Por Olufemi Ogunjobi
De Real Clear World
En Abril, el Reino Unido anunció que está invirtiendo más de £120 millones en Ruanda con el fin de proveer “rutas seguras y legales” para asilo, con la finalidad de poner fin a las peligrosas prácticas de tráfico de personas. Aunque es algo bien intencionado, esta iniciativa será un desastre.
La asociación que Reino Unido firmó con Ruanda el 14 de abril reubicaría a algunos aplicantes de asilo al este del país africano. Bajo este nuevo programa, los migrantes procesarían sus peticiones de asilo en Ruanda, y recibirían apoyo para establecerse e iniciar sus nuevas vidas ahí.
Es una movida mal concebida por muchas razones, pero principalmente por un hecho simple: Ruanda no es segura.
Un régimen cruel
Dominado por dos décadas de la presidencia de Paul Kagame, Ruanda tiene un archivo extenso de violaciones constitucionales y a los derechos humanos y abusos. Estos incluyen asesinatos ilegales o arbitrarios por el gobierno, desapariciones forzadas y torturas, detenciones arbitrarias, y presos políticos, por mencionar algunos.
La mayoría de las personas que se arriesgan a cruzar los canales son refugiados. Un análisis realizado por el Concejo de Refugiados de cruces de canales y decisiones de asilo entre enero del 2020 y junio del 2021 reveló que el 91% de las personas que viajan por bote a través del Canal provienen de 10 países sonde los abusos a los derechos humanos y la persecución son comunes. Estos eran: Afganistán, Irán, Siria, Iraq, Sudán, Vietnam, Kuwait, Etiopía, Eritrea, y Yemen.
Alrededor del mundo, todos los días, la gente toma la difícil y frecuentemente peligrosa decisión de dejar sus hogares buscando una vida mejor y más segura. Algunos dejan sus pueblos por ciudades. Otros dejan ciudades por nuevos países o asentamientos. A donde sea que vayan, están buscando seguridad.
Los que llegaron a Ruanda pueden estar conmocionados. El régimen de Kagame ha sido acusado de violaciones a los Derechos Humanos más de una vez. Un reporte de Human Rights Watch mostró como el gobierno continúa amenazando, deteniendo ilegalmente, y reprimiendo a los críticos. En el 2018, la policía ruandesa disparó municiones reales a manifestantes refugiados desarmados a las afueras de la Oficina del Alto Comisionado para Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el Distrito Karongi, en la Provincia Occidental, dejando al menos a 8 personas sin vida. Entre febrero y mayo del mismo año, la policía ruandesa también arrestó a más de 60 refugiados. Los detenidos fueron acusados con crímenes que incluye manifestaciones ilegales, violencia contra las autoridades públicas, rebelión, y desobediencia de los cuerpos de seguridad. Algunos fueron acusados con “divulgar información falsa con el intento de crear una opinión hostil internacional contra el estado de Ruanda.”
En un reporte del 2021 sobre prácticas de Derechos Humanos, el Departamento de Estado de los Estados Unidos mencionó “asuntos significativos de derechos humanos” en Ruanda, incluyendo la privación arbitraria de la vida, asesinatos motivados por la política, desapariciones, torturas, y otras condiciones crueles e inhumanas.
Tan reciente como julio del 2021, Gran Bretaña condenó a Ruanda por no investigar las violaciones a los derechos humanos. Y solo semanas antes de la decisión de Londres, el Ministro para los Refugiados, Harrington, dijo que no había posibilidad que los migrantes fueran enviados a ese país.
¿Qué cambió? ¿Qué le hace creer al Reino Unido que los migrantes estarán tan interesados en poner su mirada en Ruanda?
No nos olvidemos el desastre que fue cuando Israel, secretamente, deportó alrededor de 4.000 africanos a Ruanda y Uganda en el 2014 y 2017: Casi todos los deportados escaparon y se embarcaron en viajes arriesgados a Europa.
Violación de principios internacionales
Esta movida por Reino Unido, bajo la ley internacional, viola el principio de no devolución – el cual establece la prohibición contra la transferencia de alguien a un lugar donde estarían en riesgo real de persecución y otras violaciones serias de Derechos Humanos, o donde no serían protegidos contra dicha transferencia en un futuro.
Además, es también algo excesivamente costoso. El gobierno está pagando billones de libras de los contribuyentes para financiar un sistema inefectivo, justo cuando las familias a lo largo del Reino Unido se están enfrentando a incrementos dramáticos del costo de vida.
La cruda realidad es que este proyecto no evitará el tráfico de humanos o que la gente deje de morir en botes, como lo ha señalado el gobierno. Si Reino Unido realmente quisiera ayudar a los refugiados, debería estar facilitando las restricciones de visa en sus propias fronteras, garantizar un proceso de peticiones de asilo rápido, y trabajar para mejorar su propio sistema migratorio.
Hasta junio del 2021, Reino Unido tenía 125mil casos “en progreso.” De esos casos, 60mil estaban esperando decisiones iniciales.
Los refugiados merecen compasión y empatía. El Reino Unido tiene la oportunidad de darle a la gente que huye del terror una oportunidad de reconstruir sus vidas en paz. ¿Por qué expulsarlos?