La tecnología al servicio de la ética: un escudo digital contra la corrupción

«… es necesario recordar que es la libertad la condición que permite al ser humano desarrollarse plenamente en sociedad y que Blockchain puede ser —y está siendo— implementado para dar mayor control de asuntos privados a los individuos y restar poder al Estado»

Autor

Por Roymer Rivas, Coordinador Local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Vivimos en una época donde, en mayor o menor medida, la corrupción es tema de conversación de todos los días, ya que es un fenómeno que se manifiesta en varios campos de acción de los individuos en sociedad, un mal generalizado que desde tiempos inmemorables ha representado un problema a corregir en la sociedad; ya desde el antiguo Egipto, por ejemplo, se tienen los primeros registros de que la corrupción causaba estragos; en la época del gobierno del Faraón Horemheb (1323/1-1295/4 a. C), este fenómeno “debió convertirse en un problema importante dentro del aparato judicial”[1] al punto de que en documentos importantes se trataran de corregir los abusos que habían sufrido los ciudadanos por parte de los funcionarios públicos[2]; si bien, luego de este periodo se desatarían muchos escándalos de corrupción que quedarían grabados en los libros de historia[3].

No obstante, se pueden encontrar registros de actos corruptos desde antes; rastreando hasta la antigua Mesopotamia, por ejemplo, Carlos Alberto Brioschi cuenta que “en el año 1500 a.C., establecer un trato económico con un poderoso no era distinto de otras transacciones sociales y comerciales y era una vía reconocida para establecer relaciones pacíficas”[4], y así podemos pasar por Roma, toda Europa, Asia, y demás países en el mundo en distintas etapas de la historia —incluso en la Biblia se ven actos de corrupción y se condena[5]—. Esto ilustra que la corrupción corre en paralelo con el ser humano en su historia; no obstante, es necesario aclarar que esto no se debe a que la especie humana esté conformada por seres perversos desde su nacimiento, inclinado siempre hacia el mal, sino porque, dadas las circunstancias, después de un cálculo subjetivo, decide qué acciones emprender que aumentarán sus probabilidades de éxito para alcanzar su objetivo, y si estima que el acto corrupto es lo que le servirá —y está dispuesto a asumir los riesgos que eso implica—, lo hará[6]. Por ello, no es tanto un asunto del ser humano per sé, sino de las circunstancias y los incentivos que el mismo crea al momento de tomar una decisión.

De esto se desprende que, si se quiere luchar contra la corrupción, que no es más que la alteración del proceso establecido, del deber ser, se deben modificar las circunstancias creando un marco institucional lo suficientemente fuerte como para generar una tendencia contraria —contrapeso— a las causas que dieron fuerza a las personas para que incurrieran en actos corruptos[7]. Empero, llegados a este punto surge una pregunta: ¿Cómo se puede crear ese marco institucional que servirá de contrapeso en la sociedad para que disminuyan los casos de corrupción? A priori, quien pretenda responder la pregunta debe reconocer que se necesita tiempo, pues uno de los elementos que conforman la esencia de las instituciones sociales es el tiempo prolongado en el que ciertas conductas comienzan a repetirse hasta calar en todo el corpus de la sociedad y enmarcar las acciones que llevan a cabo sus actores[8].

Ahora bien, también es cierto que en esta era digital y de información, la tecnología avanza demasiado rápido y, junto con ella, la cultura de la sociedad[9], por lo que estimo que la misma puede aprovecharse para acortar el tiempo de espera en la reinstitucionalización del sistema y, lo que es mejor, sin ningún tipo de coacción, pues hoy día los jóvenes —que son quienes determinarán las instituciones del mañana— adoptan la tecnología como parte de sí, al punto de que se convierten en marcadores de tendencia dentro de esta sociedad dominada por la tecnología de la información y la comunicación, de manera que representan un potencial “experimento de cambio social”[10].

Por ello, la tecnología, más que presentarse como una herramienta capaz de prevenir la corrupción, es útil para revolucionar la administración pública y mejorar su eficiencia, que es una de los escenarios donde el fenómeno se presenta con mayor frecuencia[11]. Si bien, también surge la pregunta: ¿Cómo ayuda la tecnología a mejorar la eficiencia? Y la respuesta es simple: (i) automatiza los procesos y, por tanto, disminuye la cantidad de manos porosas por las que generalmente pasan los recursos; (ii) puede ayudar a digitalizar los servicios, que unido a lo primero repercute en menos tiempo de trabajo y mayor acceso de la ciudadanía —que les ayudaría a auditar el mismo—; (iii) se optimizan los sistemas y la rendición de cuentas. Estas tres cosas juntas sin duda contribuyen a minimizar las oportunidades de malversar fondos en la provisión de beneficios sociales, licitaciones públicas o inversiones en infraestructura, por lo que (iv) otro beneficio sería respetar los derechos de cada ciudadano[12]. En este escenario, una de las tecnologías que está dando mucho de qué hablar —para bien— y puede servir en la lucha contra la corrupción es nada más y nada menos que Blockchain. Veamos de qué se trata y cómo puede usarse para crear instituciones más sólidas en busca de una mejor sociedad.

Blockchain definido

Blockchain o “cadena de bloques” —en español—, se dio a conocer por ser la tecnología detrás de las criptomonedas, siendo la más conocida de estas el Bitcoin (BTC). Esto ha llevado a que muchos piensen que su única función es soportar las transacciones de las monedas digitales, pero se equivocan en gran manera, las criptomonedas son solo la punta del Iceberg, esta tecnología es mucho más que eso.

En principio, como su nombre lo indica, Blockchain es una “cadena de bloques” de información descentralizada y de acceso público. Algunos dicen que es una especie de libro contable digital que se reparte entre todos los miembros de la comunidad que la usan, pero esta concepción es limitada, pues parece restringir su aplicación solo al ámbito financiero-comercial, y lo cierto es que, al fungir como “un registro de información”, puede servir para campos más allá de lo comercial, como el jurídico, por ejemplo[13]. Por ello, prefiero decir que Blockchain, más que un libro contable, es una especie de libro de datos digital donde quedan registradas las transacciones que se realicen con ella, independientemente de cuales sean. ¿Cómo funciona Blockchain?

Blockchain, funcionamiento y características

Groso modo, cada transacción, dato o conjunto de datos de registra en un “bloque”, una vez lleno de información, éste bloque se conecta a la cadena de bloques que le precedieron, generando una cadena. Cabe mencionar que cada bloque genera un código irrepetible —conocido como hash— que le identifica y que le permite conectar con el siguiente bloque, por lo que uno de los datos que almacena un bloque es el hash del bloque anterior —para poder conectarse a él, es el punto de entrada— y el hash que le identifica a sí mismo —que será el punto de conexión para nuevos bloques—[14]. El hash es al bloque lo que la huella digital es al ser humano. De esta manera, la integridad de los datos es salvaguardada y se evitan transacciones fraudulentas que puedan alterar su estabilidad y veracidad.

Además, como ya se mencionó, los datos de la cadena están repartidos entre todos los “centros” o “nodos” que se encuentran trabajando en la red, lo cual se traduce en que la verificación de los datos que se están almacenando y los ya almacenados se verifican por consenso colectivo, un proceso que sigue una serie de reglas que los participantes deben cumplir para participar en el consentimiento[15]. Así, también, los bloques se registran cuando la mayoría verifica la información —al mínimo error, se reinicia el proceso y ambos bloques, tanto el veraz como el alterado, se registran en la red pública de transacciones, por lo cual queda registro del intento de alteración de datos o, si gusta más, corrupción—.

De allí que las características de Blockchain sean: (i) descentralización, porque no hay un solo órgano director recibiendo, almacenando, verificando y enviando datos; (ii) inmutabilidad, porque es extremadamente difícil, por no decir imposible, que estos datos puedan alterarse en beneficio de algunos y detrimento de otros; (iii) inclusividad, ya que cualquiera puede ingresar a la cadena de bloques, independientemente de su sexo, religión, ideas políticas, entre otros; (iv) transparencia, porque cualquier cambio en la red será registrado y puesto al servicio del público; y (iv) consenso, porque todos los miembros de la red participan activamente en los procesos de la misma. Ergo, Blockchain potencia la transparencia y la participación ciudadana en procesos que hasta ahora se caracterizan por estar llenos de regulaciones complejas y trámites engorrosos que dan paso a abusos de poder y sobornos, y éstos —transparencia e integración del ciudadano— son dos elementos claves para forjar instituciones sólidas en la sociedad[16].

Blockchain y sus ventajas en la lucha contra la corrupción

Habiendo explicado lo anterior, se puede observar que Blockchain cumple con todas las características que enmarcan las buenas acciones en la lucha contra la corrupción, al mismo tiempo que daría paso al aumento de la confianza en las acciones que realiza el Estado, la seguridad y la eficiencia. El impacto, de hecho, se extiende en todos los niveles de la sociedad, eliminando las brechas que separan a los funcionarios públicos —sobre todo con quienes están en la cúpula— y el ciudadano común. Tan solo piense en lo siguiente: si vemos todo el proceso del fenómeno de la corrupción como algo que está presente en una cadena de suministros, donde en principio solo los “encargados” saben qué pasa, Blockchain llega para transformarlo y eliminar los intermediarios y los encargados, automatizando el proceso y, de facto, eliminando la posibilidad de malversar fondos o alterar los datos —corrupción—, mejorando su eficiencia, independientemente de qué y cómo sea lo que se “fabrica” en esa cadena de suministros.

De este modo, todos serían capaces de participar activamente en la cadena, conociendo qué se hace con el producto —datos, dinero u otros recursos—, cómo se hace, donde, cuando y por qué —auditoria ciudadana—; alterando un poco la frase del cofundador de la red de Ethereum, Vitalik Buterin, “mientras que la mayoría de las tecnologías tienden a automatizar a los trabajadores de la periferia haciendo tareas domésticas, el Blockchain automatiza el centro. En lugar de dejar al ciudadano sin trabajo, el Blockchain deja a los encargados de administrar los fondos sin trabajo y permite a los ciudadanos trabajar y hacer seguimiento directo a los recursos”[17].

Con esto en mente, podemos ahora responder la siguiente pregunta: ¿Cómo puede ayudar Blockchain en la práctica, con hechos, a prevenir y luchar contra la corrupción?

Blockchain: propuestas para un mundo con menos corrupción

Las posibilidades del uso de Blockchain en el ámbito público y privado están solo limitadas por la imaginación del ser humano; por ello, lo siguiente son solo ideas generales que pueden servir de guía para el desarrollo de programas fundamentados en Blockchain en busca de ser implementas en la lucha contra la corrupción:

  • Existe la posibilidad de que el sistema de gastos se ejecute a través de Smart Contracts[18] o “contratos inteligentes” —en español—, así se automatizan los pagos del sector público en ciertas áreas si se cumplen ciertos parámetros establecidos. Un ejemplo puede ser a la hora de cancelar la nómina: los funcionarios podrían completar su trabajo, registrar su tiempo y cobrar automáticamente mediante una función de contrato inteligente si su trabajo supera un control de calidad predeterminado. También, en caso de que se necesite bajar recursos a algún funcionario, por razones cuales sean, se pueden establecer ciertos parámetros a cumplir para que estos recursos puedan desbloquearse y ser entregados a quien corresponda —algo que quedará registrado y se podrá hacer seguimiento del funcionario—. Todo esto puede servir para gestionar las prestaciones de planes sociales.
  • El Estado podría verificar las identidades del funcionario o demás agentes con los que realice transacciones y realizar un seguimiento de estos registros, así también los ciudadanos pueden hacer seguimiento de proveedores, compromisos y transacciones financieras, como de los calendarios y los resultados obtenidos.
  • Todos los registros públicos, en cuanto a identidad y títulos de propiedad —así como las transacciones que se realicen en base a ello— pueden gestionarse en la base de datos de la Blockchain, eliminando la intervención humana y empoderando a los usuarios en el uso de algo tan valioso como es la identidad y sus pertenencias.
  • Si bien, la corrupción no solo abarca lo financiero, también repercute en otras áreas, como las elecciones. Por ello, se puede desarrollar con Blockchain un sistema en el que la identidad del usuario represente un voto —suponiendo el principio de un ciudadano un voto— y éstos puedan elegir un gobernante. Esto tiene como ventaja de hacer el proceso más confiable y que los datos serán publicados en tiempo real —se eliminaría toda la maquinaria que se usa hoy día para votar y se ahorrarían todos los recursos que ello implica—.
  • Con un sistema de gestión de identidades en Blockchain, se eliminaría toda la maquinaria y burocracia a la hora de poder validar identidades, dando más poder al ciudadano.
  • Podría crearse una aplicación (APP) donde cada persona publique en tiempo real hechos de corrupción. Si bien los actos corruptos tienden a pasar en escenarios donde nadie ve, esto incentiva la participación ciudadana y podría agilizar el proceso policial.
  • Y así se puede seguir con muchas cosas más.

Cabe destacar que para acceder a todo esto solo se necesitaría una app y acceso a internet[19], y quien lo tenga puede hacer seguimiento las 24 horas del día de lo que sucede en la red. Ahora bien, lo mejor de todo esto es que no solo es imaginación, pues ya hay casos en la vida real donde se ha implementado esta tecnología para agilizar procesos administrativos y, con ello, evitar casos de corrupción. Si bien, lo bueno de todo esto es que no es mera imaginación, pues son cosas que en mayor o menor medida se han implementado, o a eso apuntan, diversos países.

Blockchain anticorrupción: casos de la vida real

Entre los casos donde se ha implementado la tecnología Blockchain en la administración pública podemos encontrar a Suecia, donde se creó un modelo de registros “con el cual se reducen los tiempos para los tramites”, y fue tan bueno que termino exportándose a Honduras y Georgia[20]. También, en este último país se ha ejecutado un proyecto con Blockchain para validar los documentos gubernamentales relacionados con propiedades y transacciones, llegando a registrar más de 100 mil documentos en el año 2017[21].

A esto se suma que, en el año 2014, la candidata presidencial Marina Silva utilizó la tecnología Blockchain durante su campaña con el que podía identificar y rastrear las donaciones que le hacían a la misma, garantizando transparencia en el proceso[22]; y que la bolsa de Santiago de Chile implementó Smart Contrats y Blockchain en sus servicios[23], además de que el gobierno de país comenzó a registrar y dar seguimiento a las transacciones del sector energético con la misma tecnología[24].

En esta línea, otros países están en proceso de aprovechar esta tecnología en sus procesos; por ejemplo, La Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha usado un conjunto de herramientas para recopilar información para sistemas de identidad destinados a brindar acceso a asistencia a los refugiados en un sistema que llaman “PRIME”, que cubre toda la cadena de servicios requeridos hasta que se hace efectivo. También, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) incluyó la parte de identificación de este proyecto para otro proyecto llamado WFP Building Blocks, que atiende refugiados en Jordania, todo por medio de Blockchain. Lo mejor de todo es que el programa logró ahorrar “cerca de mil millones de dólares en comisiones que antes pagaba a compañías de tarjetas de crédito por transferencia de efectivo en cajeros automáticos. Además, el PMA ahora tiene un registro de cada transacción, aunque no vinculado a cada persona.” Este proyecto ya superó la fase piloto y sirve para atender a más de 100.000 refugiados en Jordania[25].

En lo que respecta al voto y las elecciones, en el Estado de Virginia, EE. UU., Blockchain se usó en las elecciones primarias y generales del año 2018, si bien la aplicación fue parcial, puesto que solo se realizó con 150 personas en el extranjero, es una muestra de que puede usarse en estos procesos. Cuando entrevistaron al secretario de estado de Virginia Occidental, Mac Warner, sobre esta medida, comentó: “Blockchain se está utilizando en todo, desde la atención médica hasta el transporte. Esto no es moda, es la ola del futuro”[26]. De hecho, en el año 2021, dos ingenieros informáticos venezolanos decidieron hacer una aplicación fundamentada en Blockchain para su trabajo de grado para la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y que podría ser usada en la gestión de registros y procesos electorales, sin embargo, los estudiantes no pudieron realizar pruebas piloto en la universidad por culpa del aparato burocrático[27].

Cabe destacar que estos son solo algunos ejemplos de aplicación de la tecnología Blockchain en procesos administrativos, especialmente públicos, de los varios que podemos encontrar en el mundo, ya implementados o en proceso de estudio e implementación. En suma, la tecnología Blockchain cuenta con las características suficientes para evitar actos de corrupción y brindar mayor confianza a los ciudadanos, fortaleciendo en el proceso las instituciones del país[28].

Blockchain anticorrupción: ítems para construir una solución

Básicamente, Blockchain es útil en casos donde se requiera la descentralización y registro de información, para su consecuente auditoria, dado su carácter de transparencia, consenso y validación. No obstante, es necesario destacar que este tipo de tecnología no es una solución por sí misma, sino una herramienta que requiere de un plan estratégico que aborde correctamente el problema o la necesidad del proyecto. Por ello, es necesario responder las siguientes preguntas: (i) ¿Cuál es el problema a resolver? —en el marco de la corrupción y procesos que requieran transparencia—; (ii) ¿Quiénes son o serán los participantes?; (iii) ¿Cuáles serán los valores o activos que se intercambiarán o validarán?; y (iv) ¿Cuál es el presupuesto?

Es importante tener los objetivos claros, pues es donde se enmarcarán las acciones siguientes en busca de dar solución a los problemas, aprovechando la tecnología. Para utilizar Blockchain, hay que saber para qué será usado para luego definir cómo usarlo. Como bien dice una frase: “para el barco que no sabe hacia donde va, no hay viento favorable”. Comprender el escenario actual, sus problemas y participantes es lo que permitirá establecerse metas en este sentido.

Con respecto a los participantes, lo anterior ayudará a definir las reglas que regirán el sistema, pues el mismo es tan eficiente como sus reglas lo sean. Blockchain no hará que las personas dejen de ser corruptas per sé, sino que servirá de marco regulatorio institucional, cuanto más sea usado y más eficiente su fundamento, que servirá de contrapeso a la tendencia de cometer actos corruptos. Tener claro quiénes son los participantes es lo que permitirá si habrá intermediarios o no —y cuál es el marco de acción en caso de que sí los haya— y qué función o rol cumplirá cada uno. De hecho, cabe recordar que, si se quiere utilizar Blockchain por motivos de transparencia, se puede aprovechar para hacer partícipe a los ciudadanos en el historial de transacciones, en ciertas validaciones y en su seguimiento.

La cantidad de participantes, que no necesariamente tienen que ser personas naturales, sino jurídicas, determinará también la cantidad de nodos y la complejidad del sistema en la realización de sus procesos. En este sentido, destaco el ejemplo usado en un texto publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo en interés de “desarrollar confianza en entornos complejos”, como lo es Venezuela, “para generar valor de impacto social” a través de Blockchain:

“… para una red de registro de vehículos en un país determinado podría ser que el gobierno, la agencia tributaria, las aseguradoras y las grandes empresas de compra/venta de vehículos fuese nodos de la red. Por otro lado, cada ciudadano accedería a través de la interfaz web proporcionada para dicho propósito y tendría acceso a la ficha técnica de su vehículo sin necesidad de ser un nodo. A la hora de realizar una compra/venta, comprador y vendedor informarían al sistema vía página web y la transacción sería validada por la aseguradora —verificando que todo estaba en regla con respecto a pagos del seguro—, la agencia tributaria —tomando nota de los impuestos y verificando igualmente que no hay insolvencia o deudas por ninguna de las partes— y el ministerio correspondiente —que daría el visto bueno y tomaría nota para sus propios registros—.”[29]

Este mismo estudio indica que “cuanto más diferentes sean los participantes de la red, más complejos habrán de ser los consensos y más variadas serán las transacciones, y ahí es donde Blockchain puede ayudar. Cada organización podrá desempeñar un papel distinto y a la vez importante para el sistema.”[30]

Por su parte, la definición de las cosas que se intercambiarán y/o validaran también definirá cómo desarrollar e implementar el sistema. Esto puede ir desde un voto, alguna cantidad de recursos públicos en valor monetario, hasta algún documento de título de propiedad —que se almacenará y transferirá en forma de datos, digita, no físico—.

A modo de ejemplo, imagine que el gobierno de Venezuela quiera importar algún medicamento de Cuba que requiere de no perder la cadena de frio y, además, se exige que sean de una marca en específico. En aras de cumplir con esto, se realiza un control de temperatura cada 30 minutos en el contenedor donde viajan los medicamentos. Si al momento de llegar el cargamento cumple con todas las características, el gobierno venezolano realizará el pago correspondiente a la empresa cubana. En este ejemplo, los participantes son: (i) exportadora cubana, (ii) gobierno venezolano, (iii) intermediario financiero —Banco—, (iv) dispositivo de temperatura que envía información periódica sobre el estado del contenedor, (v) entidad encargada de certificar que el cargamento es de una sola marca, (vi) entidad que audite todo el proceso; el valor es: (a) certificación de mercancía, (b) historial de temperatura; y la transacción es: notificación de (1) envío de cargamento, (2) deposito de pago, (3) certificaciones varias del proceso, (4) medidas de temperatura periódicas, (5) recibo de cargamento, y (6) notificación del pago realizado.

Este proceso tendría lugar gracias a un Smart Contract con el que estén de acuerdo las partes involucradas para que el mismo pueda ejecutar las ordenes de forma automática. En este escenario, todos los participantes tendrían el trabajo manual de notificar al sistema Blockchain de todas las certificaciones de envío, recibimiento y demás cosas que le competen a este ejemplo —en el caso del dispositivo de temperatura, lo ideal es que envíe la información automáticamente a la Blockchain—[31]. Para este tipo de casos, el ciudadano solo tendría acceso a “ver” cómo ha sido el proceso, pero sin incidir en él directamente —o puede hacerlo en caso de que así se programe con, por ejemplo, la validación del dato de temperatura del cargamento, eso dependerá de los fines que se quieran conseguir y cómo se establezcan las reglas del sistema—.

Algo parecido puede hacerse con otros asuntos, tanto a nivel de acciones y recursos públicos, como privados y mixtos. Esto es una mera guía general de acción y cada caso debe ser estudiado con cuidado para saber qué cosas es lo que mejor funcionará en cada caso particular, tanto si es algo donde intervienen pocos actores como donde intervienen “todos” los miembros de la sociedad —como el caso de los votos en elecciones—.

Blockchain anticorrupción: ¿Qué hay del presupuesto?

Algunos podrían pensar que el tema del presupuesto es un gran problema, pero lo cierto es que, como ya se demostró en líneas anteriores, en el mediano-largo plazo la implementación de Blockchain aminora los costos y permite ahorrar millones[32], que podrían servir para otros asuntos en busca del bienestar de los individuos en la sociedad. Si bien es cierto que no se tiene un marco referencial robusto de casos donde se haya presupuestado la implementación de Blockchain para solucionar problemas como los mencionados a lo largo de este texto, eso no limita hacer algunos análisis.

En agosto del 2023, “FinModelsLab”, un proveedor de herramientas y recursos financieros para nuevas y/o pequeñas empresas en todo el mundo, publicó un rango de estimaciones del costo promedio para el lanzamiento de una startup de tecnología Blockchain oscila entre los 277 mil y 875 mil dólares[33], lo cual incluye, entre otras cosas, el proceso de investigación y desarrollo para la aplicación Blockchain, la compra de equipos especializados, contratación de ingenieros y desarrolladores, auditorias y pruebas de seguridad.

Con esta referencia, se pueden citar algunos ejemplos de inversión gubernamental en proyectos relacionados con Blockchain. Por ejemplo: se sabe que en el año 2019 Brasil invirtió 1,4 millones de dólares en un proyecto de Blockchain de identidad digital para el desarrollo de la segunda fase de un proyecto que consiste en una plataforma para aplicaciones de Internet de las cosas (IoT)[34]; que la Unión Europea invirtió poco más de 4,34 millones de dólares anuales (2019-2020), y que se suman a más de 195 millones de dólares que la Comisión Europea previó asignar a diferentes proyectos Blockchain, con el propósito de brindar servicios públicos digitales en los países miembros[35]; y que China invirtió en el año 2020 invirtió 4,7 millones de dólares para desarrollar una plataforma de comercio financiero sostenido con Blockchain[36].

Cabe señalar que cuando se trata de recursos manejados por el Estado, hay que tener cuidado, pues no se tiene en cuenta que existe la posibilidad de que las cifras estén infladas y/o que la misma burocracia sea la que encarezca la asignación de recursos en este tipo de proyectos, por lo que se puede decir que, en circunstancias normales, el desembolso por este tipo de proyectos es menos costoso. Si bien, estas cifras, dan una idea estimada de los costos en los que se incurre para llevar a cabo el proyecto.

En adición, para poner en perspectiva y también a modo de ilustración, para el año 2016 el presupuesto de la nación destinaba 795,40 millones de dólares para que el poder electoral pudiera llevar a cabo sus funciones[37], por lo que —comparativamente— los recursos que necesitarían invertirse para llevar a cabo un proyecto con Blockchain para las elecciones serian ínfimos[38]. En concreto, suponiendo un gasto similar al de Brasil, Venezuela solo necesitaría el 0.16% del presupuesto empleado en 2016 para el poder electoral[39]. En este escenario, se reitera que el verdadero valor de Blockchain, más allá de sus características tecnológicas, que aportan mucho a los procesos, es la reducción de los costes[40], en consecuencia, sobrarían recursos que pueden ser destinados a otros asuntos de mayor interés para la sociedad, y más aún en el caso Venezuela, que se encuentra sumergida en la peor crisis institucional de su historia[41].

Blockchain anticorrupción: creando instituciones solidas

Actualmente nos encontramos en lo que Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, denominó “la cuarta revolución industrial”, que alude a un mundo en el que lo virtual o digital coopera por lo físico de manera flexible —o, incluso, arropa y succiona dentro de sí lo físico, pues pretende digitalizar todo[42]—, por consiguiente, hemos de aceptar que la tecnología está determinando, para bien y/o para mal, las instituciones sociales. Ahora bien, esta benignidad o malignidad que representa la tecnología para la sociedad quedará definida en función del uso que se le dé a dicha tecnología.

Por ello, es necesario recordar que es la libertad la condición que permite al ser humano desarrollarse plenamente en sociedad y que Blockchain puede ser —y está siendo— implementado para dar mayor control de asuntos privados a los individuos y restar poder al Estado, lo cual, en el mediano-largo plazo, definirá cuan buenas sean las instituciones que enmarcan las acciones del individuo en sociedad. La realidad lo ilustra perfectamente: si observamos el Índice de Percepción de la Corrupción del año 2022 y lo correlacionamos con el Índice de Libertad Económica, vemos cómo los 5 países más libres se encuentran entre los países menos corruptos, mientras que los 5 países donde se percibe mayor corrupción se encuentran entre los menos libres[43].

El énfasis es en que, en la medida en que las aplicaciones de la tecnología Blockchain busquen empoderar al ciudadano y restar poder al Estado, en un marco donde se pretende disminuir o erradicar en la medida de lo posible el cáncer de la corrupción, la libertad conseguida, que es lo único que sea demostrado capaz de crear instituciones sólidas en beneficio de la sociedad, es lo que dará paso a la creación de nuevas instituciones que sirvan de contrapeso a actos perversos, aumentando a su vez el grado de responsabilidad en la consciencia de los actores sociales —que es la otra cara de la libertad—, desembocando así en una espiral ascendente de libertad, responsabilidad y progreso social y una descendente de los incentivos que despiertan, impulsan o hace que se manifieste ese “gen picaresco” que poseemos todos.

En definitiva, las nuevas tecnologías son las que están enmarcando al mundo en la actualidad, y Blockchain es una de las alternativas prometedoras —realistas— que se puede poner al servicio de la ética y servir de escudo para proteger a la sociedad de la corrupción sistémica. No se puede pretender cambiar las cosas apelando a las medidas que siempre se han mostrado ineficaces; en un mundo que avanza a pasos agigantados hacia la digitalización, Blockchain se presenta como la solución a varios problemas de la sociedad, dado que se solucionan problemas de siempre con herramientas del momento —que potencian las instituciones que sí han demostrado ser eficaz en la historia del progreso de la humanidad—. Por consiguiente, es de vital importancia que los países empiecen a implementar este tipo de sistemas para probar —en el sentido de degustar, como “probar un helado”— su verdadero potencial en la lucha contra la corrupción y la libertad[*].


[1] Nerea Taracón Huarte. 2016. Maat encadenada: la corrupción en Egipto durante el nuevo reino. Publicado en la Revista Anesteria, número 5 (págs. 15-24). Pág. 18.

[2] Ibídem., pág. 19.

[3] Para ver algunos de estos escándalos, desatados en el periodo ramésida, ver: Ibídem., págs. 18-22.

[4] En: Sandri Piergiorgio. 2012. Historia de la corrupción. Publicado en el portal de “La Vanguardia”. Puede acceder a través de: https://acortar.link/NkpwtV (Consultado el 10 de diciembre de 2023). Cabe mencionar que esta acción no se diferencia en nada a cuando un empresario paga a los poderosos del Estado para que aprueben una ley que les beneficie a ellos y elimine la competencia, por hacer un símil.

[5] Por solo citar un ejemplo, el apóstol Pablo fue víctima de la corrupción en la antigua Roma (Hechos: 24:22-26). En este sentido, cabe señalar que la Biblia condena la corrupción (Deuteronomio 10:17; 16:19; Salmos 26:10) y transmite el mensaje de que éste es un cáncer que arruina a las naciones (Proverbios 29:4), por lo que invita a evitarlo.

[6] Alguien que explica bien este asunto, que deriva de un análisis económico del derecho, es Enrique Ghersi en “La economía de la corrupción”, al cual puede acceder a través de: https://cedice.org.ve/avada_portfolio/monografia-73-economia-de-la-corrupcion/ (Consultado el 10 de diciembre de 2023). Sin embargo, también invito a revisar la visión que da Jesús Huerta de Soto en “Socialismo, cálculo económico y función empresarial” sobre el cálculo subjetivo y la toma de decisiones del individuo en sociedad y las consecuencias negativas en las que se sumerge el sistema una vez es controlado por un Estado hipertrofiado que la híper-regula (ver págs. 118-133., de la tercera edición publicada por Unión Editorial).

[7] Axel Capriles resalta muy bien este hecho, en su obra “La picardía del venezolano o el triunfo del Tío conejo” (2008), cuando habla de que la corrupción sistémica es causa de un socavamiento de las instituciones y que solo se puede hacer frente a ello apelando al desgaste de dicha perversión institucional con “el correr del tiempo o con el desarrollo de tendencias contrarias con fuerza suficiente para servir de contrapeso” (publicado por Editorial Alfa. Pág. 79).

[8] Óp. Cit. Socialismo, cálculo económico y función empresarial., pág. 46, 69.

[9] Fundamentándose en varios autores y datos, Agustín Laje, en su obra “Generación idiota: una crítica al adolescentrismo”, explica cómo la tecnología, especialmente la de información y comunicación, impacta “de manera significativa en la forma de la vida” de los actores sociales, llegando a moldear a la sociedad entera —que a su juicio es una sociedad dominada por actitudes y/o comportamientos adolescentes—. Nuestra comunicación y contacto con nuestro entorno es, en buena medida, cuando no por completo en ciertos ámbitos, es por los medios tecnológicos. Por ello, afirma: “la tecnología digital no es simplemente una tecnología de la comunicación; es una tecnología para la vida. “El medio es el mensaje” es una sentencia que tendría que precisarse todavía más. Hoy deberíamos decir que la vida es el medio, cuando se trata del medio digital”, que es adonde apuntan toda la tecnología actual. De este modo, la tecnología “captura la vida y la dirige. La vida se torna en todos sus aspectos vida mediada.” Asuntos como Big data, inteligencia artificial, dispositivos y sensores de capturan cada aspecto de la vida del ser humano al final termina siendo “un imperativo”, puesto que tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad que avanza sin parar hacia la digitalización total. (Ver: Agustín Laje. 2023. Generación idiota: una crítica al adolescentrismo. Ciudad de México. Publicado por HaperCollins México, S. A. Págs. 141-146)

[10] En un estudio realizado en el año 2019 en Aragón, España, se concluyó que la juventud es “un colectivo muy relacionado con la tecnología a lo largo de su experiencia vital” y, en este marco social, juegan un “papel relevante en los cambios tecnológicos” y, por extensión, la sociedad (ver: Rubén Ramos Antón y David Pac Salas. 2019. La juventud como early adopter del cambio tecnológico: un análisis de los jóvenes aragoneses (España). Publicado en la revista Sociología Problemas e Prácticas, número 91, págs. 23-37. Puede acceder al estudio a través de: http://journals.openedition.org/spp/6365 (Consultado el 10 de diciembre de 2023)). También, invito a revisar la publicación de Juan Jesús Rueda-López, en la revista de ciencias sociales “Aposta”, titulado: “La Tecnología en la sociedad del siglo XXI: albores de una nueva revolución industrial”, donde se muestra cómo la tecnología moldea a la sociedad, condicionando la conducta y costumbres de sus miembros, desembocando en transformaciones sociales (puede acceder al mismo a través de: https://www.redalyc.org/pdf/4959/495950225001.pdf (Consultado el 10 de diciembre de 2023)).

[11] Esto es importante, porque la gestión pública es un escenario que se presenta como caldo de cultivo para la corrupción. Según Thomas Wolf y Emine Gürgen, en una publicación del FMI titulada: Mejora de la gestión pública y lucha contra la corrupción en los países bálticos y la CEI, “la mala gestión pública genera corrupción”, y esta se manifiesta con exceso de “intervención y arbitrio del gobierno en la actividad económica, incluido un exceso de reglamentos para las empresas privadas y el uso de sistemas preferenciales” y la falta de transparencia en la rendición de cuentas (pág. 3-5. Puede acceder a través de: https://www.imf.org/external/pubs/ft/issues/issues21/esl/issue21s.pdf (Consultado el 11 de diciembre de 2023)). Si la tecnología puede ayudar a mejorar la gestión pública, entonces a priori se concluye que los casos de corrupción en el sector público disminuirían.

[12] Un informe publicado por Transparencia Venezuela, titulado: “Gran corrupción venezolana, derechos humanos e impunidad” (2023), muestra que la corrupción “es una grave para la sostenibilidad democrática, en la medida en que erosiona el marco institucional con todas sus consecuencias negativas para el disfrute de los Derechos Humanos” (Pág. 10-13. Puede acceder al informe a través de: https://transparenciave.org/venezuela-gran-corrupcion-impunidad-derechos-humanos/)

[13] Una muestra de aplicación de Blockchain en el campo del Derecho o la justicia es el proyecto “Kleros”, el cual presta servicios de arbitraje descentralizado para resolución de conflictos. Puede verlo a través de: https://kleros.io/.

[14] American Council for Technology, Industry Advisory Council. 2017. Enabling Blockchain innovation in the U.S. Federal Government. Puede acceder al texto en ingles a través de: https://acortar.link/kLtmEB (Consultado el 13 de diciembre de 2023). Pág. 3.

[15] Ibidem., pág. 6, 7.

[16] Cabe mencionar que han sido varios los textos que indican que es fácil identificar los numerosos beneficios potenciales que ofrece la tecnología Blockchain en la administración pública, destacando: (i) mayor confianza, gracias a que la plataforma es transparente y verificable; (ii) Mayor compromiso ciudadano, dado que se gestiona las identidades de los ciudadanos y los mismos verifican y validan las transacciones; (iii) datos transparentes y trazables en la gestión financiera e incluso en la adquisición de bienes y servicios; (iv) nuevas fuentes de ingreso para el Estado, en la medida en que los servicios se agilizan y vienen con valor añadido —ahorro de tiempo a los usuarios, por ejemplo—. Al respecto, invito a ver ibidem., pág. 10.

[17] La frase original es: “Mientras que la mayoría de las tecnologías tienden a automatizar a los trabajadores de la periferia, haciendo tareas domésticas, el blockchain automatiza el centro. En lugar de dejar al taxista sin trabajo, el blockchain deja a Uber sin trabajo y permite a los taxistas trabajar directamente con el cliente.”

[18] Los contratos inteligentes son “Blockchains programables, es decir, que nos permiten alojar en las Blockchains unas instrucciones o programas para ejecutar una serie de instrucciones si se cumplen ciertas condiciones” (Javier S. Hurtado. 2023. Qué es Blockchain y cómo funciona la tecnología Blockchain. Publicado en el portal de IEBS. Sección: “Qué son los Smart Contracts”. Puede acceder a través de: https://www.iebschool.com/blog/blockchain-cadena-bloques-revoluciona-sector-financiero-finanzas/ (Consultado el 13 de diciembre de 2023).

[19] Es necesario mencionar que hay registros que pueden hacerse offline y se cargan una vez se tenga acceso a internet, por lo que para aquellos que no cuenten con acceso a la red no quedaran fuera del sistema. De hecho, se benefician aún más, porque son precisamente las personas de escasos recursos quienes más se perjudican de la burocracia y la corrupción. Y da la casualidad que, según el Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, Venezuela es el país más burocrático de América Latina, dificultando procesos administrativos que competen a derechos de los ciudadanos. Puede acceder a este estudio través de: https://acortar.link/K2AXnW (Consultado el 02 de enero de 2024).

[20] Al respecto, ver “Suecia concluye con éxito prueba de registro de propiedad basado en Blockchain”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/sMY0rL (Consultado el 13 de diciembre de 2023). Si bien, la cita la extraigo de: Mateo de Jesús Audelín Mayo Gómez. 2022. Nuevas soluciones para viejos problemas. México. Publicado por la organización IAP Tabasco. Pág. 29. Puede acceder a través de: https://acortar.link/9n5OcM (Consultado el 13 de diciembre de 2023).

[21] Invito a ver “Gobierno de Georgia amplía proyecto de registro de propiedad sobre Blockchain con Bitfury”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/n3iKE4 (consultado el 13 de diciembre de 2023).

[22] Puede revisar “candidata presidencial de Brasil recaudará fondos para su campaña usando la bBlockchain de Decred”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/TSDHQE (Consultado el 13 de diciembre de 2023).

[23] Ver “Bolsa de Santiago implementa contratos inteligentes y Blockchain en uno de sus servicios”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/aK4vVl (Consultado el 13 de diciembre de 2023).

[24] Óp. Cit. Nuevas soluciones para viejos problemas., pág. 30.

[25] La referencia a los proyectos y la cita en concreto es una traducción a: Arne Strand. 2020. Blockchain as an anti-corruption tool: case examples and introduction to the technology. Publicado por Anti-Corruption Resource Centre. Sección: “Blockchains for humanitarian aid”, págs. 19, 20. Puede acceder a través de: https://www.u4.no/publications/are-blockchain-technologies-efficient-in-combatting-corruption.pdf (Consultado el 15 de enero de 2024).

[26] Ver: “Virginia Occidental prueba Blockchain en elecciones del senado para votantes remotos”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. 2018. Puede acceder a través de: https://acortar.link/SlKjO9 (Consultado el 15 de enero de 2024). Y “Pioneros de votaciones electorales Blockchain de Estados Unidos con prueba móvil de Virginia Occidental”. Publicado en el portal de Cointelegraoh. 2018. Puede acceder a través de: https://acortar.link/Bu81pH (Consultado el 15 de enero de 2024). Esto llevó a que en 2020 se promoviera un proyecto de ley para permitir el uso de Blockchain en las elecciones del estado, por ser más seguro (ver: https://acortar.link/MSINkR).

[27] Keyla Brando. 2021. Voteledger, una solución electoral basada en Blockchain creada por Ucabistas. Publicado en el portal “El Ucabista”. Puede acceder a través de: https://acortar.link/ONWaDI (consultado el 01 de enero de 2024).

[28] Si desea ver otros ejemplos, puede revisar óp. Cit. Blockchain as an anti-corruption tool: case examples and introduction to the technology., págs. 14-22.

[29] Marcos Allende López. 2018. Blockchain: cómo desarrollar confianza en entornos complejos para generar valor de impacto social. Publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Págs. 32, 33. Puede acceder a través de: https://acortar.link/j5APAa (Consultado el 15 de enero de 2024).

[30] Ibidem.

[31] Puede ver más ejemplos de la construcción de soluciones Blockchain en Ibidem., págs. 36-43.

[32] Ver sección: “Blockchain anticorrupción: casos de la vida real”, en este mismo texto.

[33] Henry Sheykin. 2023. ¿Cuánto cuesta comenzar una empresa Blockchain?. Publicado en el portal de FinModelsLab. Puede acceder a través de: https://finmodelslab.com/es/blogs/startup-costs/blockchain-technology-startup-costs (Consultado el 15 de enero de 2024).

[34] Ver: “Brasil invierte USD1,4 millones en proyecto Blockchain de identidad digital”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/3ZuaRW (Consultado el 15 de enero de 2024).

[35] Ver: “EBSI: la Blockchain para Europa en la que se invierten EUR 4 millones al año”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/AfQbKI (Consultado el 15 de enero de 2024). Cabe señalar que, a modo de ilustración, si se dividen los 4,34 millones de dólares entre los 27 miembros de la Unión Europea, tenemos que cada país tendría que aportar casi 161 mil dólares al año —que durante esos dos años seria 322 mil dólares—, lo cual entra en el rango previsto para un startup de tecnología Blockchain.

[36] Ver: “China invierte USD 4,7 millones para desarrollo de plataforma Blockchain”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/rzirid (Consultado el 15 de enero de 2024).

[37] Desde el año 2017, el Estado venezolano ha sido poco transparente u opaco con los datos que publica del Presupuesto Nacional. Por ello, se toma el presupuesto del 2016 como referencia y, en específico, las cifras del análisis publicado por Transparencia Venezuela para ese año, al cual puede acceder a través de: https://transparenciave.org/project/nuestro-presupuesto-2016/ (Consultado el 16 de enero de 2024). Aquí se ve que la cifra presupuestada para ese año que se destinó al “Poder Electoral” es de Bs. 5.011 millones, que representa el 0,3% del total del presupuesto y equivalen, al tipo de cambio oficial de la fecha —6,30 Bs/$—, a $795.396.825,39.

[38] El lector podría pensar que estas exorbitantes cifras solo se ven en Venezuela, pero no es el caso. Las invertidas en lo que compete a un proceso electoral —antes, durante y después, en suma, para mantener el aparato burocrático a cargo de estos procesos— no varían mucho en el mundo. En España, por ejemplo, las elecciones de 2019 y 2020 costaron más de 500 millones de euros. Con respecto a esto último, ver: “Las elecciones de los últimos dos años han costado más de 500 millones de euros”, publicado en el portal de Newtral, al cual puede acceder a través de: https://acortar.link/Ju6qrZ (Consultado el 16 de enero de 2024).

[39] Para ver la magnitud de los recursos que despilfarra el Poder Electoral en Venezuela (2016), la cifra de 795,40 millones de dólares representa 4 veces más lo que toda la Unión Europea, conformada por 27 países y con una población aproximada de 447 millones (2020), decidió invertir en proyectos Blockchain en 2019 y 2020.

[40] Al respecto, invito a ver: “El 70% del valor del Blockchain reside en la reducción de los costes”. Publicado en el Blog de Softtek. Puede acceder a través de: https://acortar.link/lHQ6iZ (Consultado el 16 de enero de 2024).

[41] En este marco, Rita Coello y Christi Rangel (2022), junto al Observatorio de Gasto Público de CEDICE, proponen algunas ideas para optimizar algunas transacciones del Estado con Blockchain en su publicación: “Hacia la eficiencia del Gasto Público a través del Blockchain”. Puede acceder a ella en: https://cedice.org.ve/observatoriogp/wp-content/uploads/2022/09/Hacia-la-eficiencia-del-gasto-público-a-través-del-blockchain-OGP-09.22.pdf; ver especialmente las págs. 38-56.

[42] En distintas obras, Byung-Chul Han sostiene que nos encontramos en una sociedad en la que lo digital ha invadido cada aspecto de la vida (ver: “No cosas”, “La sociedad paliativa” e “Infocracia: la digitalización y la crisis de la democracia”), que es la misma línea que más tarde sigue Agustín Laje para sostener sus premisas expuestas en óp. Cit. Generación idiota: una crítica al adolescentrismo., que si bien lo hacen en un sentido crítico, lo cierto es que es una realidad en la que nos encontramos sumergidos y, como toda herramienta tecnológica, puede aprovecharse a nuestro favor, en busca de una mejor sociedad. Estimo que, más que una aversión a la tecnología per sé —que, aclaro, no es el caso de estos autores—, la aversión debe ser dirigida al uso que se le da, sobre todo cuando es o pretende ser dirigido desde el poder político para “idiotizar” a los individuos y dosificarlos en aras de facilitar el control sobre ellos. En este ensayo se apuesta a aprovechar la tecnología para hacer todo lo contrario, es decir, empoderar la acción ciudadana, civil, y restar poder a quienes conforman el Estado.

[43] Ver: “Corruption Perceptions Index”, 2022, publicado por Transparencia Internacional, en: https://www.transparency.org/en/cpi/2022, y “Economic Freedom of the  World”, 2023, publicado por Frase Institute y que puede encontrar en el portal de CEDICE, en: https://acortar.link/OdV8SN (Consultado el 16 de enero de 2024). Cabe señalar que la correlación negativa —mayor índice de libertad igual a menor corrupción— aplica para todos los índices de libertad, no solo la económica, pues da la casualidad que los países con mayor libertad de prensa y expresión, más respeto a la propiedad privada, entre otros, son los mismos que se encuentran de primero en el ranking de mayor libertad económica y, por tanto, menor percepción de corrupción.

[*] Con este ensayo, el autor consigió una mención honorifica en el concurso de ensayos: «Ética en acción», llevado a cabo por Cedice Libertad y Transparencia Venezuela a finales del año 2023 y principios del 2024.

En defensa de la razón: ¿Por qué no voy a votar el 28 de julio? Una reflexión a quienes creen en “oportunidades únicas” y espejismos de cambio

Por Roymer Rivas, estudiante, escritor, teórico del Creativismo Filosófico.

Muchos venezolanos saldrán el 28 de julio a votar por un cambio en el país, pero yo sostengo que en realidad votan por un espejismo que se traduce en la perpetuación de un sistema, independientemente de quién se declare ganador de la contienda electoral.

Al respecto, he escrito el siguiente ensayo, donde explico las razones por las cuales no votaré, invitando a su vez a la reflexión de todos los venezolanos, dentro y fuera del país, a quienes les dedico todo el texto.

Presione aquí para acceder al texto en íntegro.

La batalla de las ideas

Por Valentina Gómez, economista y coordinadora local senior de EsLibertad Venezuela.

Karl Marx utilizó la expresión «la batalla de las ideas» durante la década de 1840 para criticar la filosofía alemana moderna, una filosofía que defiende la libertad y la autonomía, los representantes creen principalmente en el progreso humano como una «expansión del espíritu y la razón». Tanto Hegel como Kant, principales defensores de la filosofía, creían que para evolucionar el ser humano necesitaba comprender la realidad a través de la historia, la lógica y la ética. De ahí que introdujeran un enfoque historicista en la comprensión de la realidad y el pensamiento humano.

Para Marx, aquella filosofía se preocupaba más en la elaboración teórica que por la aplicación práctica en la transformación social, nunca entendió que primero debes comprender el comportamiento humano antes de aplicar y hacer de la sociedad parte de un experimento. Es como sentarte a comer antes de hacer las compras en el supermercado ¿Qué vas a comer si no hay nada? ¿Cómo estar seguro de que tus propuestas para la sociedad son las mejores si no conoces el comportamiento humano? O incluso peor, abrir primero el cuerpo y luego abrir el libro de medicina, en este segundo ejemplo pones en riesgo la vida de otra persona. Así funciona cuando haces un experimento con la sociedad, pones en riesgo la vida de millones de personas.

Marx comienza a desarrollar su propia filosofía al diferir de los filósofos alemanes modernos. Se aparta del grupo y, al encontrarse con Friedrich Engels, consigue el apoyo suficiente para elaborar una perspectiva distinta. «… Ponen de manifiesto cómo no hacen otra cosa más que balar filosóficamente» redactaron Marx y Engels en el libro «La Sagrada Familia» de 1844. En ese libro critican a los hegelianos, acusándolos de realizar críticas meramente teóricas y abstractas, sin implicaciones prácticas o revolucionarias reales. Es en estas primeras críticas cuando comienza la batalla de las ideas.

De la crítica filosófica a la batalla política: Marx, Engels y la influencia en la era Thatcher

Decenios más tarde, esta noción de una batalla de ideas resonaría en la política británica con Margaret Thatcher, quien, como Primera Ministra entre 1979 y 1990, defendió vigorosamente las ideas conservadoras mientras el socialismo y las políticas de izquierda ganaban terreno. Thatcher abogaba por la libre empresa, la privatización de industrias estatales, la reducción de impuestos y la promoción del individualismo y la responsabilidad personal. Su enfoque de gobierno buscaba estimular la iniciativa privada y fortalecer la competitividad económica.

Para Thatcher, la «batalla de las ideas» no solo representaba una lucha por el poder político inmediato, sino también por el futuro del modelo económico y social británico, así como por el papel del gobierno en la vida de sus ciudadanos.

Recientemente, se ha materializado el escenario que Thatcher intentaba evitar: un primer ministro laborista en el poder. Keir Starmer, líder del Partido Laborista, fue elegido, marcando la primera vez en 14 años que los laboristas retoman el poder en el Reino Unido. Esta elección refleja un cambio significativo en la política británica y subraya la continuación de la dinámica de la «batalla de las ideas» que ha definido el paisaje político desde los tiempos de Marx y Thatcher hasta la actualidad.

Fuente: Statista

Así luce el mapa en 2023 en Latinoamérica: los países en rojo indican gobiernos de izquierda, aunque algunos como Argentina han vuelto a ser azules. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para recuperar la educación como el mejor camino hacia la prosperidad. La educación no solo fomenta la creatividad y el trabajo inteligente, sino que impulsa avances tecnológicos y contribuye al progreso social sostenible, reduciendo la pobreza y promoviendo el respeto por el medio ambiente y los derechos humanos.

No conforme con esto, hoy nos encontramos con un entorno donde se han creado los aparatos más distractores y ladrones de nuestra capacidad analítica. Durante muchos años creí que ser multitasking era una virtud, pero en realidad era falta de concentración. No era realmente multitasking porque no lo hacía con un objetivo, como ahorrar tiempo, sino por la ansiedad de no estar perdiéndome algo. Mi mente se acostumbró a recibir información constante y a saltar rápidamente entre tareas, pero esto no significaba eficiencia, sino ansiedad. Hoy, lucho por mantener mi mente tranquila frente a la avalancha de tecnología que, si bien nos conecta globalmente, también genera ansiedad. Pilar Quiroga Méndez de la Universidad Pontificia de Salamanca, España, explica que:

La atención parcial continua implica una vigilancia y global que no es característica de las tareas múltiples. Con la CPA (Continuous Partial Attention) se busca una activación constante, filtrando oportunidades, observando diferentes pantallas, y yendo con rapidez de un lugar a otro. La CPA crea un sentimiento artificial de estar en crisis, de estar siempre en alerta máxima. Desde el punto de vista del procesamiento de la información pretende y consigue mantener una prioridad atencional en el foco, mientras que al mismo tiempo se explora la periferia para no perderse otras oportunidades. Este funcionamiento cognitivo puede ser la mejor estrategia de atención en momentos determinados y es seguramente adaptativa (por ejemplo: si estamos en la selva acosados por peligros indefinidos que pueden venir de cualquier lado), pero cuando se convierte en el principal modo de afrontamiento cognitivo, como sucede con el uso continuo del ordenador, tiene una enorme parte negativa.

Más allá de los impactos personales, estamos inmersos en una batalla constante donde la manipulación de la información y las promesas políticas contradictorias generan crisis económicas y sociales. En esta dinámica, es crucial mantener la racionalidad por encima de las emociones y evitar caer en extremismos ideológicos que dividen y polarizan. ¿Cuál nos da prosperidad económica? ¿Cuál soluciona los conflictos sociales? En palabras de Friedrich Hayek:

En palabras de Friedrich Hayek:

El socialismo ha sido un intento de reformar mediante la planificación el modo de producción que había surgido en el curso de siglos de evolución espontánea. Lo que hace de Marx un precursor del socialismo moderno no es su plan para una economía socialista, sino su insistencia en que el socialismo debe ser establecido por la fuerza.

Para cambiar el mapa del 2023 hacia la libertad, es esencial resistir la tentación de dejarse llevar por ideologías extremas y mantener un enfoque crítico y racional. Esto implica priorizar la educación integral, resistir las distracciones digitales y tomar decisiones informadas basadas en hechos concretos, no en promesas vacías. La libertad, en su verdadero sentido, no puede ser sacrificada en el altar de experimentos ideológicos fracasados que solo perpetúan el humo de ilusiones efímeras.

Javier Milei recibe la medalla Hayek en Hamburgo

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha recibido este sábado en la ciudad alemana de Hamburgo la medalla Hayek, una distinción que confiere la asociación liberal del mismo nombre. 

El presidente de la Sociedad Hayek, Stefan Kooths, condecoró al mandatario en presencia de su hermana Karina, destacando que «libera los grilletes que impiden a la gente ayudarse a sí misma» y le devuelve «la confianza en sí mismos».

En este marco, alrededor de 400 personas se congregaron cerca del hotel donde se celebró el acto para protestar en contra de la entrega de la medalla al jefe de Estado argentino.

Los manifestantes criticaron la «miseria neoliberal» y portaron pancartas en las que podían leerse consignas como «Milei no es libertad, es fascismo». Sin embargo, ya queda demostrado que quienes protestan contra Milei siquiera saben por qué lo hacen, como ilustra este video de una concentración en España en su contra:

Cabe señalar que Milei visita Alemania después de su paso por la capital de España, donde recibió el viernes la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, y que este domingo planea reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz, en Berlín.

Anti-Antonella Marty, liberalismo, Argentina, Venezuela, política, contextos y sentido común: una respuesta a estupideces manifiestas

«La pobre Rand posiblemente se suicidaría si resucita y ve que esta es la calidad de seguidores que tiene en el presente (…)»

Autor

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Hace poco, la escritora argentina Antonella Marty, considerada por algunos como una “musa del liberalismo”[1], ha dado una entrevista lamentable donde arremete contra lo que considera alguna especie de dogma liberal, dándose el tupé de comparar a Javier Milei, el actual presidente de Argentina, con el genocida dictador que somete al pueblo venezolano, Nicolás Maduro, en un marco donde también se jacta de entender correctamente a Ludwig von Mises y Ayn Rand. En vista de ello, me veo en la obligación moral de matizar ciertas posturas y corregir otras, en aras de ser más responsables con lo que se dice, y no en un marco donde impera más el dar de qué hablar —marketing— para promoverse en las redes —he allí la gran diferencia entre quienes con autenticidad nos interesamos por aprehender la verdad y quienes solo difunden cosas para aparentar cierta intelectualidad—.

En este marco, he de decir que solo tocaré algunos puntos importantes, donde no hay debate, y pasaré por alto todo lo demás, por considerarlo cosas que tienen que seguir debatiéndose dentro del liberalismo —y no es el fin de este texto abordarlos con la rigurosidad que ameritan—. Sin más, comienzo:

Sobre el “ser liberal” y lo “insalvable” de la expresión

Desde hace mucho vengo escuchando cómo algunos autodenominados liberales —o, en el caso de Antonella Marty, que se autodenominaban— de cierta influencia sacan alguna especie de liberalometro para “establecer” si alguien es o no es “liberal”, como si de buenos o malos se tratara. Y hasta cierto punto esto es bueno, ayuda al debate de creencias, pero lo cierto es que la realidad no es tan simple y el problema llega cuando la etiqueta, por un lado, (i) no permite apreciar lo variopinto que puede ser algún espectro ideológico y, por el otro, (ii) se usa como sinónimo de cualquier cosa, tergiversando su significado y separándolo por completo de los principios que la enmarcan y le hacen ser lo que es para, curiosamente, decir “esto es ser liberal” con total desconexión de lo que significa realmente.

Antonella tiene cierto grado de razón, hoy se ha dado algo curioso con el “ser liberal”, a saber, que se intenta explicar lo que “verdaderamente significa” vaciando de significado —aunque con apariencia contraria— el concepto; hoy “ser liberal” es muchas cosas, llevando a una confusión que en muchos casos es mejor un escenario donde no signifique nada. De hecho, del mismo modo en que lo que es de todos termina siendo de nadie, un concepto interpretado a gusto de todos termina vaciando su significado. Hoy “ser liberal” es defender los “derechos” LGBTIQ+ o cualquier otra minoría[2], promover ciertas creencias especificas en lo que respecta al género y al sexo —a veces siendo sin sentidos totales—, pero también “ser liberal” es hacer todo lo contrario; hoy “ser liberal” es ser conservador, pero también es no serlo; hoy “ser liberal” es ir contra el Estado en su totalidad, pero también es defenderlo hasta cierto punto; hoy “ser liberal” es [inserta la definición que gustes, al parecer todo vale]. La cuestión, no obstante, es que este “problema” ha llegado de la mano por personas como la misma Antonella, José Benegas y Gloria Álvarez, por lo que ella criticarlo es darse un tiro en el pie. Quienes han pretendido sumar nuevas luchas al “liberalismo” son los mismos que ahora tachan al liberalismo originario —clásico— de “conservador” y quien sabe cuantas cosas más, no respetando la historia de las ideas, mientras la tergiversan en el camino.

Esto no necesariamente es malo, nuevamente, es el debate de ideas lo que permite matizar posturas, pero llegar a decir ahora que el “liberalismo” es “una secta” a la que no quiere ser vinculada, pues es un espacio donde “un grupo de viejos amigos deciden si entras o no”, es una irresponsabilidad total que no hace más que demostrar que Antonella nunca estuvo segura de donde estaba y no conoció a cabalidad aquello que decía defender —cosa que queda más en evidencia cuando salen expresiones como “y si eres mujer, peor”, “te tachan de loca si hablas de feminismo, migración, legalización de drogas, derechos y libertades LGBTQ+”… ¿Discrimina el “liberalismo” ideas buenas y malas en función del sexo que exprese las ideas? ¿En qué parte del mundo está el liberalismo en contra de la libertad, sea donde sea donde se manifieste, siempre con vista a que las personas se hagan responsables de las consecuencias positivas y/o negativas de sus acciones? Son preguntas que, evidentemente, no se hizo está mujer antes de decir lo que dijo, o, si se las hizo, no meditó en la respuesta con el criticismo que ameritaba… no sé qué es peor—.

Por otro lado, es un tanto gracioso que alguien que dice ser seguidora acérrima de Ayn Rand, quien dio una batalla incansable para recuperar el concepto de “egoísmo” y no dejarlo con la connotación negativa que desde hace mucho alimentaron los colectivistas, ahora quiera dar por “insalvable” el término “liberal/liberalismo”. La pobre Rand posiblemente se suicidaría si resucita y ve que esta es la calidad de seguidores que tiene en el presente —contados por algunos también como “sectarios”—.

El liberalismo y el feminismo

Antonella dice que todas las olas del feminismo son importantes porque todas tienen algo que decir. Para dar fuerza a esto, dice que “la mujer está siendo víctima todavía de un modelo heteropatriarcal que marca a estas nuevas derechas y que las hace, por ejemplo, ir contra el aborto”, pero yo pregunto: ¿Qué demonios significa eso de “modelo patriarcal”? ¿Es la mujer hoy sometida a todos los preceptos que dicen los hombres en la sociedad? ¿El hombre manda y la mujer calla? Este tipo de afirmaciones simplistas solo se apegan a retoricas de movimientos que no comprenden la complejidad característica de nuestra sociedad y, por tanto, es lamentable por irresponsable. Además, ¿Es el aborto un tema ya definido dentro del liberalismo? ¿El debate del aborto es tan simple como: “es o no es asesinato”, así sin más? Pretender encapsular a quienes estamos en contra del aborto en esas “nuevas derechas”, que a su juicio son conservadoras y nacionalistas, es un absurdo total en la medida en que no reconoce que este tema no está saldado del todo dentro del espectro liberal, y he allí la diferencia entre varias posturas. Ambas posturas tienen puntos válidos, unas más validas que otras, pero sensatas al fin. Visto lo anterior, ¿Quién es, entonces, quien quiere dogmatizar el “liberalismo”, al punto de que “quien no piense igual a Antonella no es liberal”? —aunque ahora, como no se dice a si misma liberal, imagino que ya no tendrá que decirlo—.

En adición, el liberalismo tiene bases fundamentales sobre las que pueden cambiarse ciertas estructuras para adaptarse al contexto, incluso extender esas bases para abarcar temas antes descuidados, pero, yo pregunto: ¿Pueden considerarse estos feminismos de última ola asuntos que tengan que hacer cambiar la estructura del liberalismo en general? A mi juicio, no. De hecho, en nuestra sociedad no hay mayor amenaza contra la verdadera libertad, esa que tiene límites, dadas las circunstancias, que estos movimientos feministas de última ola, esos movimientos que quieren dejar de lado la imposición de una religión —que es algo que también apoyan los liberales— para imponer autopercepciones de géneros, quitarle la custodia o encarcelar a los padres por “no aceptar” la autopercepción de sus hijos menores de edad —y, por tanto, con carencias de juicio suficientes como para aprehender todas lo que implican ciertas decisiones o posturas de vida—, que expulsa a profesores de colegios u obliga a médicos no hablar con cierto lenguaje para no herir susceptibilidades, y pare usted de contar. Es aquí donde pierde gracia el descaro, que alguien que dice comprender muy bien a Mises no entienda la diferencia entre una libertad sostenida en aquellos elementos que la conforman —circunstancias naturales, capacidad de acción del human, no coacción— y la libertad espuria sostenida a base desconexión de la realidad y de coacción.

Desde el momento cero, el liberalismo ha defendido que no se debe coactar a otros de forma ilegitima mientras trabajan por sus metas de vida, por eso no apoya el movimiento de derecha o de izquierda per sé, sino las posturas que se alineen con una sociedad libre, independientemente de quien las promulgue, pero hoy ese feminismo que defiende Marty, infantil en muchos casos, adolescentes en muchos otros, proveniente de un mundo donde los parámetros objetivos son inexistentes, tiene niveles de tolerancia cero y sus seguidores pretenden cambiar la historia que nos ha hecho ser lo que somos hoy, para bien o para mal, a fuerza estatal. ¿Para eso quiere el Estado Antonella? ¿Con qué moral va a decir que quienes hablan hoy de libertad son sus principales contendores, cuando ella es parte de aquello que critica? Sí, ella tiene razón en que nos encontramos en una sociedad con desorden ideológico —y no puede ser de otra manera, dado que, como ya se mencionó, es el mundo de lo subjetivo lo que parece imperar hoy, subjetividades que vienen de personas que, curiosamente, apoyan movimientos del estilo feminista de estos últimos tiempos—, pero Marty no se encuentra fuera de ese problema —evidentemente—.

Argentina, Milei, Venezuela, el dictador Maduro y “la izquierda coherente”

Como si esto no fuese suficiente, Antonella llega a comparar a Javier Milei y Nicolás Maduro, diciendo que ambos hablan de lo mismo… ¿¡Es enserio!? ¿Milei habla de lo mismo que Nicolás Maduro? ¿Cómo comparar a alguien que llegó al poder de forma democrática, con instituciones más o menos funcionales, con alguien que se hizo del poder de forma dudosa en el 2013 y se mantiene en él a punta de pistola? ¿Por qué no viene a Venezuela y hace esas declaraciones que puede hacer libremente en otros países de Latam, incluyendo Argentina, a ver si corre con la misma suerte y todavía le quedan ganas de seguir haciendo comparaciones estúpidas? Y cabe señalar que esto es solo una pequeña parte de lo que vienen diciendo desde hace mucho Antonella y seguidores, comparando a Milei con Hugo Chávez, Perón, o con personajes fascistas; pareciese que no se han paseado por un libro de historia con la honestidad intelectual suficiente para comprender bien los fenómenos sociales en contexto y a sus personajes. Un absurdo total. Desafortunadamente, la tendencia en las redes sociales es siempre dar voz a los carentes de sensatez intelectual.

Es necesario recordar que en la embajada argentina se encuentran algunos disidentes venezolanos que la narcotiranía que somete al país ha perseguido injustamente y tampoco quiere brindar los salvoconductos para que puedan salir del país sin miedo a ser capturados. Sí, esa embajada argentina que encabeza un “Milei que dice lo mismo que Maduro” —esa expresión es un chiste pobre sin gracia—. Y, ojo, tengo mis reservas con Javier Milei, pero creo que se pueden transmitir mensajes e invitar a debates con la verdad, y no con afirmaciones estúpidas.

En este marco, Antonella expresa que “en Argentina, al menos, las corrientes más de izquierdas, socialistas, comunistas, son las que están hablando ahora mismo de las cosas más coherentes: hablan de Estado de Derecho, de república, de no dar poderes a un tipo desquiciado como Milei”. Sí, claro, hay que agradecer que la “izquierda” argentina, que sumergió al país nuevamente en una crisis, vota todo en contra a Milei porque se leyeron todos los artículos de las leyes propuestas y han analizado el contexto país con suficiente criterio científico y filosófico y han llegado conclusiones coherentes, cero partidistas, de que votar a Milei es un atentado contra la libertad y el Estado de Derecho. La izquierda argentina coherente seguro sí comprende bien los conceptos de libertad, acción humana, sociedad, orden extenso, empresarialidad, institucionalidad, amor y paz, después de haber leído y meditado profundamente en las obras del Che Guevara y Karl Marx, y hay que poner los pies en el camino cada vez que intenta avanzar Javier Milei, que no hace más que idolatrar a Adolf Hitler y atacar a Mises, Hayek, Bastiat, Voltier, Montesquieu, Rothbard, Huerta de Soto, Bruno Leoni, y todo pensador liberal —desde el más clásico hasta el más extremo—. En este escenario, no me extraña que diga que la socialdemocracia es una rama “salvable” —o sea, el liberalismo no es salvable, sí lo es la socialdemocracia—… silencio total.

Habiendo visto todo lo anterior, no me queda más que repetir expresiones del pasado: ““Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”, dijo en una oportunidad el gran filósofo humanista Michel de Montaigne, y son palabras que, sin duda, se pueden aplicar para mal en Antonella Marty —y seguidores—. Es claro que todos podemos decir cosas que son poco inteligentes o acertadas, pero el problema real llega cuando se hace fuerte énfasis en el error, haciendo que la estupidez sea tan insistente —como es el caso de este personaje—, al punto de volverse un agravio o infamia para la verdad y sus defensores”. Fin.


[1] Antonella Marty, la nueva musa liberal. 2021. Publicado en el portal de El Español. Puede acceder a través de: https://www.elespanol.com/espana/politica/20210531/antonella-marty-liberal-podemos-no-vox-nefastos/585191842_0.html (Consultado el 21 de junio de 2024).

[2] Es curioso que Antonella critique que a muchos movimientos los financie “la derecha trumpista” —que puede ser criticable—, pero no diga nada sobre el financiamiento de George Soros, y otros personajes liberticidas, a este tipo de colectivos que ella defiende. Entonces, si acaso no es deshonesto, sí viene de alguien con doble moral.

Argentina: el Gobierno de Milei avanza con la motosierra en los subsidios energéticos

El Gobierno de Argentina avanza en su plan de recorte de subsidios al consumo de la electricidad y el gas para los sectores medios y altos, en el marco del severo ajuste fiscal impulsado por el presidente Javier Milei.

En un decreto publicado este martes en el Boletín Oficial, se anunció un período de transición hacia subsidios energéticos focalizados, que se extenderá desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre de este año y se podrá prolongar por otros seis meses.

Esto sucederá «en función de la evolución de la situación económica general y la dinámica del sector energético».

Cabe señalar que, según el comunicado, la nueva norma tiene por objetivo «la gradual reducción de los subsidios actualmente vigentes» en el país y, en consecuencia, lograr un impacto fiscal en las arcas del Estado, aunque «de manera progresiva».

De esa manera, la Secretaría de Energía busca modificar el sistema anterior, ideado durante la decadente gestión de Alberto Fernández.

Una de los principales cambios establecidos son: (i) eliminación del tope de aumentos a las tarifas fundamentado en la variación del salario; (ii) se impondrán nuevos límites de consumo máximo subsidiados y, en caso de superarlos, «los excedentes se pagarán a precio o tarifa plena, es decir, sin subsidio».

No obstante, el fin último es optimizar el manejo de los recursos. Según el ente estatal encabezado por Eduardo Rodríguez Chirillo, el plan busca «pasar de un régimen de subsidios generalizado en materia energética, indiscriminado, con superposiciones de subsidios […], hacia un sistema focalizado en usuarios vulnerables y más ordenado».

Dinero, precios, coeficiente de caja y ciclos económicos: una respuesta a Juan Ramón Rallo

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Hacía tiempo que quería hacer esto, pero no me había dado la tarea para, ni había invertido tiempo en, hacerlo. Hoy, tras el mínimo revuelo en las redes por la respuesta del profesor Jesús Huerta de Soto a unos videos del profesor Juan Ramón Rallo, dando más vida el debate sobre si es bueno o no el coeficiente de caja del 100%, me veo en la obligación moral —o intelectual— de escribir estas líneas, pues considero que hay errores y aciertos de parte y parte, en aras de dilucidar mejor el funcionamiento del dinero y los precios en la economía y, por consiguiente, sostener el sistema monetario más sensato en el marco de una sociedad libre. Sin más, comienzo punto por punto.

La deflación no es gris: contra la expresión “no toda deflación es positiva”

Rallo ha expresado que “no toda deflación es buena”, pues la que se produce por “aumento de producción” sí lo es, pero la que ocurre por variación en la demanda de la moneda es mala, en la medida en que no todos los precios de la economía se ajustan a la misma velocidad a la baja y, tal como ha expresado en otros sitios, hay “redistribuciones arbitrarias de riqueza”, dado que “generan recapitalizaciones y descapitalizaciones de algunos agentes económicos que no están vinculados con el valor o la riqueza que generan para el mercado”[1]. Sin embargo, esta diferenciación de “dos deflaciones” es arbitraria y absurda, pues, en el fondo, siempre se trata de lo mismo: subida de la demanda de dinero, independientemente de las razones por las cuales sube dicha demanda.

En principio, cuando aumenta la producción de uno o varios bienes, y la cantidad de dinero —o sustitutos perfectos— se mantiene constante, disminuye, o aumenta menos que la producción, la moneda se aprecia, dado que aumenta su demanda con respecto a los bienes y servicios —ley básica: más oferta de bienes, menos o igual oferta de dinero—. De allí que la deflación sea una ganancia del poder adquisitivo del dinero —siendo la inflación todo lo contrario—. Entonces, si hemos de apegarnos a las premisas de Rallo, no habría que preguntarse: “¿Cuál deflación es mala, que hemos de evitar, y por qué?”, sino que solo cabría hacer una pregunta: ¿Es la deflación —que es una sola— buena o mala? A esto Rallo seguiría respondiendo que es mala, por las razones dadas en el primer párrafo anterior, pero, aún matizando, sus premisas siguen teniendo algunos problemas.

Si imaginamos una economía donde los intercambios voluntarios se fundamenten en el trueque, es decir, donde no hay dinero, nos encontramos con que cualquier variación en la demanda de uno o varios bienes y/o servicios alteraría el precio de los mismos, de cara a los demás bienes o servicios; si en una economía tenemos 100 Papas, 100 Peras y 100 Manzanas con igualdad de demanda —entiéndase que el valor de intercambio de cada uno es exactamente el mismo o, si gusta más, cada una valdrá lo mismo que la otra—, pero espontáneamente aumenta la demanda de la Papa y ésta pasa a costar un 1.25 Manzanas y al mismo tiempo 1.60 Peras —la oferta se mantiene exactamente igual, solo varía la demanda—, nos encontraremos también con que ahora la manzana se ha apreciado con respecto a la Pera, dado que ahora se necesitan 1.28 unidades Peras para adquirir 1 manzana[2]. En este escenario, los poseedores de papas se han beneficiado del cambio de las demandas de los actores en la economía, en perjuicio de los poseedores de manzanas y peras, siendo estos últimos los que peor salieron—, pero ¿Se puede decir que es arbitrario que haya algunos ganadores y perdedores por algo que sucede como consecuencia de la misma dinámica espontanea del mercado? ¿Se necesitaría “inyectar más papas” para mantener los precios relativos “en el mismo nivel”, es decir “estable”, y no “dificultar el cálculo económico” de los actores sociales? En lo absoluto. Pues, lo mismo pasa en un entorno con dinero de por medio.

De hecho, arbitrario sería decir que el proceso espontaneo de creación de precios necesita de algún tipo de ajuste o mecanismo creado por el human para que puede “corregir” estas deficiencias y no hayan “ganadores y perdedores” en los ajustes, puesto que, de aceptar tal premisa, sería igual a decir que cualquier cambio en las valoraciones subjetivas de los actores, que lleve a que los precios relativos se alteren en favor de unos y en perjuicio de otros, son “arbitrarios” y necesitan de alguna especie de mecanismo —sabrá Dios cuál… ¿Emisión ilusoria de bienes y servicios?— para poder “mantener el nivel general de precios”. Un absurdo total. En este sentido, es necesario mencionar que no existe tal cosa como un “nivel general de precios”, esto si es un arbitrio. Nosotros nos podemos encontrar en un país donde un bien cueste 10 unidades monetarias en un lugar, pero a 5 cuadras se encuentre a 50 unidades monetarias, ¿Cómo se puede medir eso en un “nivel general de precios”? Los precios son relativos a las subjetividades que se encuentran sumergidas en un proceso llamado mercado, no a las objetividades —matemáticas o no— de unos cuantos; los datos en el mercado cambian constantemente, y los precios van a ir en función de la demanda de los actores de cada bien o servicio, lo que incluye el dinero —su oferta, demanda, y las expectativas de cada variable que allí converja—.

Sí, es cierto que el cálculo económico puede dificultarse[3] si los precios relativos tienden a subir o bajar, pero es precisamente esto lo que deben prever cada actor en el mercado, y aplica tanto si aumenta la oferta de dinero —inflación monetaria— como si disminuye —deflación monetaria—[4]. Pero la cuestión debatir entonces es si dichos aumentos o disminuciones responden a procesos espontáneos del mercado, en un marco de ética, o si, por el contrario, responden a intervenciones varias o a acciones dentro del mismo mercado que son antiéticas. En adición, hay que tener en cuenta que, cuando no aumenta la cantidad de medios de pago por cuestiones ajenas al mercado —éticas—, la demanda de dinero, por razones cuales sea, no puede crecer infinitamente, sino que crecerá hasta donde lo requiera el mercado —tendiendo al ajuste de precios a un nivel de estabilidad relativa—, por su parte, la demanda sí puede caer hasta el piso, haciendo que los precios no tengan techo en sus subidas. De este modo, la inflación tiene un horizonte de parada más largo que la deflación, por lo que, pasado un tiempo, es incluso hasta más peligroso.

Dicho en otras palabras, el dinero es un bien instrumental que sirve como medio de pago, por lo que su demanda depende de las cosas que puede adquirir para satisfacer necesidades presentes y futuras —en este caso, actúa como reserva de valor y va a los saldos de tesorería—. Por ello, el valor subjetivo del dinero está atado a la utilidad anticipada de aquellos bienes y/o servicios que se esperan adquirir con él. De allí que cualquier variación en los bienes o servicios, incluyendo la moneda, afecte precios en muchos niveles y a distinta profundidad, pero ocurre de forma espontánea y, como parte del proceso de mercado, tiende siempre al equilibrio. Es irrelevante los ganadores y perdedores que hayan en el camino —espontaneo—; yo escucho eso y se me viene a la cabeza un constructo totalitario fundamentado en la eficiencia paretiana, donde no es posible mejorar la calidad de vida de unos, sin empeorar la de otros, y así no funciona el mercado.

Con todo lo anterior, queda refutada la idea de Rallo de que es necesario y/o “ideal” mantener un “nivel de precios” constante —que no existe, ni existirá— para que la economía fluya de la mejor manera posible. Esto es una quimera. También, se infiere que la deflación y la inflación, tanto monetaria como de precios, pueden surgir como resultado de los procesos espontáneos del mercado —no solo la deflación, como parece apuntar Philipp Bagus[5]—, y que queda de parte de cada persona estimar más o menos lo que espera a futuro, en función de sus necesidades, gustos y preferencias.

La evolución de los medios de pago

A todo lo anterior se suma que el hecho de que la idea de mantener “estable” los precios en una economía es peligrosa, porque se estaría interviniendo directamente en el proceso evolutivo de la selección de medios de pagos, que tiende a sustituir el sistema imperante por uno mejor. A modo de ilustración, intentar mantener los precios implica que, si llega acaso un bien que se presenta como un mejor medio de pago, haciendo que la demanda de la moneda en desuso comience a caer y, por consiguiente, que los precios manifestados en esa moneda comiencen a subir, se tendría que limitar la oferta de la nueva moneda y contraer la oferta de la vieja, con tal de “mantener los precios”. Por mucho que no le guste a Rallo, esto si es arbitrario, y pasará aun en un sistema con encaje fraccionario, habiendo o no curso forzoso. Ergo, el debate no debe girar en torno a si se ha de mantener o no “el nivel general de precios” —que no significa nada, y no me cansaré de decirlo—, sino en las acciones éticas que se lleven a cabo en el mercado, en lo que respecta al dinero.

Al respecto de los medios de pago y el mercado

A todo esto, Rallo podría responder que, en efecto, los medios de pagos creados por los bancos en un entorno de encaje fraccionario es algo que no atenta contra la ética y responde al proceso de mercado, agregando que en un sistema con reserva 100% no se puede expandir la moneda. Pero, nuevamente, hay muchos problemas en tales concepciones, aunque no quiere decir que yerre en su totalidad y no tenga razón en algunas cosas —he aquí precisamente donde comenzamos a tocar los errores de los cienporcientistas del ala del profesor Huerta de Soto, Rothbard y Bagus—. Voy a tocar varios puntos aislados, pero en este mismo orden de ideas.

Para empezar, es necesario diferenciar entre “depósitos a la vista” y “préstamos a la vista” —éste último conocido en EE. UU. como “demand loan”—. Si la discusión gira en torno a que los depósitos de bienes fungibles que se destinan a custodia deben o no mantener un encaje del 100%, se acabó las discusión, pues claramente debe tenerlo, apelando a los principios básicos del derecho, en el que apropiarse de un bien ajeno es robo, independientemente de lo que se haga con él, y/o puede constituir un fraude, en la medida en que se dice que se usará el dinero para una cosa —en este caso, cuidarlo—, pero en realidad se usa para otra cosa —prestarlo, invertir—. Ahora bien, no tiene por qué ser igual con los “prestamos a la vista”, que estimo es a lo que apela Rallo cuando habla en contra de la reserva 100%. Si una persona A le presta dinero a un banco B, éste decidirá que hacer con el mismo para rentabilizar y poder pagar cuando el prestatario requiera su dinero de vuelta —con cierta ganancia—, en este marco, Rallo tiene una parte de razón y solo habría riesgo de perdidas y quiebre si los plazos entre el momento que se debe regresar el dinero a la persona A es menor al momento en que el Banco recibe el retorno de su inversión —o del préstamo de dinero a un tercero—. Empero, esto no crearía dinero de la nada, puesto que alguien está dejando de usarlo para que lo use otro —solo se cambia la forma en que se posee y se utiliza el dinero existente—. Si bien es cierto que el deudor puede emitir un certificado de deuda que pueda utilizarse como medio de pago, haciendo que aumente el circulante en el corto plazo —que podría significar también hasta un aumento de los precios relativos—, en el momento en que se cancela la deuda, disminuye el circulante.

Si bien, hay que tener cuidado con lo descrito anteriormente, porque que le esté dando en buena medida la razón a Rallo no significa que todo lo que dice está bien y que así funciona exactamente el sistema actual. Esto hay que matizarlo más adelante —ver: “El sistema bancario, las reservas y las deudas emitidas”, en este mismo texto—. Por ahora, falta solo decir que la parte donde Rallo no tiene absoluta razón es que el descalce de plazos es la causa el ciclo económico, pues se puede dar el caso donde solo quebrarían aquellas entidades que incurrieron en el descalce de plazos y se verían afectadas solo las personas que tenían sus préstamos en dicha entidad —al menos que todas las entidades se pongan de acuerdo e incurran en el descalce de plazos, que si generaría un problema general[6]—.

En este marco, apelando al sistema contrapuesto, es necesario decir también que, en un entorno de patrón oro, es falso que con reservas del 100% no pueda aumentar la cantidad de dinero que requiera la economía, porque, además de la minería de oro —que es cara, pero que, también para disgusto de Rallo, no representa un problema—, se podría fácilmente emitir billetes por las reservas de plata, u otro bien que se pueda considerar “dinero” en el mercado. Que exista un “patrón oro” no significa estrictamente que las reservas deben ser en oro, sino que la unidad de cuenta de referencia será el oro, por tanto, se puede emitir en base a otros bienes altamente demandados, con encaje del 100%, haciendo paridad con el oro. Este contexto no distaría mucho de un entorno multimoneda, donde surge la Tasa de Cambio (TC) para fijar precio de una moneda con respecto a otra; así, si la cantidad de plata que se reserva para emitir billetes equivale a cierta cantidad de oro, entonces se sigue emitiendo sin necesidad de salir del patrón oro y sin necesidad de que aumente la producción minera. De hecho, también se pueden usar los depósitos a plazos y, para el sufrimiento de Bagus y JHS, se podría hasta emitir deuda sin alterar el patrón, pero esto será abordado más adelante —ver: “El sistema bancario, las reservas y las deudas emitidas”, en este mismo texto—.

Por todas estas razones es que la afirmación de Rallo de que el crédito se vería casi eliminado por completo en una economía del 100% es también errada. Al respecto, suficiente con agregar que, antes de que la reserva fraccionaria se convirtiese en el sistema que pretende coordinar las necesidades monetarias del mercado, los títulos de valores se usaron para satisfacer las necesidades del crédito. Títulos que podrían ser fácilmente también las letras, pagares, o cualquier otro certificado de deuda que podrían ser emitidas por empresas, y no necesariamente por los bancos, pero en este caso, se entra nuevamente en el debate de si el encaje del 100%, o no, de los préstamos a la vista. Vamos a ello.

El sistema bancario, las reservas y las deudas emitidas

Es necesario aclarar ciertos puntos: (i) los depósitos a la vista deben tener encaje 100%, porque ese es el contrato para los bienes custodios; (ii) los prestamos a la vista no necesitan del encaje 100%; (iii) en el marco anterior, intentar limitar las letras que emiten empresas y/o personas con la credibilidad suficiente para emitirlas —con ciertos criterios, porque si no esto se sale de control— significa atentar contra la libertad contractual de los actores que voluntariamente apelen a estos instrumentos, así, se entiende que ni Bagus, ni HDS, son quien para limitar este proceso crediticio. Ahora bien, el diablo está escondido siempre en los detalles, por lo que hay que tener cuidado con la expansión crediticia en base a los certificados de deudas —cualquiera—.

Esto es así porque, en caso de que estas letras comiencen a usarse como medios de pagos, inflando así el circulante en la economía, se podría crear un escenario que no dista mucho del sistema monetario fundamentado en deuda que hoy rige al mundo. A modo de ilustración, imagine que una Persona A hace un préstamo a la vista al Banco A, recibiendo un certificado de deposito por igual cuantía; si el Banco A presta a persona B y este a su vez deposita en el Banco B en forma de “préstamo a la vista”, y sigue repitiéndose una y otra vez el proceso, nos encontraríamos con que puede iniciarse un proceso de expansión crediticia que se podría traducir en inflación y, más importante aún, dar paso al ciclo de auge y recesión.

Estimo que si los plazos de retorno de dinero son menores al primer plazo que originó toda la cadena, habría una expansión de medios de pago que con el tiempo tendería a contraerse, pero que en el proceso ayudó a los proyectos de inversión darse por finalizado, pero, aún así, la expansión de medios de pago se puede traducir en inflación y una posterior deflación, monetaria y de precios, que no me queda muy claro si se trataría de un mero ajuste del mercado o si, por el contrario, nos encontramos de plano en el problema del ciclo económico. Es decir, y para verlo mejor usaremos los depósitos a plazos con un tiempo determinado, imagine que la Persona A deposita en el Banco A 10 unidades monetarias a un plazo de 2 días; este lo presta a persona B, que también deposita el dinero en el Banco B a un plazo de 1 día; cada uno recibiendo un certificado de su depósito que podría usarse fácilmente como medio de pago generalmente aceptado en la economía. En este escenario, nos encontraríamos que, aunque solo se depositaron 10 unidades monetarias en un principio, esto dio paso a que apareciera un certificado de deposito a plazo por 10 unidades monetarias, un segundo deposito a plazo por 10 unidades monetarias y, por tanto, un segundo certificado de depósito a plazo por igual precio. Así, ahora hay 20 unidades monetarias en forma de certificados de depósitos a plazos, aunque cada uno con distintos plazos. En el tiempo inmediato, eso es expansión de medios de pago, que podría traducirse en aumento general de precios, pero al acabarse los plazos y ser necesario devolver los depósitos a sus dueños iniciales, nos encontraremos con que los medios de pago se reducen nuevamente a 10 unidades monetarias[7].

Sin embargo, he aquí el problema, siguiendo la misma línea del ejemplo anterior, pero ahora viéndolo los depósitos como “préstamos a la vista”: al tener esta condición ¿Cómo puede estimar el Banco B en qué momento devolver el dinero a la persona B para que, a su vez, este pueda devolverlo al Banco A y éste a la Persona A? Rallo podría decir que, si lo tiene invertido en “activos muy líquidos”, puede liquidar y regresar en el momento en que se lo pida, pero, ¿Qué son, en este contexto, “activos muy líquidos”? Estamos partiendo de la idea que lo único que hicieron las persona fue depositar a plazo el dinero recibido. Si ponemos en la fórmula los proyectos de inversión emprendidos, y al necesitar estos proyectos más tiempo que la condición de “a la vista” para poder terminar el proyecto, ¿No nos encontraríamos ineludiblemente ante un descalce de plazos que queda a merced de que cualquier persona en la cadena de crédito que vaya a solicitar su deposito requiera que el banco liquide sus inversiones y, por tanto, muy probablemente también tengan que liquidar aquellos que emprendieron los proyectos antes de terminarlo? En caso de tener en cuenta el mercado de valores, ¿No se estaría igual adquiriendo el título valor con medios de pagos fundamentado en deudas, por lo que nos encontramos en un escenario en el que se compran títulos que también quedan a merced de un desplome en la bolsa, sean rentables o no los proyectos, una vez iniciado el ciclo de impagos? —nos encontramos también en el ciclo económico—.

Es más, aún si da tiempo que todos los proyectos de inversión finalicen, en el momento en que se vayan a liquidar los prestamos a la vista, nos encontraríamos con que hay menos medios de pagos y hay mayor producción, haciendo que el dinero se aprecie y, por tanto, en términos reales, ahora los proyectos tengan que pagar más de lo que inicialmente recibieron, pero en un escenario donde sus bienes o servicios se venden más barato de lo que previeron, haciendo que, con el tiempo, muy probablemente, se incurran en impagos, alimentando nuevamente así la cadena de impagos en donde los proyectos tendrán que declararse en banca rota, y los bancos también, y varios etcéteras que conocemos muy bien en este tipo de crisis que atribuimos al ciclo económico —pues, sí, nuevamente nos encontramos en el ciclo—.

Los teóricos de la liquidez pueden decir que es poco probable que las personas vayan a solicitar sus depósitos, porque igual cuentan con un medio de pago de igual valor, dando como resultado que no haya una contracción de los medios de pagos. Sin embargo, aun si esto fuese cierto, no limita que ahora hay medios de pagos que no se sustentan en el ahorro real de los actores —en el ejemplo descrito anteriormente, hay 20 unidades en medios de pago que se fundamentan solo en los 10 unidades del depósito inicial—, lo que lleva a la descoordinación entre ahorro e inversión —que deben caminar en la misma dirección—, que hace caer nuevamente en el problema del ciclo —fundamentado en la teoría del capital de la Escuela Austriaca de Economía, a saber, poco ahorro, más inversión por expansión crediticia, que en el corto se traduce en un auge y en el mediano o largo en una recesión—. De allí que se infiera que la Reserva fraccionaria bancaria, sea por donde sea, tanto si es fundamentada en los depósitos de bienes custodios como en los prestamos —a la vista o no—, permita absurdamente que el ahorro y la inversión tengan sentidos contrarios, es decir, subida de inversión con caída del ahorro.

Para evitar esto, la forma sería en que nunca se cobraran los depósitos a plazos, o en que haya un flujo de depósitos a plazos de igual cantidad que la liquidación de los otros depósitos a plazos, o que en ese tiempo el dinero haya aumentado en cuantía suficiente para responder a todos los depósitos a plazos —lo que significa que no aumenta ni disminuye el circulante, pero si se liquidan las deudas y aumenta el dinero real—, o que, y para ser más creativos, quienes reciban el dinero de tercera mano, esto es, A presta a B, B emprende su proyecto de inversión y para ello compra cosas a C —siendo C quien recibió su depósito de tercera mano—, y todos los que le siguen, no emprendan proyectos de inversión con ello y lo mantenga como un deposito a la vista —custodio— y no como un préstamo a la vista, lo cual se traduce en un crecimiento más lento y en una expansión crediticia super controlada, pero que podría verse en un problema de principios, pues se requiere limitar la libertad de uso de “su dinero”.

Lo cierto es que prohibir de lleno todo préstamo a la vista y fijar plazos, he incluso ver como un deposito a la vista los prestamos con plazos de 30 días —como sugiere JHS— tampoco soluciona estos problemas, porque lo único que cambiaría son los tiempos, pero el mecanismo y/o proceso crediticio descrito seguiría intacto. Y, de plano, prohibir usar los certificados de depósitos a plazo como medio de pago es atentar contra la libertad de los actores. He aquí una paradoja.

Cabe señalar que solo estoy jugando con los escenarios, superficialmente. Al final, y apelando a la paradoja anterior, nos encontramos en un contexto donde, si no se encontrar la forma de regular todo esto para que no se salga de control, al mismo tiempo que se respetan las libertades de cada actor social, ni el encaje 100% ni las propuestas de Rallo evitan el ciclo económico. Así, o hay algo a lo que se puede apelar para controlar todo esto y evitar el ciclo, o los socialistas tienen razón cuando dicen que el capitalismo genera crisis inevitables o, si gusta más, amoldado a este tema directamente, los ciclos económicos son un mal inherente en el capitalismo —aunque no por las estúpidas razones que sostienen, y me atrevo a decir que es una de esas afirmaciones que se hacen y que se amolda a la realidad por mera suerte —.

El error de Rallo con el sistema monetario actual

Rallo defiende que se puede ir a un entorno de competencia bancaria con encaje fraccionario y que lo que debe ser eliminado es el Banco Central, y dice también que, cuando se emiten medios de pago, alguien siempre está ahorrando. Lo que no parece entender es que, en el fondo, los medios de pagos —y sobre todo los fundamentados en dinero fíat— no son deudas reales, sino una estafa. Puede que, a nivel contable, se compute una deuda del Banco cuando se deposita, y una deuda a quien el banco le preste, siguiendo toda la cadena de forma repetitiva, pero el medio de pago per sé, fundamentado en el sistema de Banca Central o no, no es una deuda que se pueda saldar, sino una creación de medios de pago de la nada, de dinero, aunque a Rallo no le gusta esa afirmación—. Y si acaso llegan a ser deudas de algo, son deudas creadas sobre deudas, pues un depósito inicial da lugar a la creación de más depósitos, por lo que, en el fondo, no hay contraprestación alguna —por lo menos no en términos reales—.

Imagine un entorno de encaje 100% para los depósitos a la vista y cada banco emite un certificado de depósito, a la vista o a plazo: si persona A deposita a plazo 100 onzas de oro y el Banco A los presta a persona B, éste compra lo que necesita para emprender su proyecto de inversión a persona C, depositando este además las 100 onzas de oro a plazo en el Banco C, vemos que ahora hay 200 onzas de oro en formas de certificados de depósitos a plazo —que se pueden usar como medio de intercambio indirecto, pero para saldarlos solo hay, en términos reales, 100 onzas de oro en la economía[8].

En adición, si vemos el sistema financiero actual, Rallo podría decir que, en última instancia, el dinero es un pasivo del Banco Central, aunque no convertible. Sin embargo, aun si fuese “convertible”, pregunto: ¿Convertible en qué? ¿Acaso puede ser convertible? El dinero actual, aunque compute como un pasivo del Banco Central, en sí mismo no es un reclamo de nada. Si alguien tiene un activo financiero denominado en alguna moneda fíat, tiene derecho sobre los billetes que emite el Banco Central, pero esos billetes no reclaman nada más. Es decir, lo único que pueden reclamar los billetes fiduciarios son billetes fiduciarios. Sí, es cierto que con ese medio de pago se pueden adquirir bienes, pero eso solo son cosas que se pueden comprar con él, no que se pueden reclamar. Antes de eliminar el patrón oro, los billetes sí constituían un derecho a deuda, porque se podían reclamar la convertibilidad del billete, pero ahora no es así, no se puede reclamar nada al BC con eso. Alguien puede decir: “pero el BC tiene activos que puede liquidar”, y sí, pero esos activos se liquidan y se obtienen y/o compensan en dinero fíat. Allí muere todo. Mientras que los bancos comerciales si tienen deudas con sus depositantes y éstos a su vez activos, no significa que, en última instancia, el dinero fíat per sé sea un pasivo del BC, pues el banco está obligado a responder a sus depósitos en billetes fíat del BC, pero éste último está obligado a responder su medio de pago emitido por nada. En suma, y para no seguir redundando, el tenedor de un billete solo puede exigir que le den un billete igual, el BC no está obligado a tener algún activo con el que hacer frente a la exigencia de devolución del tenedor de sus medios de pago.

Que el BC esté obligado a recibir ese billete como forma de pago es irrelevante, puesto que, si entendemos que un pasivo es la obligación de restituir o remunerar con un activo al tenedor del certificado de deuda —tenedor del billete— en la cantidad que requiere ese certificado, el BC no restituye nada. Ergo, no es un pasivo. Si Banco A tiene credibilidad y emite un Certificado X con la promesa de que recibirá ese Certificado como medio de pago, pero solo está obligado a dar un Certificado X por valor igual al certificado de quienes vengan a solicitar el pago del mismo, lo único que tenemos es una estafa generalizada que se usa como medio de pago. De hecho, los billetes emitidos no tienen fecha de vencimiento, porque se amortiza a voluntad del emisor cuando este quiere. De esto deriva el hecho de que no se puede interpretar, con lógica, que los billetes son un préstamo a la vista, porque eso solo pasa cuando existe la obligación de entregar algo a simple requerimiento. De hecho, se podrían considerar esos billetes como parte del patrimonio neto del BC, pero no abordaré ese tema aquí[9]. Los puntos que se quieren destacar son; en primer lugar, que la premisa de Rallo de que se pueden emitir medios de pagos que en última instancia son ahorro de alguien, en realidad no es el caso, porque, o se ahorra deuda —bonos, letras, etc., que se pueden usar como colateral para recibir más deuda— y, por tanto, no hay ahorro real, o simplemente todo constituye una creación de algo que son activos para algunos, pasivos para otros, incluso hasta patrimonio neto, que se usa como medios de pagos e incrementa a gusto de quienes tienen la capacidad de emitir créditos.

Al respecto de los casos Ecuador y Panamá

En respuesta a JSH, groso modo, Rallo sostiene que el los Bancos de Panamá y Ecuador han sobrevivido precisamente por no contar con, y/o prever la, ayuda de un prestamista de última instancia, lo que los lleva a ser más prudentes. Sin embargo, tanto Rallo como JSH se equivocan. Rallo tiene razón en su crítica a JSH, pero su afirmación de que los bancos han sobrevivido “gracias a su prudencia” es, cuanto menos, cuestionable. Apelando al análisis que hasta ahora se ha sostenido, fácilmente se puede decir que esas economías se han encontrado con un aumento de la demanda de los medios de pago y por la poca tendencia, hasta el momento, de ir a solicitar sus prestamos a la vista, lo que no quiere decir que el sistema esté blindado, sino que vive al borde del precipicio, pero sin caerse aún. Lo que es más, que no haya habido corridas bancarias masivas no quiere decir que se evite el ciclo económico, o que haya una clase que se beneficia de la inflación —baja— causada por la expansión crediticia.

¿Es, entonces, como pregunta Rallo, “el coeficiente de caja 100% el remedio adecuado para evitar corridas?”, a lo que él mismo responde, acertadamente, “No, pues no es una condición necesaria ni suficiente”[10]. El punto en cuestión es que tampoco lo es la reserva fraccionaria y, de hecho, algunas de sus criticas al sistema 100% carecen de fundamento. El problema real no es el sistema cienporcientista, sino que, aun con él, puede haber crisis cíclicas.

En este marco, también habría que diferenciar entre la inflación y/o deflación causada como proceso espontaneo del mercado, que deben prever los actores sociales, que no podríamos decir que hay allí problemas éticos, de aquellas causadas por las entidades monetarias bajo un sistema inmoral, que está configurado para que unos se benefician a costa de otros, no por proceso de mercado. Si ha de haber ciclo inevitablemente —para pensar, no lo doy por 100% verdadero, es mero ejercicio intelectual— el debate giraría entorno, entonces, a la ética detrás de cada sistema.

Al respecto del caso Tether

Rallo pone como ejemplo la empresa detrás de Tether para sostener puede ser factible un sistema de prestamos a la vista, con encaje fraccionario, pero esto no pone en tela de juicio nada de lo aquí expresado. Las personas que apelan a Tether —como yo—, lo hacen porque demandan un medio de pago para poder navegar en el mundo cripto, pero, en el fondo, el sistema funciona igual. Los activos muy líquidos que tiene la empresa detrás de Tether se usan a su vez en el resto de la economía, siendo depositados en bancos que lo usan para emitir créditos —expansión crediticia—, mientras que se usa Theter dentro del mundo cripto. No hay ahorro real. En el caso específico de quien compra Tether, solo hay un cambio en la forma en que se posee un activo —el billete fiduciario es un activo para sus tenedores—, que se usa como bien líquido para adquirir alguna cripto. A lo sumo, el caso de Tether solo ilustra cómo una empresa se puede aprovechar del sistema financiero actual para sacar ganar mucho dinero, lo cual no es garantía de que todos puedan hacerlo, ni menos siempre.

Al respecto de los argumentos consecuencialistas

Habiendo expresado todo lo anterior, tengo que decir que es curioso que Rallo hable de preferir no usar argumentos consecuencialistas, como algunos de los usados por JHS, pero, contradiciéndose —o, mejor dicho, haciendo exactamente lo mismo para sostener lo contrario—, dice que el coeficiente de caja 100% podría generar problemas de ajuste de precios y que, por tal motivo, no es bueno para la economía de mercado. Ante esto, no me queda más que decir que “a veces la vida es una triste ironía”. Rallo usa argumentos consecuencialistas para decir que los argumentos consecuencialistas de JSH no son verdaderos —o por lo menos para explicar por qué no está de acuerdo—.

No tango más nada que agregar, por ahora. Así que apelaré a algunos comentarios en forma de “excursos”.

Excurso primero: Argentina y las reservas de dólares supuestamente congeladas

En un escenario de dinero fíat, Rallo menciona, en respuesta a JHS, con respecto a que “no se mantiene congelada la oferta de dólares en la economía si se lleva a un encaje del 100% de los depósitos a la vista en dólares, pues pueden llegar del exterior en un intercambio con EE. UU., por ejemplo —defiende JHS—, que el hecho de que “la oferta global de dólares no sea rígida, no es incompatible con que sí lo sea dentro de Argentina, en una economía dolarizada y con un coeficiente de caja del 100%, los propios argentinos no serían capaces de crear endógenamente —internamente— sustitutos monetarios pagaderos en dólares que pudiesen abastecer —satisfacer— su demanda de dólares. Y, por tanto, la única forma que tendrían los argentinos de incrementar la cantidad nominal de dólares de la que disponen, no la cantidad real —que aumenta con deflación—, es, efectivamente, con superávit exteriores a su favor”, es decir, cobrando más de lo que gastan en el extranjero —exportando más de lo que importan—. No obstante, para que esto sea posible, es necesario ajustar a la baja los precios internos de la argentina —otra forma seria que las exportaciones argentina sean competitivas, lo que da paso a que las personas puedan trabajar y ahorrar (produciendo más) para atraer más dólares, sin necesidad de apelar a la deflación; pero, si hay mucha demanda de dólares en el corto plazo dentro de Argentina, la forma más común para lograr esos dólares que necesitan —y quieren— es bajando los precios de los productos que exportan —o de los que venden dentro para dejar de importar, lo que se traduce en que no salgan dólares—. Esta deflación interna “puede alterar los precios relativos de la Argentina, y si los altera, generar descoordinaciones económicas”[11]. Sorprendente afirmación sin sentido, muy bonita, pero sin sentido.

Al respecto, dos cosas: (i) aun si es cierto —que no lo es— que la cantidad de dólares en la economía argentina no se pueda expandir por sí sola, a nivel interno, eso no tendría por qué representar un problema por las cosas expuestas en el primer subtema —ver: “la deflación no es gris: contra la expresión “no toda deflación es positiva””—; (ii) ¿En qué mundo es posible que la oferta interna de dólares se mantenga constante, o disminuya, y no haya flujos de cajas positivos para el país? Pues, en uno donde dicho país, y absolutamente todos sus habitantes, sin excepción, esté aislado del resto del mundo, pero ese no es el escenario de Argentina —podría ser el de Corea del Norte, y aún así lo dudo mucho—, por lo que pueden entrar dólares al país sin ningún problema, sea por vía de que exporten más de lo que importen, o por vías menos oficiales. Por mencionar un ejemplo, en la economía venezolana han entrado millones de dólares, fuera del mundo de las importaciones y exportaciones, que han llegado para satisfacer —y se quedan cortas— la demanda de la moneda de los venezolanos. En un mundo globalizado, dificulto mucho que “pueda haber una oferta elástica de [dinero] a nivel internacional, pero una inelástica a nivel nacional”, que el escenario sea posible, no significa que esa posibilidad sea alta. Ergo, ese escenario solo está en la cabeza de Rallo.

Excurso segundo: libre competencia bancaria y reserva fraccionaria

Si Rallo tuviera razón y fuese posible mantener una estabilidad en la economía bajo un sistema bancario de libre competencia y fundamentado en el sistema de reserva fraccionaria, tendría que explicar por qué hubo ciclos de auge y recesión en el pasado, cuando imperaban sistemas parecidos. En concreto, en el periodo de 1814 a 1914.

Excurso tercero: mi respeto para Juan Ramón Rallo, Bagus y Huerta de Soto

Quiero dejar en claro que el hecho de que este servidor no comparta del todo las posturas de Juan Ramón Rallo, Philipp Bagus y Jesús Huerta de Soto, aunque si bien es cierto que este texto giró en gran medida en torno a las premisas de Rallo, no quiere decir que no los respete. Todo lo contrario, a pesar de estas diferencias, y de algunas otras que competen a otras áreas del conocimiento, les agradezco muchos aportes intelectuales. De hecho, doy una enhorabuena y me mantengo de pie ante el trabajo de Rallo con la difusión de las ideas de la libertad, a través de distintos medios; hago lo mismo con Bagus y con JSH. Con respecto a este último, destaco que mi primer encuentro con las ideas de la libertad fue con “Dinero, crédito bancario y ciclos económicos” … he aquí varios años después.

Gracias, por tanto, pero están equivocados en algunas premisas, que estimo hay que corregir en aras de vislumbrar un sistema monetario que evite los ciclos, pero que a su vez respete la libertad de cada individuo. ¿Qué estoy equivocado en mis premisas y sí es posible evitar el ciclo manteniendo alguno de los dos sistemas que defienden Rallo o JSH y sus seguidores? Es una posibilidad. Les invito a demostrarlo.


[1] Juan Ramón Rallo. ¿Es positiva la deflación que defiende Javier Milei?. Publicado en YouTube. Puede acceder a través de: https://www.youtube.com/watch?v=hTQXI_Av4p4& (Consultado el 14 de abril de 2024)

[2] Regla de tres: a los precios dados de 1.25 unidades de manzana igual a 1 papa y 1.60 unidades Pera igual a 1 Papa, tenemos: (i) 1 manzana es igual a 0.8 papa —((1*1)/1.25) = 0.8—; (ii) 1 pera es igual a 1.28 manzanas —((0.8*1.6)/1) = 1.28—; si A=B=C, entonces A=C, por lo que, si 0.8 papas equivale a 1 manzana y a 1.28 peras, 1 manzana es igual a 1.28 peras. De esto se desprende, y lo resalto a modo de comentario, que el total de peras no alcanza para comprar el total de manzanas, al igual que el total de manzanas por sí solo no alcanza para adquirir el total de papas, pero la economía monetaria venezolana me ha enseñado que las cantidades de un bien A necesarios para adquirir un bien B son irrelevantes, pues la demanda de las mismas, dadas unas cantidades, determinará sus precios, una con respecto a la otra, sin importar que el total de uno pueda o no adquirir el total de otro.

[3] Digo “dificultarse”, no “eliminarse”. Uno de los errores de los economistas de la Escuela Austriaca de Economía es afirmar que “sin precios no hay calculo económico”, al menos que por “precios” incluyan las comparaciones de valores que no necesariamente se expresan en unidades monetarias. Pero eso es cuento para otro día.

[4] Puede haber inflación o deflación de precios, sin necesidad de que haya aumentado o disminuido la oferta monetaria, si llega a variar la demanda de la misma, más si hay competencia de monedas. Ejemplo de ello es el caso venezolano, donde la demanda del bolívar es tan poca, y la demanda del dólar tan alta, que ha creado un interesante escenario que, por cuestiones prácticas, no desarrollaré aquí, pero sí he vislumbrado en otro lugar, al que puede acceder en: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 14 de abril de 2024).

[5] Philipp Bagus. 2023. Anti-Rallo: una crítica a la teoría monetaria de Juan Ramón Rallo. Madrid, España. Publicado por Unión Editorial., sección: “El origen del dinero y el poder adquisitivo constante”, párr. 1.

[6] Bagus sostiene que el descalce de plazos no representa un problema y no es la causa del ciclo, porque puede darse el caso en el que se renueven los plazos del préstamo, haciendo que de el tiempo suficiente a quienes emprendieron sus proyectos de inversión, o que los nuevos prestamos lleguen para sustituir el que está venciendo. No obstante, es necesario decir dos cosas: (i) aunque puede tener razón en ciertos escenarios, no significa que la economía esté blindada si todas las entidades de intermediación financiera incurren en el descalce de plazos, y (ii) ¿No se incurre en una doble moral el decir que la entidad puede prestar el dinero a un plazo mayor que el plazo en el que le fue prestado a él, solo por “estimar” que el prestatario no va a querer el dinero en ese plazo y “muy probablemente” lo renueve? ¿No es inmoral que el contrato fije un plazo y que, yendo contra el mismo, la entidad use ese deposito para prestar a un tiempo aun mayor? Si ha de defenderse el descalce de plazos en las circunstancias en las que describe Bagus, entonces no habría motivo para acusar de fraude a quienes toman los depósitos a la vista para prestarlo también, porque “muy probablemente” la persona no vaya a retirarlo antes de que le sea retornado el préstamo realizado a un tercero. Con esto, lo que intento resaltar es que tanto la emisión monetaria a través del crédito como el descalce de plazos son problemas, y ambos pueden desencadenar un ciclo, señalando además que queda en tela de juicio la afirmación de Bagus cuando dice que “el descalce de plazos es perfectamente legítimo”. (…) Si desea ver lo que dice Bagus al respecto, donde pretende refutar a Rallo, pero que, a mi juicio, deja mucho que desear —que no significa que Rallo tenga razón—, véase: óp. Cit. Anti-Rallo: una crítica a la teoría monetaria de Juan Ramón Rallo., sección: “5.2 La curva de rendimiento y el arbitraje”.

[7] En este ejemplo, el encaje de los depósitos a plazo es de 0%, lo que se podría prestar para crear medios de pagos que tienden al infinito. Empero, aplica la misma lógica, aunque con más limites en la expansión, con un porcentaje mayor en el encaje.

[8] Dos cosas: (i) aquí caeríamos nuevamente en los escenarios que se describieron más arriba; y (ii) no se está tomando en cuenta que los certificados de depósitos a plazos puedan usarse como aval para solicitar más crédito —que es lo que puede hacerse en la actualidad bajo ese sistema financiero—, haciéndose más patente la “creación de deuda sobre deuda”.

[9] Se pueden usar muchos argumentos para sostener que sí es un pasivo, que es un patrimonio, que es un activo… el billete emitido por el BC, pero esto solo muestra la gran maraña y confusión que ha generado el sistema financiero actual, y que debe dilucidarse en aras de avanzar a un sistema monetario más sano.

[10] Juan Ramón Rallo. Coeficiente de caja 100%: a favor y en contra. Publicado en YouTube. Puede acceder a través de: https://www.youtube.com/watch?v=cjYggzdCF7g (Consultado el 14 de abril de 2024).

[11] Ibidem.

Opinión sobre la interferencia del estado en el desarrollo de una economía naranja

Por Diego Márquez, coordinador local de EsLibertad Venezuela.

Actualmente he realizado un estudio en el marco de la objetividad, y la opinión que daré a continuación deviene del estudio y de observar el manejo de un tipo de economía en esta parte del continente que, muy lejos de manejarse entre los parámetros de la competitividad y el libre ejercicio el estado ha focalizado y tratar de orientar aun sin contar con las preferencias  mayoritarias de las gentes, a su vez he fomentado una opinión que con sumo detalle voy a redactar y tratar de elaborar dentro del marco de la objetividad en base a la evidencia empírica.

La economía naranja es un tipo de planificación en función de una caracterización a parte de la sociedad que específicamente se enfoca en las artes, se trata de promover la visión artística en un enfoque de mercado para que además de brindar gusto a la labor sea conveniente a la hora de generar ingresos, en pocas palabras es un sistema que incentiva el trabajo artístico para así que deba ser incentivado por los individuos.

Realmente, de esa manera no sería un peligro, porque si mayoritariamente nos decantamos a ese mercado es porque así lo deseamos, y lo puedo tomar desde un punto de vista muy Randiano en el sentido del comercio de las artes, pero lo que se trata de plantear en este trabajo no es el área comercial, sino lo que en mi opinión vendría siendo que el incentivo por parte de subvenciones a particulares , con el fin de potenciar del desarrollo o la aceptación por parte de la sociedad, financiado por el estado en su planificación de políticas públicas, es ineficiente, porque la planificación en el marco de la realidad tiende hacer imprecisa y no necesariamente podría tener el éxito que se espere, o que sean políticas que realmente no devengan en resultados favorables para todos.

Todo indicaría que si el estado “eficiente” (un concepto que se pondría en duda sin cuestionarlo) podría hacer que la inversión en la naranja, o en la verde, que se en enfoca en el entorno ambiental, o azul, que se enfoca en el marítimo, o como puede ser la roja, que trate del consumo desmedido de bienes y servicios, todo deriva en que la implementación de dichos planes no hará de estos una buena ejecución debido a los incentivos que puede haber por medio.

Creo en una economía de libre mercado, en donde la que la lidera no es una institución que determina que es lo que le conviene a la sociedad quitándoles la libertad; creo en la auto regulación acompañada con el sistema de precios fundamentado en la oferta y la demanda, de dicha manera, si en nosotros como seres humanos pensantes está el promover la economía el mercado, encontrará la opción para que esta funcione en nuestro estilo cultural, porque también existe la posibilidad de que esta no sea bien recibida, y así mismo el mercado se auto regule sacándola de por medio.

Esto no quiere decir que siempre será fructífera, ya que eso depende de la demanda de las personas; si el público demanda un auge artístico y cultural, se aceptará sin ningún problema, pero, si no hay demanda, no estoy a favor de que el estado crea que sí y actúe en consecuencia, porque el proyecto podría terminar en un rotundo fracaso.

Esto lo digo porque me apoyo en el concepto de economía de mercado, una economía libre, un sistema de precios libre y donde el valor lo determina la utilidad, en caso de que un estado quiera hacer dicha inversión hay que evaluar su realidad país, en observar si está en condiciones de mantener dicho plan de economía naranja y, yéndonos al contexto de Venezuela, veo sumamente importante que se promueva una economía como la de economía de mercado para generar riquezas, esa que atiende las demandas de la sociedad, y que trae prosperidad económica a las naciones; si el sistema libre determina y pide una economía naranja esta será fructífera porque tiene una demanda a la cual atender.

El tema de la inversión desmedida y el gasto público no debe tomarse a la ligera por ejemplo: en China el gobierno promovió una distribución poblacional gastando millones en infraestructura para así redistribuir a la población y según generar más fuentes de trabajo en aquellas áreas, el resultado fue que no todos se mudaron, que no incentivo al trabajo en aquellas áreas desoladas y debido a esa inversión hay ciudades con muy poca densidad poblacional y no recupero absolutamente nada de esa política, porque desde el estado se pensó que era lo que debía hacerse, y fracasó por ello. Estoy en desacuerdo cuando se trata de incentivar la economía desde el estado porque, en palabras de Ayn Rand: “Cuando el negociante se equivoca con su dinero el pierde, pero cuando lo hace un burócrata perdemos todos”, y con esta idea culmino: estoy totalmente de acuerdo con dicha economía cultural enfocada en las artes y humanidades, solo cuando tenga una demanda a la cual dirigirse.

Una opinión sobre la educación

Por Diego Mendoza, coordinador local de EsLibertad Venezuela y editor del medio La Ventana Rota.

He decidido escribir este artículo luego de percatarme que en diferentes redes sociales y círculos de amigos ha surgido una interesante y esperanzadora discusión en torno a la situación de la educación en nuestro país, Venezuela.

Actualmente las instituciones educativas estatales, que son las predominantes en número y tamaño, se encuentran cerradas en todos sus niveles: inicial, básica, media, técnica y diversificada, y superior. Debido a la destrucción del poder adquisitivo de la moneda (Bs.) a partir de su grotesca emisión, y de la quiebra del monopolio estatal PDVSA, los presupuestos para el sostenimiento de la educación pasaron a un infra-plano. Ahora mismo, las casas de estudio yacen en su mayoría cerradas y abandonadas a su suerte, por lo que suelen ser objetivo recurrente de destrozos más que de robos, pues desde hace unos cuantos años atrás hay muy poco mobiliario llamativo para extraer. De hecho, en el estado donde habito, a uno de los edificios de la Universidad de Los Andes (ULA) le fue hace años arrancado gran parte de su cableado eléctrico interno, sin poder ser repuesto.

Para añadir complicaciones a este triste panorama, el establecimiento de la cuarentena en marzo de 2020, terminó de apresurar la muerte de la educación estatal, pues al permanecer cerradas las instituciones su deterioro ha sido mayor. El ya escaso personal que hacía vida en estas casas de estudio, se dedicó a otras actividades dentro o fuera del país.

La queja en mayor grado por lo que he podido evidenciar, proviene de los estudiantes universitarios que ya estaban a mitad de sus carreras o habían superado ese punto, los cuales piden un retorno a las actividades, e incluso algunos dicen estar dispuestos a pagar directamente con otra moneda el sueldo de sus profesores, pero llegar a una resolución del problema se ha hecho difícil, pues no depende únicamente de los profesores el regreso a clases, como ya se mencionó, la infraestructura de las instituciones está considerablemente deteriorada, y sumado a ello, no se puede pasar desapercibido que las mismas son propiedad del Estado venezolano, por lo que sus dirigentes pueden decidir entre aceptar un sistema de pago directo, o sencillamente optar por mantener el cierre total.

Una vez expuesta la situación, puedo proceder a desarrollar mi punto, pues considero que nos encontramos en el momento más propicio para cambiar de ideas respecto a la educación estatal, es decir, cuando hemos chocado con la cruda realidad.

Si algo debería a toda costa mantenerse fuera de la tutela del Estado es precisamente la educación; pues si la naturaleza del primero es la rigidez y la coerción, el segundo es su antónimo, necesitando del cambio permanente y la tolerancia.

La educación estatal logra eufóricos apoyos por el sembrado pretexto de que dejándole en libertad, solamente una minoría de la población podría acceder a las instituciones educativas, mientras que la inmensa mayoría nunca podría asistir a una. Este argumento de que en el libre mercado unos pocos se quedarán con todo, mientras que la mayoría se queda sin nada, es  por cierto una especie de plantilla que repiten muchos políticos cada vez que desean que los electores les den luz verde para intervenir algún sector del mercado.

Pero se desmonta rápidamente esta afirmación cuando evidenciamos que han existido y siguen existiendo en el país múltiples instituciones privadas en todos los niveles, cuyos precios de matrícula son bastante accesibles, situación que además tenderá a ser mucho más ventajosa para el consumidor si se generase una apertura real de mercado, pues la acción competitiva inducirá entre otras cosas a la baja de los precios.

Aun así, partiendo de dicha excusa, varios políticos han creado otra idea absurda como lo es darle a la educación el grado de “derecho positivo”, lo que conlleva a que otros tengan el deber de brindar este servicio, en este caso, el Estado a través del dinero que obtiene de los contribuyentes, o del monopolio que sostiene sobre cierta actividad. Por cualquiera de las dos vías se está cometiendo una arbitrariedad, si se acude al cobro de impuestos, se le está extrayendo dinero al individuo que bien éste hubiese preferido tener para gastar en alguna otra apetencia. Y si se acude al monopolio sobre una actividad económica, en nuestro caso venezolano la explotación del subsuelo, se está reduciendo el campo de acción del individuo.

Y nuevamente los hechos comprueban que las personas están dispuestas a pagar voluntariamente por educación en cualquier nivel, incluso por formación específica, de aquí que haya academias de futbol, beisbol, tenis, gastronomía, modelaje, idiomas, primeros auxilios, entre otras. Como lo plasma Murray Rothbard en su ensayo, Educación Libre y Obligatoria:

La ventaja de un desarrollo ilimitado de las escuelas privadas es que en el mercado libre tenderá a desarrollarse un tipo distinto de escuela para cada tipo de demanda.”

Pero siempre hay cabida para otra tesis, y ella es que para poder vivir organizados en un Estado moderno esencial es formar ciudadanos, es decir, individuos que conozcan y respeten las leyes e instituciones. Lo curioso de sugerir esto es que el sistema de Estado moderno fue concebido antes de la instauración de la educación estatal, y en ciertos países como en Inglaterra esta condición se mantuvo durante largos años. No obstante a ello, surgiría la duda de ¿quién decide qué es un buen ciudadano? Si se deja en manos de las autoridades del Estado tal elección, no sería extraño esperar que algún día llegue un mandatario que disponga que un buen ciudadano es aquél que no contradice al Estado, sino que lo defiende en todo momento, y en este sentido exige dirigir la educación estatal, y ya que se le concedió tal poder, no se podría decir que está cometiendo una falta.

También hay quienes dicen que la educación estatal es una forma de brindar las mismas herramientas a todos los individuos para que logren progresar. Pero esta premisa carece de validez ya que en tal caso, el Estado también debería proveer alimentación, vestido, vivienda, transporte, útiles escolares, tecnología, y cuantas cosas el individuo considere necesarias para progresar. En definitiva, una inmensa cantidad de productos y servicios, por lo que los individuos trabajarían día y noche para mantener a otros, todo administrado y dirigido por un Estado omnímodo, donde quien ocupe los altos cargos tendría poder para hacer cuanto desee.

Así mismo, el negocio del servicio educativo en manos del Estado, como cualquier otro, se torna inviable a mediano y largo plazo, por la sencilla razón que el Estado no ejecuta la función empresarial, es decir, su negocio no se basa en saber cubrir las necesidades del consumidor, sino que el dinero es concebido como ya se mencionó, a través de impuestos o la monopolización de algún sector del mercado. De allí que, los costes y la calidad sean dos características pasadas por alto. Lo que comúnmente hace una empresa de educación privada que percibe una reducción de beneficios es replantear el negocio o cerrarlo, pero el Estado no puede actuar de dicha manera porque si decide cerrar una casa de estudio, miembros de la comunidad –por muy pocos que sean- podrían alegar que se le está quitando el “derecho a la educación”, que los mismos políticos constituyeron, por lo que su reclamo tendría procedencia legal. Lo que quiere decir además, que es una medida sumamente impopular, por lo que las autoridades de turno corren el riesgo de no volver a ser elegidos para ocupar un cargo; por esto es que su respuesta es seguir destinando dinero a un saco sin fondo, dinero que en manos de los individuos podría ser de mayor provecho.

Posteriormente, también se ha replicado que una educación estatal sería el camino para consolidar la tan anhelada entelequia de la “igualdad social”. Temo que aquí se comete un grave error, ya que si algo se ha podido demostrar es que las personas mientras más se ilustran, menos parecidas son sus ideas; con total razón, pues al no existir por naturaleza la homogeneidad del pensamiento, el conocer sobre un tema hace que cada quien le analice desde su particular punto de vista. En cambio, dos personas que no saben de algo no tienen más opción que decir: “no sé.” Por tanto, buscar igualar a los individuos a través de la educación sólo podría derivar en un daño, ya que dicha igualación únicamente sería probable hacia la ignorancia.

En este mismo sentido Murray Rothbard en su ensayo Educación Libre y Obligatoria, escribe:

Como habilidades e intereses son naturalmente diversos, una deriva hacia hacer igual a la gente en todos o la mayoría de los aspectos es necesariamente una nivelación a la baja. Es una deriva contra el desarrollo del talento, el genio, la variedad y el poder de razonar.

Aún a sabiendas de esto, se aplica la idea, y algo todavía más asombroso es darle el carácter de obligatoriedad, es decir que no llanamente se está forzando al individuo a poner dinero para el sostenimiento de la empresa, sino que a su vez se le está obligando a recibir el servicio. Esto representa una soez violación a la libertad individual. Muchos consideran que al no hacerla obligatoria, la mayoría de las personas optarán por no educarse; gran desliz, pues nuevamente la evidencia histórica da al traste con esta opinión, demostrando que por naturaleza evolutiva el ser humano ha descubierto las inigualables ventajas del saber. Como bien lo argumenta Carl Sagan en su obra Cosmos:

La evolución nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender nos da placer porque quien comprende tiene posibilidades mayores de sobrevivir.”

También hay quienes dicen que los padres ya no enviarán a sus hijos a las escuelas, otra bárbara mentira, pues darles educación universitaria no es una obligación de los padres, y aun así, la mayor cantidad de ellos corren con todos o parte de los gastos de este nivel educativo, con la intención de que sus hijos se especialicen en alguna ciencia, especulando que los beneficios futuros que se podrán cosechar sobrepasará los costes asumidos en el presente.

La repercusión de hacer de la educación escolar una obligatoriedad para los niños de cierta edad, es que los padres que no puedan o deseen enviar a sus hijos a las escuelas, deberán enfrentar problemas legales como multas o incluso ir a la cárcel. Por lo que en cierta forma se le estaría dando al Estado derecho de propiedad sobre los menores y la conducta de los padres.

Unos padres podrían no estar mandando a su hijo a la escuela por circunstancias económicas o geográficas. Y si al conocer la historia le representa a alguien un disgusto, la solución es sencilla, con su propio dinero puede ofrecer pagar la matrícula del niño, o correr con los gastos de establecer una escuela en la lejana zona donde este reside. Pero lo que esa persona no tiene el derecho de hacer es obligar a otros a pagar su obra de caridad, que es exactamente lo que hace el Estado.

Otros, tomarían la decisión de no enviar a sus hijos a la escuela porque consideran que pueden ellos mismos cumplir con la función pedagógica. ¿Hay acaso algo malo con ello?

Pero aquí en Venezuela, al igual que en muchos otros países, la intervención en materia educativa va más allá, imponiendo un control sobre las materias y los contenidos temáticos que se deben impartir tanto en las instituciones estatales como en las privadas. Hay quienes pueden argumentar que de esta manera se cuidan los contenidos impartidos, y se pasa por una especie de verificación de los mismos. Pero considero que se comete nuevamente un error al quitarle a los padres la autoridad de decidir lo que se le enseña en la escuela a sus hijos, para conferírsela al Estado. Esto significa inexorablemente que las materias y su contenido a impartir dependerán de la subjetividad de los burócratas de turno.

En un sistema de libre empresa habría diferentes pensum, métodos de enseñanza, sistemas de evaluación, horarios, e incluso quedaría a libertad la exigencia o no de un uniforme. Todo ello se les presentaría a los padres, quienes tras analizar la oferta decidirán dónde inscribir a sus hijos. Y si en un momento determinado en la carrera escolar el padre decide que no le convencen los temas, los métodos de enseñanza, o cualquier otra cosa, entonces tiene la posibilidad de optar por una opción distinta.

Actualmente esto resulta imposible, no hay más opción que recibir la educación que determina el Estado, gustenos o no. Se podría cambiar al niño o joven de institución, pero seguiría viendo las mismas materias que hoy son obligatorias, y dentro de ellas se tratarán los mismos temas. Lo único que podría variar sería el método de enseñanza del docente, y esto hasta cierto punto, pues sigue maniatado por los plazos y el sistema de evaluación.

Cabe considerar que al dar al Estado el poder de dictar las materias y los contenidos, no nos podríamos luego quejar si estos no van acorde a nuestras ideas. Si quienes hoy dirigen el Ministerio de Educación piensan que se debe enseñar una cátedra llamada Socialismo de Siglo del Siglo XXI, para glorificar por medio de la misma las opiniones de Hugo Chávez Frías, está legalmente en toda la potestad de hacerlo. E inversamente, si en algún momento llegasen a ser autoridades quienes consideran que debe existir una cátedra llamada Nuevo Ideal Nacional para así promover las ideas de Marcos Pérez Jiménez, también tendrían el derecho. Por consiguiente, la educación estatal siempre tiende al adoctrinamiento en función de los intereses de las autoridades de turno, sin poderse contar con una alternativa.

Abordando desde otro flanco a las universidades estatales, se suscita la problemática del gasto despreocupado de los siempre escasos recursos en el sostenimiento de carreras con baja demanda puesto que, el mercado laboral para los formados profesionales es muy reducido o inexistente. Pero un político podría perfectamente utilizar la apertura de estas carreras para ganarse adeptos, a fin de cuentas, los costes en los que se incurren no los cancela él.

Es por ello que no era extraño para nosotros encontrar a un licenciado en Artes Visuales egresado de la Universidad de Los Andes, manejando un taxi, pues su profesión no contaba con una demanda real en el mercado. Aun así, él habría estado 5 años – puede que incluso más tiempo – recibiendo todas las ventajas que otorga esa universidad estatal: educación, comedor, transporte, beca, residencia. Sin por ello tener ninguna preocupación, pues en definitiva él no era quien pagaba la factura. Si en caso contrario, la universidad fuese privada, la apertura de las carreras obedecerá a una demanda capaz  de generar beneficios.

Esta es en parte la razón por la cual las universidades estatales manejan costes superiores a las privadas.

Una vez expuesto todo este análisis, dejo claro mi compromiso en defensa de una educación privada y no obligatoria, es decir, una educación realmente libre, donde los individuos puedan optar entre palmares de sistemas educativos y contenidos, siendo este panorama campo propicio para que surjan verdaderos debates donde diferentes ideas se comunican y llevan a reflexionar. Tengamos claro que el respeto a la libertad del individuo empieza por su educación.

¡Piénsenlo![*]


[*] Este articulo fue publicado por primera vez en «La Ventana Rota», y puede acceder al mismo presionando aquí.

Vacíos teóricos de la socialdemocracia: por un espacio de crítica

«(…) la socialdemocracia se ve empujada a abusar del poder político de una forma contraria a sus criterios axiológicos

Autor

Por Anthony Parra, coordinador local de EsLibertad Venezuela.

La afirmación de este escrito no busca imponer un criterio de refutación de la socialdemocracia; de hecho, al decir vacíos teóricos, se entiende que son espacios no llenos y que están en potencia de serlo. Puede ahora comprenderse mejor el objeto de este trabajo: convencer al lector del compromiso teórico de esta teoría política, asunto que la socialdemocracia —que este autor ha experimentado— ha escabullido una y otra vez y, ante disputas teóricas, se postula como una vía que, como se verá, puede tener las mismas consecuencias de pisar un precipicio.

El problema teórico principal no afrontado por la socialdemocracia es la idea de que es un punto medio que conserva lo bueno de cada sistema, tanto liberal como socialista. Los socialdemócratas son no revolucionarios por el fracaso de las revoluciones y se consideran no marxistas, aunque tienen bases ideológicas iguales y persiguen, como señala Hoppe, “la abolición del capitalismo como sistema social basado en la propiedad privada y el establecimiento de una sociedad nueva”[1].

Autores como Marx señalan el perverso nacimiento de la socialdemocracia. Describe que estos “pequeños burgueses” se vieron mal recompensados en lo material y que la democracia —su garante para conseguir esos intereses materiales— se veía comprometida, así, en 1849  se festejaron reconciliaciones con la Montaña —grupo político de la segunda república francesa— y entre pactos comunes se “les limó la punta revolucionaria y se les dió un giro democrático”. Así nació, para Marx, la socialdemocracia.

A este punto, el autor alemán profundiza refiriendo que: “Por mucho que difieran las medidas para alcanzar este fin, por mucho que se adorne con concepciones más o menos revolucionarias, el contenido es siempre el mismo. Este contenido es la transformación de la sociedad por vía democrática, pero una transformación dentro del marco de la pequeña burguesía”[2].

Por añadidura, muchos consideran que el padre teórico es Eduard Bernstein, pero lo cierto es que el término circulaba antes de la obra de Bernstein y las bases teóricas estaban sentadas antes de ella. La socialdemocracia, que llegó a establecerse como forma de Estado, fue fundada en Alemania por Schmoller, Wagner y otros seguidores como Karl Rennes. En Francia, vale la pena destacar la influencia de Saint-Simon, que —para mi— es la influencia más importante.

La socialdemocracia, como acertadamente aborda Dalmacio Negro, “reconoce y protege las libertades acordes con la legislación y respeta las del Estado de Derecho, siempre que no impliquen desigualdad[3]. Los socialdemócratas justifican su Estado bajo el cuidado existencial al que se refieren autores como Forsthoff, pero respetan el sector privado con cierta inseguridad para distinguir entre el Estado y la Sociedad y no caer en el error histórico de los marxistas.

Su respeto a las actividades económicas termina en aquellas actividades de interés nacional que “requieren” su administración directa, pues, para el socialdemócrata, si el Estado es mínimo, no hay quien ayude a los pobres. Ergo, proponen una progresión tributaria constante que es, por tanto, subjetiva, e incrementan los volúmenes de crédito, todo bajo el ideal igualitario. Por ello, se puede decir que su diferencia con el marxismo está en que, mientras el primero es enemigo del capital, el otro busca armonizar con él.

Consecuencias teóricas de la socialdemocracia

Entre sus intentos teóricos de distinguir Estado y Sociedad —cuestión que consigue al menos en sentido jurídico— se salta la reglamentación del Estado de Derecho al ofrecer privilegios a los que considera desfavorecidos, pues, como dice Carl Schmitt: “la igualdad ante la ley es inmanente al concepto de ley propio del Estado de Derecho”. Al saltársela, existe un árbitro que es el sector público, que beneficia a unos a costa de otros; por ejemplo: los sindicatos y los burócratas en nombre del resto. Es por todo lo anterior que se le llama “capitalismo de Estado”.

La consecuencia de saltarse el procedimiento legislativo del Estado de Derecho es que el legislador puede hacer lo que quiera, y hacerlo en nombre de la “ciudadanía”. No es exagerado seguir a B. de Jouvenel en su afirmación de que: lo que realmente se distribuye es el poder de cada uno de nosotros al Estado. Los beneficiados, entonces, son los que consumen impuestos sin producir algo y, aproximándose al pensamiento de Jasay, se hace una carrera a ver quién compra el consenso con el aumento de la “igualdad” económica en la que se creen beneficiados.

Vale decir que lo no visible de estas acciones es que la socialdemocracia se ve empujada a abusar del poder político de una forma contraria a sus criterios axiológicos, pues, como se verá en el desarrollo explicativo, se instrumentaliza al poder, como si fuese propiedad privada, a través de mecanismos que llevan a la dificultad política y económica de sostener una forma de Estado de este tipo sin contradecir los valores que le definen.

Por lo que respecta a la democracia: “los privilegios —escribe Hoppe en “Progreso y Declive”— están al alcance de todos. Todos pueden participar en el robo y vivir del botín robado si se convierte en un funcionario público”[4]. Todos pueden mover la ley a su favor si participan en el parlamento. La socialdemocracia se vuelve entonces un salto de fe al mandato de los gobernantes en un sistema que genera incentivos para hacer lo que ellos quieran.

De este modo, lo expuesto anteriormente crea una barrera borrosa entre gobernantes y gobernados, barrera que hace dudar de la efectividad temporal en que las instituciones de la socialdemocracia pueden volcarse a un socialismo. Mises, en un ensayo de Planificación para la libertad, demuestra que las políticas intermedias conducen al socialismo. En las políticas de tendencia socialdemócrata, aunque en apariencia tengan la propiedad privada, lo que cuenta es el decreto gubernamental. El capitalismo está degenerado al no ser los consumidores los que terminan de decidir qué se puede producir y cuánto debe producirse.

La libertad fragmentada: El concepto de representación

Bruno Leoni, en su introducción de La libertad y la ley, explica que se ha perdido el concepto de representación como resultado del desligue entre el mandatario y el demandante: el mandatario nombrado hace lo que quiere y el demandante no tiene poder sobre él. La socialdemocracia, en su arbitrio tributario como método para impartir justicia, se expone al error de no representar a los que cree hacerlo. Así, se encuentra frente a una dificultad del orden del conocimiento.

En lo que atañe a la socialdemocracia —y a las democracias puras en general—, la santificación de las leyes con supuestos representantes del pueblo que llevan los experimentos de impuestos con una mano y los principios igualitarios con la otra, lleva a cuestionar: ¿Qué representan? —La mayoría de países tienen millones de personas distintas con códigos de valores distintos y que, además, el supuesto representante no tiene ninguna relación con ellos. Por ello, el representante no puede conocer toda la información de sus votantes—.

Por ende, Leoni, en búsqueda de devolverle sentido a la representación, piensa que habría que minimizar la población o habría que achicar la capacidad donde los políticos intervienen. Puede darse la posibilidad de que esto se haga en grado municipal, pero esta solución no podría ser opción para la socialdemocracia, pues, la información que representan en una ciudad en materia de impuestos y las necesidades igualitarias no serían las mismas que en otra ciudad, y así podrían producirse tratos desiguales por parte de un sistema que busca la igualdad. Parece, en términos de representación, estar frente a una imposible conciliación.

Contradicciones económicas en la socialdemocracia

La consecuencia de la tesis socialdemócrata no queda ahí: el Derecho así visto se somete a las consideraciones económicas. El dinero se vuelve el rector de la moralidad y el impuesto se vuelve un concepto de justicia. Sobre los mecanismos del socialismo que vinculan a la socialdemocracia en materia de valores, recomiendo leer este artículo[5]. Algunos de sus mecanismos, como los impuestos y la inflación —que puede manifestarse como créditos emitidos por el banco central— conducen a cuestionar si el Estado puede o no ayudar a sus ciudadanos y si sus objetivos pueden ser llevados a cabo con ese criterio.

Nuestras oportunidades no las definimos nosotros, las define el Estado

“Los políticos ejercen reciprocidad con algo que no les pertenece”[6], dice Juárez. El planteamiento que habría que hacer es: ¿El ideal del igualitarismo sigue vigente cuando se usa el poder público —las leyes y regulaciones—  como propiedad privada de quienes ostentan el poder?

Uno de sus ejemplos es otorgar privilegios a unos ciudadanos por encima de otros en la satisfacción de necesidades, a través de impuestos destinados a los pobres.

Las intervenciones, tales como la tributación a las grandes empresas para ofrecer oportunidades a los pobres a través de sus ingresos, lleva a la paradoja de que se le limita la oportunidad de abandonar la condición de pobreza y se le frena cualquier intento de conseguir oportunidades. Si una persona pobre intenta emprender contra una gran empresa, la tributación lo consumirá aunque su producto sea mejor que el del rico; este, por tener un mayor “guante” para apostar, puede aguantar más los impuestos que el pobre, para así sacarlo de la competencia. En nombre de la igualdad de oportunidades se frenan las oportunidades de los que más las necesitan.

Además, darle dinero a los pobres por los ricos frena la inversión, ya que los ricos son oferentes que han ahorrado, empresas que habrían generado empleo y subido los salarios. Otro defecto económico es que el trabajo “debe de dirigir algo a la sociedad”, y es un problema en la medida en que no hay ningún incentivo para que los ciudadanos trabajen una vez se les regala el dinero, medida tal utilizada por la socialdemocracia, que termina afectando a todos en la economía.

El mecanismo de crédito: desigualdades en nombre de la igualdad

Otra solución socialdemócrata es inyectar dinero a las zonas económicas más desfavorecidas a través del crédito o la emisión monetaria. Los bancos centrales de reserva fraccionaria utilizan el crédito que se ofrece a los bancos comerciales a cambio de una tasa de interés para multiplicar los depósitos en forma de nuevos préstamos. De esto se despresnde que, si se crea un dólar, habrá alguien que lo use primero. El dinero rebota entre las grandes empresas y el sistema bancario hasta que cae en manos de los consumidores; cuando llega a estos últimos, pueden comprar menos de lo que podían comprar antes de la expansión monetaria.

Este primer grupo hará, por el dinero introducido a la economía, un aumento en los precios a expensas de los que reciben ese dinero de forma tardía. Como no todos reciben el dinero en la misma proporción, unos precios subirán más que otros en muchos sectores muy distintos. Por ejemplo, los dueños de tiendas celulares o de verduras se verían beneficiados más que otros ciudadanos. La política igualitaria termina por perjudicar a un grupo que pagará el precio por el gasto de otros.

Esto se llama efecto Cantillon y termina haciendo a la desigualdad no auto-reversible debido a ganadores que, por revalorización de activos acumulados, tendrán más facilidades para una inversión futura. La distribución de la riqueza desde este método socialdemócrata, contradice su propio principio rector.

Conclusión

Si el Estado socialdemócrata se justifica por el cuidado existencial de los ciudadanos bajo el elemento rector del igualitarismo, y la crítica del artículo vuelve irreconciliable una con otra, como, a su vez, hace cuestionamientos que la comprometen de forma individual, entonces la socialdemocracia no puede asumirse como un sistema político eficiente capaz de conciliar y de cumplir sus objetivos. Por tanto, estas son algunas razones por las cuales no puede asumirse la socialdemocracia, tema que compromete una ideología que ha perdurado en el pensamiento común.

Dudo mucho que este artículo convenza a alguien enfrascado en esta línea de pensamiento de volver lo expuesto un tema de preocupación, sin embargo, sé que uno de estos párrafos, al menos, despertará algo en sus imponderables profundidades o, quizás, cree un espacio de crítica necesario para el compromiso político.


[1] Hoppe, H. (2009) Libertad o socialismo. Universidad San Francisco de Quito, p:68.

[2] Engels, F., Marx, C. (1969). Obras escogidas. Editorial Progreso, p:124.

[3] Negro, D. (2010). Historia de las formas del Estado. El Buey Mudo, p:181. Curvas mías.

[4] Hoppe, Hans-Hermann. (2021). Progreso y declive. Unión Editorial, p: 102.

[5] Roymer Rivas. (2023). Principios inmorales del Socialismo, el sistema más antivalores que existe. Publicado en ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/principios-inmorales-del-socialismo-el-sistema-mas-antivalores-que-existe/ (Consultado el 05 de abril de 2024).

[6] Juárez, M. (2022). La moral de la sociedad de mercado. Revista Átomo (8), p:84.