Por Nathan González, coordinador local de EsLibertad Venezuela.
Es innegable que los avances científicos en las áreas de genética y embriología nos han dejado sumamente claro un hecho, ¡La vida humana comienza desde la concepción! Por lo tanto, considero innecesario abordar la defensa de la vida humana desde la ciencia moderna, al menos en este artículo. Partiremos entonces desde la filosofía e intentaremos abordar algunos argumentos en contra del aborto.
Es de conocimiento público que el debate sobre el aborto es uno de los más polarizados y persistentes en la sociedad contemporánea. Hay aquellos que defienden el aborto centrandose en la autonomía de la mujer, sin embargo, tambien existimos quienes nos oponemos al aborto presentando una gran variedad de razones científicas y filosóficas. Como ya mencioné, en este caso enfatizaremos desde la filosofía, la moralidad y la dignidad inherente de la vida humana desde la concepción, explorando algunos de los argumentos más sólidos y bien fundamentados contra el aborto, analizando sus premisas y su estructura lógica.
La sociedad occidental ha llegado a grados tan aceptados de escepticismo religioso que, para el hombre moderno, suele ser un tanto anticuado y de poco valor afirmar que la vida humana, a diferencia de la vida del resto de los seres vivos, es especial de una forma que trasciende lo común, por lo cual posee alguna especie de conexión divina. Como consecuencia de esto se ha reemplazado ampliamente la influencia de Dios y los conceptos que de él se desprenden por nociones que pretendiendo gozar de cientificismo y lógica son trasladadas a la política para su puesta en práctica, dotando así de características religiosas a ideas e instituciones que influencian o rigen la vida del hombre moderno; por ejemplo: el hombre ha dejado de buscar a Dios en los cielos y ha comenzado a adorarlo en la forma del estado, dando así más valor al poder político y sus instituciones que a la fe y los principios morales.
Esto conecta directamente con nuestro primer argumento: la santidad de la vida humana, cuya premisa postula que el aborto es inmoral porque viola el principio de la santidad de la vida humana. Este argumento sostiene que, desde la concepción, el embrión o feto es un ser humano con potencialidad completa de vida. Muchos filósofos y teólogos, como Tomás de Aquino, sostienen que la vida humana es sagrada desde su inicio debido a su naturaleza intrínseca y su capacidad para desarrollarse en una persona racional y moral. Aquino afirmaba lo siguiente: «La vida humana, siendo un don divino, debe ser protegida desde su inicio. Interrumpir deliberadamente ese proceso es una violación del orden natural y divino». La santidad de la vida humana ha sido, y continúa siendo, un principio moral fundamental en muchas tradiciones filosóficas y religiosas. Como podemos ver, este principio sostiene que toda vida humana tiene un valor intrínseco y no debe ser terminada arbitrariamente.
El concepto de la santidad de la vida está profundamente arraigado en la ética judeocristiana, que ha influido en gran parte de la filosofía moral occidental. Incluso desde una perspectiva secular, vale la pena citar a Immanuel Kant, quien afirmaba que: «Siendo un fin en sí mismo, cada ser humano es único y no puede ser sustituido por nada ni por nadie porque carece de equivalente. No posee un valor relativo, un precio, sino un valor intrínseco llamado ‘dignidad’». De esta forma, Kant argumenta que cada persona es única y valiosa por sí misma, y no puede ser comparada ni reemplazada por otra cosa o por otra persona. Esto se debe a que cada ser humano tiene un valor especial, por ello la vida humana debe ser respetada.
Peter Kreeft, filósofo católico y apologista, apela al imperativo categórico de Kant al presentar su argumento contra el aborto, utiliza un enfoque dialógico y filosófico empleando el conocido método socrático en su obra The Unaborted Socrates. Allí presenta la siguiente premisa: “la vida humana tiene valor intrínseco desde el momento de la concepción, y por lo tanto, el aborto es moralmente incorrecto”. Kreeft resalta que el embrión humano, desde la concepción, es un ser vivo con una naturaleza humana específica, y añade que, biológicamente, no hay un punto claro después de la concepción que marque un cambio en la esencia del ser humano y que las características fundamentales que definen lo que es un ser humano están presentes desde la concepción, aunque no completamente desarrolladas.
En contraposición, algunos autores, como el afamado escritor de Liberación animal, Peter Singer, argumentan que el feto no posee conciencia ni una vida independiente y, por lo tanto, no puede ser considerado un ser humano con pleno derecho. Sin embargo, desde el argumento de la santidad de la vida, debemos contraatacar diciendo que la potencialidad de desarrollar estas características es suficiente para conferir valor moral y que, por lo tanto, dicho argumento no es válido para definir si el no nacido tiene o no derecho a vivir.
En sintonía, corresponde presentar el segundo argumento. El principio de no maleficencia. Este principio, ampliamente aceptado en la ética médica, sostiene que los seres humanos tienen la obligación moral de evitar causar daño a otros. El aborto, al terminar con una vida potencial, es un acto que causa daño directo al feto.Siguiendo esta lógica, si el aborto es un acto que causa un daño irreversible no podemos justificar tomar una acción que destruya una vida humana, independientemente del estado de desarrollo de esa vida.
El principio de no maleficencia es clave en la bioética y en la filosofía moral en general. Autores como Tom Beauchamp y James Childress (importantes filósofos y bioeticistas reconocidos por su contribución clave en el campo de la bioética, particularmente por su trabajo en el modelo de los principios) argumentan que la protección contra el daño es una obligación moral que debe prevalecer en la toma de decisiones éticas, particularmente en la medicina.
Hay quienes sostienen que, en situaciones donde la vida de la madre está en riesgo o donde la calidad de vida futura del niño sería extremadamente baja, el aborto podría ser moralmente justificable. Sin embargo, una sociedad justa debe buscar soluciones que respeten los derechos de todos los individuos implicados, especialmente los más vulnerables. Hadley Arkes destacaba que: «Si negamos el derecho a la vida del no nacido, socavamos la base misma de la justicia y la igualdad ante la ley». Cayendo así en una incoherencia moral y legal que excluye a los no nacidos de la protección de los derechos humanos, acción que debilita los fundamentos de una sociedad justa. Somos conscientes de que existen situaciones delicadas, pero incluso en este tipo de casos existen alternativas que no requieren la terminación de la vida, como la adopción o el uso de tecnologías médicas avanzadas para salvar ambas vidas.
Llegamos así al argumento final: el derecho a la vida, derecho fundamental que tiene toda persona a no ser privada de su vida arbitrariamente. Esto significa que a la vida del no nacido no puede ser subordinada a otros derechos, ya que el derecho a la vida es el derecho primario del cual dependen todos los demás, por lo que debe ser protegido incluso si esto implica restricciones a otros derechos, entre ellos, los derechos reproductivos de la madre. Además, el derecho a la vida es uno de los derechos más fundamentales y universalmente reconocidos en las teorías de derechos humanos y en la filosofía moral, por ende, se debe aceptar que el feto es un ser humano con derecho a la vida, y que este derecho debe ser protegido contra cualquier amenaza, incluida la terminación intencional del embarazo.
Todos conocemos la famosa “Declaración Universal de Derechos Humanos”, cabe preguntarse, ¿De qué forma podemos afirmar que dicha declaración y otros documentos internacionales que afirman que todos los seres humanos tienen derechos inalienables, entre ellos, el derecho a la vida, no aplican para los no nacidos? ¿Es esto coherente con el principio de igualdad y dignidad humana?
Cualquiera que dé un breve paseo por la filosofía del derecho encontrará que el derecho a la vida es un derecho fundamental, y como tal, no puede ser anulado sin una razón extremadamente poderosa y justificable. Dado que la vida es un bien primario sin el cual no pueden ejercerse otros derechos, el derecho a la vida del feto debe ser siempre prioritario.
John Locke, quien defendió la primacía del derecho a la vida como un pilar esencial para la construcción de una sociedad justa y equitativa, argumentó que la vida es un derecho inalienable otorgado por la naturaleza o por Dios, y que cualquier violación de este derecho es un acto de injusticia.
Los defensores del aborto podrían argumentar que el derecho a la vida del feto debe ser equilibrado con los derechos de la madre, incluida su autonomía y su derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Sin embargo, hemos de señalar que la autonomía de uno no debería extenderse hasta el punto de negar el derecho a la vida de otro, especialmente cuando existen alternativas al aborto que respetan ambos.
Con todo lo expuesto aquí, puede llegar a ser alarmante la idea de que aquellos que defendemos la vida tengamos toda la razón, porque, aunque estos argumentos no están exentos de refutaciones y estamos muy lejos de encontrar algo parecido a una verdad absoluta, de ser cierto todo lo aquí expuesto, estaríamos hablando de un magnicidio silencioso que hemos permitido descaradamente tanto creyentes, como agnósticos y ateos por igual. Todo para satisfacer “supuestas necesidades” y beneficiar a muchas personas y corporaciones, tanto políticas como económicas, que lucran con el negocio del aborto y obtienen beneficios de todo tipo por promoverlo. En palabras de G.K. Chesterton: «Cuando se empieza a dejar de defender lo obvio, el desastre está a la vuelta de la esquina».
Un término de nuevo en boga, sobre todo a raíz del surgimiento del movimiento en pro de los derechos a las personas homosexuales o bisexuales, nuestro título está en alemán, significa “Guerra Cultural”, en inglés “Cultural Wars” y su uso está en el tope de la narrativa social mundial.
El origen del Kulturkampf viene del intenso conflicto entre la Prusia de Bismarck y el Papá Pio IX, a mediados de 1870 sobre la extensión del control por la iglesia católica sobre la educación en Prusia, a lo que Bismarck estaba opuesto, entonces el estadista alemán conjugó el concepto consecuencial que acompaña a la guerra cultural, la disputa por la consagración de una educación secular como opción a la laica, Prusia debatía el futuro por el alma de la nación.
Hay una multiplicidad de tipos de guerras culturales y escenarios de confrontación y escenario de batallas, en nuestros tiempos.
Un mundo globalizado imprime esta gama de múltiples escenarios de confrontación que se mezclan entre sí, pero que tienen denominadores comunes.
La guerra cultural, como todas las guerras, tienen un supremo interés económico, por las relaciones de valor creadas por virtud de la nueva manera de control social impuesta o derivada de ella.
El movimiento gay logra hegemonía en las modas y reta convencionalismos que retan a la creación humana misma e inclusive conocimientos comprobados de como él.
Placer íntimo contra natura, acarrea problemas serios de sanidad y controles de salud que por ahora la elección de disfrute o placer sexual encubre.
Pero el movimiento tiene aspiración de poder y su éxito en conquistar poder político asoma cambiar las bases mismas de la civilización tal y como la conocemos.
Por su componente económico y rector de cambios a la vida y tradiciones, el bando de la ofensiva dentro de las guerras culturales enfrentan enconadas reacciones, el detonante de la violencia.
La ideología comunista, antes evangelio redentor, ahora fracaso clandestino en búsqueda insistente del poder como factor criminalizador, y así seguir controlando pueblos destruyendo las actividades económicas licitas y haciéndose con las ilícitas, y en su acometida en pro de la desigualdad y crimen, tiene hoy seguidores que representan un gran caballo de Troya de nuestros tiempos, capaz de camuflarse y beneficiarse, aliándose a los movimientos más condenables de la tierra tanto radicales o no ortodoxos, inclusive de derecha para tiranizar sus pueblos.
¿Les parece familiar lo arriba dicho? Estas fuerzas en ferviente guerra cultural anuncian intermitentemente síntomas preocupantes, por ejemplo: el renacimiento de perversiones basadas en odio y racismo como la ideología nazi, aquí en los Estados Unidos, caldo de cultivo basado en temores a la inmigración incontrolada y el desplazamiento de la mayoría blanca como
Poseedora suprema de los modos y medios de producción, la raza del “destino manifiesto“, hoy con grandes sectores en pánico de ser superados.
En buena medida, el nazismo Americano, que se develó así mismo de nuevo durante los eventos de Charlottesville en 2017, posee los mismos disparadores que le permitieron acceder al poder en la Alemania de la gran depresión de los años 30.
De ellos se desprenden grupos adoradores de teorías conspirativas como Qnon y otros grupos que usan las redes sociales como herramienta de influencia y dirección, un fenómeno notable y de consecuencias preocupantes.
Nosotros en Venezuela hemos sido tomados por el neocomunismo, una élite aliada a las causas más abominables de nuestro tiempo, criminales sin disimulo, todo empezó hasta folcloricamente, con el difunto contrapunteando con Cristóbal Jiménez los domingos, luego el odio a Páez, la decapitación de Colon, la destrucción de la clase media y los trabajadores petroleros, la condena a la música de las orquestas tradicionales como Billo’s y Melódicos calumniadas como música “Adeca”, la castración de expresiones culturales como la telenovela, el humor, y la división de la vida republicana a tasajazos de melón, que el difunto gustaba hacer con la espada de Bolívar.
Por supuesto ellos buscaban apoderarse del alma de nuestra nación, no han podido, la han secuestrado, pero no han podido, es una élite contra legem, egoísta totalmente aferrada al poder, apátrida y entreguista —aunque en la oposición el entreguismo ha sido descarado también—, pero hablamos de una nación en resistencia. Somos ocho millones afuera, miles presos y otros a duras penas vivos, dentro de nuestro territorio, la mayoría nuestros ancianos.
El error, imperdonable de quienes han podido normalizar esta tangente histórica pavorosa, al no importarle, no querer o no combatir esta pavorosa guerra cultural, con la coincidencia de saber quienes son, sin importar asociarse y cohabitar con ellos, es un delito a la par de esta invasión descarada y aniquilante del chavismo.
Para ellos —opositores colaboracionistas y chavistas— una vez rescatada la nación —que debe probarse como capaz de enjuiciar y encarcelar a los culpables de donde venga— se juega su destino de derrotar esta guerra cultural y sanar nuestra alma.
Pero esta guerra por el alma de nuestra nación ya no la ganaron, estuvieron condenados a perderla desde el principio, al final son otros gorilas dictadores pertenecientes al club Baby Doc Duvalier.
“Ya casi Venezuela” empezó como una campaña mediática que hoy se ha convertido en una plataforma de recaudación de dinero, que a la actualidad lleva más de un millón de dólares americanos.
Ahora bien, existen confusiones y debilidades en las estrategias e inconsistencias narrativas ponen en duda a muchos espectadores con respecto a la viabilidad y confiabilidad de este denominado movimiento.
Esto inicia el 9 de setiembre con el Sr. Erik Dean Prince, un empresario norteamericano y ex militar conocido mundialmente por ser el fundador de una empresa militar privada llamada Blackwater, subiendo un video donde decía “un movimiento imparable ha comenzado”. A esta declaración se sumaron “Ivan Simonovis” y el comandante retirado “Guillermo Beltran Vielma”.
El 16 de setiembre, en un video subido a la red social X, Prince narra: “!Venezuela¡, votaste el 28 de julio por la libertad, ahora llegó el momento de ‘votar’ con dólares. La democracia prevalecerá. Estamos a punto de llegar, ya casi, Venezuela”.
El 17 de setiembre inició una campaña de recolección de fondos abierta, a través de una cuenta regresiva es las redes sociales llegó al día cero y con ella se habilitó un botón de donaciones cuyo propósito no ha sido ni detallado o específico, convirtiéndose así en un campo fértil para las especulaciones en las redes sociales. La cuenta regresiva de “Ya casi Venezuela” culminó el 17 de septiembre de 2024, con la promoción de un botón de donación con el fin de recaudar fondos para la “liberación de Venezuela”, más no hay detalles sobre cómo se invertirán esos fondos.
El 19 de setiembre Ivan Simonovis públicamente se desmarcó de este movimiento, alegando “que no formaba parte, sino que era otro espectador”. Esto causó muchas confusiones en las redes sociales.
Hasta hace unas cuantas semanas, el nombre de Erik Prince era quizá algo desconocido entre los venezolanos, pero no así para los altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, como por ejemplo la vicepresidente Delcy Rodríguez, quien lo recibió en 2019. Prince y Rodríguez se reunieron en secreto en la casa de la alta funcionaria, según reveló un artículo de la agencia AP, y se cree que en esa oportunidad Prince pidió la liberación de seis empleados de Citgo, una filial de Petróleos de Venezuela con sede en Houston. Ahora, Tras la campaña “Ya casi Venezuela”, Rodríguez calificó a Prince, en una conferencia televisada, como “perro de guerra”.
Las motivaciones y metas de Erik Price, director ejecutivo (CEO) y fundador del otrora grupo militar privado Blackwater, para actuar sobre la situación en Venezuela no están del todo claras.
En la web describen a “Ya Casi Venezuela” como “un movimiento comprometido con la recuperación del país y en el restablecimiento de la democracia”. Y aunque se desconoce específicamente para qué se utilizará el dinero, señalan que los aportes serán dirigidos a “acciones estratégicas orientadas a restaurar las instituciones y representantes electos de forma legítima, devolver la justicia y garantizar un cambio trascendental”.
Pero la realidad podría ser otra. Lo recaudado podría tener otros destinos oscuros: ¿Remake del sonoro caso de corrupción de la «ayuda humanitaria» en 2019 en el marco del ficticio interinato de Juan Guaidó, del que Simonovis fue «funcionario»?
Las expectativas son variadas en las redes sociales, entre opositores entusiastas y escépticos de la iniciativa. La propia campaña anuncia que se tratará de «argumentar el porqué es el momento de confiar y de actuar», además de remarcar que «esto NO es otro pote de humo». Demasiadas explicaciones que generan todo tipo de sospechas.
En el portal también se indica que la cruzada no pertenece a «ningún movimiento, partido político o personalidad en específico». De hecho, aunque no determina quiénes están detrás, se autocalifica como «movimiento»: «Nuestro movimiento es la cristalización del deseo colectivo de libertad, un grito que nace desde lo más profundo del corazón de cada ciudadano que sueña con un futuro mejor».
«No dice cuánto se necesita, no aclara para qué lo van a usar, no señala qué piensan hacer si no consiguen la suma necesaria, ni tampoco hacen referencia alguna sobre la posibilidad de un eventual fracaso. Como si fuera poco, algunos de los videos que acompañaron la plataforma son bastante amateurs, por así decirlo».
En entrevista realizada por una emisora colombiana en fecha 19 de setiembre, Erik Prince aclaró: «No soy la cabeza del movimiento Ya Casi Venezuela, doy apoyo moral.»
Hizo hincapié en: «no me queda claro para donde se va la plata que están recogiendo» y pregunte a Prince: ¿La plata se va a unos foros internacionales con la oposición? ¿Se va a entrenamiento de personas que eventualmente estarían pensando en una invasión a Venezuela? ¿Se van a comprar armas? ¿A dónde se va la plata de Ya Casi Venezuela?»
Prince respondió: «El dinero se usará para:»
1. «Colectar inteligencia para sobresaltar la corrupción del régimen, cómo se robaron las
elecciones y sobre todo para saber dónde tienen escondido el dinero que se han robado.»
2. «Relaciones Públicas en Europa y Latinoamérica para promover el apoyo a una
Venezuela libre.»
3. «Ayudar a ciertos venezolanos que están siendo perseguidos por el régimen.» «Si todo eso sale bien, todas las opciones están sobre la mesa». (frase bastante trillada, ¿no?)
Prince enfatizó que: «Ya Casi Venezuela no está prometiendo la victoria completa y absoluta en este momento.» No está diciendo que va a tirar a Maduro y su clan en el inodoro. Dijo además que «es una fase que busca recaudar fondos para probar que la oposición está viva, y que el Cartel de Maduro no es eterno.»
Y para rematar “Gustavo Lainette” el 24 de setiembre líder del movimiento Resistencia Venezolana en Miami, se pronunció públicamente para aclarar su separación de la iniciativa ¡Ya Casi Venezuela!, a la vez que reafirma su compromiso con la lucha por la libertad de Venezuela a través de su organización. En sus palabras, «Quienes me conocen saben que tanto en lo personal como desde la organización que dirijo, Resistencia Venezolana, hemos defendido la única ruta posible para salir de la tiranía: la fuerza.»
Según Lainette, su papel en ¡Ya Casi Venezuela! Era poner a disposición la plataforma de Resistencia Venezolana como ente recolector de fondos. Sin embargo, las preocupaciones surgieron cuando exigió garantías claras para proteger a los donantes y asegurar la transparencia de los fondos. «Me volví incómodo, y, palabras más, palabras menos, terminé fuera del proyecto por el hecho de exigir garantías tanto en lo personal como para los donantes,» señaló Lainette.
En su declaración, el líder de Resistencia Venezolana expresó su preocupación por el manejo de la iniciativa y el historial de algunas personas involucradas en ¡Ya Casi Venezuela!, quienes, según él, ya han estado vinculadas a casos de estafa agravada. “Sería irresponsable de mi parte no tomar las precauciones del caso. No iba a permitir que la trayectoria que he construido con mi lucha se vea empañada por un tema de dinero”, explicó Lainette.
Ahora bien, si usted, venezolano, donó dinero pensando que contribuía a una acción determinante e inmediata, pecó de inocente, me recuerda una serie pasada llamada “cese de usurpación”.
Si usted, venezolano, piensa que los países del continente europeo y americano no tienen suficientes evidencias sobre la corrupción del régimen, sobre el fraude electoral y las violaciones de derechos humanos (incluyendo delitos de lesa humanidad).
Si usted, venezolano, considera que se deben invertir millones de dólares en relaciones públicas y campañas publicitarias; si a usted, venezolano, no le importa conocer quién es «la gente involucrada» que registró la organización benéfica en EE. UU.
Si usted, ciudadano venezolano, apoya que se «ayude a ciertos venezolanos perseguidos por el régimen» sin usted decidir a quiénes y con cuánto dinero, entonces. «¡ÉCHELE BOLAS!» y sea uno de los financistas de quienes se lucran de la desgracia de los venezolanos.
Solo les dejo esta cita de Carlo Cipolla: “Los inteligentes” benefician a los demás y a sí mismos. “Los incautos” benefician a los demás y se perjudican a sí mismos. “Los delincuentes” perjudican a los demás y se benefician a sí mismos. “Los estúpidos” perjudican a los demás y a sí mismos.
«… es necesario recordar que es la libertad la condición que permite al ser humano desarrollarse plenamente en sociedad y que Blockchain puede ser —y está siendo— implementado para dar mayor control de asuntos privados a los individuos y restar poder al Estado»
Autor
Por Roymer Rivas, Coordinador Local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.
Vivimos en una época donde, en mayor o menor medida, la corrupción es tema de conversación de todos los días, ya que es un fenómeno que se manifiesta en varios campos de acción de los individuos en sociedad, un mal generalizado que desde tiempos inmemorables ha representado un problema a corregir en la sociedad; ya desde el antiguo Egipto, por ejemplo, se tienen los primeros registros de que la corrupción causaba estragos; en la época del gobierno del Faraón Horemheb (1323/1-1295/4 a. C), este fenómeno “debió convertirse en un problema importante dentro del aparato judicial”[1] al punto de que en documentos importantes se trataran de corregir los abusos que habían sufrido los ciudadanos por parte de los funcionarios públicos[2]; si bien, luego de este periodo se desatarían muchos escándalos de corrupción que quedarían grabados en los libros de historia[3].
No obstante, se pueden encontrar registros de actos corruptos desde antes; rastreando hasta la antigua Mesopotamia, por ejemplo, Carlos Alberto Brioschi cuenta que “en el año 1500 a.C., establecer un trato económico con un poderoso no era distinto de otras transacciones sociales y comerciales y era una vía reconocida para establecer relaciones pacíficas”[4], y así podemos pasar por Roma, toda Europa, Asia, y demás países en el mundo en distintas etapas de la historia —incluso en la Biblia se ven actos de corrupción y se condena[5]—. Esto ilustra que la corrupción corre en paralelo con el ser humano en su historia; no obstante, es necesario aclarar que esto no se debe a que la especie humana esté conformada por seres perversos desde su nacimiento, inclinado siempre hacia el mal, sino porque, dadas las circunstancias, después de un cálculo subjetivo, decide qué acciones emprender que aumentarán sus probabilidades de éxito para alcanzar su objetivo, y si estima que el acto corrupto es lo que le servirá —y está dispuesto a asumir los riesgos que eso implica—, lo hará[6]. Por ello, no es tanto un asunto del ser humano per sé, sino de las circunstancias y los incentivos que el mismo crea al momento de tomar una decisión.
De esto se desprende que, si se quiere luchar contra la corrupción, que no es más que la alteración del proceso establecido, del deber ser, se deben modificar las circunstancias creando un marco institucional lo suficientemente fuerte como para generar una tendencia contraria —contrapeso— a las causas que dieron fuerza a las personas para que incurrieran en actos corruptos[7]. Empero, llegados a este punto surge una pregunta: ¿Cómo se puede crear ese marco institucional que servirá de contrapeso en la sociedad para que disminuyan los casos de corrupción? A priori, quien pretenda responder la pregunta debe reconocer que se necesita tiempo, pues uno de los elementos que conforman la esencia de las instituciones sociales es el tiempo prolongado en el que ciertas conductas comienzan a repetirse hasta calar en todo el corpus de la sociedad y enmarcar las acciones que llevan a cabo sus actores[8].
Ahora bien, también es cierto que en esta era digital y de información, la tecnología avanza demasiado rápido y, junto con ella, la cultura de la sociedad[9], por lo que estimo que la misma puede aprovecharse para acortar el tiempo de espera en la reinstitucionalización del sistema y, lo que es mejor, sin ningún tipo de coacción, pues hoy día los jóvenes —que son quienes determinarán las instituciones del mañana— adoptan la tecnología como parte de sí, al punto de que se convierten en marcadores de tendencia dentro de esta sociedad dominada por la tecnología de la información y la comunicación, de manera que representan un potencial “experimento de cambio social”[10].
Por ello, la tecnología, más que presentarse como una herramienta capaz de prevenir la corrupción, es útil para revolucionar la administración pública y mejorar su eficiencia, que es una de los escenarios donde el fenómeno se presenta con mayor frecuencia[11]. Si bien, también surge la pregunta: ¿Cómo ayuda la tecnología a mejorar la eficiencia? Y la respuesta es simple: (i)automatiza los procesos y, por tanto, disminuye la cantidad de manos porosas por las que generalmente pasan los recursos; (ii) puede ayudar a digitalizar los servicios, que unido a lo primero repercute en menos tiempo de trabajo y mayor acceso de la ciudadanía —que les ayudaría a auditar el mismo—; (iii) se optimizan los sistemas y la rendición de cuentas. Estas tres cosas juntas sin duda contribuyen a minimizar las oportunidades de malversar fondos en la provisión de beneficios sociales, licitaciones públicas o inversiones en infraestructura, por lo que (iv) otro beneficio sería respetar los derechos de cada ciudadano[12]. En este escenario, una de las tecnologías que está dando mucho de qué hablar —para bien— y puede servir en la lucha contra la corrupción es nada más y nada menos que Blockchain. Veamos de qué se trata y cómo puede usarse para crear instituciones más sólidas en busca de una mejor sociedad.
Blockchain definido
Blockchain o “cadena de bloques” —en español—, se dio a conocer por ser la tecnología detrás de las criptomonedas, siendo la más conocida de estas el Bitcoin (BTC). Esto ha llevado a que muchos piensen que su única función es soportar las transacciones de las monedas digitales, pero se equivocan en gran manera, las criptomonedas son solo la punta del Iceberg, esta tecnología es mucho más que eso.
En principio, como su nombre lo indica, Blockchain es una “cadena de bloques” de información descentralizada y de acceso público. Algunos dicen que es una especie de libro contable digital que se reparte entre todos los miembros de la comunidad que la usan, pero esta concepción es limitada, pues parece restringir su aplicación solo al ámbito financiero-comercial, y lo cierto es que, al fungir como “un registro de información”, puede servir para campos más allá de lo comercial, como el jurídico, por ejemplo[13]. Por ello, prefiero decir que Blockchain, más que un libro contable, es una especie de libro de datos digital donde quedan registradas las transacciones que se realicen con ella, independientemente de cuales sean. ¿Cómo funciona Blockchain?
Blockchain, funcionamiento y características
Groso modo, cada transacción, dato o conjunto de datos de registra en un “bloque”, una vez lleno de información, éste bloque se conecta a la cadena de bloques que le precedieron, generando una cadena. Cabe mencionar que cada bloque genera un código irrepetible —conocido como hash— que le identifica y que le permite conectar con el siguiente bloque, por lo que uno de los datos que almacena un bloque es el hash del bloque anterior —para poder conectarse a él, es el punto de entrada— y el hash que le identifica a sí mismo —que será el punto de conexión para nuevos bloques—[14]. El hash es al bloque lo que la huella digital es al ser humano. De esta manera, la integridad de los datos es salvaguardada y se evitan transacciones fraudulentas que puedan alterar su estabilidad y veracidad.
Además, como ya se mencionó, los datos de la cadena están repartidos entre todos los “centros” o “nodos” que se encuentran trabajando en la red, lo cual se traduce en que la verificación de los datos que se están almacenando y los ya almacenados se verifican por consenso colectivo, un proceso que sigue una serie de reglas que los participantes deben cumplir para participar en el consentimiento[15]. Así, también, los bloques se registran cuando la mayoría verifica la información —al mínimo error, se reinicia el proceso y ambos bloques, tanto el veraz como el alterado, se registran en la red pública de transacciones, por lo cual queda registro del intento de alteración de datos o, si gusta más, corrupción—.
De allí que las características de Blockchain sean: (i)descentralización, porque no hay un solo órgano director recibiendo, almacenando, verificando y enviando datos; (ii) inmutabilidad, porque es extremadamente difícil, por no decir imposible, que estos datos puedan alterarse en beneficio de algunos y detrimento de otros; (iii)inclusividad, ya que cualquiera puede ingresar a la cadena de bloques, independientemente de su sexo, religión, ideas políticas, entre otros; (iv) transparencia, porque cualquier cambio en la red será registrado y puesto al servicio del público; y (iv) consenso, porque todos los miembros de la red participan activamente en los procesos de la misma. Ergo, Blockchain potencia la transparencia y la participación ciudadana en procesos que hasta ahora se caracterizan por estar llenos de regulaciones complejas y trámites engorrosos que dan paso a abusos de poder y sobornos, y éstos —transparencia e integración del ciudadano— son dos elementos claves para forjar instituciones sólidas en la sociedad[16].
Blockchain y sus ventajas en la lucha contra la corrupción
Habiendo explicado lo anterior, se puede observar que Blockchain cumple con todas las características que enmarcan las buenas acciones en la lucha contra la corrupción, al mismo tiempo que daría paso al aumento de la confianza en las acciones que realiza el Estado, la seguridad y la eficiencia. El impacto, de hecho, se extiende en todos los niveles de la sociedad, eliminando las brechas que separan a los funcionarios públicos —sobre todo con quienes están en la cúpula— y el ciudadano común. Tan solo piense en lo siguiente: si vemos todo el proceso del fenómeno de la corrupción como algo que está presente en una cadena de suministros, donde en principio solo los “encargados” saben qué pasa, Blockchain llega para transformarlo y eliminar los intermediarios y los encargados, automatizando el proceso y, de facto, eliminando la posibilidad de malversar fondos o alterar los datos —corrupción—, mejorando su eficiencia, independientemente de qué y cómo sea lo que se “fabrica” en esa cadena de suministros.
De este modo, todos serían capaces de participar activamente en la cadena, conociendo qué se hace con el producto —datos, dinero u otros recursos—, cómo se hace, donde, cuando y por qué —auditoria ciudadana—; alterando un poco la frase del cofundador de la red de Ethereum, Vitalik Buterin, “mientras que la mayoría de las tecnologías tienden a automatizar a los trabajadores de la periferia haciendo tareas domésticas, el Blockchain automatiza el centro. En lugar de dejar al ciudadano sin trabajo, el Blockchain deja a los encargados de administrar los fondos sin trabajo y permite a los ciudadanos trabajar y hacer seguimiento directo a los recursos”[17].
Con esto en mente, podemos ahora responder la siguiente pregunta: ¿Cómo puede ayudar Blockchain en la práctica, con hechos, a prevenir y luchar contra la corrupción?
Blockchain: propuestas para un mundo con menos corrupción
Las posibilidades del uso de Blockchain en el ámbito público y privado están solo limitadas por la imaginación del ser humano; por ello, lo siguiente son solo ideas generales que pueden servir de guía para el desarrollo de programas fundamentados en Blockchain en busca de ser implementas en la lucha contra la corrupción:
Existe la posibilidad de que el sistema de gastos se ejecute a través de Smart Contracts[18] o “contratos inteligentes” —en español—, así se automatizan los pagos del sector público en ciertas áreas si se cumplen ciertos parámetros establecidos. Un ejemplo puede ser a la hora de cancelar la nómina: los funcionarios podrían completar su trabajo, registrar su tiempo y cobrar automáticamente mediante una función de contrato inteligente si su trabajo supera un control de calidad predeterminado. También, en caso de que se necesite bajar recursos a algún funcionario, por razones cuales sean, se pueden establecer ciertos parámetros a cumplir para que estos recursos puedan desbloquearse y ser entregados a quien corresponda —algo que quedará registrado y se podrá hacer seguimiento del funcionario—. Todo esto puede servir para gestionar las prestaciones de planes sociales.
El Estado podría verificar las identidades del funcionario o demás agentes con los que realice transacciones y realizar un seguimiento de estos registros, así también los ciudadanos pueden hacer seguimiento de proveedores, compromisos y transacciones financieras, como de los calendarios y los resultados obtenidos.
Todos los registros públicos, en cuanto a identidad y títulos de propiedad —así como las transacciones que se realicen en base a ello— pueden gestionarse en la base de datos de la Blockchain, eliminando la intervención humana y empoderando a los usuarios en el uso de algo tan valioso como es la identidad y sus pertenencias.
Si bien, la corrupción no solo abarca lo financiero, también repercute en otras áreas, como las elecciones. Por ello, se puede desarrollar con Blockchain un sistema en el que la identidad del usuario represente un voto —suponiendo el principio de un ciudadano un voto— y éstos puedan elegir un gobernante. Esto tiene como ventaja de hacer el proceso más confiable y que los datos serán publicados en tiempo real —se eliminaría toda la maquinaria que se usa hoy día para votar y se ahorrarían todos los recursos que ello implica—.
Con un sistema de gestión de identidades en Blockchain, se eliminaría toda la maquinaria y burocracia a la hora de poder validar identidades, dando más poder al ciudadano.
Podría crearse una aplicación (APP) donde cada persona publique en tiempo real hechos de corrupción. Si bien los actos corruptos tienden a pasar en escenarios donde nadie ve, esto incentiva la participación ciudadana y podría agilizar el proceso policial.
Y así se puede seguir con muchas cosas más.
Cabe destacar que para acceder a todo esto solo se necesitaría una app y acceso a internet[19], y quien lo tenga puede hacer seguimiento las 24 horas del día de lo que sucede en la red. Ahora bien, lo mejor de todo esto es que no solo es imaginación, pues ya hay casos en la vida real donde se ha implementado esta tecnología para agilizar procesos administrativos y, con ello, evitar casos de corrupción. Si bien, lo bueno de todo esto es que no es mera imaginación, pues son cosas que en mayor o menor medida se han implementado, o a eso apuntan, diversos países.
Blockchain anticorrupción: casos de la vida real
Entre los casos donde se ha implementado la tecnología Blockchain en la administración pública podemos encontrar a Suecia, donde se creó un modelo de registros “con el cual se reducen los tiempos para los tramites”, y fue tan bueno que termino exportándose a Honduras y Georgia[20]. También, en este último país se ha ejecutado un proyecto con Blockchain para validar los documentos gubernamentales relacionados con propiedades y transacciones, llegando a registrar más de 100 mil documentos en el año 2017[21].
A esto se suma que, en el año 2014, la candidata presidencial Marina Silva utilizó la tecnología Blockchain durante su campaña con el que podía identificar y rastrear las donaciones que le hacían a la misma, garantizando transparencia en el proceso[22]; y que la bolsa de Santiago de Chile implementó Smart Contrats y Blockchain en sus servicios[23], además de que el gobierno de país comenzó a registrar y dar seguimiento a las transacciones del sector energético con la misma tecnología[24].
En esta línea, otros países están en proceso de aprovechar esta tecnología en sus procesos; por ejemplo, La Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha usado un conjunto de herramientas para recopilar información para sistemas de identidad destinados a brindar acceso a asistencia a los refugiados en un sistema que llaman “PRIME”, que cubre toda la cadena de servicios requeridos hasta que se hace efectivo. También, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) incluyó la parte de identificación de este proyecto para otro proyecto llamado WFP Building Blocks, que atiende refugiados en Jordania, todo por medio de Blockchain. Lo mejor de todo es que el programa logró ahorrar “cerca de mil millones de dólares en comisiones que antes pagaba a compañías de tarjetas de crédito por transferencia de efectivo en cajeros automáticos. Además, el PMA ahora tiene un registro de cada transacción, aunque no vinculado a cada persona.” Este proyecto ya superó la fase piloto y sirve para atender a más de 100.000 refugiados en Jordania[25].
En lo que respecta al voto y las elecciones, en el Estado de Virginia, EE. UU., Blockchain se usó en las elecciones primarias y generales del año 2018, si bien la aplicación fue parcial, puesto que solo se realizó con 150 personas en el extranjero, es una muestra de que puede usarse en estos procesos. Cuando entrevistaron al secretario de estado de Virginia Occidental, Mac Warner, sobre esta medida, comentó: “Blockchain se está utilizando en todo, desde la atención médica hasta el transporte. Esto no es moda, es la ola del futuro”[26]. De hecho, en el año 2021, dos ingenieros informáticos venezolanos decidieron hacer una aplicación fundamentada en Blockchain para su trabajo de grado para la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y que podría ser usada en la gestión de registros y procesos electorales, sin embargo, los estudiantes no pudieron realizar pruebas piloto en la universidad por culpa del aparato burocrático[27].
Cabe destacar que estos son solo algunos ejemplos de aplicación de la tecnología Blockchain en procesos administrativos, especialmente públicos, de los varios que podemos encontrar en el mundo, ya implementados o en proceso de estudio e implementación. En suma, la tecnología Blockchain cuenta con las características suficientes para evitar actos de corrupción y brindar mayor confianza a los ciudadanos, fortaleciendo en el proceso las instituciones del país[28].
Blockchain anticorrupción: ítems para construir una solución
Básicamente, Blockchain es útil en casos donde se requiera la descentralización y registro de información, para su consecuente auditoria, dado su carácter de transparencia, consenso y validación. No obstante, es necesario destacar que este tipo de tecnología no es una solución por sí misma, sino una herramienta que requiere de un plan estratégico que aborde correctamente el problema o la necesidad del proyecto. Por ello, es necesario responder las siguientes preguntas: (i) ¿Cuál es el problema a resolver? —en el marco de la corrupción y procesos que requieran transparencia—; (ii) ¿Quiénes son o serán los participantes?; (iii) ¿Cuáles serán los valores o activos que se intercambiarán o validarán?; y (iv) ¿Cuál es el presupuesto?
Es importante tener los objetivos claros, pues es donde se enmarcarán las acciones siguientes en busca de dar solución a los problemas, aprovechando la tecnología. Para utilizar Blockchain, hay que saber para qué será usado para luego definir cómo usarlo. Como bien dice una frase: “para el barco que no sabe hacia donde va, no hay viento favorable”. Comprender el escenario actual, sus problemas y participantes es lo que permitirá establecerse metas en este sentido.
Con respecto a los participantes, lo anterior ayudará a definir las reglas que regirán el sistema, pues el mismo es tan eficiente como sus reglas lo sean. Blockchain no hará que las personas dejen de ser corruptas per sé, sino que servirá de marco regulatorio institucional, cuanto más sea usado y más eficiente su fundamento, que servirá de contrapeso a la tendencia de cometer actos corruptos. Tener claro quiénes son los participantes es lo que permitirá si habrá intermediarios o no —y cuál es el marco de acción en caso de que sí los haya— y qué función o rol cumplirá cada uno. De hecho, cabe recordar que, si se quiere utilizar Blockchain por motivos de transparencia, se puede aprovechar para hacer partícipe a los ciudadanos en el historial de transacciones, en ciertas validaciones y en su seguimiento.
La cantidad de participantes, que no necesariamente tienen que ser personas naturales, sino jurídicas, determinará también la cantidad de nodos y la complejidad del sistema en la realización de sus procesos. En este sentido, destaco el ejemplo usado en un texto publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo en interés de “desarrollar confianza en entornos complejos”, como lo es Venezuela, “para generar valor de impacto social” a través de Blockchain:
“… para una red de registro de vehículos en un país determinado podría ser que el gobierno, la agencia tributaria, las aseguradoras y las grandes empresas de compra/venta de vehículos fuese nodos de la red. Por otro lado, cada ciudadano accedería a través de la interfaz web proporcionada para dicho propósito y tendría acceso a la ficha técnica de su vehículo sin necesidad de ser un nodo. A la hora de realizar una compra/venta, comprador y vendedor informarían al sistema vía página web y la transacción sería validada por la aseguradora —verificando que todo estaba en regla con respecto a pagos del seguro—, la agencia tributaria —tomando nota de los impuestos y verificando igualmente que no hay insolvencia o deudas por ninguna de las partes— y el ministerio correspondiente —que daría el visto bueno y tomaría nota para sus propios registros—.”[29]
Este mismo estudio indica que “cuanto más diferentes sean los participantes de la red, más complejos habrán de ser los consensos y más variadas serán las transacciones, y ahí es donde Blockchain puede ayudar. Cada organización podrá desempeñar un papel distinto y a la vez importante para el sistema.”[30]
Por su parte, la definición de las cosas que se intercambiarán y/o validaran también definirá cómo desarrollar e implementar el sistema. Esto puede ir desde un voto, alguna cantidad de recursos públicos en valor monetario, hasta algún documento de título de propiedad —que se almacenará y transferirá en forma de datos, digita, no físico—.
A modo de ejemplo, imagine que el gobierno de Venezuela quiera importar algún medicamento de Cuba que requiere de no perder la cadena de frio y, además, se exige que sean de una marca en específico. En aras de cumplir con esto, se realiza un control de temperatura cada 30 minutos en el contenedor donde viajan los medicamentos. Si al momento de llegar el cargamento cumple con todas las características, el gobierno venezolano realizará el pago correspondiente a la empresa cubana. En este ejemplo, los participantes son: (i) exportadora cubana, (ii) gobierno venezolano, (iii) intermediario financiero —Banco—, (iv) dispositivo de temperatura que envía información periódica sobre el estado del contenedor, (v) entidad encargada de certificar que el cargamento es de una sola marca, (vi) entidad que audite todo el proceso; el valor es: (a) certificación de mercancía, (b) historial de temperatura; y la transacción es: notificación de (1) envío de cargamento, (2) deposito de pago, (3) certificaciones varias del proceso, (4) medidas de temperatura periódicas, (5) recibo de cargamento, y (6) notificación del pago realizado.
Este proceso tendría lugar gracias a un Smart Contract con el que estén de acuerdo las partes involucradas para que el mismo pueda ejecutar las ordenes de forma automática. En este escenario, todos los participantes tendrían el trabajo manual de notificar al sistema Blockchain de todas las certificaciones de envío, recibimiento y demás cosas que le competen a este ejemplo —en el caso del dispositivo de temperatura, lo ideal es que envíe la información automáticamente a la Blockchain—[31]. Para este tipo de casos, el ciudadano solo tendría acceso a “ver” cómo ha sido el proceso, pero sin incidir en él directamente —o puede hacerlo en caso de que así se programe con, por ejemplo, la validación del dato de temperatura del cargamento, eso dependerá de los fines que se quieran conseguir y cómo se establezcan las reglas del sistema—.
Algo parecido puede hacerse con otros asuntos, tanto a nivel de acciones y recursos públicos, como privados y mixtos. Esto es una mera guía general de acción y cada caso debe ser estudiado con cuidado para saber qué cosas es lo que mejor funcionará en cada caso particular, tanto si es algo donde intervienen pocos actores como donde intervienen “todos” los miembros de la sociedad —como el caso de los votos en elecciones—.
Blockchain anticorrupción: ¿Qué hay del presupuesto?
Algunos podrían pensar que el tema del presupuesto es un gran problema, pero lo cierto es que, como ya se demostró en líneas anteriores, en el mediano-largo plazo la implementación de Blockchain aminora los costos y permite ahorrar millones[32], que podrían servir para otros asuntos en busca del bienestar de los individuos en la sociedad. Si bien es cierto que no se tiene un marco referencial robusto de casos donde se haya presupuestado la implementación de Blockchain para solucionar problemas como los mencionados a lo largo de este texto, eso no limita hacer algunos análisis.
En agosto del 2023, “FinModelsLab”, un proveedor de herramientas y recursos financieros para nuevas y/o pequeñas empresas en todo el mundo, publicó un rango de estimaciones del costo promedio para el lanzamiento de una startup de tecnología Blockchain oscila entre los 277 mil y 875 mil dólares[33], lo cual incluye, entre otras cosas, el proceso de investigación y desarrollo para la aplicación Blockchain, la compra de equipos especializados, contratación de ingenieros y desarrolladores, auditorias y pruebas de seguridad.
Con esta referencia, se pueden citar algunos ejemplos de inversión gubernamental en proyectos relacionados con Blockchain. Por ejemplo: se sabe que en el año 2019 Brasil invirtió 1,4 millones de dólares en un proyecto de Blockchain de identidad digital para el desarrollo de la segunda fase de un proyecto que consiste en una plataforma para aplicaciones de Internet de las cosas (IoT)[34]; que la Unión Europea invirtió poco más de 4,34 millones de dólares anuales (2019-2020), y que se suman a más de 195 millones de dólares que la Comisión Europea previó asignar a diferentes proyectos Blockchain, con el propósito de brindar servicios públicos digitales en los países miembros[35]; y que China invirtió en el año 2020 invirtió 4,7 millones de dólares para desarrollar una plataforma de comercio financiero sostenido con Blockchain[36].
Cabe señalar que cuando se trata de recursos manejados por el Estado, hay que tener cuidado, pues no se tiene en cuenta que existe la posibilidad de que las cifras estén infladas y/o que la misma burocracia sea la que encarezca la asignación de recursos en este tipo de proyectos, por lo que se puede decir que, en circunstancias normales, el desembolso por este tipo de proyectos es menos costoso. Si bien, estas cifras, dan una idea estimada de los costos en los que se incurre para llevar a cabo el proyecto.
En adición, para poner en perspectiva y también a modo de ilustración, para el año 2016 el presupuesto de la nación destinaba 795,40 millones de dólares para que el poder electoral pudiera llevar a cabo sus funciones[37], por lo que —comparativamente— los recursos que necesitarían invertirse para llevar a cabo un proyecto con Blockchain para las elecciones serian ínfimos[38]. En concreto, suponiendo un gasto similar al de Brasil, Venezuela solo necesitaría el 0.16% del presupuesto empleado en 2016 para el poder electoral[39]. En este escenario, se reitera que el verdadero valor de Blockchain, más allá de sus características tecnológicas, que aportan mucho a los procesos, es la reducción de los costes[40], en consecuencia, sobrarían recursos que pueden ser destinados a otros asuntos de mayor interés para la sociedad, y más aún en el caso Venezuela, que se encuentra sumergida en la peor crisis institucional de su historia[41].
Actualmente nos encontramos en lo que Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, denominó “la cuarta revolución industrial”, que alude a un mundo en el que lo virtual o digital coopera por lo físico de manera flexible —o, incluso, arropa y succiona dentro de sí lo físico, pues pretende digitalizar todo[42]—, por consiguiente, hemos de aceptar que la tecnología está determinando, para bien y/o para mal, las instituciones sociales. Ahora bien, esta benignidad o malignidad que representa la tecnología para la sociedad quedará definida en función del uso que se le dé a dicha tecnología.
Por ello, es necesario recordar que es la libertad la condición que permite al ser humano desarrollarse plenamente en sociedad y que Blockchain puede ser —y está siendo— implementado para dar mayor control de asuntos privados a los individuos y restar poder al Estado, lo cual, en el mediano-largo plazo, definirá cuan buenas sean las instituciones que enmarcan las acciones del individuo en sociedad. La realidad lo ilustra perfectamente: si observamos el Índice de Percepción de la Corrupción del año 2022 y lo correlacionamos con el Índice de Libertad Económica, vemos cómo los 5 países más libres se encuentran entre los países menos corruptos, mientras que los 5 países donde se percibe mayor corrupción se encuentran entre los menos libres[43].
El énfasis es en que, en la medida en que las aplicaciones de la tecnología Blockchain busquen empoderar al ciudadano y restar poder al Estado, en un marco donde se pretende disminuir o erradicar en la medida de lo posible el cáncer de la corrupción, la libertad conseguida, que es lo único que sea demostrado capaz de crear instituciones sólidas en beneficio de la sociedad, es lo que dará paso a la creación de nuevas instituciones que sirvan de contrapeso a actos perversos, aumentando a su vez el grado de responsabilidad en la consciencia de los actores sociales —que es la otra cara de la libertad—, desembocando así en una espiral ascendente de libertad, responsabilidad y progreso social y una descendente de los incentivos que despiertan, impulsan o hace que se manifieste ese “gen picaresco” que poseemos todos.
En definitiva, las nuevas tecnologías son las que están enmarcando al mundo en la actualidad, y Blockchain es una de las alternativas prometedoras —realistas— que se puede poner al servicio de la ética y servir de escudo para proteger a la sociedad de la corrupción sistémica. No se puede pretender cambiar las cosas apelando a las medidas que siempre se han mostrado ineficaces; en un mundo que avanza a pasos agigantados hacia la digitalización, Blockchain se presenta como la solución a varios problemas de la sociedad, dado que se solucionan problemas de siempre con herramientas del momento —que potencian las instituciones que sí han demostrado ser eficaz en la historia del progreso de la humanidad—. Por consiguiente, es de vital importancia que los países empiecen a implementar este tipo de sistemas para probar —en el sentido de degustar, como “probar un helado”— su verdadero potencial en la lucha contra la corrupción y la libertad[*].
[1] Nerea Taracón Huarte. 2016. Maat encadenada: la corrupción en Egipto durante el nuevo reino. Publicado en la Revista Anesteria, número 5 (págs. 15-24). Pág. 18.
[3] Para ver algunos de estos escándalos, desatados en el periodo ramésida, ver: Ibídem., págs. 18-22.
[4] En: Sandri Piergiorgio. 2012. Historia de la corrupción. Publicado en el portal de “La Vanguardia”. Puede acceder a través de: https://acortar.link/NkpwtV (Consultado el 10 de diciembre de 2023). Cabe mencionar que esta acción no se diferencia en nada a cuando un empresario paga a los poderosos del Estado para que aprueben una ley que les beneficie a ellos y elimine la competencia, por hacer un símil.
[5] Por solo citar un ejemplo, el apóstol Pablo fue víctima de la corrupción en la antigua Roma (Hechos: 24:22-26). En este sentido, cabe señalar que la Biblia condena la corrupción (Deuteronomio 10:17; 16:19; Salmos 26:10) y transmite el mensaje de que éste es un cáncer que arruina a las naciones (Proverbios 29:4), por lo que invita a evitarlo.
[6] Alguien que explica bien este asunto, que deriva de un análisis económico del derecho, es Enrique Ghersi en “La economía de la corrupción”, al cual puede acceder a través de: https://cedice.org.ve/avada_portfolio/monografia-73-economia-de-la-corrupcion/ (Consultado el 10 de diciembre de 2023). Sin embargo, también invito a revisar la visión que da Jesús Huerta de Soto en “Socialismo, cálculo económico y función empresarial” sobre el cálculo subjetivo y la toma de decisiones del individuo en sociedad y las consecuencias negativas en las que se sumerge el sistema una vez es controlado por un Estado hipertrofiado que la híper-regula (ver págs. 118-133., de la tercera edición publicada por Unión Editorial).
[7] Axel Capriles resalta muy bien este hecho, en su obra “La picardía del venezolano o el triunfo del Tío conejo” (2008), cuando habla de que la corrupción sistémica es causa de un socavamiento de las instituciones y que solo se puede hacer frente a ello apelando al desgaste de dicha perversión institucional con “el correr del tiempo o con el desarrollo de tendencias contrarias con fuerza suficiente para servir de contrapeso” (publicado por Editorial Alfa. Pág. 79).
[9] Fundamentándose en varios autores y datos, Agustín Laje, en su obra “Generación idiota: una crítica al adolescentrismo”, explica cómo la tecnología, especialmente la de información y comunicación, impacta “de manera significativa en la forma de la vida” de los actores sociales, llegando a moldear a la sociedad entera —que a su juicio es una sociedad dominada por actitudes y/o comportamientos adolescentes—. Nuestra comunicación y contacto con nuestro entorno es, en buena medida, cuando no por completo en ciertos ámbitos, es por los medios tecnológicos. Por ello, afirma: “la tecnología digital no es simplemente una tecnología de la comunicación; es una tecnología para la vida. “El medio es el mensaje” es una sentencia que tendría que precisarse todavía más. Hoy deberíamos decir que la vida es el medio, cuando se trata del medio digital”, que es adonde apuntan toda la tecnología actual. De este modo, la tecnología “captura la vida y la dirige. La vida se torna en todos sus aspectos vida mediada.” Asuntos como Big data, inteligencia artificial, dispositivos y sensores de capturan cada aspecto de la vida del ser humano al final termina siendo “un imperativo”, puesto que tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad que avanza sin parar hacia la digitalización total. (Ver: Agustín Laje. 2023. Generación idiota: una crítica al adolescentrismo. Ciudad de México. Publicado por HaperCollins México, S. A. Págs. 141-146)
[10] En un estudio realizado en el año 2019 en Aragón, España, se concluyó que la juventud es “un colectivo muy relacionado con la tecnología a lo largo de su experiencia vital” y, en este marco social, juegan un “papel relevante en los cambios tecnológicos” y, por extensión, la sociedad (ver: Rubén Ramos Antón y David Pac Salas. 2019. La juventud como early adopter del cambio tecnológico: un análisis de los jóvenes aragoneses (España). Publicado en la revista Sociología Problemas e Prácticas, número 91, págs. 23-37. Puede acceder al estudio a través de: http://journals.openedition.org/spp/6365 (Consultado el 10 de diciembre de 2023)). También, invito a revisar la publicación de Juan Jesús Rueda-López, en la revista de ciencias sociales “Aposta”, titulado: “La Tecnología en la sociedad del siglo XXI: albores de una nueva revolución industrial”, donde se muestra cómo la tecnología moldea a la sociedad, condicionando la conducta y costumbres de sus miembros, desembocando en transformaciones sociales (puede acceder al mismo a través de: https://www.redalyc.org/pdf/4959/495950225001.pdf (Consultado el 10 de diciembre de 2023)).
[11] Esto es importante, porque la gestión pública es un escenario que se presenta como caldo de cultivo para la corrupción. Según Thomas Wolf y Emine Gürgen, en una publicación del FMI titulada: Mejora de la gestión pública y lucha contra la corrupción en los países bálticos y la CEI, “la mala gestión pública genera corrupción”, y esta se manifiesta con exceso de “intervención y arbitrio del gobierno en la actividad económica, incluido un exceso de reglamentos para las empresas privadas y el uso de sistemas preferenciales” y la falta de transparencia en la rendición de cuentas (pág. 3-5. Puede acceder a través de: https://www.imf.org/external/pubs/ft/issues/issues21/esl/issue21s.pdf (Consultado el 11 de diciembre de 2023)). Si la tecnología puede ayudar a mejorar la gestión pública, entonces a priori se concluye que los casos de corrupción en el sector público disminuirían.
[12] Un informe publicado por Transparencia Venezuela, titulado: “Gran corrupción venezolana, derechos humanos e impunidad” (2023), muestra que la corrupción “es una grave para la sostenibilidad democrática, en la medida en que erosiona el marco institucional con todas sus consecuencias negativas para el disfrute de los Derechos Humanos” (Pág. 10-13. Puede acceder al informe a través de: https://transparenciave.org/venezuela-gran-corrupcion-impunidad-derechos-humanos/)
[13] Una muestra de aplicación de Blockchain en el campo del Derecho o la justicia es el proyecto “Kleros”, el cual presta servicios de arbitraje descentralizado para resolución de conflictos. Puede verlo a través de: https://kleros.io/.
[14] American Council for Technology, Industry Advisory Council. 2017. Enabling Blockchain innovation in the U.S. Federal Government. Puede acceder al texto en ingles a través de: https://acortar.link/kLtmEB (Consultado el 13 de diciembre de 2023). Pág. 3.
[16] Cabe mencionar que han sido varios los textos que indican que es fácil identificar los numerosos beneficios potenciales que ofrece la tecnología Blockchain en la administración pública, destacando: (i) mayor confianza, gracias a que la plataforma es transparente y verificable; (ii) Mayor compromiso ciudadano, dado que se gestiona las identidades de los ciudadanos y los mismos verifican y validan las transacciones; (iii) datos transparentes y trazables en la gestión financiera e incluso en la adquisición de bienes y servicios; (iv) nuevas fuentes de ingreso para el Estado, en la medida en que los servicios se agilizan y vienen con valor añadido —ahorro de tiempo a los usuarios, por ejemplo—. Al respecto, invito a ver ibidem., pág. 10.
[17] La frase original es: “Mientras que la mayoría de las tecnologías tienden a automatizar a los trabajadores de la periferia, haciendo tareas domésticas, el blockchain automatiza el centro. En lugar de dejar al taxista sin trabajo, el blockchain deja a Uber sin trabajo y permite a los taxistas trabajar directamente con el cliente.”
[18] Los contratos inteligentes son “Blockchains programables, es decir, que nos permiten alojar en las Blockchains unas instrucciones o programas para ejecutar una serie de instrucciones si se cumplen ciertas condiciones” (Javier S. Hurtado. 2023. Qué es Blockchain y cómo funciona la tecnología Blockchain. Publicado en el portal de IEBS. Sección: “Qué son los Smart Contracts”. Puede acceder a través de: https://www.iebschool.com/blog/blockchain-cadena-bloques-revoluciona-sector-financiero-finanzas/ (Consultado el 13 de diciembre de 2023).
[19] Es necesario mencionar que hay registros que pueden hacerse offline y se cargan una vez se tenga acceso a internet, por lo que para aquellos que no cuenten con acceso a la red no quedaran fuera del sistema. De hecho, se benefician aún más, porque son precisamente las personas de escasos recursos quienes más se perjudican de la burocracia y la corrupción. Y da la casualidad que, según el Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, Venezuela es el país más burocrático de América Latina, dificultando procesos administrativos que competen a derechos de los ciudadanos. Puede acceder a este estudio través de: https://acortar.link/K2AXnW (Consultado el 02 de enero de 2024).
[20] Al respecto, ver “Suecia concluye con éxito prueba de registro de propiedad basado en Blockchain”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/sMY0rL (Consultado el 13 de diciembre de 2023). Si bien, la cita la extraigo de: Mateo de Jesús Audelín Mayo Gómez. 2022. Nuevas soluciones para viejos problemas. México. Publicado por la organización IAP Tabasco. Pág. 29. Puede acceder a través de: https://acortar.link/9n5OcM (Consultado el 13 de diciembre de 2023).
[21] Invito a ver “Gobierno de Georgia amplía proyecto de registro de propiedad sobre Blockchain con Bitfury”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/n3iKE4 (consultado el 13 de diciembre de 2023).
[22] Puede revisar “candidata presidencial de Brasil recaudará fondos para su campaña usando la bBlockchain de Decred”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/TSDHQE (Consultado el 13 de diciembre de 2023).
[23] Ver “Bolsa de Santiago implementa contratos inteligentes y Blockchain en uno de sus servicios”, publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/aK4vVl (Consultado el 13 de diciembre de 2023).
[24] Óp. Cit. Nuevas soluciones para viejos problemas., pág. 30.
[25] La referencia a los proyectos y la cita en concreto es una traducción a: Arne Strand. 2020. Blockchain as an anti-corruption tool: case examples and introduction to the technology. Publicado por Anti-Corruption Resource Centre. Sección: “Blockchains for humanitarian aid”, págs. 19, 20. Puede acceder a través de: https://www.u4.no/publications/are-blockchain-technologies-efficient-in-combatting-corruption.pdf (Consultado el 15 de enero de 2024).
[26] Ver: “Virginia Occidental prueba Blockchain en elecciones del senado para votantes remotos”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. 2018. Puede acceder a través de: https://acortar.link/SlKjO9 (Consultado el 15 de enero de 2024). Y “Pioneros de votaciones electorales Blockchain de Estados Unidos con prueba móvil de Virginia Occidental”. Publicado en el portal de Cointelegraoh. 2018. Puede acceder a través de: https://acortar.link/Bu81pH (Consultado el 15 de enero de 2024). Esto llevó a que en 2020 se promoviera un proyecto de ley para permitir el uso de Blockchain en las elecciones del estado, por ser más seguro (ver: https://acortar.link/MSINkR).
[27] Keyla Brando. 2021. Voteledger, una solución electoral basada en Blockchain creada por Ucabistas. Publicado en el portal “El Ucabista”. Puede acceder a través de: https://acortar.link/ONWaDI (consultado el 01 de enero de 2024).
[28] Si desea ver otros ejemplos, puede revisar óp. Cit. Blockchain as an anti-corruption tool: case examples and introduction to the technology., págs. 14-22.
[29] Marcos Allende López. 2018. Blockchain: cómo desarrollar confianza en entornos complejos para generar valor de impacto social. Publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Págs. 32, 33. Puede acceder a través de: https://acortar.link/j5APAa (Consultado el 15 de enero de 2024).
[34] Ver: “Brasil invierte USD1,4 millones en proyecto Blockchain de identidad digital”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/3ZuaRW (Consultado el 15 de enero de 2024).
[35] Ver: “EBSI: la Blockchain para Europa en la que se invierten EUR 4 millones al año”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/AfQbKI (Consultado el 15 de enero de 2024). Cabe señalar que, a modo de ilustración, si se dividen los 4,34 millones de dólares entre los 27 miembros de la Unión Europea, tenemos que cada país tendría que aportar casi 161 mil dólares al año —que durante esos dos años seria 322 mil dólares—, lo cual entra en el rango previsto para un startup de tecnología Blockchain.
[36] Ver: “China invierte USD 4,7 millones para desarrollo de plataforma Blockchain”. Publicado en el portal de CriptoNoticias. Puede acceder a través de: https://acortar.link/rzirid (Consultado el 15 de enero de 2024).
[37] Desde el año 2017, el Estado venezolano ha sido poco transparente u opaco con los datos que publica del Presupuesto Nacional. Por ello, se toma el presupuesto del 2016 como referencia y, en específico, las cifras del análisis publicado por Transparencia Venezuela para ese año, al cual puede acceder a través de: https://transparenciave.org/project/nuestro-presupuesto-2016/ (Consultado el 16 de enero de 2024). Aquí se ve que la cifra presupuestada para ese año que se destinó al “Poder Electoral” es de Bs. 5.011 millones, que representa el 0,3% del total del presupuesto y equivalen, al tipo de cambio oficial de la fecha —6,30 Bs/$—, a $795.396.825,39.
[38] El lector podría pensar que estas exorbitantes cifras solo se ven en Venezuela, pero no es el caso. Las invertidas en lo que compete a un proceso electoral —antes, durante y después, en suma, para mantener el aparato burocrático a cargo de estos procesos— no varían mucho en el mundo. En España, por ejemplo, las elecciones de 2019 y 2020 costaron más de 500 millones de euros. Con respecto a esto último, ver: “Las elecciones de los últimos dos años han costado más de 500 millones de euros”, publicado en el portal de Newtral, al cual puede acceder a través de: https://acortar.link/Ju6qrZ (Consultado el 16 de enero de 2024).
[39] Para ver la magnitud de los recursos que despilfarra el Poder Electoral en Venezuela (2016), la cifra de 795,40 millones de dólares representa 4 veces más lo que toda la Unión Europea, conformada por 27 países y con una población aproximada de 447 millones (2020), decidió invertir en proyectos Blockchain en 2019 y 2020.
[40] Al respecto, invito a ver: “El 70% del valor del Blockchain reside en la reducción de los costes”. Publicado en el Blog de Softtek. Puede acceder a través de: https://acortar.link/lHQ6iZ (Consultado el 16 de enero de 2024).
[42] En distintas obras, Byung-Chul Han sostiene que nos encontramos en una sociedad en la que lo digital ha invadido cada aspecto de la vida (ver: “No cosas”, “La sociedad paliativa” e “Infocracia: la digitalización y la crisis de la democracia”), que es la misma línea que más tarde sigue Agustín Laje para sostener sus premisas expuestas en óp. Cit. Generación idiota: una crítica al adolescentrismo., que si bien lo hacen en un sentido crítico, lo cierto es que es una realidad en la que nos encontramos sumergidos y, como toda herramienta tecnológica, puede aprovecharse a nuestro favor, en busca de una mejor sociedad. Estimo que, más que una aversión a la tecnología per sé —que, aclaro, no es el caso de estos autores—, la aversión debe ser dirigida al uso que se le da, sobre todo cuando es o pretende ser dirigido desde el poder político para “idiotizar” a los individuos y dosificarlos en aras de facilitar el control sobre ellos. En este ensayo se apuesta a aprovechar la tecnología para hacer todo lo contrario, es decir, empoderar la acción ciudadana, civil, y restar poder a quienes conforman el Estado.
[43] Ver: “Corruption Perceptions Index”, 2022, publicado por Transparencia Internacional, en: https://www.transparency.org/en/cpi/2022, y “Economic Freedom of the World”, 2023, publicado por Frase Institute y que puede encontrar en el portal de CEDICE, en: https://acortar.link/OdV8SN (Consultado el 16 de enero de 2024). Cabe señalar que la correlación negativa —mayor índice de libertad igual a menor corrupción— aplica para todos los índices de libertad, no solo la económica, pues da la casualidad que los países con mayor libertad de prensa y expresión, más respeto a la propiedad privada, entre otros, son los mismos que se encuentran de primero en el ranking de mayor libertad económica y, por tanto, menor percepción de corrupción.
[*] Con este ensayo, el autor consigió una mención honorifica en el concurso de ensayos: «Ética en acción», llevado a cabo por Cedice Libertad y Transparencia Venezuela a finales del año 2023 y principios del 2024.
Por Nathan A. Gonzalez C., coordinador local de EsLibertad Venezuela.
El 23 de agosto de 2024, el gobierno talibán de Afganistán promulgó una ley que, al igual que las demás leyes y dictámenes establecidos desde su llegada al poder, viola una vez más no solo la libertad de los seres humanos que ahí habitan, sino que se ensaña especialmente contra las mujeres afganas. Esta vez, las obliga a no hablar en público, cantar, leer en voz alta e incluso poder usar cosméticos o perfume. Tampoco se les permite salir a la calle sin llevar una “correcta” vestimenta que cubra completamente todo su cuerpo para evitar así la tentación y el vicio. La medida también pretende evitar que las mujeres afganas imiten modas occidentales.
La ley será aplicada por el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio —y no, no es un chiste—, los talibanes pretenden combatir el vicio en pro de una supuesta “virtud”. La moral de los radicales musulmanes —llamándolos educadamente— es un tanto extraña: no consideran como vicio tener conductas morales tan depravadas e inhumanas como el asesinato, la promoción del homicidio de todo aquel que piense diferente, la represión, el totalitarismo y la pedofilia. Esta última costumbre lamentable se ha visto incrementada desde la llegada del terrorismo talibán al poder.
Cualquier ser humano que tenga empatía, valores y fuertes convicciones morales se pronunciaría profundamente airado ante tales hechos. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Dónde están los moralistas de Occidente? ¿Dónde están los colectivos feministas que con tanto ahínco hablan de la necesidad de eliminar el supuesto sistema patriarcal? ¿Dónde está la izquierda progresista que se jacta de ser sumamente compasiva con el dolor ajeno? No lo sabemos. Pareciera que se hubieran esfumado de la faz de la tierra, que convenientemente tuvieran la capacidad de ir a otro plano de la existencia y luego reaparecer en este a voluntad.
Y digo esto porque cualquiera pensaría que ellos serían los primeros en manifestar su desagrado, su impotencia y su rechazo rotundo ante tal calamidad. Sin embargo, lo único que presenciamos de la izquierda supuestamente humanista es el silencio, un cobarde, sádico y perverso silencio. Esto es una prueba más de que el discurso de izquierda, fiel a su maligna tradición, es un descarado engaño en el que solo pueden caer aquellos idiotas que, además de idiotas, son vanidosos, ignorantes y superficiales. Pero no me malinterpreten, esto no es una mera apreciación personal, ya que para nadie es un misterio que la mayoría de los autodenominados progresistas de izquierda se creen moralmente superiores al resto. Y si alguien duda de esto, basta simplemente con prestar atención a todo lo que hacen y dicen, desde sus más afamados intelectuales hasta su vasta militancia.
Pero tratemos de ser justos con ellos, demos un repaso por la breve y convulsiva historia reciente de Afganistán desde la llegada de los talibanes. Suponemos que este repaso, que va desde el año 2021 hasta el presente año 2024, deberíamos encontrar ingentes manifestaciones de todo tipo de parte de la izquierda progresista sobre el caso afgano. Sin más preámbulo, veamos.
Los terroristas talibanes llegaron al poder en agosto de 2021, tras la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN. Desde entonces, el país ha experimentado una serie de acontecimientos que han afectado profundamente su situación política, social, económica y de derechos humanos. Entre las medidas adoptadas, se restableció el “Emirato Islámico de Afganistán”, implementando su interpretación estricta de la ley islámica (sharía). Esto incluyó cambios radicales en las leyes y estructuras gubernamentales, eliminando en gran medida las instituciones democráticas anteriores. Se prohibió la educación para las niñas, se vetó a las mujeres de muchos sectores laborales y se las obligó a llevar el burka. Además de todo esto, hemos presenciado casos de pedofilia; padres musulmanes vendiendo a sus hijas a hombres adultos, sin la aparente disconformidad del régimen, y un aumento alarmante en las violaciones y el maltrato contra la mujer por parte de sus esposos.
Ante esto, ¿Qué pronunciamiento tuvimos por parte de la izquierda mundial, los supuestos luchadores contra la islamofobia, y demás colectivos progresistas? No recuerdo haber visto marchas convocadas por ningún político o defensor del Kirchnerismo en Argentina. No hubo manifestaciones contra las violaciones de derechos humanos en Afganistán por parte de los mismos colectivos feministas que tanto alboroto causaron cuando se estaba discutiendo la ley del aborto. La izquierda progresista argentina guardó silencio.
¿Qué declaraciones podemos encontrar de la mano de Irene Montero, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Podemos y del Ministerio de la Mujer en España? Hemos visto cómo los talibanes asesinaban a las mujeres que iban por las calles solo por llevar una supuesta vestimenta inapropiada, que consistía en llevar sandalias o no tener el rostro cubierto. No hemos tenido ninguna declaración del autodeclarado gobierno feminista de España ni de su Ministerio de la Mujer que condene abierta y rotundamente los maltratos contra la mujer afgana, ministerio que, por cierto, se ha jactado hasta por los codos de tener férreos compromisos con el feminismo y con los derechos de la mujer. Pura política barata que no hace más que dejar al descubierto la hipocresía de la izquierda española.
¿Dónde están los colectivos LGBT? ¿Acaso ignoran cómo, a la llegada del gobierno talibán, pudimos ver a homosexuales siendo colgados en grúas por las calles? Hemos visto cómo los homosexuales son asesinados, mutilados y humillados de todas las formas posibles por los talibanes, sin embargo, no hemos visto marchas multitudinarias de estos colectivos sobre el caso afgano. Tal parece que los colectivos LGBT viven en un mundo en el que la prioridad no es manifestarse intensamente en contra de los delitos que los talibanes perpetran contra los homosexuales en Afganistán. Por el contrario, en la realidad que ellos viven, la prioridad parece ser la lucha contra la supuesta islamofobia que llevamos a cabo los occidentales.
Es realmente despreciable ver cómo las pocas declaraciones que podemos encontrar por parte de esta izquierda infrahumana dejan mucho que desear, son ambiguas y en algunos casos usan una moral relativista bastante cuestionable, cuyos discursos se enfocan en criticar a Estados Unidos, su política exterior y a gobiernos de Occidente. La izquierda, como de costumbre, solo alza las banderas de la igualdad, de la libertad y de la defensa de los derechos humanos cuando esto les puede generar algún beneficio político.
La izquierda, señores, es la encarnación de la crueldad, la malignidad y la perversión, de tal manera que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que “el socialismo no es más que la máscara con la que el diablo oculta su verdadera intención: subyugar al hombre bajo la tiranía del Estado.”
Es parte de la herencia política de la civilización occidental bautizar con patronímicos a gobernantes y líderes, por ejemplo: el legendario rey inglés de las cruzadas Ricardo corazón de leon, quien realmente fue francés y nunca hablo una palabra en inglés.
Pedro El Grande, el Zar ruso modernizador que a juro afeitó las barbas de sus súbditos, o la reina Isabel “La Católica”, quien no solo es responsable de financiar a Colon, sino que su título popular viene de su responsabilidad directa en expulsar la vasta presencia musulmana fuera de la península ibérica, si, en uno de los años sino el más importante en la historia de occidente: 1492.
La hija de Isabel, Juana “La Loca” es aún recordada por sus celos inexplicables hacia su esposo Felipe de Habsburgo apodado “El Hermoso”, a quien Juana por su prematura muerte cargo con el descompuesto cuerpo de su cónyuge de por vida. La sabiduría popular es la madre de las virtudes.
Nosotros en tránsito de la más devastadora tragedia nacional jamás habida, tenemos recientes patronímicos adjudicados, como Pedro “El Breve” y hoy “El Mudo González”
Madrid hoy es el destino del presidente electo que jamás quiso serlo. Jamás se asumió como tal para desgracia de todos los venezolanos.
Nos emocionamos con la campaña, los venezolanos adoramos el festín, la movilización, la palabra en alta voces que nos hace soñar despiertos con un mejor porvenir. Maria Corina traspaso cualquier canon preestablecido, se convirtió en el arcangel de la libertad. Las elecciones se ganaron de calle.
Pero el chavismo demostró que le vale madre si logramos en esta oportunidad tener inclusive ahora las actas de todos los centros en Venezuela dándole el triunfo a la democracia. Ellos no van a entregar. La calle esta llena de esbirros, las cárceles de niños y el hogar de los venezolanos de luto y un pensamiento triste en salir a pie por los caminos selváticos de América.
¿Qué hacemos? ¿Conspirar en la clandestinidad? ¿Cuantas vidas más costará ponerlas en el asador?
Hace cuatro meses, el 99% de los venezolanos no sabía quien era Edmundo González, el abuelito bueno, pero frágil, con síntomas de impedimento motriz inclusive. Yo me preguntaba si este compatriota tendría las condiciones de poder acometer la reconstrucción de un país tasajeada como una res?
El caso es que Edmundo González jamás hablo como un presidente, jamás arengo a las Fuerzas Armadas como electo comandante en jefe, jamás categorizó la tiranía como gobierno saliente, como transitorio, ni llamo a una transición ordenada y pacífica del poder.
El verbo tiene poder, y Edmundo González no hablo como mandatario, y ¿Qué bien hubiera sido el desenlace a la crisis de haber escuchado desde el pasado Julio 28 la voz de mando del poder constituido a votos?
Mientras tanto, Chevron, asi como también Repsol, y la francesa Maurel & Prom, continúan operando y produciendo petróleo con absoluta normalidad.
Los refugiados de Vente Venezuela en la embajada argentina se van a la nación austral por salvo conducto.
Edmundo González, “El Mudo” sale a Madrid a ingresar en la banda de corazones solitarios donde participan Ledezma, sus yernos, Leopoldo —arquitecto del interinato— y su mujercita. Ese club de políticos temibles cuyo lema es “el talento sin probidad es un azote”.
¡Mientras tanto, el chavismo anuncia que prendan la luz que llegó diciembre!
Por Roymer Rivas, un simple estudiante venezolano.
Venezuela vive en fraude desde la guerra de la Independencia. No hubo tal cosa como “Libertad” como faro para fundar el país, y la Democracia fue, es y será siempre, un fracaso —al menos tal y como está configurado hoy, a estos volúmenes—. Pero, por si fuese poco, desde 1999 el fraude ha sido doble, porque, como no pudo haber sido de otra manera, se usaron las mismas reglas espurias del sistema para implementar un sistema aún más corrupto y totalitario.
El tema perverso del venezolano, y de Latam entera, es que le encanta repetir procesos. Creen que el punto en cuestión es quién es la cabeza del Estado, no el sistema que hizo que llegara allí dicho cabecilla. El problema es que se ha jugado durante mucho tiempo con las reglas de un sistema que está estructurado para que no haya un cambio, sino que la gente crea que lo hay o puede haber alguno, causando un profundo daño antropológico que funge como eje transversal de la existencia venezolana.
Hoy, se pretende apelar a una institucionalidad que nunca ha existido para el servicio del común, sino para el servicio de los poderosos, de aquellos que endulzan a la masa que va y deposita en él su ciega confianza. No se repara en que esa es la misma institucionalidad que permitió, por solo citar un ejemplo, pasar de la Constitución estatista —o si gusta, “socialista”— de 1947 a la Constitución estatista de 1961, y luego a la Constitución estatista de 1999. Tres panfletos constituidos con material fecal intelectual compactada; tres panfletos que reflejan la idiosincrasia de un pueblo sin identidad, que condenó su futuro a padecer décadas de aquel virus que destruye civilizaciones enteras.
Ahora bien, el peligro real no reside en lo ya ocurrido, sino en las falsas doctrinas provenientes de estos hechos; en las revoluciones del siglo XIX y XX, se quería “libertad, democracia, igualdad”, terminando por conseguir solo democracia e igualdad —todo mal—; en la democracia (1958-2006), ya siquiera se busca libertad, sino un “bienestar social” que sirvió para sustentar todas las acciones del Estado patrimonialista para conseguirlo, concentrando el poder cada vez más en unos pocos.
En este marco, he de resaltar que uno de los peligros de vivir bajo el yugo de tiranos en el presente es que les hace olvidar a muchos el yugo tiránico que los sometía en el pasado o los sumerge en un cuarto oscuro donde no se ve el yugo tiránico que representa el supuesto cambio deseado, perpetuando así un sistema maldito.
Esos que hoy vienen hablando de “hay fraude”, en realidad no ha entendido un carajo el problema que hay en el país y, por tanto, funge como un predicador que vende fantasías místicas. Pero a la masa le encanta el culto al héroe, al mesías de turno, pues el anhelo de “un cambio” los enceguece. Todos hablan de cambio, pero, ¿Realmente entienden su significado? ¿Cambio de qué? ¿Cambiar los nombres y colores de camisas de quienes pretender dirigir el sistema? ¿Es eso realmente un “cambio”?—. No hay cambio de nada, mucho menos se vislumbra una evolución.
Aquellos que han surgido como líderes desde el “seno de la sociedad”, no son una fuerza transformadora para el bien. Son todos ciegos mirando cosas distintas en el mismo animal, partiendo de esa condición para proponer “soluciones” a problemas que, tal y como se me presentan las cosas, no comprenden. Es el caso del doctor que receta paracetamol a una enfermedad con altas probabilidades de causar la muerte, sin preocuparse ni siquiera en estudiar el caso para saber cómo proceder.
En este escenario, aparece el colmo de todos los colmos, a saber: todos defienden a ese doctor con cierto grado de latría, o porque “es lo que hay”; esto es, que aun si el cambio de personajes se pide como “un mal menor”, o por pragmatismo, el país tiene chavismo para rato, no porque quienes están en el poder estén atornillados allí y pretendan atornillarse más —que sí es así—, sino porque la estructura del pensamiento chavista domina el debate público, y aquel que se escape de dicha estructura es la pera de boxeo de ambos bandos.
—¡Cuanto daño nos ha hecho no analizar la historia desde teorías correctas! O, peor aún, ¡Siquiera conocerla!—
Por no conocer esa misma historia es que se sigue esperando que la Comunidad Internacional haga, ahora sí, lo que no ha hecho en el pasado: “hacer que el chavismo salga del poder”. Parece que la gente olvida que esa “Comunidad Internacional” ha permitido masacres en masa en distintos puntos de la historia, condenando solo de la boca para afuera, actuando solo cuando vieron que podían conseguir algo a cambio o era la única medida para defenderse a sí mismos.
En este escenario, se llaman a “marchas”, porque “hay un plan” y “todo va según lo planeado”, como si esas marchas, velitas a santos, oraciones y videos en redes sociales con “influencers”, todos abogando por la libertad en Venezuela, se logra que un régimen sanguinario se marche. Entonces, no solo es que lo que venden es una quimera, sino que los medios que emplean para conseguirlo son más estúpidos aún, en la medida en que no son coherentes con aquello que buscan alcanzar.
Esto es más que lamentable.
La cuestión es simple: de este problema no se va a salir como los líderes actuales quieren que salga. Contrario a lo que muchos creen, es el líder un reflejo del pueblo que representa, y no al contrario, y durante mucho tiempo a la sociedad venezolana se ha ufanado en seguir a oportunistas incompetentes —lo cual dice mucho del estado de la sociedad actual—.
“¿Y tú qué propones?”, bueno, como ya uno se cansa de mediar con los idiotas, le respondo directo y sin reservas: “¡Deja de ser un maldito imbécil!”.
Termino con dos citas, o ideas que se pueden extraer de ciertas citas:
“Ninguna tiranía en la historia ha entregado el poder con una sonrisa y ninguna revolución se ha logrado con buenos modales”[1].
Hay dos maneras de sacar a un mal gobernante; una es por la razón, otra es por la fuerza. La primera es para los hombres, la segunda para las bestias. La diferencia es que la opción segunda jamás ha fallado[2].
[2] Nicolás Maquiavelo. 2018. El príncipe. Editado por El Aleph. Capítulo XVIII: “De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas”, pág. 88, párr. 2. Puede acceder a la obra a través de: https://acortar.link/xqPtm1 (Consultado el 30 de agosto de 2024). Lo cierto es que estas palabras están tergiversadas, pues Maquiavelo no busca sacar un mal gobernante, sino perpetuar el gobierno de quien esté en el poder. Para ello, recomienda al “príncipe” que puede apelar a las leyes, pero que también cuenta con la fuerza, pues la primera por lo general no es suficiente. La cita original dice: “Digamos primero que hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza. La primera es distintiva del hombre; la segunda, de la bestia. Pero a menudo la primera no basta, es forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre.” Esto es, de hecho, lo que usan las dictaduras, como la venezolana, para perpetuarse en el poder, apelar a las leyes como armas para vestir de legalidad su tiranía, y cuando estas fallan, no escatiman en apelar a la violencia. Es por esta misma razón que cabe la pregunta: ¿Tiene sentido apelar a las leyes que ha creado la maquinaria del poder tiránico para perpetuar su condición con el fin de sacarlos de allí? Para pensar. En todo caso, se puede usar dicha cita, sacándola de su contexto y poniéndolo en la que nos compete, para transmitir un mensaje fuerte y claro. Cualquier cosa fuera de allí es mera ilusión y deseo.
Por Gervis Medina, abogado, criminólogo y escritor venezolano.
El siguiente análisis es el resultado de un estudio praxeológico, filosófico, económico, sociológico, neurocientífico, y criminógeno, basado en los autores como: Ludwing von Mises, Antonio Gramsci, Milton Friedman, Dietrich Bonhoeffer, Carlo Cipolla.
Mises en la época de 1940 en su libro la acción humana, él explica que gracias a la revolución marginal las ciencias sociales entran lo que él llamó “praxeología”, el cual es el estudio de la acción humana, es decir, que primero vemos el comportamiento de los individuos y a partir de esas observaciones podemos sacar conclusiones. Metodología que he usado para llegar a las siguientes conclusiones:
La crisis política en Venezuela continúa sin resolverse. La sastrería jurídica de Nicolás Maduro (TSJ) convalidó la victoria de Maduro en las elecciones del 28 de julio, usurpando las funciones, del Consejo Nacional Electoral.
Sin embargo, la oposición representativa y participativa aseguran que según el 80% de las actas que pudo recoger, el claro ganador es Edmundo González y reclama al Consejo Nacional la publicación de los resultados. Mientras tanto, la comunidad internacional intenta mediar, pero sus propuestas han sido rechazadas por el momento. Y la vasta mayoría de los venezolanos ven que, como pasó en años anteriores, la crisis humanitaria se puede profundizar si no hay soluciones políticas.
Por eso nos preguntamos, ¿Qué viene ahora? Aunque cada escenario está lleno de matices y puede que incluso se mezcle uno con otro, en este editorial comento tres posibles escenarios hacia los que puede derivar esta situación.
Existen dos formas de llegar a conclusiones de este caso, de la forma keynesiana, en la cual los keynesianos de forma consciente o subconsciente siempre tiende a tener diagnósticos erróneos, por lo tanto, plantean soluciones erróneas que llevan a más crisis sociales, políticas y económicas. Básicamente, las personas de pensamiento keynesiano analizan la situación de forma pragmática. Por ejemplo: mensajes o soluciones esperando que la comunidad internacional venga y resuelva la situación en la cual nos metimos, o, peor aún, llamar a una intervención militar extranjera, o con la marcha de las actas, mientras no se dan cuenta de que hay una marcha de venezolanos hacia el exilio en otros países. Hay que decir que con marchas el gobierno no se marcha.
En cambio, la praxeología analiza la situación de forma deductiva y entendimiento de la acción humana de forma previa a cualquier dato o estadística. El interés de la praxeología no son los objetivos de la acción, sino la acción en sí misma, independientemente de las circunstancias. Esto quiere decir que apunta a los medios y no a los fines. El foco de atención de la praxeología se centra en el individuo que actúa. A partir de dicha observación, genera principios y axiomas que le permiten desarrollar un análisis del proceso de acción.
El primer camino que pongo sobre la mesa es que “todo queda igual como está”; esto quiere decir que la situación se mantenga más tiempo tal y como está. El gobierno de Maduro parece interesado en prolongar el estado actual, vendrán fiestas, vacaciones, elecciones y esto distraerá a la coalición dominada. Nicolás Maduro apuesta a la utilidad marginal decreciente, que no es más que la idea de que cada unidad de un bien pierde valor a medida que incrementa su oferta, es algo deductivo, al igual que la trigonometría y la acción humana. En las ciencias políticas la conocemos como la perdida de efervescencia de la espuma.
Ahora mismo, el poder de Nicolás sigue fuerte, ya que la coalición dominante de fuerzas institucionales que ahí lo mantienen, entre ellas las Fuerzas Armadas, sigue cohesionada. Con esto pretende varias cosas: que la oposición representativa y participativa se refugie ante la presión política, judicial y policial, que la comunidad internacional pierda el interés y que la gente tenga que resignarse a resolver su día a día. Pero para esto el oficialismo necesita ganar tiempo.
En crisis anteriores, el chavismo logró hacerlo, aunque los hay que creen que esta ocasión es diferente. Para muchos, en este momento el gobierno no tiene ya tanta fuerza y está a la defensiva, mientras que la oposición es la que está a la ofensiva. Estos analistas y opinadores dicen que la oposición parece contar con más fuerza que en anteriores ocasiones: está unida, tiene respaldo internacional y publicó unas actas que respaldan su denuncia de fraude.
El gobierno genocida y el Estado deletéreo y criminógeno, prefiere mantener las cosas tal y como están para evitar las reacciones y decisiones que esto podría traer y que aumentarían el descontento entre la población. Mientras tanto, los venezolanos ven como siguen empeorando los servicios, la pobreza, la salud, la educación y la violencia.
El segundo escenario planteado es “la profundización de la crisis económica, la represión y la política” que el gobierno opte por una crisis más aguda. Aunque esto significa aceptar que les apliquen más sanciones económicas, que les impidan la venta de petróleo o los obligue a venderlo más barato, afectando esto a su flujo de caja. También es posible que sus familias en el extranjero sean perseguidas por autoridades internacionales y que, no solo los líderes, sino también militares medios y funcionarios públicos, vean sus propiedades y visas congeladas.
A su vez, si ocurriera este escenario, se podría traducir que el gobierno radicalizara su respuesta. Serían capaces de incendiar el país y gobernar sobre sus cenizas. Pero no solo en contra de la oposición y sus activistas, como ya se denunció estos días, sino hacia la población en general. Caso que vemos hoy día con la detención de menores de edad, hijo del dueño de un equipo de beisbol profesional, personas que fungieron como testigos de mesas, personas que dieron alojamiento a los candidatos de oposición entre otros.
En mi concepto, el gobierno de Maduro está dispuesto a profundizar el autoritarismo, si tiene que hacerlo para tratar de mantenerse en el poder. El análisis praxeológico, sociológico y criminógeno apuntan a que podría llegarse a la situación en que los ciudadanos fueran incapaces de manifestar sus opiniones en público, acceder a redes sociales u organizarse en comunidad para resolver problemas cotidianos, a esto se le define la bóveda del miedo. Y si llegara a producirse esto, creen que significaría un aislamiento casi total de Venezuela y se agravaría profundamente la crisis migratoria, afectando, por tanto, a los países vecinos. Los hay que ven incluso en los casos de Cuba o Nicaragua ejemplos de lo que podría ser una profundización del autoritarismo en Venezuela, con una oposición anulada y elecciones sin competencia.
El tercer escenario es “una posible transición”, es la opción menos probable hasta el momento, pero no podemos descartar que se acabe produciendo una transición política. Ahora bien, la oposición está apostando a que se produzca un quiebre dentro del gobierno y Maduro se vea obligado a negociar su salida. Hasta el momento parece difícil, salvo que la crisis se deteriore o se produzca un estallido social de la magnitud del Caracazo en 1989. En ese caso, es posible que el apoyo a Maduro entre militares y funcionarios se fracturaran.
Además, en medio de una crisis económica, evitar las deserciones es más complicado. Es entonces donde entra en juego la posibilidad de una transición política y de las negociaciones. Varios personajes de la política nacional e internacional, han propuesto soluciones como unas nuevas elecciones o un gobierno de cohabitación transitorio, pero por el momento tanto el gobierno de Maduro como la oposición han rechazado estas iniciativas. Sin un acuerdo o negociaciones a la vista, parece que la solución política para Venezuela está lejos de descifrarse.
No es el momento de las críticas, personalmente es asumir la irresponsabilidad del fanático en las gradas diciéndole al torero como faenar al toro. Es un ejercicio inútil y hasta estúpido.
Pero no preveer la reacción de la dictadura y —en apariencias— no tener una meridianamente definida estrategia en lo internacional y con actores críticos en lo interno, como el árbitro (CNE) y el sector militar, el no denunciar a tiempo y no asegurar la protección hacen de esta abrumadora victoria electoral otro posible fiasco a lamentar.
Todo confiamos en Maria Corina y luego en el señor González, todos sabíamos que una transición pacífica del poder era en sí misma difícil, que el grado de intervención internacional de ‘manga remangada’ indispensable, asociando condiciones inéditas de una controlada y supranacional transferencia del poder términos absolutos de arbitraje e intervención internacional impretermitibles. Nada de eso se negoció, otra vez fuimos a trocha y mocha a elecciones.
¿Qué ocurrió en Barbados, qué dispositivos se crearon a ser activados ante este anunciado horror? ¿No puedo creer que Maria Corina no sabía que le esperaba? ¡Cómo seguimos siendo guiados a unas elecciones bajo la fatua premisa de sí todos votamos ellos entregan! ¡Hemos pasado un cuarto de siglo repitiendo esa oda a la estupidez!
No me digan Maria Corina y el Señor González —que es impredecible que algún día hable y reclame, en términos de autoridad, que él es Presidente— no sabían lo que la dictadura planeaba hacer con miles de Venezolanos que, en ejercicio de sus garantías civiles, se incorporaron a salvaguardar los votos en las mesas y hoy miles están desaparecidos o en alguna de las variadas ergástulas de la dictadura.
¿Dónde se invocaron la protección antes del evento electoral a esos venezolanos? Señora Machado y Señor González ya la campaña paso y cualquier evento de esa naturaleza es grotesco y un riesgo para la gente.
Hoy los medios y redes recogen la posibilidad de una nueva negociación con la dictadura. Pero, ¿Negociar qué? ¿La ruta agónica a simplemente ahorcar la voluntad popular por seis años más de esta infamia?
En este marco, no me queda más que terminar usando las palabras de Churchill: “No puedes razonar con un tigre cuando tienes la cabeza en su boca”.
Por Roymer Rivas, escritor venezolano, teórico del Creativismo Filosófico.
Venezuela pasa un momento convulsivo, donde millones se llenaron de esperanzas de un cambio de la mano de María Corina Machado (MCM), junto a todos los políticos de siempre, que vienen vendiendo el mismo cambio desde hace por lo menos 23 años. Empero, contrario a lo que sostienen muchos, estos actores políticos que son protagonistas en el presente no cuentan con algo verdaderamente significativo que pueda causar un punto de quiebre en el régimen venezolano.
Sí, MCM ha dejado en manifiesto el gran fraude del régimen chavista, pero aún no han entendido que los barbaros no entienden más que de garrotes —o lo entiende, pero no tiene como más afrontarlo y apela irresponsablemente a la repetición de procesos—. ¿¡Qué carajos valen unas actas que, aunque verdaderas, toda la maquinaria estatal al servicio del chavismo no acepta!? En esta condición, sin más que apelar a evidencias de la verdad y legalismos, han dejado solo en las calles a miles de venezolanos que han decidido salir a manifestar su rechazo a la dictadura. Nada nuevo, en esencia. No hay nada concreto; se está cifrando la confianza en acciones que se han mostrado fracasadas en el pasado y no hay diferencias en las circunstancias que indiquen que esta vez vaya a ser diferente. Mientras tanto, muchos mueren.
Lo cierto es que las fichas con las que parece contar MCM hasta el momento están jugadas todas —al menos que tenga un plan super secreto que nadie conozca, plan al que muchos esperanzados apelan, pero del que no hay algún vestigio de prueba alguna de su existencia—. Pero, lo cierto es lo siguiente: (i) no hay canalización de las protestas, sino distintos focos de manifestaciones espontáneas sin más fin que demostrar su rechazo, pero no para conseguir armas, o un cuartel, o rodear Miraflores, o hacer un paro nacional de manera pacífica, nada; (ii) aún si las protestas fuesen canalizadas, no se cuentan con las armas suficientes para luchar.
Entonces, ¿Cómo se pretende derrocar a una dictadura así? Para el mal de muchos, objetivos sin planes son solamente deseos que tienen pocas probabilidades de alcanzarse. Ha sido una irresponsabilidad total de MCM permitir que miles salgan a las calles sin tener al menos la seguridad de que eso formaría parte de algún plan objetivamente coherente que apunte a la inflexión. Y fíjense que no estoy diciendo que no es necesario protestar, alzarse contra los tiranos, sino que toda acción que responda a la improvisación impetuosa no puede aspirar a más resultado que el fracaso, uno manchado de sangre de víctimas de un régimen.
Muchos se molestan con quienes resaltan los hechos, están enceguecidos por esperanzas infundamentadas, esperando que haya un levantamiento militar interno, que haya una intervención extranjera, que Dios meta sus manos para ayudar a Venezuela, o una mezcla de estos escenarios —poco probables en este momento—. Así, en su ingenuidad, mandan a callar a quienes difieren de su posición, argumentando una supuesta inacción del otro, pero, aún si eso fuese cierto, no reparan en que ellos tampoco hacen algo relevante, que realmente se pueda traducir en la caída del régimen. Entonces, si ha de darse entrada al minusválido argumento: “Tú no haces nada, no hables”, inclúyanse en la petición, hay que callarse la boca todos.
Es más que lamentable que muchos, “con la excusa de hacer algo, no ven que a veces no se trata solo de “hacer”, sino de “qué es lo que se hace”; ser útil no significa hacer lo que sea, sino hacer lo que se requiere. Ya va siendo hora de dejar de creerse parte de una solución cuando no es el caso. Luego de un cuarto de siglo deseando “ganar elecciones en tiranía”, sin mayores resultados más que la miseria en represión, véase como parte del problema y no como la solución.”[1]
Es más, puesto que les gusta ponerse como autoridades morales a los que no se les puede criticar nada, permítanme hacer comparaciones y decirles que cuando aquellos que me manden a callar hayan sido buscados por el SEBIN, llevando, junto a otros acontecimientos, a tener que salir del país de manera clandestina para que las aguas se enfríen y no exponer la seguridad de la familia; cuando se la pasen construyendo país en las aulas de clase o en espacios donde se hable con la gente, apelando a la concientización del futuro del país, para comprender mejor nuestro entorno, aun cuando las creencias que profesas no son del agrado del régimen y te exponen a ser nuevamente buscado y encarcelado por supuestamente “promover el odio” o el “fascismo”; o cuando siquiera hagan algo más que salir a votar cada cierta cantidad de tiempo, porque así se los pide el sistema y “es lo único que se tiene”; pueden venir a callarme la boca. Si hemos de hablar de “hacer cosas” por cambiar las circunstancias y usarlo como regla moral, entonces la gran mayoría de ustedes siquiera podrían mirarme a la cara, menos decirme que me calle, ni a mi ni a quienes hacen algo de eso, o incluso más. ¡Quédense con eso, ególatras ingenuos! No son más que inmorales que promueven espejismos de cambio; ustedes son los mismos que dicen luchar contra la opresión, pero no escatiman en acallar o arremeter contra aquel que piense distinto a ustedes, independientemente de los argumentos. Son los inmorales que quieren una transición a la democracia, pero en su interior tienen el mismo virus antidemocrático que nos hizo llegar adonde estamos.
Volviendo al tema, miles han sido encarcelados, asesinados, amedrentados de una u otra forma, en vano —hasta el momento—, ¿Y piden que todavía confíen en medios espurios para un cambio? Yo pregunto: ¿Por qué se tienen que esperar las épocas electorales para vislumbrar un cambio? ¿Por qué se sigue jugando al juego democrático contra una dictadura? La clase política venezolana y sus seguidores deben asumir la culpa por muchas de las cosas que estamos viviendo ahora, empezando por reconocer el escenario y no esperar algún momento del futuro lejano para coordinar fuerzas en busca de un verdadero cambio. De hecho, todavía pueden reivindicarse y aprovechar todo el movimiento que se ha construido a su alrededor, nuevamente, para ello.
Sin más, les recuerdo que todos queremos lo mismo, y la verdadera discusión es qué acciones son las que mayor probabilidades de éxito tienen en forzar un cambio, y cuales no. ¿Cuál es tu trabajo y el mio, dadas las circunstancias? Aquel que apele a los improperios hacia otros, o la solicitud de su silencio, porque piense que sus máximas son inatacables, no entienden nada de lo que vivimos. Viva aquellos principios que solicita, no pida un cambio de la boca para afuera solamente. Solo así ya habrá dado el primer paso al cambio que tanto desea.
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