De Derecha Diario
La UDI se suma al “Acuerdo por Chile” de Boric para escribir una nueva Constitución. Su redacción comenzará en mayo del año que viene y el 26 de noviembre del 2023 habrá un nuevo plebiscito.
Luego del estruendoso fracaso del proceso constituyente que empujó la extrema izquierda en Chile, y que el presidente Gabriel Boric se puso al hombro y terminó completamente siendo completamente derrotado, ahora parece que las fuerzas de la pseudo-derecha chilena le extendieron la mano para salvar su carrera política.
La UDI, el segundo partido más grande del Congreso, y el más influyente en Chile Vamos, la coalición de centro-derecha del ex presidente Sebastián Piñera, se cortó solo y cerró un acuerdo con Boric para impulsar una nueva Constitución en el país, con “rasgos más moderados que la rechazada”.
Se trata de un sorpresivo giro al centro de Boric, quien en el pasado se había mostrado intransigente a negociar cualquier moderación en el contenido de la nueva Carta Magna. Pero más sorpresivo es que la UDI se sume y destrabe el llamado a un nuevo proceso constituyente, que tanto lastimó a la sociedad chilena en los últimos años.
La contundente derrota en el plebiscito que debía convalidar la nueva Constitución de extrema izquierda, lo obligó a Boric a cambiar su Gabinete y sumar funcionarios de la ex Concertación en cargos claves como el Ministerio del Interior, encargado de la política de seguridad y la Secretaría General de la Presidencia, que se ocupa de la relación con el Congreso.
Estas fuerzas de centro-izquierda ahora le han dado todo su apoyo para un nuevo proceso constituyente más moderado, pero faltaba el voto positivo de alguna de las fuerzas de la centro-derecha para poder asegurar el llamado a un nuevo plebiscito.
La UDI firmó un documento denominado “Acuerdo por Chile” que plantea “la convicción de que es indispensable habilitar un proceso constituyente y tener una nueva Constitución para Chile“.
“Discutir y escribir una Constitución hoy es importante e indispensable, y requiere un nivel de profesionalismo, contar con expertos y expertas; asimismo, debe hacerla un órgano distinto al Congreso, con dedicación exclusiva“, dijo Boric en un reciente discurso, donde la palabra profesionalismo resonó y marca una de las concesiones a la derecha, que había ridiculizado el anterior proceso constituyente por las delirantes propuestas de líderes feministas, ecologistas y representantes de pueblos originarios.
Este documento firmado propone un órgano con 50 representantes electos que trabajarán sobre la base de un anteproyecto realizado por 24 expertos designados por el Congreso. Los 50 miembros del futuro “Consejo Constitucional” (no será una Convención Constityente) serán elegidos a través del sistema electoral del Senado y, como siempre, se obligará a que haya paridad de género.
Este comité podrá mejorar la redacción y formulación de normas que deberán ser aprobadas por el Consejo por 3/5 o rechazadas por 2/3, y luego, como la última vez, se pedirá a los chilenos ir nuevamente a las urnas para aprobar o rechazar la nueva Constitución.
De todos modos, esta vez se espera que todas las fuerzas políticas, excepto tal vez el Partido Republicano de José Antonio Kast, apoye el proceso constituyente, y lamentablemente no existirá una grieta que divida entre los que defienden la intachable Constitución Chilena y los que promueven destruirla.
El cronograma del nuevo proceso constituyente comienza en enero con la creación de la Comisión Experta, luego en abril se realizará la elección de consejeros con voto obligatorio y en mayo se realizará la instalación del Consejo Constitucional. Finalmente, el 21 de octubre se hará entrega del texto que se someterá a referéndum el 26 de noviembre.
Boric celebró el acuerdo y dijo: “Hemos dado un paso necesario y, espero, decisivo para un nuevo pacto social“. El presidente de extrema izquierda, que ha moderado enormemente su discurso desde la derrota histórica en el anterior proceso, aseguró que “los expertos van a cumplir un rol de asesoría y acompañamiento del proceso” y agregó que “confío también en la buena fe para arribar a acuerdos“.
