Caracas. – Una represión sin precedentes, con graves métodos de torturas aplicados, fue lo que expuso el informe presentado este martes, por la Misión de Determinación de Hechos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El informe, en líneas generales, concluyó que el narcorégimen de Nicolás Maduro intensificó su aparato represivo y reactivó “una modalidad más dura y violenta” contra opositores o disidentes tras las elecciones presidenciales de julio.
Además, el documento urge a una actuación que proteja a las víctimas y judicialice a los responsables de aplicar estos atroces métodos.
La Misión de ONU detalló los tipos de maltratos empleados por los esbirros de los organismos represivos de la tiranía. Entre estos mencionó: golpes con puños y planchas de madera o bates envueltos en espuma, descargas eléctricas (incluyendo en los genitales), asfixia con bolsas de plástico, inmersión en agua fría, privación de sueño con iluminación constante y música a alto volumen.
Asimismo, explicó que estas violaciones y crímenes que se documentaron, junto a la comisión de delitos de lesa humanidad de persecución política, son parte «de un plan continuo y coordinado para silenciar, desanimar y reprimir la oposición».
Marta Valiñas, presidenta de la Misión, declaró al respecto: «Aunque esto es una continuación de patrones previos que la misión ya ha caracterizado como crímenes de lesa humanidad, la represión reciente, debido a su intensidad y carácter sistemático, representa un ataque muy grave a los derechos fundamentales del pueblo venezolano, cometido a pesar de múltiples llamados dentro y fuera del país para respetar los derechos humanos».