El superávit primario del Gobierno se desplomó casi un 50% en términos reales desde que el socialismo volvó al poder. Se proyecta un fuerte crecimiento de la deuda pública durante los próximos tres años.
La administración de Lula da Silva continúa deteriorando el frente fiscal de Brasil, uno de los aspectos más favorables en la herencia por los cuatro años de gestión de Jair Bolsonaro. El Gobierno federal, incluido el Tesoro y la seguridad social, registró un superávit primario de 15.604 millones de reales en abril de 2023, por lo que se produjo una caída del 48,3% en comparación con el mismo mes del año pasado y en moneda constante.
Asimismo, el saldo superavitario antes de intereses sumó los R$ 47.165 millones en los primeros tres meses del año y tuvo una fuerte reversión del 43% en comparación con el primer trimestre de 2022.
Mientras que el superávit primario llegaba a representar el 0,56% del PBI en diciembre de 2022, la cifra se redujo a sólo el 0,22% del producto para abril de este año, nuevamente reflejando que el saldo superavitario se redujo a la mitad.
El principal factor desequilibrante de las finanzas públicas es el gasto determinado por el Presupuesto 2023, que Lula consiguió aprobar rápidamente en el Congreso tras su victoria electoral. Las erogaciones del Gobierno federal aumentaron un 8,1% interanual en términos reales al cierre de abril, en mayor medida debido a la ampliación del programa Bolsa Familia.
Por otra parte, la recaudación tributaria del Tesoro tuvo una caída real del 1,8% interanual en el cuarto mes del año, vinculada al aumento de la deducción estándar sobre el impuesto a las Ganancias y la postergación de las exenciones impositivas sobre los combustibles. La aplicación de retenciones “temporales” sobre las exportaciones petroleras aún no tuvo un mayo impacto.
Junto con la abultada y creciente factura de intereses de deuda, el déficit financiero total del Gobierno federal se incrementó al 4,61% del PBI en abril, habiendo partido de un 4,35% del producto al término de la gestión de Bolsonaro. Esto es consistente con un fuerte crecimiento de la deuda pública federal para los próximos 3 años según las estimaciones más aceptadas.
El ministro de Hacienda Fernando Haddad prometió llegar a un superávit primario de por lo menos el 0,5% del PBI para fin de año, y para conseguirlo anunció que el Gobierno incrementará la recaudación en 150.000 millones de reales mediante eliminación de exenciones tributarias, la persecución a la evasión y por medio del nuevo impuesto sobre los juegos de azar online.
Pero ningún pronóstico serio respalda la hipótesis de Haddad, ya que para llegar a la cifra que postula alcanzar en diciembre (y dada la trayectoria alcista del gasto) se requerirían de fuertes aumentos impositivos sobre fuentes representativas para los ingresos (como el impuesto a las Ganancias, el IVA, impuestos internos, etc).
El banco de inversión BNP Paribas advirtió que los anuncios de Haddad son completamente insignificantes para llegar a una meta semejante de hasta 150.000 millones de reales en nueva recaudación. En la misma línea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el déficit primario real de Brasil terminará el 2023 con un rojo de casi 2 puntos del PBI, mientras que el financiero llegaría a casi el 9% del PBI.