La destrucción de Ucrania como consecuencia de la invasión ordenada por Putin pone en evidencia un secreto a voces y derriba una falsa creencia.
Las operaciones del ejército en Ucrania contra la vida, la toma de rehenes, el ataque contra la población civil o contra civiles que no participan directamente en las hostilidades, el ataque contra edificios dedicados a las artes, y hospitales, la declaración que no se dará cuartel, convierte al ex Coronel de la KGB en un “criminal de guerra”.
Ese criminal de guerra tiene títeres en Venezuela, Cuba y Nicaragua que no han bombardeado con equipos y materiales de guerra la población ni a las instalaciones, pero han destruido el país, su economía, sus instalaciones y han obligado también al éxodo de millones de personas que huyen en busca de seguridad, medicinas y comida.
Venezuela es el gatillo para la desestabilización de America Latina y la amenaza latente para los Estados Unidos, Maduro no esconde la presencia rusa en Venezuela ni su respaldo incondicional a un criminal de guerra.
Estados Unidos debe saber que negociar con un títere del enemigo es garantizar la traición de este porque seguirá las órdenes de su titiritero, hoy responsable de la tragedia que está viviendo el pueblo ucraniano.
La invasión a Ucrania derribó el secreto que escondía a Putin y lo deja ver cómo lo que siempre ha sido un “criminal”, su ambición de poder también destruyó la imagen del “poderoso ejército ruso”. La estancada invasión, la columna de tanques detenida por falta de mantenimiento, las añejas raciones de combate que consume el personal y el pedído de ayuda a China muestra al ejército del Kremlin cómo un arrugado tigre de papel.
Las órdenes impartidas por los títeres de Putin Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz Canel, durante los años de tiranía en sus respectivos países los hace responsables de la comisión de graves delitos contra la población y sus instituciones.
Las visitas de autoridades rusas de alto nivel como la del vice primer ministro Yuri Borísov, a Caracas para afianzar la cooperación del gobierno de Vladimir Putin con la tiranía de Nicolás Maduro. Donde se han firmado “más de 20 acuerdos de cooperación” en diferentes sectores, con especial énfasis en el energético, es una razón importante por la que la UE y los Estados Unidos no deben subestimar lo que está ocurriendo en el cercano “patio trasero”. Antonio Semprun