Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las organizaciones nacionales e internacionales expresaron su preocupación por las mujeres afganas que enfrentan enormes desafíos desde que los talibanes retomaron el poder.
La misión de la ONU en Afganistán ha calificado al país como el más represivo del mundo para las mujeres y las niñas, a la vez que criticó las restricciones draconianas de los talibanes, que han decidido condenar a mujeres y niñas a quedarse en sus hogares.
“Afganistán bajo los talibanes sigue siendo el país más represivo del mundo con respecto a los derechos de las mujeres“, dijo Roza Otunbayeva, representante especial del Secretario General de la ONU y jefa de la misión en Afganistán.
Los talibanes, que tomaron el control del país en agosto de 2021 en medio de la retirada estadounidense, “han demostrado un enfoque casi singular en la imposición de reglas que dejan a la mayoría de las mujeres y niñas atrapadas en sus hogares“, agregó Roza Otunbayeva.
“Ha sido angustiante presenciar sus esfuerzos metódicos, deliberados y sistemáticos para expulsar a las mujeres y niñas afganas de la esfera pública“, agregó; y señaló que “confinar a la mitad de la población del país a sus hogares en una de las mayores crisis humanitarias y económicas del mundo es un acto colosal de autolesión nacional“.
Esta medida “condenará no solo a las mujeres y las niñas, sino a todos los afganos, a la pobreza y la dependencia de la ayuda para las generaciones venideras“, remarcó. “Aislará aún más a Afganistán de sus propios ciudadanos y del resto del mundo“.
Alison Davidian, representante especial de las Naciones Unidas para las mujeres en Afganistán, también remarcó que las implicaciones de las políticas del gobierno “afectan a todos los afganos y resonarán a través de generaciones“.
“Nunca dejaremos de luchar por los derechos de las mujeres y las niñas en Afganistán“, dijo el martes el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien también denunció su eliminación de la vida pública.
Los comentarios, publicados antes del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se producen unos días después de que las universidades reanudaran las actividades después de las vacaciones de invierno, pero sin sus estudiantes mujeres.
Los graves temores por los derechos de las mujeres se confirmaron después de que los talibanes recuperaron el poder Afganistán. A pesar de las afirmaciones de que protegerían los derechos de las mujeres, los talibanes prohibieron a las mujeres asistir a la universidad en diciembre y les prohibieron trabajar para organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales y ordenaron cubrirse de pies a cabeza, además de que tampoco pueden trabajar, e incluso aparecer, en la mayoría de los espacios públicos, incluidos parques, gimnasios y piscinas.
A pesar de que la condena internacional, los talibanes no han mostrado signos de retroceder, alegando que se trata de “suspensiones temporales” vigentes supuestamente porque las mujeres no llevaban correctamente el hiyab, y porque no se seguían las reglas de segregación de género.
En cuanto a la prohibición de la educación universitaria, el gobierno talibán ha dicho que algunas de las materias que se enseñan no estaban en línea con los valores afganos e islámicos.
Si bien el acceso a la educación de nivel inferior varía según la región, a la mayoría de las niñas de sexto grado o superior se les prohíbe acceder a una educación digna. Además, las escuelas que han permanecido abiertas han sido blanco de horribles ataques.
Más de 50 estudiantes, principalmente niñas, murieron en un atentado suicida en una escuela de Kabul en octubre, uno de varios ataques mortales en los últimos años. Grandes grupos de mujeres se manifestaron en varias ciudades después de la explosión, reiterando su derecho a la educación y condenando la persecución que sufren.
Además, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá más tarde el miércoles con Otunbayeva y mujeres representantes de grupos de la sociedad civil afgana. Aparentemente, 11,6 millones de mujeres y niñas afganas necesitan asistencia humanitaria.
Muchos estudiantes varones también han protestado contra las restricciones a la educación de las mujeres a través de boicots de las clases, mientras que varios profesores han renunciado a sus cargos.
“Si queremos ser un país civilizado, [las puertas de las universidades] deben reabrirse a todos nuestros ciudadanos sin diferencias de género, religiosas y geográficas”, dijo el profesor universitario Murtaza Hossieni a Tolo news.
Por último, las mujeres fuera de Afganistán también están alzando sus voces e instando a los gobiernos occidentales a acelerar el proceso de ayuda. En un evento del Día Internacional de la Mujer en Berlín, las mujeres afganas que residen en Alemania y los Países Bajos instaron a los gobiernos a intensificar sus esfuerzos para traer a los afganos a Alemania, para rescatarlos de los talibanes.
“Nos sentimos traicionados por los estados occidentales“, se leía en una declaración firmada por el grupo de manifestantes.