Venezuela, dolarización, petróleo, sector público y sector privado: una respuesta a las sandeces de Pasqualina Curcio

«Para mí, buscar la sencillez y lucidez es un deber moral de todos los intelectuales; la falta de claridad es un pecado y la presunción de un crimen»

Karl Popper

Por Roymer Rivas, investigador en temas de economía, banca y finanzas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Cuántos errores se han cometido en la historia por partir de malas teorías para intentar comprender y explicar la realidad, mucho más en lo que a temas de ciencias sociales compete —economía, derecho, historia, política, entre otros—. Clara muestra de este hecho son las explicaciones que la economista Pasqualina Curcio, profesora del Departamento de Ciencia Económicas y Administrativas de la Universidad Simón Bolívar (USB) y Doctora en Ciencias Políticas por la misma universidad, pretende dar al problema monetario y, en suma, económico venezolano, a saber: que el sector privado se ha encargado de descapitalizar al Estado mientras no ha contribuido al desarrollo del país. Empero, se equivoca. En este texto, que constituye una respuesta a su artículo titulado: “La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país”[1] y, en general, a buena parte de su libro titulado: “La economía venezolana: cuentos y verdades”[2], demostraré que no solo no atina en describir el problema de Venezuela, y por consiguiente no puede proponer soluciones sensatas, sino que tergiversa su explicación para amoldarse a una ideología marxista sin sentido.

En este marco, con total honestidad intelectual, invito a la señora Pasqualina a intentar refutar todo lo que aquí expresaré —si se anima, si puede, si realmente hace las cosas por ir en búsqueda de la verdad y no por sostener y promover ideas afines a una ideología, independientemente de si es acorde o no a la realidad—. No se trata de ver quién sabe más que el otro, se trata de comprender las cosas tal y como son, enmarcado en la búsqueda de dar soluciones a los problemas que se nos presentan a todos los venezolanos. Sin más, comencemos.

Una historia espuria: ingresos petroleros, divisas y el sector privado

En su artículo, Pascualina sostiene que desde 1970 hasta 2018 ingresaron a Venezuela USD$ 1.268.657 millones, USD$ 85.551 millones ingresaron por el sector privado —que representa el 6,74%— y el resto por el sector público —93,26%—. En este marco, sostiene que el sector privado no generaba sus propios dólares, sino que era el Estado quienes se los suministraba, llegando a la cifra de USD$ 624.286 millones —49,21%—. Por ello, sostiene que “la burguesía” venezolana lo único que ha hecho es llevarse lo que genera el Estado Venezolano, aprovechándose, de paso, de un tipo de cambio fijo, sobre todo “en la década de los 80 y 90”[3]. En suma, para la “burguesía” venezolana no ha habido mejor negocio que apropiarse de las divisas que genera el Estado, que pasaron de hacer todo el proceso que converge en el petróleo a “extraer” los recursos del Estado que había tomado el control del mismo.

No conforme con esto, parece apuntar que el histórico flujo negativo de las reservas internacionales, que han generado “dependencia económica” y, en consecuencia, “un endeudamiento externo” a pesar de la cantidad de dólares que ingresó al país en todo este tiempo, es alguna especie de complot dirigido por “los grandes capitales”, pues el país se endeuda con la misma “burguesía” que antes extrajo dólares del país, pero que ahora extraen más por medio de las tasas de interés y el cobro de servicios por la deuda.

Empero, todo el conjunto de datos que se expone Pascualina es mal interpretado, convenientemente, para encajar en su cosmovisión y la de todo su círculo. Ergo, sus conclusiones también yerran. No tiene ni pies ni cabeza. Una vez más, es una muestra de que no solo hay que tener datos para analizar las cosas, sino una buena base teórica donde se sustente el análisis y, además, una visión panorámica objetiva de los hechos, para luego proceder a relatar una historia que se apegue más a la realidad. Este no es el caso de Pascualina.

La historia bien contada: ingresos petroleros, divisas y el sector privado

Para empezar, yo quisiera saber en qué datos del BCV se fundamenta Pascualina para sostener que solo ha ingresado por exportación por parte del sector privado “USD$ 85.551 millones” entre “1970 y 2018”; si tan solo revisamos los datos de Exportaciones de Bienes y Servicios del BCV desde el año 1997 hasta 2018[4], observamos que el ingreso por exportación del sector privado es de USD$ 135.425 millones, correspondiendo casi el 68% por exportaciones no petroleras y casi el 32% por exportaciones petroleras.

Elaboración propia con datos del BCV

Es decir, hasta el momento, Pascualina se presenta con una mentira. No obstante, tal cifra solo representa el 11,77% del total de ingresos por exportación durante estos años, mientras que por el sector público ingresaron USD$ 1.014.958 millones —88,23%—, por lo que, aunque la cifra que da es errada[5], es verdad que el sector público ha sido la principal fuente de divisas para el país. En este marco, según Pascualina, se asignaron USD$ 624.286 millones al sector privado.

Ahora bien, hay que matizar y tener en cuenta algunas cosas: (i) desde hace muchísimo tiempo que Venezuela es un país mono-exportador; desde 1997 hasta 2018, por ejemplo, el 88,20% del total de ingresos por exportación corresponden por bienes y servicios petroleros, y este sector se encuentra solamente en manos del Estado Venezolano. En este escenario surge la pregunta: ¿Cómo demonios el sector privado iba obtener entonces las divisas que necesitaba para sus transacciones si prácticamente la única fuente de ingreso de divisas era un sector en el que no tiene ningún poder?

Elaboración propia con datos del BCV

A esto se suma (ii) el control cambiario que imperó en Venezuela desde 1983 hasta 1989 y desde 2003 hasta 2018, lo cual se tradujo en que se tenia que acudir al estado cada vez que se quería dólares. Entonces, nuevamente, si no solo es que la principal fuente de divisas la domina el Estado, sino que además este pone trabas para que el sector privado se haga de dólares, ¿Cómo demonios el sector privado iba a obtener sus divisas, sino acudiendo al Estado? En este escenario, esos USD$ 624.286 millones que aparentemente del Estado “asignó al sector privado” no podían ser de otra manera.

Además, por si fuera poco, estos controles cambiarios, sumado a otras medidas populistas sin sentido, y sobre todo el control de cambio que se implementó en el 2003 con el gobierno de Hugo Chávez con la excusa de evitar “fuga de capitales” y caídas de las reservas internacionales, solo se tradujeron en desequilibrios permanentes en el mercado de divisas. En este último caso, como era de esperarse, no solo fue un fracaso total, pues las reservas internacionales cayeron estrepitosamente[6] y el país se volvió más dependiente de las divisas que ingresaban del sector petrolero, sino que destruyó lo que quedaba de la industria manufacturera del país, elevando las importaciones, y, junto a otras políticas monetarias, hizo un desastre el sistema de precios.

Para el año 2003, las reservas internacionales se encontraban en USD$ 21.366 millones, pero para 2018, que es cuando comenzaron a flexibilizar las divisas, desembocando en años siguientes en permitir que se transara en la divisa extranjera, había bajado a USD$ 8.840 millones —que representa una caída del 58,63%—. Si tomamos el pico de Reservas Internacionales que se alcanzó en el 2008, de USD$ 43.127 millones, la caída es de 79,50%[7].

Por el lado de las exportaciones, el control de cambio (i) sofocó las exportaciones no petroleras, pues un Tipo de Cambio Oficial resulta no rentable a los exportadores en la medida en que es más costoso producir internamente para vender a un precio más bajo a nivel internacional, a su vez, al estar sobrevalorada la moneda se incentiva más las importaciones —más rentable comprar fuera y vender a nivel interno que producir y vender—. En adición, (ii) en la siguiente grafica podemos ver como aumentaban los ingresos del sector publico mientras que el sector privado se iba achicando, tanto en monto como en proporción (%).

Elaboración propia con datos del BCV. Aquí puede ver cómo el sector privado fue perdiendo fuerza en el tiempo, a la vez que el sector público se fortalecía. Además, esto en un contexto donde las exportaciones disminuían.

También, hay que sumar a todo esto el gran índice de corrupción que se dio gracias al control cambiario. Pascualina dice que fueron asignados millones de dólares al sector privado, que solo chupaba cual sanguijuela al Estado, pero no dice que las asignaciones del Estado fueron por medio de procesos opacos y pocos transparentes, que se daba a empresarios que tenían algún tipo de afinidad con el gobierno o contaban con el dinero para sobornar al mismo. De hecho, esa “sobrefacturación” de la que ella se queja[8] es solo una consecuencia de la intervención estatal en asuntos en los que no debe involucrarse; el problema no es “el sector privado”, sino la ineficiencia del Estado al momento de asignar recursos, creer lo contrario es un síntoma del complejo de Dios, en el que se piensa que simples seres humanos pueden gobernar a otros porque tienen la sacudiría suficiente para hacerlo, y en ese marco creen que saben qué, cómo, cuándo y dónde producir; es el control estatal la razón por la que se presentan escenarios como caldo de cultivo para la corrupción[9]. El problema no es el “sector privado”, quienes en un mercado libre deben satisfacer mejor la demanda de sus consumidores para no ser arrasados por la competencia, sino aquellos que se aprovechan de las rentas extraordinarias que surgen por la intervención estatal. Según Pascualina, todo ese dinero se perdió porque “el sector privado” tiene un “bajo desempeño”[10], pero lo cierto es que se perdió dada la incapacidad del Estado para controlar la corrupción inherente a sus intervenciones, creando verdaderamente ricos a costa del bien de la población. Todas las divisas asignadas supuestamente al “sector privado”, en realidad fueron desviadas —buena parte— por actos de corrupción[11]. Por solo citar un caso, en el año 2013 los cuerpos de seguridad de Venezuela interceptaron dos camiones que debían contener maquinaria importada para procesar pollos valorados en más de USD$ 2 millones, adquirido al tipo de cambio oficial, pero en su interior solo contenía basura[12].

Elaboración propia con datos del BCV. Al igual que la gráfica anterior, puede ver cómo el sector privado pierde fuerza, mientras el sector público crece.

En este contexto, cabe señalar que, si bien las importaciones aumentaron desde que se implementó el control, por lo ya explicado, y que tales acciones las realizaron mayormente “empresas privadas” —en un marco de extrema corrupción—, esto no se mantuvo con el tiempo, pues el ambiente hostil al sector privado —tanto el bueno, que es aquel que acciona en el mercado, como el malo, que es aquel que solo gana por sus vínculos con el Estado— llevó a que sea el sector público desde el 2014 quien más importe en el país. Ergo, no solo es que parte del sector privado corrupto obtuvo rentas extraordinarias gracias al Estado y a costa de la población venezolana, sino que desde hace 10 años que el sector público es quien maneja más dividas y realiza las importaciones al país, en mayor proporción —para el 2018, el sector público importaba casi el 80% del total, como puede ver en la imagen anterior—.

Por lo tanto, lo que dice Pascualina, a saber, “que el sector privado no ha puesto empeño en producir para exportar y hacerse de sus propias divisas, sólo se ha limitado a producir para abastecer el mercado interno” “cuyo principal negocio, desde 1976, ha sido apropiarse de las divisas que genera el Estado con la producción y posterior exportación de petróleo, por lo que no ha tenido necesidad de exportar para hacerse de sus propias divisas, el Estado se las ha asignado y, además, a tasa preferencial”[13] es una historia sin sentido, dado el contexto. De hecho, toda su historia puesta en contexto solo demuestra que el Estado es ineficiente y lleva a la ineficiencia a toda la economía en general, en la medida en que dificulta el cálculo económico de los actores sociales[14], llevando a la corrupción sistémica[15].

Inversiones privadas y extranjeras: el cuento en contexto

En toda esta línea discursiva, y en aras de ir contra la “leyenda urbana” de que “deben promoverse las inversiones privadas y, si estas son extranjeras, pues, mejor”[16], Pascualina sostiene que no es necesario la inversión privada y supuestamente lo demuestra el hecho de que durante “casi medio siglo” el Estado venezolano asignó millones de dólares a empresas privadas, nacionales y extranjeras, pero que, como contrapartida, las mismas no desembocaron en “más producción para el país y en multiplicador de riqueza general[17]. Esto lo intenta ilustrar con un gráfico muy bonito:

Gráfica tomada de Pascualina Cursio, óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45. Me apego a este gráfico para mostrar que, primero, sin importar qué sea lo que haga el Estado, siempre será ineficiente; y, segundo, que todo aquello donde el Estado tiene sus manos metidas, la tendencia es a la corrupción, y que siempre hay «empresaurios» que se aprovechan de eso.

No pondré en duda estos datos, solo me limitaré a (i) recordar que todo esto ocurre en un contexto de corrupción que groso modo he descrito en el apartado anterior y (ii) preguntar: ¿Es idiota el sector privado o el sector público? En circunstancias normales, si un “inversionista” comienza a bajar recursos para darlos a un sector que se muestra “ineficiente” para solucionar problemas y generar ganancias, ese inversionista deja de invertir allí y busca cosas que sí le sean rentables. Así funciona el sector privado. En contraste, el Estado venezolano se empeño en bajar más y más recursos a pesar de las perdidas.

Ahora bien, con esto no me refiero a que el estado debió administrar esos recursos por sí solo, todo lo contrario, esto solo ilustra que no hay peor administrador de recursos que el Estado, y más cuando los miembros que lo conforman tienen más incentivos de lo normal —dada la opacidad, poca transparencia y carácter autoritario del mismo— para malversar fondos. Es más, si el sector privado es tan ineficiente como dice Pascualina, ¿Acaso no tendríamos que tener como contrapartida la eficiencia de las empresas en manos del Estado? ¿Qué pasó con las 914 empresas[18] en manos del Estado, algunas de ellas expoliadas en el tiempo? La respuesta es simple: todas ellas en la quiebra o sobreviviendo, sirviendo solo como fuente de riqueza para los corruptos que forman parte del Estado o tienen amigos allí. Que el sector privado no haya podido ver luz y servir como fuente de riqueza constante y creciente para Venezuela se debe más a las malas acciones del Estado y el escenario que ha creado, que al sector privado per sé. De hecho, si el sector privado fuera tan ineficiente, las personas de bien no preferiría trabajar en dicho sector privado y buscarían trabajar para el sector público, pero ese no es el caso. Y digo “personas de bien” porque todo aquel que vea que puede sacar una renta extraordinaria por tener algún tipo de vínculo con el sector público es un inmoral. Que la industria nacional se haya destruido se debe a la misma causa, y no a las “acciones” de los “burgueses capitalistas”, como sostiene Pascualina[19].

En este marco, el Estado venezolano no es que debe dejar de asignar divisas al sector privado, sino que debe dar paso a una institucionalidad transparente, donde independientemente de si se le asigna o no divisas al “sector privado”, se pueda hacer seguimiento del manejo de recursos que hace la administración pública —que es todo menos administrador y menos público—. Para ello, es necesario dejar de hiperregular el mercado, dar paso a más libertad.

Sobre la Tasa de Cambio y la intervención cambiaria

Bajo el pensamiento de que el sector privado —“burguesía”— es, cuando no el causante de los males del país, el que menos ha aportado a solucionar el problema en Venezuela, Pascualina critica que se haya eliminado el control de cambio en 2018 y que el BCV, “bajo el dogma monetarista y liberal”[20], haya comenzado a inyectar dólares a la economía —que contaría también como “asignación de divisas al sector privado”—. A su juicio, estas medidas solo “facilita la fuga de las escasas divisas que están ingresando por exportación de petróleo” en un escenario donde la depreciación del bolívar responde a un supuesto ataque imperial y “no a la oferta y la demanda de divisas”[21]. No conforme con esto, a su juicio el BCV “inyecta liquidez en bolívares” a la par que lo hace con los dólares, haciendo que “los capitales financieros (…) puedan comprar las divisas que se están ofreciendo en el mercado cambiario”, es decir, el gobierno da a los capitales bolívares para poder comprar dólares y estos a su vez se fugan.

Sin embargo, esto es solo un error más en el edificio de errores construido por Pascualina, que solo demuestran lo extremadamente mal economista que es. En principio, pensar que no es la oferta y la demanda lo que fija los precios de un bien es un absurdo total, va contra toda lógica. Incluso si lo que dice es cierto, y hay un ente capitalista contrarrevolucionario 100% opresor que quiere hacerse con los recursos de Venezuela que “fija precios arbitrarios en la Tasa de Cambio”, estos precios carecerían de sentido si no hay “oferta de dólares” y “demanda de dólares”; si partimos de esta premisa, entonces se pueden fijar precios de cosas que no existen, porque es independiente de la oferta y la demanda del mercado.

Ahora, a esto hay que adicionarle que la dinámica monetaria del país se sustenta en dos pilares: (i) el bolívar nadie lo quiere en serio, por lo menos no para ahorrar y para sacar cuentas, y (ii) el dólar es todo lo contrario al bolívar, por lo que si rige los cálculos económicos de todos los agentes. En este escenario, inyectar dólares solo va a ir a satisfacer la demanda de divisas, conteniendo la tasa de cambio, e inyectar bolívares se traduce en presión al alza en la Tasa de Cambio. Desvincular la inyección de liquidez del precio de la divisa es, a todas luces, un error. Si bien, ya en el pasado he explicado con más profundidad cuales son los errores de fondo de Pascualina que le llevan a sostener aberrantes conclusiones como las que sostiene en lo que respecta a la inflación y la depreciación[22].

Excurso: sobre los empresaurios

En toda esta línea, es necesario que explique un concepto para poder juzgar con sensatez lo que pasa en el país, un concepto que Pascualina no conoce, a saber: “empresaurio”. En el mercado, aquel “empresario” que no se atenga a las leyes de competitividad del mercado, satisfaciendo deseos ajenos —de los consumidores— para obtener ganancias, sino que apela al Estado para obtener privilegios, muchas veces eliminando la competencia y obteniendo rentas por venderle al Estado —con todos los incentivos para sobrefacturar—, es un empresaurio, no un empresario. Un empresaurio es un corrupto, un inmoral, una sanguijuela, en suma, al igual que todo político, un parasito. Aquello que critica Pascualina en cierto sentido es verdad, pero no es el “sector privado”, sino “el sector corrompido” por el Estado, que ve oportunidades de ganancias gracias a sus vínculos con el gobierno de turno.

Pascualina dice incluso que a los “empresarios” no les interesa dolarizar el país, porque dejarían de obtener ganancias por la obtención de divisas baratas del Estado, y para ello recuerda, y en sus propias palabras, que “el año 2018, en el marco de la campaña para las elecciones presidenciales, el candidato de oposición al gobierno, Henry Falcón, propuso la dolarización de la economía, siendo la Federación de Empresarios (Fedecámaras) la primera en oponerse, no precisamente por razones de soberanía e independencia económica, sino porque anula su principal y más rentable negocio.”[23]; si bien, dice que los empresarios y el imperio quiere que Venezuela se dolarice, pero estos tienen que ver mayor ganancia en esto que en no llevar a cabo la dolarización, que a su juicio no es el caso todavía. Pero ella no entiende que esto solo se da gracias a la intervención Estatal, y pide aún más. En efecto, muchos de los miembros de Fedecámaras son unos “empresaurios” —si acaso no todos—, unos parásitos, sumado toda una red de inmorales que hacen vida solo gracias a que los distintos gobiernos se han preocupado por todo, menos por crear el marco institucional adecuado para evitar la corrupción. Si Pascualina quiere señalar a alguien, que vaya a la fuente o raíz de todas las enfermedades de nuestra sociedad, no a sus síntomas —aunque describiendo síntomas tampoco es que sea buena doctora—, si ella se considera verdaderamente una intelectual, debería, por fuerza moral, buscar esa «sencillez y lucidez» de la que habla Popper —citado al inicio del texto— al momento de analizar la economía y política venezolana, porque no hacerlo la convierte en una pecadora sin derecho alguno a perdón, una criminal.


[1] Pasqualina C. Curcio. 2023. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país. Publicado en el portal de Mate Amargo. Puede acceder a través de: https://www.mateamargo.org.uy/2023/11/30/la-dolarizacion-y-el-negocio-mas-rentable-de-la-burguesia-en-venezuela/ (Consultado el 31 de enero de 2024)

[2] Pasqualina C. Curcio. 2020. La economía venezolana: cuentos y verdades. Primera edición. Caracas, Venezuela. Publicado por Editorial Trinchera. Puede acceder a su versión digital a través de: https://77b6196f-0d53-4604-9208-8e2e39bded53.filesusr.com/ugd/c68724_ced37fac98f94bc2aa1ad68c78f151c8.pdf (Consultado el 31 de enero de 2024).

[3] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 2, 3.

[4] Puede acceder a la serie de datos de las exportaciones nacionales en la página oficial del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/estadisticas/comercio-exterior (Consultado el 31 de enero de 2024).

[5] Pascualina toma la serie de 1970, pero no es necesario tomar toda la serie para ver que miente, suficiente con tomar la de 1997 hasta 2018. Además, el BCV no tiene esa serie publicada y no me animé a buscarlo en otro lugar.

[6] Algunos “Pascualinos” puede que salgan a decir que las Reservas Internacionales subieron en el gobierno de Chávez, alcanzando un pico en el año 2008-2009, pero eso no se debe a las “Bondades del gobierno socialista” y mucho menos al control cambiario, sino a los ingresos petroleros de la época —que también responde a la subida de precio del petróleo dadas ciertas circunstancias en el mercado—.

[7] Puede acceder a la serie de datos de las Reservas Internacionales en la pagina del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/estadisticas/reservas-internacionales (Consultado el 31 de enero de 2024).

[8] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 5. Y óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., págs. 31-36, 41, 57, 61. Según Pascualina, desde 1970 hasta 2014 el total de sobrefacturación asciende a USD$ 348.724 millones; si bien ella culpa al sector privado de esto, a quienes tiene que culpar es a la verdadera cúpula que controla o pretende controlar todo y crearon un escenario donde se pueden obtener rentas mal habidas, a saber: el Estado Venezolano. Pascualina ataca la cuarta republica y vanagloria la quinta, echándole la culpa de todo lo malo de la quinta a los empresarios, pero no ve que tanto la cuarta como la quinta cargaron con los mismos problemas, profundizándose en el gobierno de Chávez. Nuevamente, el problema no es el “sector privado” per se, sino las acciones que realiza el Estado que tienden a limitar la libertad de todos lo agentes que hacen vida en la sociedad.

[9] Roymer Rivas. 2023. El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana. Publicado en el portal de ContraPoder News, al cual puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/el-cancer-de-la-corrupcion-una-consecuencia-de-las-restricciones-a-la-libre-accion-humana/ (Consultado el 31 de enero de 2024).

[10] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 29. Pascualina dice que el sector privado, a pesar de venderse como “eficiente”, ha resultado ser ineficiente en Venezuela, mientras que el sector publico es eficiente. Para llegar a esta conclusión solo dice que el sector privado “ha exportado, históricamente y en promedio, menos el 6% del total”, pero ella no parece entender que esto por si solo no dice nada, esto es solo una circunstancia a la que se llegó por la dinámica del Estado y el mercado en el país, que se viene arrastrando desde la cuarta república, especialmente desde el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), cuando se nacionalizaron ciertas empresas.

[11] El fin de este texto no es explicar ni demostrar cómo se llevaron a cabo todos estos actos. Si alguno desea profundizar en el asunto por su propia cuenta, invito a ver todas las investigaciones que ha realizado Transparencia Venezuela, especialmente las que tratan de asuntos donde se importó mercancía a través de empresas de maletín que muchas veces estaban vinculadas a personajes cercanos al gobierno del PSUV —cuando no su cúpula directamente—. Puede ver: Los abusos financieros que facilitaron el desfalco, a través de: https://transparenciave.org/los-abusos-financieros-que-facilitaron-el-desfalco/ (Consultado el 31 de enero de 2024); y toda las categorías recogidas en las diferentes investigaciones, al cual puede acceder a través de: https://transparenciave.org/category-template/?category=investigaciones (Consultado el 31 de enero de 2024). De hecho, para el caso emblemático de las cajas o bolsas CLAP, hay pruebas que apuntan a que Alex Saab, de quien se dice es testaferro del régimen, infló los precios en las facturas y no compraba los productos de la calidad requerida —entonces, surge la pregunta: ¿Es Alex Saab y todos los personajes que están envueltos en esta trama de corrupción parte de ese “sector privado” a quien se le asignaron dólares?—; puede revisar: https://transparenciave.org/category-template/?category=clap-alimentacion (Consultado el 31 de enero de 2024). ¿Y qué decir de la reciente trama de corrupción destapada en PDVSA ligada a la SUNACRIP, donde se robaron más de USD$ 25.000 millones, en el mejor de los casos —en el peor, más de USD$ 35.000 millones—? (ver: Trama de corrupción, caso: PdvsaCripto, más de 16.000 millones malversados, publicado por ContraPoderNews. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/trama-de-corrupcion-caso-pdvsacripto-mas-de-16-000-millones-malversados/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Empero, también puede leer las dos obras de Carlos Tablante tituladas: “El gran saqueo: quiénes y cómo se robaron el dinero de los venezolanos” (2018) y “Estado delincuente: cómo actúa la delincuencia organizada en Venezuela” (2018), donde el autor explica como el Estado venezolano fungió como una mafia —que es lo que es todo Estado, vale destacar— que despilfarró recursos y redirigió dinero hacia las manos de muchos corruptos que hoy siguen impunes.

[12] Corrupción y desgaste carcomen control de cambio en Venezuela. 2013. Publicado por Reuters. Puede acceder a través de: https://jp.reuters.com/article/latinoamerica-economia-venezuela-divisas-idLTASIE95H04220130618/ (Consultado el 31 de enero de 2024).

[13] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 30.

[14] Ludwig von Mises. 2011. La acción humana: tratado de economía. Decima edición. Madrid, España. Publicado por Unión Editorial. Sección: “La imposibilidad del cálculo económico bajo el socialismo”, págs. 823-844. Al respecto, invito también a revisar las obras del mismo autor titulada: Socialismo: Análisis Económico y Sociológico. 1989. Nueva York, Argentina. Tercera edición. Publicado por Western Books Foundation. (traducción al español de Luis Montes de Oca); y Burocracia: gestión empresarial frente a gestión burocrática. 2005. Publicado por Unión Editorial. En todo esto Mises explica cómo el Socialismo, entendido como el ataque sistemático hacia la libre acción humana —Huerta de Soto agregaría que ataque institucional y sistemático al libre ejercicio de la empresarialidad (ver: “Socialismo, Calculo económico y función empresarial”); pero tengo que decir que este ataque puede ser o no institucionalizado y más o menos sistemático sin afectar la concepción de “Socialismo”—, es imposible el cálculo económico, llevando a la destrucción de la sociedad. Empero, tengo que decir también que Mises se equivoca en el camino, pues no es que sea “imposible el cálculo económico en Socialismo”, sino que el cálculo se dificulta para todos los actores, y en el caso del órgano director que pretende organizar a la sociedad más, por carecer de la información necesaria para ello. Hay calculo siempre, independientemente de las circunstancias, el punto es definir bajo qué circunstancias el cálculo tiende al éxito y bajo qué circunstancias no. En este sentido, el Socialismo no es imposible porque sea imposible calcular en él, sino porque su cálculo tiende inexorablemente al error.

[15] Óp. Cit. El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana.

[16] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45.

[17] Ibídem.

[18] Ver: Transparencia Venezuela identificó 914 empresas en manos del Estado. Puede acceder a través de: https://transparenciave.org/transparencia-venezuela-identifico-914-empresas-en-manos-del-estado-epe/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Pascualina dice que la cifra de las empresas en manos del Estado asciende a 363 (ver: óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 94.), fundamentándose en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) —el mismo INE que dice que la pobreza en Venezuela se erradicó, que la educación está bien y que la inflación es baja—, pero esto es un absurdo; cabe señalar que pueden ser más de las que dice Transparencia Venezuela y que estas no suman la cantidad de empresas de maletín en manos de personas que tienen vínculos con el Estado y solo sirven para desviar recursos.

[19] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45-49.

[20] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 8. Esto es una estupidez superlativa; no hay nada más socialista que la existencia de un Banco Central, por tanto, no puede llevar a cabo ninguna medida «liberal». Las medidas monetaristas son igual de socialistas que las keynesianas o no monetaristas.

[21] Idídem., párr. 9.

[22] Roymer Rivas. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Con esto, Pascualina puede dar por refutado todas las sandeces que sostiene en el articulo y la obra citada, que, si bien puede tener algunos datos ciertos, son sacados de contexto para llegar a conclusiones que no se amoldan a la realidad de Venezuela.

[23] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país. Párr. 11.

En la mira: intervención militar internacional en Venezuela

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Ante la insistencia y desobediencia de Nicolás Maduro y su banda criminal del PSUV de seguir delinquiendo en su financiamiento a grupos terroristas como Hamás, Hezbolah, El Tren de Aragua, entre otros, seguir utilizando a las fuerzas armadas en operaciones de tráfico de drogas, usar como fachada empresas estatales para realizar operaciones de lavado de dinero proveniente del narcotráfico para sostener el presupuesto nacional y financiar regímenes forajidos como Cuba, Nicaragua, Bolivia y México, por nombrar algunos, no tiene ningún sentido.

Además, la dictadura continúa fabricando simulaciones de hechos punibles para responsabilizar a inocentes en delitos y poderlos llevar a la cárcel para sacarles declaraciones bajo brutales torturas para auto incriminarse en esos crímenes que nunca cometieron para comprometer la candidatura de María Corina Machado y justificar ese disparate de su inhabilitación para evitar que se mida en una elecciones con Maduro.

Maduro se aprovecha de la debilidad y falta de carácter de su camarada Joe Biden y su partido socialista Demócrata, quienes hoy son los primeros aliados del chavismo-madurismo y opositores de izquierda y centro izquierda que coquetean con el socialismo internacional; nunca olviden que Henry Ramos Allup es el Vicepresidente de la Internacional Socialista —una sucursal del Foro de Sao Paulo— que odian a EE. UU. y los estadounidenses conservadores que se identifican con el partido Republicano.

Por eso la familia de Cilia Flores y Maduro siguen traficando drogas y corrompiendo a militares, quienes muertos de hambre no tienen otra opción que sumarse a estas actividades ilícitas; prueba de ello fue el falso positivo con el show del Esequibo que buscó despertar un hipócrita nacionalismo del chavismo cuando han sido Chávez y Maduro quienes entregaron la soberanía de Venezuela a Cuba, China, Rusia e Irán.

Ahora el blandengue de Joe Biden le dio plazo hasta el mes de abril para que Maduro habilite políticamente a María Corina y pueda participar en unas elecciones, de lo contrario, se volverán aplicar sanciones en contra del narcotraficante fugitivo Maduro y su organización narcoterrorista PSUV. Pero ese aguaje del octogenario socialista de Joe Biden es simplemente un regalo para que Maduro gane tiempo y pueda llenarse de  miles de millones de dólares provenientes de la exportación de cocaína maquillado con la venta de petróleo; de eso sabe Maduro: tener votos sin votantes y vender petróleo sin petróleo, para eso existe el crimen organizado encabezado por la mafia Rusa y China, expertos en estas actividades que han puesto en práctica en Cuba por casi 70 años bajo la complicidad de los socialistas del partido Demócrata norteamericano.   

Desgraciadamente, hoy no está en la Casa Blanca un hombre como George Bush que no le tembló el pulso al momento de firmar la intervención militar en Panamá con orden de captura para el narcotraficante, General Manuel Antonio Noriega, un muchacho de teta si lo comparamos con el sanguinario capo y terrorista Nicolás Maduro, quien decide quien vive o quien muere en Venezuela.

Tendremos que esperar que vuelva Donald Trump a la Casa Blanca para que vaya a buscar al fugitivo Maduro y otros miembros de su organización terrorista PSUV que la integran matones de nombre Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Padrino López, entre cientos de otros terroristas.

El leviatán es imposible: dos críticas al estado de naturaleza Hobbesiano

«(…) la cooperación tiende a surgir de forma espontánea y sin necesidad de autoridad central»

Autor

Por Ilxon R. Rojas, abogado, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

El presente ensayo tiene por objeto mostrar, empleando el método analógico, dos inconsistencias relativas a la formulación del estado de naturaleza hobbesiano, tanto en su justificación de un orden social dominado por un Estado, como en su propia concepción filosófico-antropológica subyacente.

Introducción

Uno de los tópicos más importantes en que se sostiene la filosofía política moderna versa sobre la reflexión y el debate en torno los problemas del Estado-nación, su aparición histórica tras la influencia del entonces floreciente pensamiento moderno, del renacer de las ideas ilustradas de los antiguos traída a colación en un periodo de tránsito hacia la secularización de lo político, de lo humano como centro ordenatorio para pensar en los problemas filosóficos del orden social.

Es en ese contexto, que resultan cruciales las ideas de Hobbes, y a tenor de ello, en el presente ensayo se intentará diseñar dos críticas a uno de los argumentos que el filósofo brinda y que guarda relación con la idea del estado naturaleza y su consecuente solución con arreglo a las fórmulas del contractualismo social, para la justificación y legitimidad del Estado leviatánico al que asume como único remedio a los retos de la libertad natural.

En virtud de ello, procederá empleando el método analógico consistente en comparar las cualidades de la concepción antropológicamente pesimista subyacente del estado de naturaleza, que resulta funcional a la edificación del Leviatán, en contraste con una concepción opuesta que, para los fines del presente ensayo, ha sido titulada con el término “anarquía”, de la cual se busca inferir, cómo ha de esperarse, la innecesariedad de una edificación del Estado hobbesiano, en preferencia a otros horizontes políticos más autoorganizativos.

De modo que se ha organizado el desarrollo del presente ensayo mediante una estructura de dos apartados bien definidos: en el primero titulado “Estado de naturaleza y anarquía”, se presenta un bosquejo general de algunos precedentes en Platón y Aristóteles que pudieran relacionarse con el concepto de estado de naturaleza, para luego discurrir en la perspectiva hobbesiana y finalizar con la definición del contraste conceptual con la anarquía que se pretende efectuar como método analógico para determinar la justificación del Estado; en el segundo apartado, que se titula “La naturaleza humana y el Leviatán”, se despliega una crítica que se divide en dos partes, cuyo contenido cuestiona la noción de naturaleza humana de Hobbes, tanto desde el punto de vista de la antropología filosófica como desde la óptica de la interacción de los seres humanos en libertad y sus posibles consecuencias.

Estado de naturaleza y anarquía

El estado de naturaleza es un concepto que a grandes rasgos no es originalmente hobbesiano, ya que desde la Grecia clásica los filósofos preocupados por la política han enhebrado descripciones de la condición humana que hoy pudiéramos relacionar con la idea de un estadio previo a la vida social regida por una comunidad política. Tal es el caso, verbigracia, de Platón (República, 2007, p. 122), cuando expone las razones que pudiese tener los hombres para, con antelación a todo orden político formal, asociarse y organizarse políticamente: “…cuando un hombre se asocia con otro por una necesidad, habiendo necesidad de muchas cosas, llegan a congregarse en una sola morada muchos hombres para asociarse y auxiliarse. ¿No daremos a este alojamiento común el nombre de ‘Estado’?”

En Aristóteles podemos hallar nociones similares en su Política: “…el Estado procede siempre de la naturaleza, lo mismo que las primeras asociaciones, cuyo fin último es aquél; porque la naturaleza de una cosa es precisamente su fin, y lo que es cada uno de los seres cuando ha alcanzado su completo desenvolvimiento se dice que es su naturaleza propia, ya se trate de un hombre, de un caballo o de una familia.”. (Aristóteles, Política, p. 23)

De este modo, el estagirita a diferencia su maestro, advierte la existencia de ciertas instituciones naturales con las que se configuran las formas más o menos estables de asociaciones ad hoc para la constitución ulterior del tipo de asociación que, vista como más perfecta, a su juicio, se identifica con la aparición del Estado. Estas instituciones naturales relativamente estables se identifican con la familia, la propiedad privada y la esclavitud, y en ese sentido, se puede afirmar que la asimilación de un estado de naturaleza deducible en su pensamiento toma distancia del tratado por Hobbes en su Leviatán.

Esto último se debe a que, para Hobbes, la idea del estado de naturaleza tiene la implicación de una dinámica de las relaciones humanas que se desenvuelve mediante una situación de constante guerra en actualidad y en potencia, al fondo de la cual todos los individuos son enemigos de todos (homus homini lupus): “…durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra. Y una guerra de todo hombre contra todo hombre.” (Hobbes, Leviatán, p. 224).

Ello sugiere revisitar la concepción antropológica subyacente a la noción del estado de naturaleza a la luz de lo que suele llamarse “pesimismo antropológico”, noción que, a grandes rasgos, encierra una serie de articulaciones filosóficas que, desde la tradición del pensamiento occidental, desbordan el tema nuclear del presente ensayo, y que, sin embargo, algunos de sus matices, tal como veremos abajo, son funcionales al mismo.

Siendo así, al vislumbrar en retrospectiva se tiene que los postulados concebidos por la teoría del estado de naturaleza son funcionales a la justificación de la autoridad del Estado, a la sustentación de su legitimidad como organización supraindividual, dado que, solo pactando colectivamente, la humanidad puede concebir un tipo de organización detentora de un poder superior a los individuos, un poder que pueda mitigar o limitar los males de la libertad natural, a los efectos de conseguir pasar exitosamente del estado de naturaleza, esto es, la descrita situación de guerra, caos e inseguridad pre-estatal, al estado civil o social, a la edificación de esa persona artificial, que existiría como único y exclusivo remedio para la consecución y concreción de justo lo contrario: una situación de paz, orden y seguridad para todos.

Un acercamiento superficial a la previa argumentación hace pensar que es coherente la solución de formar un Estado para hacerle frente a los problemas nucleares del estado de naturaleza en los términos descritos, no obstante, un análisis más profundo puede servir para mostrar las complicaciones que presenta esta propuesta. Para demostrarlo, se procederá contrastando el concepto de estado de naturaleza hobbesiano como punto de partida, con un concepto que pareciese ser su análogo, pero que, para los fines del presente ensayo, se tratará como algo completamente opuesto, esto es, la anarquía; de tal suerte que será entendida esta en adelante como un estado pre-estatal de los individuos cuyas características se muestran contrarias al estado de naturaleza hobbesiano. Esto será de utilidad para discernir si con arreglo a cada una de las tesis es plausible o no la justificación del Estado leviatánico.

La naturaleza humana y el Leviatán.

  • Los problemas característicos del estado de naturaleza encuentran como única salida la necesidad de dar origen a un Estado. En efecto, Hobbes (Leviatán, p. 144) asegura que “si no se ha instituido un poder o no es suficientemente grande para nuestra seguridad, cada uno fiará tan sólo, y podrá hacerlo legalmente, sobre su propia fuerza y mana, para protegerse contra los demás hombres.”

Siguiendo esta formulación, la teoría pareciese presuponer que la naturaleza humana, entendida desde la proyección teóricamente reduccionista del pesimismo antropológico, se centra en la fuerza vital del hombre, en el instinto o en el ansia de poder desmedido (Aparicio, 2018, p. 57), y al asumir esto, la teoría no arguye, o por lo menos no plantea, en el seno de esa concepción, algún tipo de modificación cualitativa de esta en presencia del Estado una vez constituido o durante el proceso de su edificación, más allá de fiarse en la mera voluntad contractual de los individuos a tal efecto; en cambio, la negativa de dicha modificación es un carácter o cualidad de la noción de estado de naturaleza que si puede inferirse de ella, ya que no parece haber nada en la teoría que propicie tal modificación.

En ese orden de ideas, si la teoría no postula cambios metamórficos de la naturaleza humana en su condición ya bajo la égida de un Leviatán, termina por flaquear al no prestar atención respecto a que los supuestos males inherentes a esa condición preestatal no desaparecen con la presencia del propio Leviatán. Por el contrario, es probable a fortiori, la concurrencia de algunos lobos entre lobos con mucho más poder arropados en el seno del aparato estatal que, en ausencia de este, e incluso dotados de una acumulación de poder que nunca hubiere sido posible dadas las asumidas contingencias, incertidumbres e inseguridades, o, en síntesis, supuestas inestabilidades patentes en el estado de naturaleza. Y de ser así, si el propósito de la invocación de un Leviatán es acabar con la guerra entre los hombres, proporcionar inseguridad y garantizar la paz, esa propia invocación puede conllevar, como en efecto ha ocurrido, a la puesta en marcha de las peores facetas de estos mismos males que pretende combatir o mitigar.

  • En la anarquía, en cambio, la naturaleza humana no puede modificarse por agregación, o al menos no en la dirección a la que se pretende llegar según la agregación propuesta, o según una planificación que se ha premeditado políticamente.

Si se admite a toda forma de organización humana como un sistema, conviene aseverar que la superposición sus elementos constituyentes y la configuración de las dinámicas entre estos elementos, organizados siguiendo la guía deliberada de criterios unidireccionales —y por ello extraños a sus copiosos procesos intrínsecos—, no hace posible modificar con acierto la naturaleza de las partes del sistema. A la inversa, si hay lugar probable para importantes distorsiones a su funcionamiento. Esto a razón de los problemas insalvables concernientes al acceso a la información necesaria que se requiere para erigir una agregación correcta y efectiva acorde a la naturaleza de las partes interactuantes del sistema que ha sido objeto de adulteración (Meseguer, 2006, p. 104). Como consecuencia de ello, se tiene que, aunque fuera cierto que el estado de naturaleza implica una situación de constante guerra, desorden e inseguridad actual y potente, la alternativa de un Estado al estilo hobbesiano no parece ser una solución a los problemas sino el desencadenamiento de esos mismos conflictos, pero llevados a su máxima expresión. Es aquí clave el tópico del acceso a la información, pero es un tema que no será abordado en esta oportunidad.

Ahora bien, contrastando tal como se había hecho alusión, al estado de naturaleza con el estado de anarquía, es acertado sostener que, si en el primero los seres humanos en libertad tienden a la conservación de sí, y, por lo tanto, a las relaciones de hostilidad con los demás, al belicismo recíproco y permanente de todos contra todos; en la anarquía, por contraste, los seres humanos en libertad tienden la cooperación, a la estabilidad y mitigar la violencia.

Una contundente evidencia de ello, se puede hallar en las investigaciones de Robert Axelrod, en su libro «La evolución de la cooperación» de 1986. Según este autor, los seres humanos tienden a la cooperación en búsqueda del mayor beneficio personal. De este trabajo, se puede inferir los siguientes dos argumentos:

En primer lugar, que la cooperación tiende a surgir de forma espontánea y sin necesidad de autoridad central. Axelrod demuestra que la cooperación suele aparecer en situaciones en las que no existe una imposición coactiva de normas o reglas. Por ejemplo, en el juego de dilema del prisionero iterado, los participantes tienden a cooperar entre sí permitiendo una formalización de las posibilidades estratégicas inherentes a tal situación: “los individuos pueden beneficiarse de la mutua cooperación, cada uno queda mejor explotando los esfuerzos cooperativos de otros. (…) en determinado período de tiempo, los mismos individuos pueden volver a interactuar, dando ocasión a complejas pautas de interacciones estratégicas.” (Axelrod, ibid., p. 92).

En segundo lugar, Axelrod demuestra que pueden aparecer normas coactivas, que suelen ser autoimpuestas y autoforzadas en contextos donde se permite la cooperación adecuándose a las necesidades específicas del entorno de los individuos implicados. En el juego de dilema del prisionero iterado, de nuevo, los participantes tienden a llegar a acuerdos y castigar a aquellos que incumplen las reglas, sin necesidad de una autoridad central que los haga cumplir; el autor llama a esto la “ética de la venganza”. (ibid., p. 87).

Estos son solo algunos posibles argumentos que se pueden construir a partir de la obra de Robert Axelrod, pero es importante recordar que el autor no aboga directamente por la anarquía en su libro, aunque su investigación puede proporcionar argumentos que apoyen la idea, tal como se ha hecho en este apartado.

A tenor de lo dicho anteriormente, y al volver sobre el asunto de la concepción antropológica subyacente en la teoría anarquista siguiendo los criterios esbozados con antelación, se plantea entonces no ya un pesimismo antropológico como la descripción auténtica de la naturaleza humana, sino un realismo, un realismo basado en las posibilidades materiales de la acción humana, en las alternativas individualmente consideradas con que cuentan los seres humanos para llevar a cabo sus fines propuestos, así como el empleo de los medios que estos crean convenientes para ello.

Conclusión

En el contenido que se ha desarrollado en el presente ensayo, se ha mostrado un conjunto de razones que complejizan el tratamiento que Hobbes emplea para dar justificación a su Leviatán, razones que van desde las complicaciones para asumir que los males de la naturaleza humana patentes en el estado de naturaleza no pueden replicarse con mayor vigor en el seno del aparato estatal, hasta la propensión a considerar que todo tipo de interacción humana que no esté supeditada o vigilada por el Leviatán, conduzca como conditio sine cuanon, a situaciones de hostilidad y no a la cooperación voluntaria.

Pero también conviene proceder con prudencia, y considerar que, si en el mejor de los casos el Leviatán resulta ser en la práctica imprescindible, sería, sin embargo, el peor de los encargados posible en la faena de proporcionar la seguridad y la estabilidad que demandan los individuos que le han cedido su libertad natural para ello. Esto, tal como se dijo, a razón de la imposibilidad de acceso a la información que el Leviatán requiere para coordinar la sociedad en función de este objeto, en términos de eficiencia.

Todo este problema del acceso a la información puede llevar a considerar que quizá, con la suficiente tecnología, el Leviatán pueda hacerse con ella apoyándose en almacenamientos digitales y cálculos computarizados. Por supuesto, esta es una idea que, en los tiempos de Hobbes tal vez hubiera sido imposible siquiera imaginar, pero en nuestros tiempos es una posibilidad factible por lo menos para una discusión teórica interesante.

Sin embargo, esto no resuelve el problema de la naturaleza humana, pero si queremos seguir arrastrando la idea de un Leviatán a nuestro tiempo, se puede plantear que, al no querer encontrar una salida al problema de esta naturaleza o que no quiera aceptarse social y culturalmente la misma como tendiente a cooperar, creemos que resulta válido que la respuesta pueda hallarse en qué otro tipo de naturaleza, una naturaleza no humana, desprovista de sus pasiones, pero compatible con sus fines, pueda tomar la conducción del Leviatán y cumplir con el cometido de la seguridad y la paz de todos.


Referencias bibliográficas

Aristóteles. (2016). Política. Madrid: Editor digital: Titivillus.

César Martínez Meseguer. (2006). La teoría evolutiva de las instituciones. La perspectiva austriaca. Madrid: Editor digital: Titivillus.

Jesús Huerta de Soto. (2020). Socialismo, cálculo económico y función empresarial. Madrid: Unión Editorial.

Platón. (1988). Diálogos IV La República. Madrid: Gredos.

Robert Axelrod. (1986). La evolución de la cooperación El dilema del prisionero y la teoría de juegos. Madrid: Alianza Editorial.

Thomas Hobbes. (1980). Leviatán. Madrid: Editorial Nacional.

Zhenia Djanira Aparicio Aldana. (2018). El pesimismo antropológico en Hobbes desde una visión poliana. Revista Mercurio Peruano, Vol. 62.

Hasta el final: ¿Qué significa?

Por Leroy Garrett.

La secuencia de ejecución del próximo fraude chavista va rauda a paso de vencedores. Bueno ya estamos en año electoral, perdón, desde que esta mafia llegó al poder todos los años son electorales pero nada cambia, ese es el plan, que ha contado con la estrambótica prostitución de una oposición mayoritariamente compuesta por sapos y alacranes.

En sus artículos publicados en los 40’s, durante el medinismo —único período en su vida donde pudo vivir y hacer política libremente en el país antes de 1958— Rómulo Betancourt criticaba enconadamente los lujos y comodidades que gozaban los partidarios del General Medina, cuando celebraban sus eventos partidistas (Partido Democrático Nacional) comparada con la austeridad, mística y sacrificio hecho por los adecos de entonces para materializar sus eventos.

Esa entrega a la causa también ayudó a crear ese manto heroico a la resistencia inicial a Pérez Jiménez, desaparece aceleradamente a la llegada de la democracia, desvirtuando la naturaleza de la actividad partidista —el lado oscuro del pacto de punto fijo— AD y COPEI se convierten en mamíferos consuetudinarios de la generosa ubre del Estado, devienen ambos en una entidad mercantil y ya no un organismo de ideas, entrega, y búsqueda de justicia social, por eso a Chávez se le hizo tan fácil comprarlos casi a todos y enterrar el “modelo político”.

El “Blitzkrieg” chavista para asegurarse el próximo sexenio arrancó; develacion de la conspiración de las “bandas blancas”—una dictadura siempre tiene conspiraciones— órdenes de arresto, nueva presidenta del TSJ, comisaría política en grado talibán ratifica inhabilitación de la Señora Machado, y habilitación de varios alacranes que la dictadura guarda o los saca en comparsa cuando quieren.

Los dirigentes de base que garantizarían la protección de los votos de María Corina ya han empezado a ser arrestados.

La banda chavista vuelve a defecarse en los acuerdos, ahora Barbados, el jefe negociador, el célebre y muy manejable Doctor Blyde, llora como Medea denunciando violacion de acuerdos. Ellos saben que sería así.

Geopolíticamente, mientras tanto, Venezuela está en el ojo del huracán energético, las grandes operadoras internacionales están en Caracas y evaluando los campos; la guerra en Ucrania, Gaza y los drones de manufactura iraní disparados por los Houthis en el Mar Rojo colocan el petróleo de Venezuela en demanda privilegiada. Occidente necesita una Venezuela en gobernabilidad que cumpla las entregas de crudo, algo que Chávez siempre garantizó.

La oposición que nos gastamos no es capaz de tomar y mantener el poder. El trágico realismo mágico que se ha convertido la vida pública venezolana no deja de sorprendernos por lo viciosamente repetitivo, la señora Machado insiste en que el chavismo negociará equitativamente las condiciones electorales. ¡Increíble por lo bizarro!

Hipotéticamente, ¿Un triunfo electoral de la Machado sería respaldado por un partido político armado (FAN) a favor de la dictadura y controlado por Cuba? Imposible. No hay plan B, simplemente elecciones para que se las vuelvan a robar.

Con todo lo acontecido, la inhabilitada señora Machado, ya de hecho, ha recibido una tacita invitación al exilio, ella no irá a la cárcel ni su vida está en peligro, los mártires tumban dictaduras y eso no va a ocurrir.

En este escenario, surge la pregunta: ¿Es este “el final” del que tanto ha hablado María Corina? En Venezuela toda fórmula de auto composición política orientada a una transferencia pacífica del poder está abortada; es hora de establecer los mecanismos supranacionales e incorruptibles idóneos para motorizar el cambio histórico que agónicamente esperan los venezolanos.

¿Y se burlaron del norte?

Por Antonio Semprún, Coronel de la Guardia Nacional.

El ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia fue el arrodillado y cómplice peón que usó la tiranía de Nicolás Maduro para anunciar a los venezolanos lo que no dejo de estar en sus planes “Ratificar la inhabilitación política de María Corina Machado por 15 años”.

El Acuerdo de Barbados firmado el 17 de octubre de 2023, sirvió para que la tiranía abriera la puerta a la burla, lograra los objetivos que se habían propuesto y para que lo usara como un papel que se debe desechar, lo que ratifica la máxima que con delincuentes no se negocia.

La decisión del Tribunal Supremo de Justicia pone a prueba la determinación de un pueblo decidido a ser libre, que por décadas ha venido siendo humillado por los verdaderos traidores a la Patria, y pone a prueba el slogan para potenciar el sentimiento de esperanza que despertó María Corina Machado y está presente en las calles, esquinas y rincones de Venezuela.

Lo que denuncia el exfiscal Zair Mundaray, que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) “forjó” un oficio de la Contraloría General de la República para ratificar la inhabilitación impuesta contra María Corina Machado; reafirma la calaña de quienes usurpan el poder en Venezuela porque ese acto constituye un delito de forjamiento de documento Público (una raya más para un tigre en la comisión de delitos ).

Noruega y Estados Unidos son dos países sorprendidos o “burlados” en su buena fe. La decisión preparada y ordenada por la tiranía para que fuera emitida por el Tribunal Supremo de Justicia tiene autores que van más allá de Nicolás Maduro, son aquellos a quiénes les interesa el statu quo del tirano, para proteger sus enormes fortunas provenientes del saqueo del país y mantener control sobre la situación geoestratégica de Venezuela.

Las comparaciones no son buenas pero sirven para conocer las fortalezas, las debilidades, las consecuencias de los hechos que han ocurrido y las decisiones que se han tomado.

El anuncio de la inhabilitación política de Maria Corina Machado es lo que fue en su momento, el ¡Tora! ¡Tora! ¡Tora! qué transmitió el aviador japonés Mitsuo Fuchida para informar el éxito de la primera oleada de bombardeos sobre Pearl Harbor.

La decisión del Presidente norteamericano que ejercía la primera magistratura del país Franklin Delano Roosevelt, sin agendas ocultas y comprometido con la seguridad del país, el respeto a la vida y a los derechos de sus ciudadanos sería contundente.

En los compromisos internacionales donde está en juego el futuro de los pueblos, la democracia como sistema de gobierno, el respeto a los derechos humanos y el honrar los acuerdos adquiridos, la burla y el engaño deben ser tratados con mano dura.

Acerca de las recomendaciones de Asdrúbal oliveros para la Banca Nacional

Por Roymer Rivas, analista financiero, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Desde hace mucho el profesor Asdrúbal Oliveros viene sosteniendo, al igual que otros economistas, que la economía venezolana necesita que el sector bancario comience a (i) emitir crédito en dólares y (ii) permita la transferencia de recursos en divisa extranjera de un banco a otro, es decir, que se pueda pagar con divisas a través de las instituciones financieras, con sus distintos instrumentos, tal cual se hace con el Bolívar en el país. Empero, es necesario hacer algunos comentarios al respecto, sobre todo para el punto (i), pues no todo es tan bonito como parecen apuntar los economistas mainstreams.

Sobre la compensación en dólares (ii)

Tengo que decir que concuerdo con el profesor Oliveros cuando dice que se deben crear mecanismos para que los agentes económicos puedan realizar sus intercambios comerciales pagando y/o recibiendo pagos en dólares a través del Sistema Financiero Nacional, pues facilitaría el cálculo económico de los actores y, además, como bien sostiene Oliveros, habría menos presión en la Tasa de Cambio (TC) al haber más dólares circulando en la economía. Por ejemplo, que los bancos comiencen a emitir tarjetas de con saldos en dólares, que se permita transferir —por cuales sean las vías— de un banco a otro y/o que los puntos de venta de los negocios puedan procesar pagos en dólares[1], sería de gran ayuda a los venezolanos, pues daría un impulso a la dolarización de facto para bien.

Con respecto a la TC —y a modo de ilustración—, imagine que en la economía venezolana hay 10 bolívares, pero las personas solo demandan 2, mientras que hay 20$, pero las personas demandan 50$. Si algunos de estos dólares están en los bancos y a las personas se les dificulta moverlo de un lugar a otro, entonces la demanda por dólares aumenta y, por tanto, la presión al alza en el par Bs/$ también. Si los bancos liberan esos dólares, se satisface —parcial o completamente— la demanda en dólares —50$— y se traduce en menos presión al alza en la TC —ceteris paribus, ojo—.

Empero, el problema llega cuando la propuesta de Oliveros pasa también porque uno de los instrumentos de los que se puedan aprovechar las personas sea de la emisión de créditos en dólares por parte de la banca nacional. Un error garrafal con consecuencias a largo plazo catastróficas.

Sobre la emisión de créditos en dólares

El economista mainstream pone mucha atención en el consumo —visión que viene dominando desde Keynes hasta la actualidad— porque cree que es lo que estimula y/o hace crecer la economía; creen algo tipo: “más consumo, igual más ingreso para los empresarios, igual más ingreso para las personas —salarios— y más inversión, igual más consumo” en espiral ascendente hacia el progreso[2]. De allí el profesor manifieste su preocupación por las medidas del gobierno de mantener la TC a través de mantener el encaje legal alto en bolívares y al 100% en dólares —dado que, claramente, no se emiten créditos en dólares, sino indexados—, y la venta masiva de divisas a la Banca Nacional[3], pues, a su juicio, se estanca el consumo[4].

Sin embargo, aunque estoy de acuerdo con que la medida del Banco Central de Venezuela de intervenir los bancos —inyectando dólares— para contener la tasa de cambio es, a priori, insostenible en el tiempo y, de hecho, irrelevante en un contexto donde se sigue inyectando liquidez en bolívares[5] —una moneda que desprecian los actores sociales—, tengo que decir que es un error creer que será beneficioso a la economía venezolana emitir créditos en dólares sin antes reformar todo el sistema financiero nacional.

Emitir créditos en dólares con una banca de reserva fraccionaria, si bien en el corto plazo se traducirá en un Boom en la economía, más crecimiento, en el largo plazo, y más con las instituciones venezolanas que no permiten al mercado ajustarse correctamente, dada la intervención del gobierno, esto será la causa de una crisis económica si acaso no peor de lo que estamos atravesando ahora, que vendrá acompañada inexorablemente de corridas bancarias. Como bien lo explica la teoría del ciclo de la Escuela Austriaca de Economía, luego del Boom llega el Bust para sanear las distorsiones entre el ahorro y la inversión, llevando al ahorro forzoso de muchos agentes económicos, a la quiebra de muchos bancos y a la no finalización de proyectos que en la época de bonanza parecían rentables, cuando en realidad nunca lo fueron. Emitir créditos en dólares con el actual sistema es igual a crear dólares de la nada, pues los bancos no lo tendrán en sus bóvedas, como en teoría lo deben de tener ahora. En suma, la propuesta de Asdrúbal es muy cortoplacista y no tiene en cuenta las distorsiones monetarias y económicas que puede traer a la economía venezolana en el tiempo[6].

Sí, es cierto, en Venezuela se necesita consumir más, pero este consumo y las inversiones que puedan surgir en este contexto debe partir del ahorro real de la economía, lo cual solo será posible en un entorno donde la inflación —tanto monetaria como de precios— sea casi nula o negativa —deflación—. Y para lograr lo menos que hay que hacer es emitir créditos como si no hubiera un mañana[7]. Venezuela necesita compensar pagos en dólares, que se le den facilidades en el sistema financiero para que use la moneda que guste en el momento que guste, y también necesita créditos, pero buenos créditos, aquellos que se fundamentan en ahorro real, no en la reserva fraccionaria que lleva a prestar dinero con los “depósitos a la vista” —que están todo menos a la vista—.

Sobre el ciclo y la Tasa de Cambio

Los créditos en dólares en el corto plazo sí llevarían a que la TC se normalice y daría un periodo más o menos corto de “estabilidad cambiaria”, pues al haber más oferta de dólares no habría razón para que la TC suba[8], pero hay que tener cuidado con esto. En Venezuela se ha dado el caso de que los precios en dólares comenzaron a subir hace un tiempo, pero esto se debe a que los precios en bolívares aumentan más rápido de lo que aumenta la TC, por lo que hay un rezago cambiario que se traduce en aumento de precios en dólares[9]. Si se comienza a emitir créditos en dólares, lo que pasará es lo siguiente, en extremo resumen: (i) disminuye el rezago cambiario y, por tanto, no aumentan los precios en dólares en el corto plazo; (ii) hay una época de bonanza; (iii) comienza a distorsionarse los precios, pero nadie se da cuenta en el corto plazo; (iv) comienzan a subir los precios en dólares, pero ya no por el rezago cambiario, sino por la inyección de dólares en la economía que llevará a un punto donde la oferta de la misma supere su demanda o, si no es este el caso, los precios no subirán pero el poder adquisitivo igual se corroerá y se mantendrán las distorsiones de precios; (v) la distorsiones llevarán en el corto plazo a emprender proyectos que parezcan rentables, pero en realidad no lo son —pues las tasas de interés eran bajas—, y, una vez explote la burbuja, suben las tasas de interés, no se pueden pagar los créditos, hay recesión, las personas buscarán sus dólares en los bancos y cuando se den cuenta que solo existían en saldos contables y no en físico habrá corrida bancaria.

En este marco, no sabría decir si la TC subirá o bajará, porque dependerá de las demandas del momento, pero lo que si puedo decir con seguridad es que, independientemente de si sube o baja la TC, subirán los precios en dólares. La única relevancia que tendrá el juego con la TC, que hoy parece ser un problema para los economistas, es que determinará en buena medida cuan alto subirán los precios en una u otra moneda, llevando a un escenario de hiperinflación[10].

Excurso sobre soluciones a estos problemas

Empecé a escribir con la intención de explicar brevemente, de forma formal, porque es tácito a lo largo del texto, algunos caminos a recorrer para solucionar el problema de Venezuela sin necesidad de acudir a las “soluciones” —que no solucionan nada de fondo— que proponen los economistas, pero ya se me hizo largo, así que lo dejo para otro día.


[1] Con respecto a éste último punto, algunos bancos ya lo están haciendo, por cierto.

[2] Entiendo que es un burdo resumen, pero la esencia es esa. Si bien el economista está acostumbrado a sin fines de modelos y parámetros para sus “cálculos”, al final todo es un constructo

[3] En lo que va de este mes, el Banco Central de Venezuela ya ha tenido 7 intervenciones cambiarias en un burdo intento por contener la Tasa de Cambio. Puede acceder a estos datos en la página oficial del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/politica-cambiaria/intervencion-cambiaria (Consultado el 26 de enero de 2024). A modo de comentario, tengo que decir que esto refuta todas las premisas de Pascualina Cursio sobre que “la inflación [de precios] no es un fenómeno monetario” y “se debe a factores externos”, como es el caso del “ataque imperial contra la moneda” (hago referencia al panfleto titulado: “Hiperinflación, arma imperial”. 2020., y a varios artículos en medios), pues si la inyección de liquidez de una moneda no es la causa de su devaluación, entonces no tendría sentido que el BCV intente disminuir la brecha o el rezago cambiario a través de la venta masiva de dólares —devaluando la moneda—.

[4] Al respecto, puede revisar la publicación de Asdrúbal R. Oliveros. 2023., en la red social “X”, a través de: https://twitter.com/aroliveros/status/1740021583966507195 (Consultado el 26 de enero de 2024).

[5] Esta es la tendencia del BCV en toda su historia, más desde que llegó Chávez al poder en 1999. Tan solo en 2023, que son los últimos datos que se tienen, hasta el mes de noviembre, M2 creció un 346,35% —si se toma como base a diciembre de 2022—, creciendo en promedio un 12,18%. Puede ver la siguiente imagen, que muestra los montos, variaciones porcentuales y la tendencia, siempre creciente.

(Elaboración propia, con datos del BCV)

[6] Y conociendo a la cuerda de modorros que dirigen este país y a la cuerda de minusválidos mentales que pretenden dirigirla, cuyo conocimiento de economía y, más importante, procesos sociales complejos es nulo, esto servirá de impulso al discurso del estilo: la culpa es del “perverso dólar” y el “imperialismo”, “es mejor una moneda nacional fuerte, donde le BCV pueda usar todos los instrumentos a su disposición para estabilizar los precios”.

[7] Asdrúbal dirá que no se emitirán créditos como si no hubiera un mañana, pues los bancos tienen analistas de riesgo que solo prestarán a aquellos que tengan probabilidades de pagar, pero es suficiente con hacer un repaso en la historia y ver nuestra economía (y la economía global) para ver que esto no es seguro de nada. En este escenario, no soy yo quien tiene que demostrar que Asdrúbal se equivoca, sino que es él quien debe intentar demostrar que en el largo plazo no habrá problemas a causa de esta medida. Y cabe destacar que no vale decir “eso es parte del ciclo, así funciona la economía”, porque es eludir el problema sin solución alguna, es como decir: “come de esta torta con veneno, no tiene mucho, no te matará, solo te enfermarás cada cierto tiempo, pero comiendo más torta se te quita. Es lo único que puedes hacer, porque no hay más nada que comer”; aquí el punto es que sí hay más tortas sin veneno, solo que no funcionales al poder político y aliados bancarios y no conocidos y/o aceptados por el mainstream económico —a quienes por lo general les falta lectura y viven metidos en cálculos matemáticos que nada explican de la realidad, por cierto—.

[8] Esto solo suponiendo que esa oferta solape a la depreciación del bolívar o que la demanda del bolívar se mantenga constante por un tiempo donde se inyectan dólares y desaparece el rezago cambiario. Si estos no son los casos, aun con la inyección de dólares vía crédito sustentado en los depósitos a la vista, habría subida de tasa de cambio, porque más rápido se desprecia el bolívar. Para comprender mejor a qué me refiero con este juego de oferta y demanda en un contexto donde hayan 2 o más monedas, invito a leer: Roymer Rivas. 2023. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio. Publicado en el portal de ContraPoder News, al cual puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 26 de enero de 2024).

[9] Hace tiempo leí a una miembro de CEDICE Libertad decir que el incremento de los precios en dólares se debe en parte a la inyección de dólares del Estado a través de la banca nacional, pero esto es un error. De hecho, paradójicamente, la inyección de dólares a la banca a disminuido el rezago y, por tanto, es el causante de que los precios en dólares no hayan subido más de lo que subieron. Esto se lo leí a la profesora Andrea Rondón, intenté encontrar la publicación en la red social “X”, pero me fue en vano. En todo caso, a eso aludo también en óp. Cit. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio., casi finalizando.

[10] Aquí yo se usa el término “Hiperinflación” para lo que realmente debe usarse, a saber, la multiplicidad de precios en una economía según su modo de pago, y no para lo que normalmente lo mal utilizan los economistas para definir una supuesta subida de precios “general” de la economía del 50% mensual.

En la mira: detener y encarcelar al narcofugitivo Maduro es un acto de justicia

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Hay que trabajar silenciosamente para detener y encarcelar al narcotraficante fugitivo Nicolás Maduro, recordemos que la DEA ofrece 15 millones de dólares de recompensa para quien colabore en llevar a cabo su arresto.

Esto no es conspiración ni golpe de Estado, eso se llama hacer un acto de justicia; Maduro y su cleptocracia socialista integrada por delincuentes convictos y confesos como Alex Saad y otros fugitivos de nombre Mata Figueroa, Diosdado Cabellos, Freddy Bernal, Rangel Silva y el resto de la banda de asesinos, narcotraficantes y terroristas miembros del PSUV deben ser detenidos y sometidos a la justicia.

Quienes nos sentimos venezolanos de raíces decentes y trabajadoras, es nuestra obligación trabajar sin descanso para detener y abatir a los delincuentes fugitivos de la justicia criminal internacional para que respondan por sus brutales crímenes de torturas, violaciones sexuales, tráfico de personas, armas y drogas, financiar a organizaciones terroristas como Hamás y fundar y financiar al grupo terrorista urbano venezolano solo comparable con la Maras de Centroamérica de nombre «Tren de Aragua», quienes operan como fuerza criminal desestabilizadoras en países como Ecuador, Chile, Colombia y ahora en EE. UU. bajo las ordenes de Maduro y su Ministro de la Defensa Padrino López.

Hay que ser bien sinvergüenza o cobarde para negarse a colaborar en la captura de Maduro y su Fiscal terrorista libanes Tarek William Saad, alias El Poeta, personaje tatuado de pocos valores morales, responsable de decenas de asesinatos de opositores del régimen cleptocratico socialista que está al servicio de las más crueles organizaciones terroristas internacionales. Por eso, y repito, trabajar y financiar la causa justa para encarcelar o abatir a los criminales fugitivos de la justicia internacional no es ningún delito, todo lo contrario, es un acto de valor y patriotismo que arropa a todos los ciudadanos investidos de autoridad o no, para luchar y ganar la guerra final en contra de este hamponato cívico militar que no solo ha saqueado la riqueza de la nación, sino que ha sometido al pueblo a la más cruel y marginal miseria para mantenerse a sangre y fuego en sus puestos de mandos para mantener secuestrados a 20 millones de habitantes. 

Y de pensar que toda esta pesadilla es culpa de los militares en Pantaletas maricas que prefieren acusar a sus compañeros de armas, que inspirse en el legado de Simón Bolívar se quieren sublevar al yugo del crimen organizado del PSUV de Tarek, Maduro y Diosdado para restituir el hilo democrático en Venezuela, honrando a nuestros próceres de 1812. Pero no, salen histéricas esas acusetas a la oficina del fiscal LGTB para delatar lo que pudo ser un acto de justicia convertido en un acto de traición.

Nicolás Maduro y el resto de sus camaradas fugitivos de la justicia criminal tienen que saber que las ganas e intenciones por detenerlos o abatirlos nunca van a cesar hasta lograrse los objetivos de devolverles la libertad a los venezolanos, aquí nadie se rinde, mucho menos se cansa, Venezuela es un país demasiado hermoso como para que sus hijos la abandonemos cuándo más nos necesita. Muera el hamponato cleptómano socialista del PSUV.

Vencidos, mientras tanto

Debo insistir en medio de la endémica desgracia de nuestra memoria cortoplacista.

El militar más mediocre en los anales de las Fuerzas Armadas desde que Gómez las creó hasta el sol de hoy, solo prestó su apellido para crear este sistema de exterminio para los venezolanos, tal cual como se acusa a Shakespeare de firmar a su nombre las obras de Edward de Vere.

Aquí no hay presunción que valga, Chávez no es el autor del chavismo. Esta desgracia muy maligna proviene de otras perversidades intelectuales. Sabemos quienes son.

El sistema ha probado ser implacablemente eficiente para afincarse en el poder, ya sabemos que ha ocurrido, se destruyó la institucionalidad esa que tanto costó a Venezuela, conseguida entre oscuridad y claridades, y que venía evolucionando a cojitrancas desde Gómez.

¿Cuál era el objetivo? Tomar el poder para siempre, y hacer lo que haya que hacer para mantenerse. Y lo han logrado.

Convertir las instituciones en un circo de apariencias donde al final es asegurar el manejo mafioso y el usufructo muy elitesco de lo que pertenece a todos los venezolanos, les siga inveteradamente enriqueciendo más allá del hartazgo.

Pero aún siendo un mascarón de apariencias la institucionalidad venezolana, la diplomacia internacional, y en específico la norteamericana, buscan siempre a ese funcionario titetere que rajándose declare en contra de la tiranía, desatando así eventos que no permitan la continuación de estabilidad blindada, provocando la caída de la dictadura.

Intentos han habido, por ejemplo se filtró a los medios los contactos del ministro de la defensa y el presidente del Tribunal Supremo, previo al circo que montaron Leopoldo López y Guaidó en la Carlota en Abril del 2019.

Se busca que la posición de los funcionarios contactados debilitará el régimen propiciando su caída. No ocurrió así.

Estas posibles salidas “intra-chavistas” para derribar el chavismo, se hacen imperativas cuando la oposición es incapaz de ser una opción tangible de poder, eso no vale ni la pena analizarlo, simplemente siempre ha sido así, recordemos a Carmona.

Esta es una dictadura que aplica las lecciones aprendidas para eternizarse, los tiranos se saben intrínsecamente débiles, la historia ha demostrado que tarde o temprano un gobierno que no cuenta con la aprobación y que por el contrario martiriza a sus ciudadanos no prosperará para siempre.

La designación de la nueva presidenta del TSJ venida de las filas más leales de la verdadera gobernante del país la Señora Flores, evidencia lo antes dicho, vienen causas solicitando la suspensión de habilitación política para la señora Machado y compañía que rechazar y unos eventuales resultados electorales fraudulentos que endorsar.

Mientras tanto gremios como Fedecamaras, partidos políticos, falsos opositores piden sin límites al pudor y asqueante descaro, el reconocimiento a la tiranía en un celestinaje pervertido y más allá de lo nauseabundo.

La liquidación de este horror pasa por la creación de un organismo supra territorial de autoridad que dirija el retorno de la democracia, la legalidad y el progreso.

Está en manos de los Venezolanos de buena voluntad. Esperamos por ellos.

Mi finanza personal vs el Estado: ¿Quién podrá defenderme?

«¿Desea llevar unas buenas finanzas personales? Estudie cómo lleva las finanzas el Estado y haga precisamente todo lo contrario.»

Autor

Por Roymer Rivas, analista financiero, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Desde hace algunos 100 años, el Estado, junto al sistema económico que se sustenta gracias a él —entiéndase: conjunto de instituciones que empujan a ver mejor el aumento del consumo presente a costa de la prosperidad futura, aunque no acepten esto último—, han llevado una guerra contante contra el ahorro, promoviendo la deuda y la inflación como cosas necesarias y/o características del sistema “capitalista” en un marco donde se busca el progreso de la sociedad, y hasta el momento ha ganado la batalla: suficiente con ver las actitudes que tienen las personas hacia el ahorro y el consumo para darse cuenta de ello. Empero, nada más alejado de la realidad y más dañino para la sociedad que esto. A diferencia de lo que piensan algunos, esta no es la panacea de la prosperidad; parecen no entender que la deuda y el consumo irresponsable que auspician no es la causa de que la mayor parte de la población saliera de la pobreza, sino que es todo lo contrario: el ahorro y la empresarialidad es lo más importante.

El sistema financiero mundial, sostenido en Dinero Fiat, es el único que ha inventado el ser humano que permite tener un saldo negativo en las cuentas y, aun así, poder seguir gastando como si no hubiese un mañana —algo de lo que salen más beneficiados los políticos y los banqueros que cualquier otro agente en la economía, vale destacar—. Esto es una aberración en todo sentido, dado que atenta contra principios básicos de finanzas y economía —las buenas finanzas y la buena economía—, a saber, que la inversión —y el gasto— es igual al ahorro[1].

¿Los perjudicados? Usted y yo, personas comunes que no tenemos —y si eres de los míos, ni queremos tener— ningún tipo de vínculo con el Estado y su sistema prebendario, pues vemos carcomerse nuestros ingresos reales[2]. En este marco, donde la deuda mundial es exorbitante, al punto en el que toda la población del planeta tendría que trabajar casi 4 años sin recibir siquiera 1$ para saldar con toda ella, cabe preguntarse: ¿Realmente necesito de la deuda para mejorar mi estilo de vida? Y ¿Cómo puedo protegerme de las decisiones del Estado y, más importante, la tendencia al consumo irresponsable? ¿Quién puede defendernos?

Lo primero es comprender que nadie va a venir en su ayuda, que la responsabilidad corre toda por su cuenta. Usted decide si seguir la ola en la que sumergió el Estado a la Sociedad en el último siglo o hace todo lo contrario. En este sentido, lleva la contraria a la dirección de la sociedad y el común de la gente, que tiene problemas financieros, simplemente evitando las deudas.

Las deudas esclavizan, son los grilletes de esclavitud del siglo XXI. En las finanzas personales. Esto no constituye una mera opinión ni depende de las circunstancias, es una verdad invariable, independientemente del contexto. Usted puede vivir pensando en qué pagará mañana o en cómo administrar mejor mis ingresos y el ahorro para aumentar la satisfacción en el futuro.

De hecho, esto dice mucho de su psicología en relación con el dinero; los niños tienden a apelar a la inmediatez, a querer todo hoy; los adolescentes, en buena medida marcado por el adjetivo anterior, tienden a apelar a la superficialidad; los adultos tienden a ser más responsables; pero el punto fuerte lo encontramos en los adultos mayores, esos si ahorran y pueden trasladar la satisfacción presente a un futuro más o menos lejano. El problema es que las actitudes de los miembros de la sociedad actual parecen ser más adolescentrica que adulta mayor; quiero todo hoy, sin importarme qué pase mañana; como va viniendo vamos viendo; mañana voy a morir, disfruto todo hoy; se me acabó el dinero, pero puedo pedir prestado y después veo como lo pago; se me acabó el dinero, pero lo disfruté al máximo, puedo aguantar unos días de hambre; o pensamientos similares; en suma, además de adolescentrico, son pensamientos y actitudes “estadocentricas”, así es como piensa el Estado, así actúan hoy los individuos.

¿Desea llevar unas buenas finanzas personales? Estudie cómo lleva las finanzas el Estado y haga precisamente todo lo contrario. El Estado gasta más de lo que ingresa; gastar menos de lo que ingresa. El Estado no ahorra y se endeuda; yo debo ahorrar y evitar las deudas. El Estado incentiva el consumo porque “es lo que sostiene la economía”; yo debo consumir responsablemente, dadas mis circunstancias, y dejar “que la economía se venga abajo”[3]. El Estado inyecta dinero para “estimular o engrasar los engranajes de la economía”; yo tomo ese dinero y, después de salir de gastos varios, lo rechazo invirtiendo, porque prefiero otra cosa al dinero y porque sé que mañana eso no valdrá nada.

Además, como no siempre puedo escapar de las acciones del Estado, porque extiende sus tentáculos ahorcadores por todo el corpus social, yo estudio las leyes tributarias de mi zona para tratar en lo posible de pagar menos impuestos; comprendo más o menos cómo afectan las decisiones del Banco Central en el campo monetario y financiero para protegerme de sus ineludibles consecuencias; pero sobre todo, cultivo buenos hábitos de ahorro e inversión para oponerme por completo al sistema y al Estado y conseguir frutos en el largo plazo.


[1] Puede que usted piense: “pero puedo gastar más hoy con deuda, así que no siempre la inversión más el gasto es igual al ahorro”, pero esta premisa no considera que usted está trasladando el ahorro presente hacia el futuro, pues, aunque consume más hoy, en el futuro tendrá que consumir menos —ahorro— para cancelar su deuda. Ergo, la premisa se mantiene: inversión es igual al ahorro. De hecho, el sistema financiero actual no sigue esta premisa, y por ello es que llegan los ciclos de auge y recesión, donde cosas que durante un tiempo parecían rentables resultaron no serlo.

[2] Para quien no lo sabe, en economía y finanzas se manejan los términos: ingreso nominal e ingreso real. En resumen, cuando se habla de “ingreso nominal” se hace referencia a la cuantía en monedas, mientras que el “ingreso real” hace referencia a la cantidad de cosas que se puede comprar con esa cuantía. Puede que durante 12 años usted haya ganado 1000$ —ingreso nominal—, pero en el mes 12 se encuentra con que compra menos cosas que en el mes 1 —ingreso real— gracias a los efectos de la inflación, que corroe el poder adquisitivo de su dinero. En este escenario, si su modo de vida se mantiene igual, se dificulta mantenerlo en el tiempo.

[3] Aclaro, es sarcasmo. En realidad, es precisamente el ahorro y las bajas deudas lo que permite que la economía progrese. Ergo, todo aquel que ahorre no solo toma una decisión que le beneficia a nivel personal, sino que es un benefactor social fundamental. Usted puede producir y consumir 28 huevos a la semana sin recibir nada más, o menos, o puede consumir 21 durante un tiempo, vender el restante —ahorro— y, con el dinero recaudado —ahorro—, aumentar la producción de huevos, de forma que en el futuro pueda consumir 35. ¿No beneficia a toda la economía con eso? Por supuesto que sí.

Circunstancia perfecta: el mercado no tiene fallas

«El lenguaje no sólo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla. Nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos afecta tremendamente a nuestra manera de relacionarnos con el mundo«

Mario Alonso Puig

Por Roymer A. Rivas B., coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y Teórico del Creativismo Filosófico.

Son muchos los liberales a los que he escuchado hacerse con el concepto de “fallas de mercado”, dejando de lado mi circulo cercano y dirigiendo el foco a personalidades más o menos conocidas en los medios, en la actualidad he escuchado a Axel Kaiser y Juan Ramón Rallo aceptar que sí hay fallas de mercado, pero estimo que esto es un error garrafal que debe ser corregido, en aras de utilizar un mejor lenguaje para defender las ideas de la libertad como marco para sostener una sociedad más feraz sostenida en el tiempo. Entiendo perfectamente a lo que se refieren algunos liberales cuando hablan de las supuestas “fallas del mercado” y que en este marco no se aventuran a defender la intervención estatal, pero aceptar que “el mercado tiene fallas” lleva a problemas filosóficos más profundos que en el fondo terminan por dar estocada de muerte a las ideas que dicen defender. Esto va de lenguaje atinado, no de conceptos abstractos que se pueden prestar a interpretaciones varias, sin importar las contradicciones. En este sentido, tengo que decir que aquellos que afirman que “el mercado tiene fallas”, por muy razonables que parezca la posición, simplemente se equivocan —o por lo menos así se me presentan las cosas—, y aquí pretendo corregir tales posturas —aquel que no esté de acuerdo invito a aventurarse en refutar lo aquí expresado—. Empero, es necesario empezar optimizando conceptos.

¿Qué es el Human, en tanto Human?

A lo largo de la historia de la humanidad, la pregunta “¿Qué es el hombre?” ha sido fuente de infinidad de textos filosóficos: “el hombre es un animal o ser…: [inserte el que más le guste de los siguientes: sintiente; político; social; pensante; gregario; que sonríe; transcendente; que trabaja; que razona; que puede querer; o cualquiera otra tontería que quiera agregar”. Lo cierto es que desde el filósofo o pensador más grande hasta el más pequeño —en cuanto a incidencia en la historia de las ideas— han errado en sus definiciones en la medida en que definen al human en cuanto a su actuar, a lo que hace o puede hacer, o en cuanto a lo que constituye su biología o cualquier idea abstracta de la mente, y no por definirlo en tanto human, por lo que es y no por lo que hace o tiene. Ergo, es una pregunta que ha producido muchos textos y no tiene respuesta alguna.

Dado el contexto, desde el Creativismo Filosófico hemos intentado corregir estos errores y sostenemos que el human es un sistema que, como todo sistema, se sostiene en un conjunto de subsistemas que, como un todo, en última instancia le llevan a decidir, dadas las circunstancias. El cuerpo, la mente, el medio externo, y todos los elementos y subsistemas —que también son sistemas en sí mismos— que allí convergen existe y desemboca en que el Human pueda elegir por sí mismo. En todo este proceso, el Human actúa, pues se encuentra en constante relación con el entorno —interno y externo—, una relación que cobra valor gracias a que el Human es capaz de aprehender el mismo y asignar valores y significados en su acción.

En este feedback de “Human-Mundo” —nuevamente, cada uno es un sistema en sí mismo—, resulta que la relación más rica es la “human-human”, ya que esa interacción entre iguales permite —de alguna manera no articulable del todo— crear información infinita para aprehender mejor el entorno y, en el camino, dar solución a los “problemas” que se presenten. Por ello, las relaciones entre Humans encuentran un sustrato en su naturaleza, pero no definen su naturaleza per sé; es decir, la relación Human-Human, que constituye parte de una relación más grande a la que definimos “Human-Mundo”, es resultado o producto de la naturaleza humana —un “por naturaleza”, para usar una expresión aristotélica—, pero no “es” la naturaleza humana. En este marco, decir: “la naturaleza del human es que es un ser político, social, etc.” es incorrecto, porque tales cosas surgen o se manifiestan cuando el Human se relaciona con su entorno. La política, la sociedad, el lenguaje, entre otros, solo cobran razón, valor y sentido porque el human existe y se relaciona con su entorno, y en esa relación asigna valores y significados, en un proceso donde aprehende el mismo entorno.

Ahora bien, ¿A qué viene esta breve introducción de la concepción del Human? Pues, que comprender mejor al Human nos permite comprender mejor todo lo que se sustenta en él y/o aquello de lo que forma parte, —y, ¡Vaya! Casualidad— entre ellos se encuentra: El Mercado.

¿Qué es el Mercado?

Algunos, en mayor o menor grado, tienden a concordar con esta definición: “el mercado es una institución económica en la que se encuentran dos partes —o más— y se produce un intercambio de bien o servicio”. Pero esta concepción del mercado es burda, limita al mismo a un mero intercambio de “bienes y/o servicios”, cuando en realidad “en el” mercado se intercambian todo tipo de cosas: bienes, servicios, principios, valores, ideas, información, conocimiento, y pare usted de contar. El mercado no es una institución, es una circunstancia, un sistema que sostiene sistemas; y como todo sistema, se encuentra marcado por procesos, pero en el caso del mercado —como en el de la sociedad y sus elementos— es un proceso que sostiene procesos.

Ahora bien, cuando comúnmente se habla de “mercado”, las personas tienden a vincularlo a los procesos que ocurren “en el” mercado, de allí el énfasis anterior en esta expresión, porque una cosa es el mercado, que es circunstancia, sistema y proceso, y otra cosa son los procesos que se sostienen en el mercado. A eso que las personas llaman “procesos de mercado” no son más que “procesos en el mercado”, que no es lo mismo. Esto puede sonar a tautología, pero el impacto filosófico es más profundo de lo que parece. Y para muestra un botón: cuando se habla de “las fallas de mercado” en realidad se refieren a errores que cometen los Humans en su día a día, interrelacionándose, que son acciones que ocurren “en el mercado”, no “acciones del mercado”.

Con esto en mente, se puede decir que el mercado, como sistema —que es lo que es, no puede ser otra cosa—, es una circunstancia que sostiene los procesos de interacción entre Humans y por tanto, es perfecto. Esto no quiere decir que no tenga limites, toda cosa —lo que existe— tiene límites —incluyendo Dios—. Que algo sea perfecto va en función de su naturaleza, no en lo que puede o no hacer. El mercado no actúa, no piensa, es mera circunstancia, realidad que enmarca la existencia del human. Aquellos que sostienen que los seres humans son imperfectos y, como tal, todo sistema que se sustente allí es imperfecto, para luego decir que “el mercado tiene fallas” —enmarcado en el lenguaje del mainstream teórico de los economistas—, no se dan cuenta que están mezclando dos conceptos que simplemente no se mezclan, sino que se relacionan. Suman peras y bananas y lo hacen pasar por manzana a precio de duraznos. Que el Human cometa errores no significa que el mercado tenga fallas, porque el mercado es el marco que surge y cobra valor y sentido en tanto y en cuanto los seres Humans se relacionen y, además, en tanto circunstancia regulatoria, enmarca con sus leyes esas interacciones. En palabras más simples, el mercado es la realidad en la que se encuentra sumergido el individuo cuando se relaciona con otros individuos, que le permite a este, por ensayo y error, coordinarse y aumentar la probabilidad de éxito en la consecución de fines.

Por ello, Rallo se equivoca cuando dice que hay “fallas del mercado” entendidas como “descoordinación”, porque esa descoordinación no es del mercado, es de los actores que se encuentran sumergidos en una realidad llamada mercado, que a su vez es lo que les permitió descubrir dicha descoordinación y el que les brinda el marco en el que posiblemente encuentren solución al problema.

Los problemas de decir que sí hay “fallas de mercado”

Si aceptamos que el mercado —que es un circunstancia-sistema que se sostiene en instituciones evolutivas como la propiedad, la moral, el derecho, el dinero, entre otros[1]— tiene fallas, tendría que terminar por aceptar que todos los eslabones, instituciones, principios, etc., donde se sostiene el mismo son espurios, por lo que el mercado no solo es un sistema con fallas, sino que es un sistema fallido, porque sería aquella circunstancia espuria que enmarca las acciones del Human que tiende a cometer errores. No estaríamos ante meros errores del Human, sino del sistema con fallas donde comete errores el Human. En este escenario habría que preguntarse: ¿Comete errores el Human porque esta condenado a ello o porque la realidad en la que se encuentra sumergido —mercado—, al tener fallas, le hace incurrir en fallas? Muchos problemas podríamos encontrar allí, que pueden servir para que liberticidas argumenten contra el mercado. Esto se evita si aceptamos que el mercado no tiene fallas, sino que es la circunstancia donde se descubren las descoordinaciones —fallas, desde la concepción de Rallo— y sus soluciones.

Problemas exógenos al mercado, que afectan al mercado

Ahora bien, he dicho anteriormente que el hecho de que el mercado sea perfecto no quiere decir que no tenga limites ni que los procesos que se sustenten en él no yerren. También, aclaré que el mercado en tanto circunstancia se encuentra en proceso de retroalimentación con los procesos que se sustentan en él —ver nota al pie—, por lo que puede darse el caso de que lleguen sistemas, estructuras o instituciones que la perviertan. Un ejemplo de esto es el Estado. Cuando se coacciona al human, el proceso de información se tergiversa, haciendo que los procesos de cálculos, ensayos y errores que se sostienen en el mercado no tiendan a buscar la mejor solución a los problemas que se presentan, sino que se opta por rangos menores de satisfacción —o en casos extremos, la supervivencia—. Pero esto no quiere decir que el mercado pase de ser perfecto a imperfecto, sigue siendo perfecto, solo que esa perfección no se manifiesta o no se aprovecha del todo por culpa de aquello que la suprime.

Alguno podría pensar: “pero el mercado tiene fallas entonces, en tanto y en cuento no puede corregir por si solo aquello que la amenaza”, pero tal afirmación tiene el mismo grado de error que afirmar que “el árbol de manzanas tiene fallas porque no puede corregir que alguien le corte su suministro de agua para obtener nutrientes y ser fructífero”. El mercado en tanto sistema también depende de otros sistemas, todo está relacionado, en este situación, la solución no debe ser que “el mercado solucione” sino que las personas comiencen a demandar a aquellos que cortan el flujo de agua al manzano, demandar que se respeten los principios que permiten aprovechar mejor el mercado.

Excurso breve para los creyentes: Dios, Human y el Mercado

Si Dios creó al Human en tanto Human a su imagen y semejanza (Génesis 1:26, 27), siendo todo lo demás perfecto, entonces todo lo que se sustente allí es perfecto: la relación Human-Mundo —donde se encuentra el mercado, sociedad, y todo lo que allí converge—. Si Dios dotó al Human de las facultades que nos caracterizan, entonces debió prever todo el sistema que se sustentaría y surgiría gracias a estas facultades. Además, como debió prever tales sistemas, estos debieron haber sido perfectos, porque (i) de algo perfecto no pueden surgir cosas imperfectas (Mateo 7:17-19) y, por consiguiente, (ii) en caso de haber previsto fallas en su creación y no corregirlo, en este escenario decir “todo es bueno” (1 Timoteo 4:4) no hablaría muy bien de Dios, o por lo menos no de su concepción de lo que es “bueno”. Aquellos cristianos que sostengan que el human es malo por naturaleza y que el mercado tiene fallas, estarían por extensión diciendo que Dios es perverso y que incurre en fallas, lo cual es una contradicción flagrante con la creencia de que “Dios es perfecto” y “todo lo que creó es perfecto” pues “es inmutable, incorruptible, todopoderoso, etc.” Entonces, o Dios no es lo que los cristianos sostienen, o el Human y sus circunstancias existenciales no es lo que creen, o tanto la concepción de Dios como la del Human son erradas.


[1] Algunos, apegándose a lo aquí expresado, podrían pensar que tales instituciones no sostienen al mercado, sino que “son el mercado”, y en cierto sentido lo es, si vemos que cada una es un eslabón que forma parte del “proceso de mercado en tanto circunstancia”. Pero el punto es comprender que la realidad que converge en el Human se encuentra en constante feedback, en un vaivén, por lo que aquello que con el tiempo comienza a surgir “gracias al mercado”, también termina enmarcando el mismo, es un proceso de retroalimentación constante de inputs y outputs de información. La realidad es un sistema, pero uno aprehensible por el Human, en consecuencia, en última instancia es información.