Anoche estallaron una serie de ataques entre Azerbaiyán y Armenia, que aún persisten hasta el momento.
Ereván, capital de Armenia, y Bakú, capital de Azerbaiyán, se acusan mutuamente de estos ataques.
Armenia ha solicitado a Rusia la activación del Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua militar y ha pedido ayuda a la alianza militar postsoviética OTSC y a la ONU.
El Ministerio de Defensa armenio señaló que «El enemigo continúa utilizando artillería, morteros, vehículos aéreos no tripulados y armas de gran calibre en las direcciones de Vardenis, Sotk, Artanish, Ishkhanasar, Goris y Kapan, contra la infraestructura militar y civil». Destacando que “el enemigo no ha dejado de avanzar”.
Por otro lado, el ministro de Exteriores azerbaiyano dijo en un comunicado que «a partir de la noche del 12 de septiembre, unidades de las Fuerzas Armadas de Armenia llevaron a cabo un sabotaje a gran escala en las direcciones de Dashkesan, Kelbajar y Lachín de la frontera entre Azerbaiyán y Armenia”, justificando su respuesta militar.
El ministro también destaca que las fuerzas de Armenia plantaron minas en distintas direcciones entre el ejercito azerbaiyano y sus suministros, además de acusarlos de disparar intensamente contra las posiciones de sus soldados.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, llamó inmediatamente a los presidentes de Rusia y Francia, Vladímir Putin, y Emmanuel Macron, así como al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, para informarles de la situación.
Cabe señalar la tensión entre ambos países se intensificó desde el año 2020, cuando ambos también se adjudicaron ataques mutuamente para justificar sus acciones militares. Por ahora, siguen los enfrentamientos entre ambos países.