Las autoridades de EE. UU. han anunciado este miércoles la imposición de sanciones contra 5 personas y 3 entidades ubicadas en Birmania y Tailandia, alegando su participación en estafas por Internet, advirtiendo de que solo las redes criminales de este tipo en el Sudeste asiático provocaron pérdidas de al menos USD$ 10.000 millones entre los usuarios estadounidenses en 2024.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro ha indicado que se trata del Ejército Democrático Benévolo de los Karen (DKBA) —un grupo insurgente birmano— y cuatro de sus altos cargos, sancionados por «apoyar centros de estafas cibernéticas en Birmania que tienen como objetivo a estadounidenses mediante esquemas de inversión fraudulentos».
«Estas mismas redes trafican con personas y contribuyen a alimentar la brutal guerra civil de Birmania. El Gobierno seguirá utilizando todos los recursos a su alcance para perseguir a estos ciberdelincuentes, dondequiera que operen, y para proteger a las familias estadounidenses de su explotación», ha declarado en un comunicado el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John Hurley.
El organismo ha impuesto estas medidas, además, a un ciudadano y dos compañías tailandesas por «vínculos con el crimen organizado chino», acusándolos de haber «colaborado con el DKBA y otros grupos armados para desarrollar estos centros de estafa».
«Los ingresos generados por los trabajadores de estos centros —quienes a menudo son víctimas de trata de personas— financian al crimen organizado y permiten al DKBA seguir financiando sus actividades delictivas», ha recogido en su escrito.
El Tesoro ha enmarcado estas sanciones en su preocupación por las crecientes estafas a ciudadanos estadounidenses perpetradas desde el Sudeste asiático, ordenando a sus agentes y fiscales que pongan especial atención a Birmania, Camboya y Laos en sus investigaciones sobre este tipo de redes criminales.
Cabe señalar que el Gobierno estadounidense ha estimado que las pérdidas provocadas por estafas originadas en esta región supusieron en 2024 al menos USD$ 10.000 millones, representando un 66% más que el año anterior.
El Gobierno de Unidad Nacional de la República de la Unión de Myanmar (NUG, por sus siglas en inglés), el cual está en el exilio luego del golpe de Estado que tuvo lugar el 1ro de febrero de este año, ha llamado a los birmanos a levantarse en una “guerra defensiva popular” contra la dictadura del Tatmadaw, nombre por el cual se conoce a las fuerzas armadas en el país del sudeste asiático.
La situación recuerda a muchos a Venezuela, donde un sector político mantiene el poder de facto a través del Ejército, mientras un político de la oposición le disputa la presidencia.
Así, este 7 de septiembre, el presidente encargado Duwa Lashi anunció que lanzaría una campaña de rebelión armada contra las Fuerzas Armadas birmanas.
Sin embargo, la situación de Myanmar es muy particular. Los partidos del NUG habían logrado recuperar la democracia en 2010, pero su acercamiento a China desde entonces y sus nulas intenciones de frenar los genocidios étnicos que ocurrían y todavía ocurren en el interior del país, llevó a que las Fuerzas Armadas decidan tomar el poder nuevamente.
En un documento oficial, el NUG ha declarado el estado de emergencia y la guerra de resistencia total, llamó a los rebeldes que se habían entrenado clandestinamente a levantarse en armas, a los empleados del Estado a no presentarse a sus labores, y a las etnias guerrilleras a empezar ataques contra la dictadura.
Si bien la semana pasada los militares habían pedido un cese al fuego para poder permitir la labor de los trabajadores humanitarios, ningún grupo rebelde lo aceptó, debido a la percepción común de que tal cese al fuego solo serviría para que los militares pudieran ganar tiempo.
El miércoles tres grupos étnicos armados muy importantes anunciaron que se plegaban a la ofensiva del NUG: el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar, nacionalistas de Kokang, una región de mayoría étnica china han; el Ejército para la Independencia de Kachin; y el Ejército de Liberación Karen. Se han reportado enfrentamientos de estas tres fuerzas, junto con las Fuerzas de Defensa Popular, del NUG, contra el Tatmadaw.
BREAKING: Acting President Duwa Lashi La of #Myanmar’s @NUGMyanmar gov announces that from today Sep 7, 2021 the defensive war against the military junta has been launched — urges the citizens to revolt against the junta in every corner of the country. #WhatsHappeningInMyanmarpic.twitter.com/o42nYJvm5n
Desde el golpe de Estado en febrero, distintas organizaciones de derechos humanos han reportado que más de 1.000 personas han sido asesinadas por la junta militar, principalmente opositores a su régimen.
Hasta el momento, no se tienen novedades del ex presidente Win Myint y la ex consejera de Estado Aung San Suu Kyi, quien tenía el poder real en Myanmar y era considerada la “madre de la democracia” en el país. Ambos fueron detenidos durante el golpe y su ubicación actualmente es desconocida.
Suu Kyi estuvo en cautiverio durante 21 años, desde 1989 hasta el 2010, como presa política del Tatmadaw, en el anterior gobierno militar que tuvo el importante país asiático. En ese tiempo ganó un Premio Nóbel de la Paz y fue ungida como una de las luchadoras por la democracia más prominentes del mundo por medios occidentales.
Pero cuando fue liberada y llegó al poder a través de su partido, la Liga Nacional por la Democracia, su gobierno democrático mantuvo la gran mayoría de las mafias y la corrupción del gobierno militar, y a su vez se disparó la inseguridad, la economía empezó a debilitarse y los conflictos étnicos en el interior del país solo empeoraron.
Su acercamiento a China en 2015 fue la gota que rebalsó el vaso, y Suu Kyi perdió gran parte del apoyo popular que mantuvo por tantas décadas como el ícono de la democracia en el país. Hoy la situación de Myanmar es de caos total, y enfrentamientos armados característicos de una guerra civil ya han comenzado.
Aung San Suu Kyi, la jefa de gobierno depuesta, junto al dictador chino Xi Jinping.
En muchos puntos del país asiático se han producido protestas en favor del Gobierno de Unidad y en contra de los militares, aunque han sido recibidas por contra protestas que han desenvuelto en caos social y extensiones de la guerra civil.
También se han producido aglomeraciones en los bancos y supermercados para retirar dinero y comprar víveres, mientras la economía se desploma. Asimismo, ante la posibilidad de que sean llamados a servir, muchos jóvenes en edad militar están dejando sus hogares y buscando dónde esconderse.
La Junta Militar por su lado ha negado en un documento oficial haber aceptado el alto al fuego pedido por el enviado especial de la ASEAN, la “Unión Europea” asiática, a Myanmar, con el objetivo de no tener que dar respuesta a la influyente organización regional por reprimir este nuevo y peligroso foco de conflicto.
Tras la toma del poder por parte de los militares en Myanmar, la junta provisional ha decidido bloquear las principales redes sociales en sus fronteras. Facebook y todas las demás plataformas asociadas a esta red (Instagram, WhatsApp y Messenger) han perdido acceso en el país, según denunció NetBlocks el pasado miércoles.
La compañía estatal que provee servicios de internet y telecomunicaciones, MPT, hizo el anuncio; sin embargo, ningún vocero ha dado declaraciones a ningún medio al respecto.
Tras haber detenido a la líder de la Liga Nacional para la Democracia (LND), Aung San Suu Kyi, cuyo partido resultó victorioso en las pasadas elecciones parlamentarias por amplia mayoría, los militares se hicieron con el poder y anunciaron un estado de emergencia por un año.
Las acciones se tomaron por un presunto fraude que denuncian los militares, el cual la comisión electoral del país negó, en el proceso electoral y colocaron como líder del país en este periodo especial al General Min Aung Hlaing.
El golpe de estado ha sido condenado por la comunidad internacional prácticamente en su totalidad, quienes hacen un llamado a restaurar la democracia en el país asiático.
Myanmar, conocida también como Birmania, sufrió durante décadas dictaduras militares tras haber conseguido su independencia como colonia británica en el año 1948 y no se habló de elecciones libres hasta el año 1990 y nuevamente en el año 2015.
Los militares también detuvieron a varios ministros y miembros del partido de gobierno. Algunos analistas ven con sorpresa este comportamiento por parte de los cuerpos de seguridad, pues se les ha permitido mantener un poder político y económico bastante importante.
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