El director del FBI, Christopher Wray, afirmó que su agencia tiene dudas de que el candidato republicano para las elecciones presidenciales de EE. UU., Donald Trump, resultara herido de bala durante el intento de asesinato que sufrió a principios de este mes durante un mitin de campaña en Pensilvania.
«Con respecto al expresidente Trump, hay dudas sobre si fue una bala o metralla lo que le dio en la oreja», declaró Wray durante su testimonio ante un comité de la Cámara de Representantes de EE. UU. este miércoles.
«No sé si esa bala, además de rozarle [a Trump], también podría haber caído en otro lugar», continuó el jefe del FBI. «Pero creo que hemos contabilizado todos los disparos de los cartuchos», aseveró.
En este marco, señaló que, instantes antes, que el agresor, Thomas Matthew Crooks, disparó al menos ocho balas ese día. Si bien, aun no está claro a qué tipo de metrallas se refirió Wray.
Cabe recordar que algunos reportes iniciales acerca el atentado contra Trump sugerían que el expresidente podría haber sido herido con un trozo de vidrio de un teleprómpter, roto por un impacto de bala.
No obstante, esta teoría ya fue desacreditada cuando aparecieron las fotos captadas en seguida después del momento del atentado, en las que se ve que ambas pantallas de vidrio estaban intactas después del ataque.
El intento de asesinato al expresidente de EE. UU. Donald Trump en un acto de campaña con simpatizantes en Pensilvania es un gran fracaso del Servicio Secreto, afirmó este lunes su directora, Kimberly Cheatle, ante una audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.
En su testimonio, Cheatle dijo que el ataque a Trump es «el mayor fallo operativo» de la agencia en décadas. «La solemne misión del Servicio Secreto es proteger a los líderes de nuestra nación. El 13 de julio, fracasamos», afirmó la directora.
«Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, asumo toda la responsabilidad por cualquier fallo de seguridad», añadió. Así, afirmó que «movería cielo y tierra» para asegurarse de que no vuelva a ocurrir un suceso similar. «Nunca dejo de pensar en lo que deberíamos haber hecho de otra manera», declaró.
Cabe señalar que la directora también se abstuvo de responder algunas preguntas directas de los congresistas. «Estoy segura de que, como usted puede imaginar, han pasado solo nueve días de este incidente y todavía hay una investigación en curso, por lo que quiero asegurarme de que cualquier información que le proporcionemos sea objetiva», contestó la directora cuando le preguntaron si en algún momento el Servicio Secreto tuvo algún agente en el tejado desde donde dispararon a Trump.
Además, Cheatle señaló nuevos datos con respecto al intento de asesinato, diciendo que Thomas Matthew Crooks fue calificado por las fuerzas del orden como «una persona sospechosa», pero que no había informes de que representara una amenaza, por lo cual se permitió a Trump salir al escenario.
La directora de la agencia también dijo que el FBI le informó de que el tirador utilizó un dron poco antes del intento de asesinato de Trump y que ese día llevaba un telémetro, necesario para medir distancias a objetos lejanos, que a menudo utilizan los propietarios de armas para mejorar la precisión de su disparo.
No obstante, aclaró que este dispositivo no está necesariamente prohibido en este tipo de eventos. «En muchas de nuestras sedes, sobre todo en las que están al aire libre, un telémetro no es un objeto prohibido», declaró Cheatle.
La Oficina Federal de Investigación de EE. UU. (FBI) cree que Thomas Matthew Crooks, el joven de 20 que intentó matar este pasado sábado al expresidente Donald Trump, actuó en solitario.
En este marco, y por ahora, ha señalado que no ha identificado ninguna «ideología subyacente» en lo que está investigando como un caso de terrorismo doméstico.
El agente especial al mando, Kevin Rojak, ha explicado que no hay indicios de que Crooks tuviera problemas de salud mental y no se le conocen antecedentes penales ni interacciones previas con las fuerzas de seguridad.
Cane señalar que el FBI ha confirmado que el fusil de asalto semiautomático empleado por Crooks fue adquirido de forma legal por el padre del tirador y que la familia está cooperando con la investigación.
Además, ha destacado que tienen en su poder el teléfono móvil de Crooks, que ha sido enviado a un laboratorio para investigar su contenido.
También, se ha dado a conocer que el joven estaba empleado como asistente dietético en una residencia y una clínica de rehabilitación en su localidad natal de Bethel Park, cerca de Butler, la ciudad de Pensilvania donde Trump estaba dando el mitin.
Según la administradora del centro, Marcie Grimm, Crooks «desempeñaba su trabajo sin problemas» y había completado con éxito un examen sobre sus antecedentes.
Un hombre de Utah ha recibido un disparo mortal durante una redada que el FBI realizó este miércoles en relación con una investigación sobre presuntas amenazas dirigidas al presidente de EE. UU., Joe Biden, y otras personas, según informa ABC News.
Esto es resultado de investigaciones que iniciaron en abril del presente año y el FBI informó al Servicio Secreto al respecto en junio.
Además de publicar las amenazas en línea, el individuo, cuya identidad no ha sido revelada por los oficiales, indicó en redes que se estaba preparando para tomar medidas físicas contra el presidente Biden. Amenazas que las autoridades consideraron «creíbles».
El FBI también comunicó que el incidente se produjo cuando los agentes trataban de realizar un registro en una residencia en la ciudad de Provo.
No obstante, de acuerdo con los datos de ABC News, el sospechoso fallecido fue identificado como Craig Robertson y se enfrentaba a tres cargos: amenazas interestatales, amenazas contra el presidente, así como influir, obstaculizar y tomar represalias contra agentes federales de las fuerzas del orden mediante amenazas.
Además, se cree que el sospechoso publicó en redes sociales numerosas amenazas de muerte contra Biden, contra la vicepresidenta Kamala Harris y contra varios funcionarios implicados en la persecución del expresidente Donald Trump.
Una investigación especial del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha concluido que el FBI no debió haber abierto una pesquisa sobre la posible colusión entre Rusia y el expresidente Donald Trump en el marco de las elecciones presidenciales de 2016.
Se trata de un informe redactado por el fiscal especial John Durham, que durante más de tres años ha evaluado las pruebas que llevaron al FBI a abrir dicha investigación, unas pruebas que ahora califica de «informaciones de inteligencia brutas, no analizadas y no corroboradas».
En su análisis de 300 páginas entregado este lunes, Durham considera que «el Departamento de Justicia y el FBI no cumplieron su importante misión de estricta fidelidad a la ley» en la investigación sobre la posible intervención rusa en la campaña de Trump.
Esta investigación —encargada por el propio Trump poco antes de su salida de la Casa Blanca— es la segunda realizada en el país en torno a este tema, después de que el inspector general Michael Horowitz concluyese en 2019 que la investigación del FBI había tenido numerosos fallos, aunque sí consideró que había estado justificada.
Donald Trump ha respondido a esta nueva opinión sobre el caso a través de su red social, calificándolo de «crimen del siglo» y señalando al Partido Demócrata por haber impulsado una «traición» que tuvo «un enorme efecto en las elecciones» de 2020, cuando se impuso el demócrata Joe Biden.
Por su parte, el FBI ha respondido al informe afirmando que dicha investigación «es la razón por la que la actual cúpula del FBI implementó decenas de acciones correctivas que llevan un tiempo funcionando».
«Este informe refuerza la importancia de garantizar que el FBI siga realizando su trabajo con el rigor, la objetividad y la profesionalidad que el pueblo estadounidense merece y espera», han concluido.
John Durham, fiscal especial que fue designado para investigar los vínculos entre la campaña electoral del expresidente estadounidense Donald Trump en el 2016 y Rusia, concluyó su investigación y llegó a la conclusión de que la investigación del FBI contra el candidato republicano se había basado en datos «no analizados y no verificados».
De acuerdo con el informe de Durham, publicado este lunes, el fiscal considera que el FBI no cumplió con sus estándares y no pudo «analizar críticamente la información que iba en contra de la narrativa de una relación conspirativa entre Trump y Rusia a lo largo de ‘Crossfire Hurricane’ [denominación del caso del expresidente], que es extremadamente problemático».
El fiscal afirma que la forma en que el FBI abordó los aspectos clave del caso fue «gravemente deficiente», subrayando así que el organismo federal no cumplió con su responsabilidad ante el público, causando un «grave daño a su reputación».
También señaló que este fracaso del FBI podría haberse evitado si los agentes no hubieran aceptado «información seriamente defectuosa» y hubieran seguido sus «propios principios relativos a la objetividad y la integridad».
Al mismo tiempo, Durham señala que el organismo federal llevó a cabo la investigación de Trump de manera diferente a otras pesquisas de este tipo, incluyendo varias que involucran a su rival demócrata en el 2016, Hillary Clinton.
Así, según el informe, cuando se enteró de que un gobierno extranjero no identificado estaba tratando de influir en la campaña de Clinton con contribuciones políticas, el FBI actuó con cautela y al final proporcionó «sesiones informativas defensivas» tanto a ella como a algunos miembros de equipo de campaña, mientras que Trump no recibió tal posibilidad antes de que el FBI abriera el caso.
El FBI arrestó a un Jack Douglas Teixeira, un miembro de la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea, en relación con la filtración de documentos clasificados de inteligencia militar de los Estados Unidos.
El FBI arrestó el jueves a Jack Douglas Teixeira, miembro de la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de 21 años, por las filtraciones en redes sociales de documentos clasificados que revelaron información confidencial de Washington y sus aliados en todo el mundo.
El fiscal general, Merrick Garland, dijo el jueves que la Oficina Federal de Investigaciones arrestó a Teixeira “en relación con una investigación sobre presunta eliminación, retención y transmisión no autorizadas de información clasificada de defensa nacional“.
“Teixeira es un empleado de la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos“, añadió el fiscal. “Los agentes del FBI detuvieron a Teixeira esta tarde sin incidentes“, dijo Garland a los periodistas en una breve declaración en el Departamento de Justicia.
“Esta investigación está en curso“. El FBI dijo que sus agentes habían efectuado el arresto y estaban llevando a cabo “actividades policiales autorizadas en una residencia en North Dighton, Massachusetts“.
El New York Times informó que Teixeira era miembro del ala de inteligencia de la Guardia Nacional. Una publicación en la página oficial de Facebook de la unidad señaló que Teixeira estaba entre un grupo de miembros que habían sido promovidos a Aviador de Primera Clase en julio de 2022.
Los registros militares muestran que Teixeira ingresó a la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea en septiembre de 2019. Su título oficial de trabajo era “oficial de sistemas de transporte cibernético“, que se encarga de mantener la infraestructura subyacente de la “vasta red de comunicaciones global” de la Fuerza Aérea.
Los documentos clasificados fueron publicados en redes sociales en marzo. Se cree que es la violación de seguridad más grave desde que más de 700.000 documentos, videos y cables diplomáticos aparecieron en WikiLeaks en 2010.
Desde que se dio a conocer la filtración, funcionarios estadounidenses han estado buscando a la persona responsable, mientras buscan limitar el daño de la publicación de los informes de inteligencia, que revelan supuestos detalles de las vulnerabilidades militares ucranianas e información sobre aliados como Israel, Corea del Sur -y sus planes secretos para entregar municiones a Ucrania- y Turquía.
Varios países han cuestionado la veracidad de algunos de los documentos filtrados, incluido el Reino Unido, que aseguró que había un “grave nivel de inexactitud” en la información.
No obstante, funcionarios estadounidenses creen que la mayoría de los materiales son genuinos. Algunos, sin embargo, parecen haber sido alterados para mostrar estimaciones infladas de las bajas ucranianas y números inferiores a los reales con respecto a las causalidades de las fuerzas rusas en el campo de batalla en la guerra.
Otros documentos incluyen una evaluación de que es probable que Francia tenga dificultades para lograr los objetivos de seguridad en África occidental y central, e información sobre el plan de los funcionarios brasileños de visitar Moscú en abril en busca de acordar un esquema de mediación en Ucrania.
Además, según uno de los documentos filtrados, Serbia ha acordado suministrar armas a Kiev, o incluso ya las ha enviado, a pesar de la neutralidad profesada por el país. Por último, una de las últimas revelaciones indicó que Estados Unidos estaba monitoreando al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, porque creía que era demasiado blando con Rusia.
Se cree que la filtración comenzó en un sitio llamado Discord, una plataforma popular entre las personas que juegan juegos en línea y donde se cree que Teixeira publicó durante años sobre armas, juegos y memes.
El agente filtrador fue identificado como “OG“ en un grupo de chat en línea donde se encontraba Teixeira. El grupo de chat, llamado “Thug Shaker Central“, estaba compuesto por más de 20 personas que compartían sus simpatías con respecto a distintas armas, y también difundían memes y chistes, algunos de ellos racistas.
En el grupo también tuvo lugar una discusión sobre la temática guerras, entre las cuales se mencionó la invasión rusa de Ucrania. En el marco de esa discusión, “OG” publicó durante meses material que él dijo que era clasificado.
Así las cosas, el jueves, alrededor de media docena de agentes del FBI armados con rifles entraron en una propiedad de Massachusetts para arrestar a Teixeira. En un comunicado, el FBI dijo que lo “ha perseguido agresivamente pistas de investigación” desde fines de la semana pasada. “El arresto de hoy ejemplifica nuestro compromiso continuo de identificar, perseguir y responsabilizar a aquellos que traicionan la confianza de nuestro país y ponen en riesgo nuestra seguridad nacional“, confirmaron desde el FBI.
El Departamento de Justicia abrió una investigación criminal formal la semana pasada, después de una remisión del Departamento de Defensa. La filtración fue un “acto deliberado y criminal”, aseguraron desde el Pentágono el jueves.
El secretario de prensa del Pentágono, general de brigada de la Fuerza Aérea Pat Ryder, se negó a confirmar la identidad del filtrador en una sesión informativa el jueves y remitió a los periodistas al Departamento de Justicia porque es un “asunto de aplicación de la ley” y una investigación en curso, según dijo.
El Departamento de Defensa está “trabajando día y noche” con la comunidad de inteligencia, confirmó Ryder, “para comprender mejor el alcance y la escala de estas filtraciones“.
“Continuamos revisando una variedad de factores en lo que se refiere a la protección de materiales clasificados“, agregó el encargado de prensa. “Esto incluye examinar y actualizar las listas de distribución, evaluar cómo y dónde se comparten los productos de inteligencia, y una variedad de otros pasos“.
Por su parte, el Departamento de Justicia no especificó qué cargos enfrentaría Teixeira, aunque probablemente involucrarán cargos criminales de retención y transmisión intencional de información de defensa nacional.
Brandon Van Grack, ex fiscal de seguridad nacional del Departamento de Justicia que ahora trabaja en Morrison Foerster, dijo que los probables cargos podrían conllevar hasta 10 años de prisión, incluso si Teixeira no tenía la intención de causar daño explícito a la seguridad nacional.
“Creo que este es alguien que se enfrenta al extremo superior de la exposición durante años en prisión … porque las filtraciones fueron muy dañinas“, aseguró Van Grack.
El director del FBI, Christopher Wray, ha reiterado este martes la posición de la agencia frente a la hipótesis sobre que fue «muy probablemente un posible incidente de laboratorio» en Wuhan (China) el origen de la pandemia de COVID-19.
«El FBI ha evaluado durante bastante tiempo que los orígenes de la pandemia probablemente sean un incidente de laboratorio», ha remarcado el jefe del FBI, asegurando que las investigaciones continúan, mientras que muchos detalles relacionados con la investigación siguen clasificados.
Asimismo, Wray ha aseverado en una entrevista que China ha estado trabajando para socavar la investigación tanto de Estados Unidos como de otros países de la comunidad internacional.
«Solo haré la observación de que el Gobierno chino, me parece, ha estado haciendo todo lo posible para tratar de frustrar y ofuscar el trabajo aquí.
El trabajo que estamos haciendo, el trabajo que está haciendo nuestro Gobierno de EEUU y socios extranjeros cercanos. Y eso es desafortunado para todos», ha sostenido.
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