identificado como un dron WZ7, ha sido detectado por primera vez por la cartera ministerial nipona como medida de intrusión antiaérea, según ha informado la cadena NHK.
Así, las Fuerzas Armadas japonesas han respondido con cazas F15 desde la base de Naha, capital de Okinawa, prefectura más al sur de la isla.
El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha resaltado «la importancia y la necesidad de una producción masiva de armas nucleares tácticas», durante su discurso en la reunión plenaria del Partido de los Trabajadores.
Kim Jong Un ha acusado a Corea del Sur de «pregonar abiertamente los preparativos para la guerra» y ve en sus vecinos del sur a su «indudable enemigo», según informa la agencia norcoreana KCNA.
En su discurso, el líder norcoreano también ha asegurado que tanto Estados Unidos como Corea del Sur están apuntando a su Gobierno, y ha prometido que su país lanzaría el primer satélite militar y desarrollaría un nuevo tipo de misil balístico intercontinental, que podría usarse para lanzar una ojiva a Estados Unidos.
«La situación exige redoblar los esfuerzos para reforzar abrumadoramente la fuerza militar, para garantizar completamente la soberanía, la seguridad y los intereses fundamentales de la República en respuesta a los preocupantes movimientos militares de Estados Unidos y otras fuerzas hostiles», agregó en su discurso.
Las autoridades de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur han condenado este sábado el último lanzamiento de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y han abogado por aumentar la cooperación con China de cara a posibles acciones por parte de la comunidad internacional.
Así, el enviado especial de Corea del Sur para cuestiones de seguridad en la península de Corea, Kim Gunn, y sus homólogos estadounidense y japonés, Sung Kim y Takehiro Funakoshi, respectivamente, han mantenido una serie de conversaciones al respecto.
Los tres representantes han alertado a Corea del Norte de que este tipo de actividades militares suponen únicamente una «provocación» y «no surtirán efecto».
Además, han alertado de una posible respuesta por parte de la comunidad internacional ante lo que consideran una clara «violación» de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Las partes han acordado incrementar su cooperación en materia de seguridad para hacer frente a la amenaza norcoreana y frenar «nuevas provocaciones», según ha recogido la agencia de noticias Yonhap.
En este sentido, se han comprometido a incrementar los contactos con China por considerar que desempeña un «papel crucial» a la hora de «contener las acciones militares norcoreanas».
Corea del Norte disparó este sábado tres misiles balísticos de corto alcance hacia el mar del Japón, comunicó el Estado Mayor Conjunto surcoreano, citado por la agencia Yonhap. El lanzamiento se realizó desde el condado de Chunghwa, en la provincia de Hwanghae del Norte.
«Fortaleciendo nuestro monitoreo y vigilancia, nuestro Ejército está manteniendo la posición de preparación completa en estrecha cooperación con Estados Unidos», destacaron desde el Estado Mayor Conjunto.
El Ministerio de Defensa japonés también informó que Pionyang había lanzado tres misiles. Según la información que difundieron, su distancia de vuelo fue de 350 kilómetros con una altura máxima de 100 kilómetros. Se trata del 37.º lanzamiento de misiles por parte de Pionyang en lo que va de año.
Los proyectiles fueron disparados mientras se celebraba una sesión plenaria del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, en la cual el líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó fortalecer el potencial de defensa del país a la luz de la «nueva situación desafiante».
Este año, Pionyang ha realizado una cantidad sin precedentes de pruebas de misiles, incluido un proyectil balístico intercontinental capaz de llegar al territorio estadounidense.
En tanto, Estados Unidos y Corea del Sur han ampliado sus ejercicios militares regulares y han presionado para reforzar aún más su capacidad de defensa conjunta frente al avance del programa nuclear norcoreano.
Las autoridades surcoreanas han confirmado este miércoles que el presidente del país, Yooon Suk Yeol, ordenó el envío de varios drones en respuesta a la entrada en su espacio aéreo de varias aeronaves procedentes de Corea del Norte.
Yoon habría indicado a su gabinete que enviara «dos o tres drones» a través de la frontera si el vecino del norte enviaba uno, según ha informado la agencia de noticias Yonhap.
El mandatario también habría ordenado que derribaran drones norcoreanos si fuera necesario, alertando de la «tensa situación» en la oficina presidencial.
«Cuando cayó el primero, el presidente nos dio instrucciones para que inmediatamente tomáramos las medidas correspondientes contra Corea del Norte, diciendo que también tenemos drones», ha explicado un funcionario anónimo, en declaraciones recogidas por la citada agencia.
«Nos ordenó que enviáramos dos o tres en respuesta a uno de Corea del Norte. Dio la orden de que deberíamos derribarlo si fuera necesario y tomar las medidas correspondientes tanto como fuera posible», ha explicado un funcionario anónimo.
Asimismo, ha señalado que el lunes se convocó una reunión de seguridad de emergencia para evaluar la «situación de provocación» por parte de Pyongyang y discutir «futuras contramedidas y respuestas».
El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, fijó este martes el objetivo de fortalecer el potencial de defensa del país en 2023, recoge Yohnap citando la agencia estatal norcoreana KCNA.
Kim destacó en un informe que hay una «nueva situación desafiante» en la península de Corea y en el escenario de la política actual en el mundo; ante esto, presentó la dirección política para la defensa de la soberanía del país y sus intereses nacionales.
Previamente, esta semana, el comunicado de una reunión plenaria del Comité Central del Partido del Trabajo norcoreano destacó que el país se enfrentó a «desafíos y pruebas sin precedentes que obstaculizaron su avance». Sin embargo, estos obstáculos fueron «frustrados» por el «maduro» liderazgo del Partido del Trabajo y el «indomable espíritu de lucha del pueblo coreano».
«El mundo actual lleno de acontecimientos y cambios, en el que surgen repetidamente dificultades impredecibles que amenazan constantemente la existencia y el desarrollo de nuestro Estado y pueblo, requiere que el Partido del Trabajo, que tiene el deber solemne de llevar el socialismo al estilo coreano a una victoria mayor, haga más juicio y determinación responsable, científica y oportuna», reza el comunicado.
Kim Jong-un señaló que el partido gobernante «ha logrado un progreso más dinámico y más amplio en la construcción socialista», al mismo tiempo que pudo superar «dificultades y desafíos equivalentes a diez años de lucha» después del VIII Congreso del Partido, que se celebró en enero de 2021.
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