EE. UU., Corea del Sur y Japón realizaron este domingo ejercicios militares aéreos en la península coreana, en los que participó al menos un bombardero B-1B estadounidense de largo alcance, en otra demostración de fuerza días después de que Pionyang lanzara el misil balístico intercontinental de mayor alcance y altitud de su historia.
Las maniobras trilaterales tuvieron lugar en aguas al este de la isla surcoreana de Jeju, según informó el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JSC), citado por la agencia Yonhap.
Se precisa que, durante el ensayo, aviones de combate de los tres países involucrados escoltaron al bombardero pesado B-1B, el cual atacó un objetivo simulado, demostrando así sus «abrumadoras» capacidades.
«Este ejercicio se llevó a cabo en respuesta al lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte el 31 de octubre», informó el JSC.
Cabe señalar que este se trata de la segunda maniobra aérea entre EE. UU., Japón y Corea del Sur en el año en medio de los esfuerzos para fortalecer la cooperación trilateral en seguridad para «disuadir y responder conjuntamente a las amenazas» de la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
Si bien, no se trata del único bombardero desplegado por EE. UU. recientemente fuera de su territorio continental. Este domingo, el Mando Central del país anunció que un grupo de bombarderos B-52 se encuentra en Oriente Medio.
Además, un grupo de trabajo de este tipo de aeronaves estratégicas arribará a Europa en los próximos días.
Es necesario recordar que el proyectil intercontinental de la RPDC lanzado el jueves registró un tiempo de vuelo de 86 minutos y recorrió una distancia de unos 1.000 kilómetros con una altitud récord de más de 7.000 kilómetros, lo que provocó que Washington y Seúl realizarán maniobras áreas ese mismo día.
La última vez que Pionyang lanzó este tipo de proyectil diseñado para alcanzar el territorio continental de EE. UU. fue el 18 de diciembre pasado, cuando probó el nuevo Hwasong-18 de combustible sólido.