Por Roymer Rivas, un simple estudiante a quien no le han matado el pensamiento crítico.
Venezuela ha estado y estará por mucho tiempo sumergida en la maldición de repetir los mismos procesos, con toda la escala de sabores ácidos y amargos que ello implica, simplemente porque su pueblo se mantiene nesciente de todos los acontecimientos que le llevaron a sufrir lo que sufre en el presente —un lamentable y doloroso golpe de realidad, cuya única respuesta sensata, por el momento, es la aceptación—. Éste vicio, acompañado con una actitud maníaca-depresiva, se puede contemplar perfectamente en los comicios organizados por la “oposición” venezolana para el 22 de octubre del presente año; por un lado están los políticos vendiendo espurias esperanzas de cambio sustancioso, por el otro se encuentran sus acérrimos fanáticos y otros seguidores comprando dichas esperanzas.
A muchos les cuesta aceptar el hecho, pues, a modo de ilustración, les pasa algo parecido a la persona con sed en el desierto, tan ansiosa por tomar agua que comienza a delirar e imaginar oasis donde solo hay arena; pero ese estado solo empeora su situación, del mismo modo en que más temprano que tarde esa persona con sed en el desierto comienza a sentir las partículas de arena caliente en su boca, los venezolanos comenzaran a ver desvanecer la libertad que tanto anhelaban y por la que supuestamente lucharon en las urnas de votación, quedándose con la fundición de emociones y sentimientos negativos en su pecho y garganta. Y tenga en cuenta que las acusaciones que hago no son vacías; (i) para empezar, la oposición venezolana es un circo lleno de payasos, cada uno menos gracioso que el otro; y (ii) lo descrito es algo por lo que ya ha pasado el venezolano muchas veces. Véase las siguientes enumeraciones con sus respectivas reflexiones:
- Los que llamaban a la abstención ayer, hoy llaman a elecciones, ¿Qué ha pasado? ¿Hay cambios reales en el contexto que sostienen esta decisión? No digo que esté mal cambiar de opinión, pero, ¿El qué se fundamenta ese cambio? Según se presentan las cosas, en un mero capricho y desesperación.
- Hace poco salieron algunos candidatos a las primarias de la “oposición” venezolana, a desligarse del proceso de negociaciones que arrancó entre la Plataforma Unitaria (PU), el Gobierno de Estados Unidos y el Régimen del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), según le parecen las cosas, “ellos no formaron parte de las negociaciones”, de alguna manera dando a entender que las mismas son ilegitimas y no “arroja certezas” —como dijo María Corina Machado (MCM)— sobre nada en el escenario político del país. De hecho, la misma MCM expresó que, de ganar el 22 de octubre, sustituirá a todo el grupo negociador y planteará un nuevo proceso para poder sacar a Nicolás Maduro del poder[1]. Empero, cabe recordar que la PU que hoy negocia con el régimen es la misma que creó la Comisión Nacional de Primarias (CNP) que dirige los comicios de la “oposición” y en la cual está participando MCM y Delsa Solórzano, entre otros, por lo que ¿Cómo pueden pretender ir en contra de un frente que (i) los sostiene a ellos y (ii) desde el principio sabían qué planeaban? Puede que directamente ellos no tengan participación en las negociaciones, pero sin duda están metido en el mismo paquete de todo el panorama político que se está dando en Venezuela. ¿Creó la PU a la CNP para que el ganador luego vaya contra la PU y le quite todos sus privilegios? Habría que ver cómo sale esa jugada, por el momento, todo queda en un mero discurso político que intenta mostrar a algunos como Outsiders, cuando son más de lo mismo.
- ¿Puede alguien explicar cómo se saldrá democráticamente de un régimen que controla todos los poderes públicos y es el único que cuenta con la fuerza para defenderse? Entiendo que algunos apuestan a la presión internacional, pero… ¿Qué presión se puede ejercer desde el exterior? Con el panorama geopolítico actual dudo mucho que le importen lo que pasa en Venezuela —si es que acaso alguna vez les importó—, cualquier presión que no sea militar —lamentablemente— llevará a lo mismo que hemos vivido en los últimos años. Ningún candidato de la “oposición” ha explicado cómo hará para salir del régimen, sus promesas solo se fundamentan en eslóganes vacíos sin explicación alguna del cómo conseguirán eso tan bonito que prometen; ¿Qué significa ese “hasta el final” de MCM? ¿Qué hará el candidato opositor ganador de la primaria de cara a las elecciones 2024? ¿Qué hará ese candidato si pierde en 2024? ¿Qué hará ese candidato si gana y no es reconocido por el régimen? ¿Qué candidato ha presentado una hoja de ruta concreta para salir de la dictadura actual? Es simple, ninguno lo ha hecho, no saben cómo lograr lo que prometen —o por lo menos así es como se presentan las cosas en el presente—. Nadie tiene un plan de salida en concreto.
- Así como no hay plan de salida, tampoco hay plan de gobierno en concreto; absolutamente todos los candidatos y sus partidos han fundamentado su campaña en “Hay que salir de Maduro y su socialismo” y “conseguiremos una Venezuela prospera, donde nuestros hijos puedan regresar y hacerse un futuro”, pero, dejando de lado que prometen cosas que son igual de socialistas —aunque a grados menores—, absolutamente nadie ha explicado cómo conseguirán lo que prometen. Algunos hablan de “privatizar, derechos humanos, separación de poderes, libertad, autonomía del Banco Central, etc.” sin explicar los mecanismos para conseguirlo. Presentan fines sin explicar medios, y en este mundo los medios son igual o más importante que los fines —en principio, es lo que diferencia al socialismo del mercado libre—.
- Algunos candidatos hablan de que no llegaran a cortar cabeza, porque buscan la unión en el país; otros hablan de que harán pagar por medio de la ley a los jerarcas del régimen todo el daño que han hecho; pero, siendo sensatos, (i) ¿Cómo conseguirán uno o lo otro? Y más importante, (ii) ¿Qué harán con toda la trama de corrupción en la que se ha visto inmiscuida varias —si acaso no todos— fracciones de la oposición que hoy buscan gobernar? ¿Se hará justicia imparcial? Si realmente ese es el caso, las candidaturas y las alianzas que se llevan a cabo hoy dejan mucho que desear.
- En esta línea, que el candidato ganador no sabe qué hará, lo que si queda claro es que el ganador se perfila como el “líder” de “toda la oposición”, por lo que en sustancia no se diferencia en nada de lo que pasó en el año 2019 con el ladrón y corrupto de Juan Guaidó. Los resultados de ello ya lo conocemos. Y a los que dicen: “No, pero es que ahora será diferente, porque la persona es diferente” —en caso de que gane MCM— solo les deseo mi más sentido pésame a su esperanza de antemano.
Es simple, la oposición venezolana no se opone a nada, son el opuesto que su opuesto necesita para mantenerse con el poder, justo a su medida; aún si realmente se opusieran a algo, no saben qué hacer o cómo hacer lo que quieren hacer, son meros ciegos que creen ver y, en su estado, pretenden identificar cosas distintas en el mismo animal; nadie en su sano juicio puede pretender construir una estructura sin antes fijar sus bases, pero la oposición hace todo lo contrario; están llenos de incoherencias superlativas por todos lados, son estafadores seriales, jugadores de un juego maldito que cada día asesina la esperanza real de un pueblo que pide libertad, y al que aparentemente se les olvidó que en dictadura no se vota —o por lo menos no solo se vota—.
[1] Me gustaría ver qué tal le va si decide optar por ese camino.