El presidente Jair Bolsonaro advirtió que si el proyecto que establece el voto impreso y auditable no es aprobado en el Congreso, las elecciones del 2022 corren el riesgo de ser las más fraudulentas de la historia.
«¡Si no hay voto impreso, no habrán elecciones! Creo que el mensaje está claro«, declaró en su directo semanal, ejerciendo una fuerte presión al Poder Legislativo para que atienda un importante reclamo popular.
Brasil lleva a cabo sus elecciones con voto totalmente electrónico, y es uno de los países con más denuncias de fraude y manipulación de votos del mundo. Usa máquinas con sistemas operativos de Linux, fácilmente manipulables, y han tenido injerencia de las polémicas máquinas Smartmatic, vinculada al chavismo.
«Entre los servicios del contrato se incluyen la prueba de las máquinas de votación electrónica; limpieza, remoción de sellos, pruebas funcionales, cribado para mantenimiento correctivo y preparación para almacenamiento; ingreso de datos, instalación y actualización de software, junto con otras tareas. El Consorcio ESF también será responsable de recibir y transmitir informes de los medios del sistema de votación«, lee el comunicado de Smartmatic en la licitación que ganó en Brasil durante el gobierno de Dilma Rousseff.
Las máquinas no dan un recibo del voto y el conteo se realiza de manera digital, por lo que hay poca transparencia y participación de los fiscales de los partidos que puedan comprobar que todo se lleve a cabo de la forma correcta. El voto en Brasil es uno de los más inseguros de Latinoamérica.
Teniendo el antecedente del fraude electoral en las elecciones del 2020 en Estados Unidos, el gobierno de Bolsonaro se ha puesto como objetivo número uno antes de las elecciones del 2022 aprobar una ley que implemente el «Voto Auditable«.
Esto quiere decir que la ley buscará que las máquinas electrónicas sean adaptadas para que puedan imprimir una copia del voto electrónico en versión papel. Este voto será contado manualmente a la par que el conteo de las máquinas, y servirá para realizar una auditoría del voto si hay discrepancias importantes entre los dos métodos.
En su transmisión en vivo, Bolsonaro hizo un comentario en relación con una declaración del juez de la Corte Suprema Roberto Barroso, quien dijo que la boleta impresa crearía un «caos» en Brasil.
«Mira, se cree el dueño del mundo, de la verdad absoluta. No puede ser desafiado. Estoy preocupado. Si Jesucristo baja a la Tierra, será el ‘office boy’ del ministro Roberto Barroso«, ironizó el Presidente.
Y completó: «Nadie acepta esta votación que está ahí, ¿Cómo va a decir que es exacta, que es legal, que es justa y que no es fraudulenta? La única república del mundo, creo que tal vez la única, es la nuestra que acepta esta porquería de voto totalmente electrónico, esto hay que cambiarlo«.
«Y digo más, si el Parlamento brasileño, por mayoría calificada, con tres quintos de la Cámara y el Senado, aprueba y promulga, tendremos boleta impresa en 2022 y punto final. Ni siquiera diré nada más. Tendremos voto impreso, porque si no hay voto impreso, no habrán elecciones. Creo que el mensaje está dado«, aseguró.
La diputada bolsonarista Bia Kicis (PSL-DF) elaboró un proyecto para analizar la implementación de la impresión de boletas en las elecciones, plebiscitos y referendos en Brasil. El pasado martes 4, el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira (PP-AL), determinó la creación de una comisión especial para discutir la propuesta. Si el comité aprueba el texto, este irá a Diputados para ser votado, y luego al Senado.
Por Guilherme Ramos, para La Derecha Diario.