Las autoridades de la región rusa de Kursk, ubicada en la frontera con Ucrania y escenario de una ofensiva de las fuerzas de Kiev, han decretado el estado de emergencia en la provincia a partir de este miércoles y «hasta que mejore la situación», si bien es cierto que Moscú había informado previamente de que había logrado frustrar la ofensiva.
«En la región de Kursk persiste una difícil situación operativa en las zonas fronterizas. Para eliminar las consecuencias de la entrada de fuerzas enemigas en la región, he decidido introducir una situación de emergencia en la región de Kursk a partir del 7 de agosto», ha manifestado el gobernador regional, Alexei Smirnov, en una publicación en su canal de Telegram.
El gobernador ha informado de que coordinará «personalmente» las laboras de las fuerzas de defensa «para prevenir y eliminar situaciones de emergencia», y ha abundado que su compromiso con la gestión de la región es «de 24 horas al día».
«Mantengo la situación bajo control», ha señalado un Smirnov que insiste en que se están tomando «todas las medidas necesarias» para garantizar la seguridad.
Las autoridades de Rusia informaron en la víspera de que un grupo de unos 300 militares ucrnaianos, acompañados de decenas de vehículos blindados, habían lanzado una ofensiva sobre la región de Kursk. Empero, la ofensiva fue detenida por las tropas rusas.
