Un informe del nuevo Ministerio de Salud reveló cuáles fueron los 33 efectos adversos que se registraron en los tres años de vacunación contra el COVID, y las marcas de vacunas con mayor cantidad de eventos.
Si bien se publicó extensivamente en La Derecha Diario y en otros medios independientes, por primera vez en poco más de tres años, los medios masivos de comunicación en Argentina están empezando a hablar de los efectos adversos asociados a la vacunación contra el Covid-19, incluso Clarín.
A poco más de tres años de comenzada la vacunación contra el coronavirus en Argentina, y gracias al cambio de Gobierno, el Ministerio de Salud publicó por primera vez un informe detallado, contenido en el Boletín Epidemiológico Nacional, publicado el pasado domingo, sobre cuáles fueron los efectos adversos graves asociados a la inmunización y a qué laboratorios correspondieron.
Los datos que se tienen consolidan una investigación de más de 3 años, con datos que abarcan a todo el país y, además, aparecen desglosados a través de 33 enfermedades que fueron reportadas en un lapso temporal consistente posterior a la aplicación de las dosis.
El primer dato a destacar es que sobre un total de 64.010 efectos adversos registrados en todo el país (sobre más de 100 millones de aplicaciones), sólo 3.149 fueron graves. Esto puede parecer bajo pero es de 2,7 cada 100 mil dosis suministradas, un valor similar a por ejemplo la tasa de homicidios de la Ciudad de Buenos Aires.
El detalle por laboratorio da cuenta de que la mayor cantidad de efectos adversos graves la tuvo la vacuna de AstraZeneca, que acaparó 19 de las 33 enfermedades relevadas. Le sigue en orden la Sputnik V, con 15 afecciones diferentes; Sinopharm, con 10; Pfizer, con 7; y Moderna, con 5. De otras marcas utilizadas en menor volumen no se informaron datos.
El trastorno con mayor incidencia de todos los clasificados se dio con la vacuna de AstraZeneca y fue el síndrome de trombosis, con una tasa de 0,05 cada 100 mil aplicaciones, un valor alarmante que implica que una persona cada 2 millones que se vacunó, contrajo trombosis severa.
Este mismo efecto adverso fue identificado por varios informes de los Ministerios de Salud en el resto del mundo y sepulta para siempre el argumento de que no existen los efectos adversos para las vacunas contra el Covid. Lo único que sí queda abierto a debate, es si el riesgo de vacunarse es mayor o menor al riesgo de contraer el virus y transcurrir la enfermedad.
Los otros dos síndromes de mayor incidencia para AstraZeneca fueron el de trombocitopenia autoinmunitaria (0,03 cada 100 mil) y el de Guillain-Barré (misma proporción). Con la vacuna de Pfizer también se detectó este último trastorno pero con una incidencia menor, de 0,01 cada 100 mil. Con la Sputnik V en cambio fue mayor, con 0,053, mientras la trombocitopenia llegó a 0,029, síndrome que con Sinopharm marcó 0,01.
La trombocitopenia inmunitaria produce moretones y sangrado producto del bajo nivel de plaquetas, que son las células que ayudan a coagular la sangre. El síndrome de Guillain-Barré ocurre cuando el propio sistema inmunitario daña las neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis.
En el caso de la vacuna de Moderna, todas las afecciones fueron de baja relevancia en cantidad de casos salvo la miocarditis, inflamación del músculo cardíaco, cuya tasa fue de 0,018 cada 100 mil vacunados, o lo que es lo mismo, uno cada 5 millones de dosis. Algo similar ocurrió con Pfizer, cuya proporción fue de 0,015.
Por último, otro síndrome que adquirió cierto peso para los vacunados con la Sputnik V fue la mielopatía transversa, con 0,014 cada 100 mil aplicaciones. La mielopatía es causada por la inflamación de la médula espinal, lo que interrumpe las señales entre esos nervios y el resto del cuerpo.
El informe concluye con datos específicos de la muestra, e indica que la mitad de todos los efectos adversos registrados ocurrieron en los tres primeros meses de la campaña de vacunación, por lo que podría haber cierta mejora en la fórmula de las vacunas más nuevas.
Asimismo, se destacó que el 68,8% de los efectos adversos identificados correspondieron a personas de sexo femenino, cuando la muestra tuvo 50/50 hombres y mujeres. Además, se descubrió que la edad con mayor cantidad de efectos adversos registrados fue la comprendida entre los 40 y 49 años.
Si bien el análisis indica que hay una fuerte correlación entre la dosis de la vacuna y la enfermedad, el informe aclara formalmente que no hay evidencia definitiva de una relación causal. El periodo de análisis comprende desde el inicio de la campaña de vacunación, a fines de diciembre de 2020, hasta el 30 de abril de 2023.