Colombia y Argentina anuncian la vuelta de sus embajadores para «superar cualquier diferencia»

Los Gobiernos de Colombia y de Argentina han anunciado este domingo por la noche la vuelta de sus respectivos embajadores para «superar cualquier diferencia» surgida tras la polémica riña entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su homólogo argentino, Javier Milei, que provocó una crisis a nivel diplomático.

«El Gobierno colombiano ha dado indicaciones para que el embajador Camilo Romero regrese a Buenos Aires, al tiempo que concede el beneplácito al nuevo embajador propuesto por el Gobierno argentino en Bogotá. El Gobierno argentino, por su parte, ha anunciado la visita a Colombia de su ministra de Exteriores, Diana Mondino», reza un comunicado conjunto.

Cabe señalar que los dos Ministerios de Exteriores han mantenido conversaciones para «afianzar las relaciones diplomáticas», de acuerdo a sus «tradicionales relaciones de fraternidad, civilidad y los vínculos entre ambos pueblos», construidas por las respectivas diásporas que residen en sus territorios.

Además, recordar que esta crisis comenzó después de que Milei tildase a Petro de «terrorista y asesino» —cosa que no se aleja de la realidad, viendo el pasado de Petro—, a lo que las autoridades colombianas respondieron con acusaciones contra el presidente argentino de «matón del pueblo».

También, el gobierno colombiano respondió con la expulsión de varios diplomáticos argentinos, entre los que destaca el embajador, Gustavo Alejandro Dzugala, en el cargo desde 2021 y nombrado por el expresidente Alberto Fernández.

Rusia investiga la implicación de EE. UU. en actos terroristas

El Comité de Investigación de Rusia ha iniciado una investigación en relación con las posibles actividades terroristas contra el país por parte de EE. UU., Ucrania y sus aliados occidentales, según un comunicado que el servicio de prensa del organismo publicó este lunes.

De acuerdo con el comunicado, la medida se adoptó a raíz de un llamamiento de un grupo de diputados de la Duma Estatal, o Cámara Baja del Parlamento ruso, y de personas públicas, entre ellas el filósofo político Alexánder Duguin.

Esto ocurre en el marco de «la necesidad de investigar la organización, financiación y realización de actos terroristas por parte de EE. UU., Ucrania y otros países occidentales contra Rusia», por lo que «la investigación examinará cuidadosamente los datos facilitados y adoptará una decisión procesal», explicó el Comité de Investigación.

Cabe recordar que, el pasado lunes, el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia acusó a EE. UU. de proteger a los responsables del ataque terrorista del 22 de marzo en la sala de conciertos Crocus City Hall, en las afueras de Moscú.

Según la información recibida, el Departamento de Estado, los servicios de inteligencia estadounidenses, las ONG afiliadas y los medios de comunicación han recibido el encargo de eliminar de la comunidad mundial cualquier sospecha sobre la implicación de Vladímir Zelenski y sus partidarios en el crimen», reza el comunicado del Servicio.

EE. UU. no ayudará a Europa si hay una guerra, dice un fabricante alemán de armas

En una reciente entrevista de Financial Times, Armin Papperger, director ejecutivo de Rheinmetall, el mayor fabricante alemán de armas, dijo que durante las últimas décadas los líderes del continente europeo han dado por sentado que Washington acudiría a su rescate en caso de una amenaza militar, no obstante «eso ya no sucederá».

«EE. UU. se centra más en la zona de Asia y el Pacífico que en Europa», observó Papperger. Por lo que, en su opinión, en caso de que en el continente europeo se desencadene un conflicto armado en toda regla, «EE. UU. se centrará en Asia y entonces Europa quedará totalmente sola».

Papperger agregó que a través del bloqueo de la ayuda militar a Ucrania por los legisladores republicanos, EE. UU. envió a Europa un «mensaje muy claro»: «Ya no pagamos por ustedes».

En este contexto, el jefe de Rheinmetall, que fabrica algunos de los armamentos que son suministrados a Ucrania, ha instado a los países europeos a construir grupos de defensa más grandes y especializados para competir con las empresas armamentísticas estadounidenses.

En este sentido, concluyó que se necesitan «grandes empresas en Europa» para ello, en un escenario donde, anteriormente, se informó que al continente europeo le queda por delante al menos una década antes de que pueda defenderse sin la ayuda de EE. UU.