El día de ayer, la deuda nacional bruta de Estados Unidos superó por primera vez los 31 billones de dólares, un dato que llegó justo cuando el panorama fiscal a largo plazo de la nación se ha oscurecido en medio de la subida de los tipos de interés.
Esta información se dio a conocer a través de un informe del Departamento del Tesoro, quien revela este sombrío hito financiero en un momento inoportuno para el país, ya que los tipos de interés, históricamente bajos, están siendo sustituidos por unos costes de endeudamiento más elevados mientras la Reserva Federal intenta combatir la rápida inflación.
Aunque algunos responsables políticos consideraban asequibles los niveles récord de endeudamiento del gobierno para luchar contra la pandemia y financiar los recortes fiscales, esos tipos más altos están haciendo que las deudas de Estados Unidos sean más costosas con el tiempo.
Estas cifras llegan en un momento económico volátil, en el que los inversores parecen oscilar entre el temor a una recesión mundial y el optimismo de poder evitarla.
Sin embargo, esto se veía venir desde hace meses, pues, desde febrero de este año ya la deuda pública había alcanzado los 30 billones de dólares por el gasto provocado por la pandemia.