Yrvin Escorihuela
El asombro de la comunidad internacional respecto a esta invasión es mera hipocresía, como si se tratara de un hecho netamente anecdótico y aislado. En ORDEN, llevamos advirtiendo durante bastante tiempo las ambiciones del Kremlin de anexionar a través de tiranozuelos cobardes, repúblicas como la nuestra, de manera similar a como operaban estados satélites durante la vigencia del Pacto de Varsovia.
Putin no detendrá sus ambiciones y continuará utilizando los espacios mediáticos como es el caso de la cadena Russia Today que efectúa transmisiones en Europa y Latinoamérica, en el caso de Venezuela. Hay corresponsales venezolanos trabajando para los intereses de Rusia en la cadena, algunos de ellos han trabajado ya para medios propagandísticos de la tiranía de Maduro. Por otro lado existen canales de YouTube en español enfocados principalmente en defender los intereses de Rusia aunque no se describen como tal, como por ejemplo Gabriel Bulgakov y su canal “Top de Impacto”.
Occidente ha prestado poca o ninguna atención al funcionamiento y las tensiones que operan dentro de la cultura eslava, su historia, sus costumbres y sus tradiciones. Si bien la extensión del territorio ruso hace muy difícil y casi imposible las acciones militares convencionales a gran escala, porque los medios logísticos actuales no lo permiten, en muy corto plazo se volvería demasiado costoso en vidas humanas y material de guerra. Por otro lado, las acciones políticas de oposición a Putin no son posibles dentro de territorio ruso, la razón de esto es porque el Kremlin a través de sus servicios secretos se ha encargado de eliminar o silenciar a cualquier opositor.
Un ejemplo de lo anterior es lo que sucedió con Aleksei Navalny, representante del partido “Rusia del Futuro”, el cual fue envenenado en Alemania con el mortal agente nervioso “Novichok”, creado durante la era soviética. También se encuentra el caso del ex-agente del KGB, Aleksandr Litvinenko envenenado con polonio, un elemento radiactivo de altísima toxicidad, mientras se encontraba exiliado en Londres.
Si hablamos de acciones políticas anteriormente, debemos entender que estas son derivadas de actividades culturales, es por ello la crítica a Occidente en su nula comprensión de este aspecto. No es posible forzar la voluntad del Kremlin desde adentro si no se construye una plataforma cultural descentralizada encargada de establecer una nueva narrativa que permita movilizar a la gente en Rusia contra el régimen de Putin.
Occidente trata de observar a los eslavos a través de nuestra óptica, pero nunca de la suya. El régimen de Putin se ha preocupado por mantener las tradiciones y la historia de la sociedad rusa intacta e incluso someter a sangre fría cualquier promotor de valores que puedan representar una amenaza de su modo de vida.
La invasión a Ucrania por el este es sinónimo de lo anterior, al ser el Dombás una región proclive culturalmente a Rusia, si nos remitimos al Arte de la Guerra, tendremos la razón de ello: “Toda guerra comienza con apoyo popular”, ¿cómo se instrumentaliza esto? A través de los medios de comunicación y redes sociales, obviamente con un buen grado de control desde los servicios secretos rusos, a través de todo tipo de propaganda (negra, blanca y gris), para explotar la proximidad cultural de los habitantes del Dombás con Rusia.
Mirando a Ucrania desde sus lugares más hacia el oeste son proclives por la influencia cultural de los estados europeos próximos.
Rusia y China tienen una alianza tácita, desde 1949 con la ascensión de Mao Tse Tung al poder para dar comienzo a la Revolución China. La Unión Soviética suministró material militar y adiestramiento a partir de la afinidad ideológica de ambos, eso incluye el paraguas nuclear soviético hasta Junio de 1959, época en que los soviéticos dejan a su suerte el programa de armas nucleares chino, continuado de manera independiente con su primer hito en octubre 1964 (casualmente el mismo mes que se celebraban los 15 años de la Revolución China) cuando detonan su primer artefacto nuclear, el Project 596.
Una alternativa de Occidente, que se encuentra postrado por su propio temor, el cual es una muestra de toda esta corriente “woke” a que todo se resolverá conversando y dialogando sin tomar en cuenta los riesgos reales, todo esto infiltrado en las burocracias estatales de los principales países con capacidad nuclear en el mundo, en especial Francia y EEUU.
Ya lo mencionaba Robert Greene en su libro “Las 33 estrategias de guerra”: Negocia mientras avanzas y eso es lo que está haciendo Putin en este instante. La alternativa de la que hablamos es una mayor operación cultural dentro del territorio ruso, utilizando los mismos medios que ellos utilizan contra occidente, especialmente utilizarlo contra sus aliados más próximos: Bielorusia y Kazajistán, estos son talones de Aquiles de Putin, por otro lado Chechenia siempre ha sido un trago difícil para Putin, es necesario explotar esas debilidades y que el Kremlin se mantenga ocupado diversos frentes y con distintas matrices de agitación e intervención cultural.
Putin no es invencible, es un ser humano y, por lo tanto, comete errores, calcula sus movimientos y siempre preferirá el mal menor, el menor costo aunque conlleve vidas humanas en eso y Occidente es muy sensible en actuar pensando justamente en esos mismos costos para la opinión pública. Hay que revisar cuidadosamente los últimos conflictos en los que Rusia ha sido derrotada: la invasión a Afganistán en 1979 durante la era soviética y la Primera Guerra de Chechenia, tomar en cuenta el aspecto cultural para el propio beneficio occidental.
Occidente debe ver sus propios errores y aprender de ellos: la salida de EEUU de Afganistán, un gran golpe que aún no se supera y que justamente permitió al Kremlin calibrar las capacidades políticas occidentales para una futura invasión (dada hoy por hoy) a Ucrania u otro estado limítrofe (el ejemplo perfecto es Polonia) o de aumentar su influencia sobre territorios fuera de Europa que permitan amenazar tranquilamente a las potencias occidentales (tengan en cuenta Kaliningrado al norte de Polonia y al este de los estados bálticos).
Necesitamos analizar nuestra historia, comprender la cosmovisión rusa y la filosofía política en el proyecto de Putin: “La cuarta teoría política” de Aleksandr Dugin, de publicación relativamente reciente y en China: “Guerra sin restricciones” de los coroneles del ejército chino, Qiao Liang y Wang Xiangsui, un tratado doctrinario escrito en 1999 y que en Occidente no se le ha prestado atención.
Nuestro modo de vida se ve amenazado tanto por China como por Rusia, ahora más que nunca Occidente necesita líderes de temple como en su momento lo fue Sir Winston Churchill para enfrentar al nazismo y poder barrer a Rusia y a China hasta sus fronteras naturales, el mundo necesita ORDEN.